Desde el primer momento, JungKook presintió que aquella joven sería un problema, sin embargo, se había dado a la tarea de buscarla hasta por debajo de las piedras, pues sorpresivamente, se había encontrado innumerables veces, pensando en la traviesa de EunJae. Deseando volverse su dueño y poder poseerla. Wiha nunca había tenido interés sentimental por ningún humano, más que el que le habían otorgado al volverlo espíritu del agua. Para Kook, los seres que habitaban en la tierra eran todos iguales y valían lo mismo, no tenía derecho a respetarlos, pero si necesitaba protegerlos. Aún más a los que vivían en sus dominios. Pero EunJae, EunJae había conseguido lo que ningún otro, se había impregnado en el corazón del muchacho como nadie nunca logro hacerlo. Desterrándolo de pronto de su mundo de ensueños, en donde era el rey sin necesidad de una reina.
Desde que se atrevió a mirar los orbes avellana de la joven, había abierto sin querer la puerta que llevaba al cielo y al infierno. Esa mujer hacía su cuerpo volar y sus deseos arder en llamas. Sin embargo, desconocía como debía de tratarla y que debía de hacer para ganarse su corazón, así que hizo lo que mejor sabía hacer, ser un necio testarudo y engreído.
Al encontrar a la chica rondar en la cafetería que tanto le gustaba, su corazón le exigió seguirla y acercarse a ella. Claro que había muchas más mesas, no como Jae había creído y como él lo había planteado. La joven llevaba el cabello amarrado en una coleta de caballo, leyendo y comiendo en silencio. Jeon podía jurar que jamás había visto a un ser vivo tan adorable en la tierra.
Tragó saliva y se acercó a la joven para comenzar alguna clase de conversación.
Que decepción se llevó al darse cuenta del desdén que había en la mirada de su amada. Más aún cuando la conversación no continuó y tuvo que reclamar atención como un chiquillo.
Pero Kook no sabía que ese detalle no sería el único que lo haría querer revolcarse en llanto, pues cuando "ese" desconocido se acercó y abrazó a EunJae con todas sus fuerzas. JungKook se dio cuenta que había perdido la batalla incluso antes de haberla comenzado.
Presionó sus puños con fuerza, sobre la mesa y miró con un malestar tedioso, como Jae se entregaba a aquel hombre, sin entregarse realmente. Deseándolo y no haciéndolo a la vez.
JungKook cometió el peor error de su vida al haberse creído el vencedor cuando Jae le coqueteo. Ahora entendía que no era el único "hombre" sobre la faz de la tierra y que aquella chica era demasiado hermosa como para no tener a más de uno, detrás suyo.
— Jae... no sabes lo feliz que me hace volver a verte. — Habló el bastardo atrevido, que acariciaba galante a EunJae.
Jae asintió sin despegarse de sus brazos y lo miró a los ojos. Jeon pudo percibir en la mirada de la joven, un par de lágrimas luchando por no salir. Bajó la vista y suspiró, sacó su cartera para pagar la cuenta e irse en silencio, antes de que aquel romance se consumará en frente suyo.
Dejó un par de billetes sobre la mesa y posó la vista en la chica una última vez antes de salir.
Jae por supuesto, no se molestó en mirarlo.
Pero Kihyun sí lo hizo.
— ¿Venías con alguien? — Preguntó sonriéndole a EunJae, un tanto decepcionado, creyendo que quizá aquel joven era su nuevo amor.
Jae posó la vista en Kook, quien se alejaba alicaído. Miró la mesa y se dio cuenta de que el chico apenas había probado bocado.
— Es un amigo. — Respondió, esbozando una sonrisa. — Creo que no quería ser un mal terció.
Kihyun asintió.
— Entiendo. — Dijo, besando la frente de la chica, con cariño. — ¿Está bien que haga esto? — Preguntó. — Es decir, hemos terminado y ...
— Kihyun... he regresado y si aún sientes algo por mí, me gustaría continuar con lo nuestro. — Respondió la chica, entusiasmada, completamente en contra de perder tiempo.
Kihyun esbozó una gran sonrisa y abrazó a la joven con más fuerza.
— Hay demasiadas cosas que tenemos que hablar. Espera un segundo, he venido con un par de amigos, pero les diré que no podré quedarme con ellos.
EunJae asintió, mientras se separaba de Kihyun. El chico caminó hasta un par de muchachos, por su parte, Jae se dispuso a guardar el manuscrito y hacer espacio en la mesa, para que Kihyun pudiera sentarse.
Miró la orden de JungKook, casi intacta y se encogió de hombros, era seguro que jungKook no volvería, pues sobre la mesa había dejado el precio por su orden ¿Qué más daba si se lo comía? No le gustaba desperdiciar comida y ese pastel de frutos rojos sí que se veía delicioso.
Kihyun regresó a la mesa con un café y una dona. Se sentó junto a Jae, dispuesto a ponerla al corriente con todo lo que había sucedido aquellos dos años.
Volver a verlo, hacía a la chica suspirar, pues anteriormente había tenido la estúpida y loca creencia de haberlo dejado en el pasado, pero jamás se había atrevido a aceptarlo. No por completo.
Años atrás, Kihyun había salido con ella durante cuatro años, separándose por el inevitable viaje de Jae hacía Miami. No obstante, el amor que sentían el uno por el otro, no podían dejarlo atrás, por más que lo intentaran, pese al millón de personas que quizá encontraron en su camino.
(****)
JungKook se dirigió a casa, cabizbajo, comprