Mentiría si dijera que no había dormido bien, no dormía tan tranquilo desde hacía muchos, muchos años. No supo que hacer cuando el dios del trueno lo abrazó sin intención alguna de soltarlo en toda la noche, sin embargo dejo de lado su orgullo y se rindió a la tranquilidad que le transmitían esos brazos que tantas noches había soñado sentir sobre su cuerpo. Suspiró intentando alejar sus propios pensamientos de ese cuerpo que le volvía loco para evitar una situación incomoda con el rey de Asgard. Abrió los ojos enfocando la vista en la ventana para intentar averiguar que hora sería pero todo estaba terriblemente oscuro porque estaban viajando por el espacio. Fastidiado intentó averiguarlo de otra manera pero no había ni un triste reloj por la habitación, desistiendo en su intento sus ojos irremediablemente se posaron en el dios del trueno. Parecía estar profundamente dormido, su rostro no mostraba ni un ápice de preocupación a pesar de la situación en la que se encontraban y eso le desconcertaba. Intentó liberarse de su agarre sin despertarlo, siendo la tarea muy difícil pues seguía siendo más fuerte que el moreno incluso dormido. Cuando lo consiguió no pudo evitar volver a mirar ese escultural cuerpo que había dejado al descubierto al levantarse, y en menos de unos segundo supo que necesitaba una ducha bastante fría como nunca antes. Ese idiota sin cerebro lograba molestarlo incluso sin estar despierto.
Movía la mano, tanteando toda la superficie en busca de ese mentiroso de oscuros cabellos y fría mirada pero al no encontrarlo se obligó a abrir los ojos. Sonrió al pensar que había dado un paso en acercarse a su hermano y gracias a eso se levantó con un ánimo excelente. Se propuso que conseguiría tener su confianza de nuevo y al fin descubrir que fue aquello que les separó provocando que Loki hiciera todas las locuras que hizo. Se estiró dispuesto a esperarle pensando que habría salido a tratar algún asunto con Thanos, cuando el ruido del agua le indicó que nunca había llegado a salir de la habitación. Una idea cruzó por su mente, algo que no hacía desde que eran niños y que siempre sacaba unas risas al menor. Definitivamente sería una buena forma de acercarse un poco más al moreno, así que se levantó sin hacer nada de ruido y abrió lentamente la puerta. Había entrado con la intención de darle un buen susto gritándole sorpresa o algo parecido pero la sorpresa se la había llevado él. Nunca contemplar desnudo a su hermano mientras el agua caía por su piel, le había parecido una visión tan atrayente. No supo cuanto tiempo estuvo observándole. Era como ver a lo que los humanos llamaban ángeles, algo divino de lo que no podía despegar la mirada y que removió algo en su instinto más primario. Ni siquiera estaba pensando en que ese ángel era su hermano, no hasta que su voz le sacó del trance.
-Thor…
No supo que hacer, simplemente actuó como solía hacer sin pararse a pensar que quizás no había sido él quien había sido descubierto haciendo algo vergonzoso.
-¡Eres demasiado listo, hermano! ¡¿Cómo has sabido que estaba aquí?!
La respiración de Loki se cortó al haberse visto descubierto por aquel que le estaba provocando un problema bastante evidente en su anatomía. Cuando su astucia se impuso al temor de su rechazo dejó que su lengua le salvara una vez más, esperando que el fortachon creyera sus palabras.- Haces tanto ruido andando como una de esas midgarianas con tacones. Sabía que estabas aquí desde que cerraste la puerta, lo cual me lleva a preguntarme porque has tardado tanto en asustarme. Si es lo que pretendías, claro.- dijo mientras cogía una toalla para tratar de ocultar su problema matutino.
-Estaba contemplando tu cuerpo, hermano. No tienes nada que envidiarle a los mejores guerreros de Asgard. Estoy seguro de que si Frandal te hubiera visto de esta forma hubiera ido al Valhalla con una sonrisa.
-Definitivamente eres idiota...- dijo sin esforzarse en ocultar el sonrojo que le habían provocado las palabras del rubio. Prácticamente había admitido que le estaba espiando mientras el se aliviaba en la ducha, aunque ese hecho era desconocido por su “hermano”. Se llevó una de sus manos a la cara, negando con la cabeza sin ser consiente de que sonreía de oreja a oreja, siendo seguido por el dios del trueno que también sonreía al pensar que su plan había salido muy bien.
Desde que salió de la ducha sentía esos ojos azules sobre él, y no es que le molestara que le contemplaran solo que siendo Thor quien lo estuviera haciendo le ponía bastante nervioso, a pesar de no se notase. Suspiró tratando de calmarse antes de retirar la toalla, dándole la espalda para que no descubriera lo que estaba haciendo en la ducha mientras pronunciaba su nombre, y comenzar a vestirse. Cuando tuvo los pantalones puestos se dio la vuelta encontrándose con un desconcertado Dios del trueno que parecía haber entrado en una especie de trance, asustándole por unos segundos.
-¿Thor?¿Te encuentras bien?- preguntó mientras pasaba la mano delante de su único ojo.
-¿Qué?
-Oye no me hace ninguna gracia tu comportamiento,¿hay algo de mi persona que te moleste?
-No, espera...¿porqué piensas eso?- dijo con una de esas sonrisas arrogantes que tanto le molestaban al menor, sin dejar de mirarle como si fuera a desvanecerse en cualquier momento.
-¡Porque no has dejado de mirarme en ningún momento!- exclamó perdiendo los nervios por unos segundos haciendo que la sonrisa de su “hermano” se hiciera más grande.
Su ira iba creciendo al ver como ese tuerto idiota seguía con esa acosadora actitud, su piel se estaba poniendo azul y sus ojos ya eran rojos. Estaba a punto de congelarle cuando unos toscos golpes en la puertas los asustaron a ambos, pues se habían olvidado completamente de quien les tenía prisioneros.
-Su majestad, nuestro señor solicita su presencia en el salón dentro de 10 minutos. Si valora su vida no le haga esperar.- dijo un guardia a través de la puerta.
Loki, que gracias al comportamiento de Thor no tenía mucha paciencia en esos momentos, abrió la puerta y encaro al guardia con toda la ira que portaba en esos momentos.
-Pues claro que estaré, dentro de 10 minutos. ¡Cuando sepa como medís el maldito tiempo en esta prisión voladora!
-Lo siento mucho su majestad, pensamos que se lo habíamos dicho.- dijo el chico bajando la mirada intimidado por la furia que esas esmeraldas desprendían.- Encima de la puerta tiene un indicador temporal.
-¡Gracias!- exclamó cerrándole la puerta en las narices para después coger el resto de su ropa bajo la mirada de un divertido Thor.- Te lo advierto fortachon, si no dejas de molestarme le diré a Thanos que abusaste de mi cuando dormía. Seguramente no te gustará lo que te hará.
Intentó mantener una sonrisa arrogante mientras pronunciaba esas palabras, pensando que quizás escandalizarían al rey de Asgard de solo imaginar la situación aunque no esperaba lo que hizo el rubio. Avanzó hasta él sin quitar esa estúpida sonrisa mientras se quitaba toda la ropa y se paraba justo en frente.
-¿Qué haces? ¿Te has vuelto a golpear la cabeza o has pensado demasiado?- dijo intentando que su mirada no se posara en el cuerpo de Thor.
-¿Sabes que? Creo que si hubiera pasado eso que dices no me hubiera hecho falta forzarte, quizás hubieras accedido por propia voluntad.-dijo en un tono bajo y muy cerca de su oído, lo bastante como para sentir su respiración en el cuello.
Y sin decir nada más se metió en el baño, dejando a un dios de las mentiras sonrojado y con el corazón latiendo como un loco. Nunca pensó que su “hermano” pudiera llegar a verle de una forma no fraternal pero si lo que quería era jugar el también jugaría. Sonrió al pensar que después de todos esos años conociéndose no hubiera aprendido la lección, jugar contra él no era buena idea más si se trataba de juegos mentales. Cuando tuviera la oportunidad volvería a molestarle, quizás el tema de su ruptura con la midgariana sería bueno para empezar. Una pena que tuvieran que marcharse para la reunión con su captor porque moría de ganas por empezar su juego.
Thanos estaba sentado en una especie de trono cuando los dioses llegaron seguidos por los guardias. Parecía bastante distraído contemplando el guante que tenía en una de sus manos, hasta que su mirada se posó en las esmeraldas del menor, cosa que no le pasó desapercibida a Thor. Apretó los dientes para calmarse pero ver como su hermano cambiaba su piel y sus ojos solo para complacerlo no le ayudaba a tolerar a ese molesto ser. Sabía que Loki tenía un plan, y esperaba que no volviera a traicionarlo, aunque no le gustaba ver como el moreno se mostraba ante él. El dios de las mentiras no era sumiso y complaciente, el era como una escurridiza serpiente a la que no se debía molestar. Verle actuar de ese modo lo enfurecía de un modo diferente al habitual. Estaba preocupado porque ese ser intentara ir más allá con el moreno y eso era normal pues ambos se habían criado como hermanos, no quería que nadie le hiciera daño. Hasta ahí todo era como siempre, solo que la cosa cambiaba cuando recordaba el dato de que los Jotum podían ser madre a pesar de ser hombres. De solo pensar en eso su ira crecía pero intentó tranquilizarse apretando los puños, manteniendo la mirada tan alta como a un sirviente se le permitía cuando estaba en presencia de la realeza y sin perder de vista a Loki mientras hablaba.
-Aquí estás.
-Si mi señor.- dijo haciendo una reverencia como las que solía hacerle a Odin cuando desafiaba su actitud, solo que eso el gran ser morado no lo sabía y a él le había sacado una discreta sonrisa.- Si hay algo que necesite saber…
-Quería hablar contigo sobre el Tseracto.- dijo haciendo una pausa intentando ver si sus palabras causaban temor en el menor, aunque solo consiguió una mueca de desagrado por su parte.- Se que te hiciste con él en la tierra y que el hijo de Odin se lo llevo a Asgard cuando te detuvieron. Según he oído estaba custodiado en la cámara de los tesoros.
-El rubio sin cerebro y sus amigos me lo arrebataron cuando derrotaron a mi ejercito, después uso su energía para llevarme a Asgard y Odin me encerró en las mazmorras. Cuando Malekik atacó Asgard todavía seguía allí, pero cuando usurpe el trono usando la forma del Padre de todo el dios del rayo se lo llevó con él en sus viajes por los nueve mundos.- dijo sin dejar de usar en ningún momento ese tono despectivo que usaba cuando hablaba del antiguo rey de Asgard.- Un gran acierto por su parte sino en estos momentos el Tseracto estaría destruido por el Ragnarok que ha desintegrado a Asgard.
-¿Y que propones hacer para recuperarlo sin que lo usen en nuestra contra?
-Fácil, pídelo a cambio de mi liberación. Hazles creer que me tienes prisionero y matarás dos pájaros de un tiro.
-¿Para que querrían ellos pagar por ti si eres mi prisionero? ¿No desean tu muerte por tus crímenes en la tierra? ¿Acaso me tomas por un idiota?- preguntó levantándose con una sonrisa mientras avanzaba hacía Loki que solo sonreía arrogantemente.
-Por supuesto que no señor, solo que en ese estúpido grupo de super héroes no todos quieren verme muerto.
-¿A no?
-El rey de Asgard sigue considerándome su hermano a pesar de todo lo que he hecho y no permitirá que nadie me haga daño, prefiere tenerme encerrado toda la eternidad que acabar con mi vida. Por ese motivo te entregara el Tseracto sin considerar la opinión de los demás vengadores.
-¿Puedes asegurarlo? ¿Tan bien crees conocerlo?
-Por supuesto que si, su gran corazón es demasiado predecible para su dulce hermanito.
-Espero que no te equivoques.- dijo quedándose a unos centímetros del dios de las mentiras mientras acariciaba su mejilla.- No me gustaría dañar a una preciosa criatura como tu si esto sale mal.
-No tema señor, todo saldrá bien.- dijo con un evidente sonrojo al sentir como Thanos se iba acercando hasta sellar sus labios con un fugaz beso, sabiendo que Thor les observaba atentamente.
-Si consigo lo que quiero podrás reinar en la galaxia junto a mi y tendrás a mis hijos, te convertiré en mi reina.
-Será todo un honor.-dijo aún sonrojado sintiendo la mirada furiosa del dios del rayo sobre él.
Creía conocer a Thor bastante como para predecir su comportamiento, pero la tensión que sintió en el ambiente cuando ese maldito titan le beso para después decirle que le quería gobernando a su lado y siendo la madre de sus hijos, eso no lo esperaba. Parecía que empezaría a llover dentro de la sala de un momento a otro, incluso pudo sentir como la humedad se iba haciendo presente. Por ese motivo y temiendo que los impulsos del Dios del trueno estropearan todo el plan, se excusó diciendo que se sentía cansado y que necesitaba retirarse a su habitación.
El aire era pesado a su alrededor mientras caminaban de vuelta a la habitación que compartían, seguidos por los guardias en todo momento, sabía que le estaba observando y que cuando sus miradas se encontraran lejos de sus captores una verdadera tormenta se desataría. Sonrió de solo pensarlo, pues le encantaba hacerlo enfadar y era la oportunidad perfecta para seguirle el juego que el rubio inicio esa misma mañana.
Abrió la puerta y se sentó al borde de la cama con una sonrisa de oreja a oreja, ignorando la mirada asesina del rey de Asgard cuando la puerta se cerró tras él.
-¿Pasa algo “hermano”?- pregunto con una expresión inocente y nada propia de él.
-¿Qué si pasa algo, dices? ¿En serio vas a prestarte a ese tipo de favores para ganar tu libertad?
-¿Porque no?- dijo mientras usaba su magia para cambiar el traje tan formal que estaba usando por unas prendas más cómodas y holgadas que dejaban ver algo de su pálida piel- Quizás si mi plan no sale como esperaba puedo tener la galaxia a mis pies y a ti de sirviente, ¿qué mas podría pedir?
-¿Permitirás que te toque? ¿Tendrás a sus hijos? Pensé que te tenías en más alta estima, Loki.
Sintió la mirada decepcionada de Thor sobre él y el corazón se le encogió dentro del pecho. ¿De verdad no le conocía bastante como para saber que el nunca se prestaría a eso con ese ser tan cruel? Que lo dudara le había dolido, sin embargo no dejaría que lo supiera. Así que se levantó hasta quedar frente al dios del rayo, mirándole directamente a los ojos mientras acercaba sus labios al oído del mayor para hablarle en un seductor susurro.
-¿Qué es lo que más te molesta? ¿Que este contemplando la posibilidad de aceptar o que me haya besado porque desea poseerme?
-¿Por...porque habría de importarme?- dijo con un evidente sonrojo al sentir la respiración del menor chocando contra su cuello.- Solo intento protegerte.
-¿Protegerme de sus labios? ¿Acaso quieres que sean solo para ti, hermano?- preguntó terminando la frase con aquella palabra que tanto odiaba solo para molestarlo y hacerle reaccionar, aunque solo consiguió aumentar el color de las mejillas del dios del rayo.
Observarlo sonrojado y nervioso por su insinuación era algo digno de contemplar, nunca le había visto actuar tímido ni siquiera delante de esa midgariana por la que suspiraba. Sonrió intentando aguantar las ganas de soltar una carcajada mientras buscaba su mirada con sus esmeraldas, cosa que el rey de Asgard evitaba a toda costa. Entonces un impulso se apoderó de sus pensamientos, llevó una de sus manos hasta la barbilla del rubio y levantó su cara haciendo que sus miradas se encontraran.- Te dejaré probarlos.- Y antes de que Thor pudiera reaccionar atrapó sus labios en un beso salvaje que para su sorpresa el rey de Asgard correspondió con la misma intensidad.
Se había perdido en la suavidad de esos labios que nunca pensó probar, su mente estaba vacía de cualquier pensamiento y dejó que las sensaciones de ese momento le envolvieran. Besarle era como comer ese dulce fruto que crecía en los jardines de Asgard cada diez años, la ambrosía. Lo estaba disfrutando tanto que se olvido de toda regla auto impuesta de no mostrar sus sentimientos, ni siquiera se paró a pensar que el beso estaba subiendo de tono y que la lengua de Thor luchaba por entrar a su boca. Se dejó llevar cediendo a la pasión que llevaba tanto tiempo reprimiendo, cuando sintió como los brazos del mayor rodeaban su cintura y le pegaba a su cuerpo, haciendo que notara lo que había provocado en él con un beso. Fue entonces cuando su cerebro reaccionó, debía alejarse antes de que algo más pasara, había pretendido molestarlo y hacerle ver que estaba celoso de Thanos. Y lo había conseguido, demasiado bien para el pobre rey de Asgard, pero era la hora de parar y darle al orgulloso dios donde más le dolía.
Usó sus manos para tapar los labios del rubio y alejarse de ellos, mirándole con una sonrisa traviesa en sus sonrosados labios.-Vaya, vaya hermanito. Si llego a saber que me veías de esa forma te hubiera pedido albergar a tus hijos a cambio de un lugar en el trono.- dijo sin dejar de mirar a un avergonzado rey de Asgard que parecía haberse quedado sin palabras.- Por cierto el Tseracto lo tiene uno de esos vengadores, lo cogí de la cámara antes de salir de Asgard y cuando la nave de Thanos nos abordó se lo hice llegar con mi magia. Creo recordar que llevaba siempre un escudo.- dijo haciendo una pausa mientras se alejaba.- Y ahora si me disculpas tengo que ocuparme del problema que has causado, no vuelvas espiarme en la ducha si quieres guardar un buen recuerdo de tu hermanito.
Cuando Loki había susurrado esas palabras tan cerca de su oído algo se había removido en su interior, era algo que nunca imaginó sentir cuando se fijaba en su hermano. Intentó desmentir sus palabras pero sus mejillas estaban calientes, no se atrevía a mirarle directamente a los ojos y unos segundos después los labios del menor estaban tocando los suyos. Oyó su propia voz diciéndole que le alejara, sin embargo pasó sus manos debajo de ese suave cabello negro para profundizar el contacto entre ellos. No pensó en nada más que esa deliciosa sensación, perdiéndose en el placer que le invadía en esos momentos mientras usaba su lengua para colarse en la boca del dios de las mentiras. Para su sorpresa el moreno no opuso resistencia y profundizó el beso haciendo que cierta parte de su anatomía reaccionara a sus caricias. Sus pensamientos lo tenían hecho un lío pero dejó que su cuerpo le guiara, bajando las manos hasta su cintura para acercarlo a él, comprobando que Loki también estaba en el mismo estado. Sonrió ligeramente sin separarse, no quería hacerlo y mantuvo su agarre mientras bajaba las manos inconscientemente poco a poco hasta que el moreno se separó de él de golpe, usando las manos para ponerlas sobre sus labios e impedir un nuevo contacto.
Respiraba agitadamente mientras le observaba escuchando cada una de sus palabras, las cuales le habían dejado con un nuevo sonrojo y con una imagen en la mente del dios de las mentiras nada fraternal. Le había insinuado que necesitaba aliviarse después de ese beso tan salvaje y que no lo espiara, pero incluso esa advertencia tenía implícita ese tono burlón que usaba para molestarlo. Se detuvo justo delante de la puerta todavía con la respiración entre cortada, no sabía en que momento lo había considerado y se había sorprendido a si mismo por lo que estaba a punto de hacer. Ni siquiera lo había pensado pero sus piernas le habían llevado hasta el baño dispuesto a terminar lo que habían empezado hacía unos minutos. Era cierto que después de todo no eran hermanos, que el cuerpo de Loki era exquisito y que su belleza podía compararse a la de la más bella dama, pero pensar de esa forma en el menor no era correcto. Ellos se habían criado juntos y lo quería como su hermano pequeño, ¿o no?. Esa pregunta rebotaba en sus oídos, pues la había dicho en voz alta mientras llevaba su mano hasta la abultada erección que tenía bajo los pantalones. Quizás ya no le viera de la misma forma y no se había dado cuenta. Al menos eso justificaba el comportamiento que adoptaba cuando ese titan loco se le acercaba con esas insanas intenciones, y que no se acordara de Jane cuando pasaba tiempo con él. Recordó haberle escuchado decir algo sobre el Tseracto pero la verdad es que no prestaba atención a sus palabras después de su insinuación sobre albergar a sus hijos, había sonado demasiado bien para reconocerlo.
Suspiró cansado de sus propios pensamientos mientras se daba la vuelta dispuesto a alejarse de la puerta para evitar la tentación de hacer una locura cuando escucho su voz cargada de placer. Creyó que le estaba mintiendo aunque al parecer si que se estaba ocupando de ese problemilla que ambos tenían en común en esos momentos. Se recargó en la puerta cansado de luchar contra su instinto y coló su mano bajo la ropa, subiéndola y bajándola mientras solo se concentraba en su voz, llegando al clímax en unos minutos imaginando que estaba juntos.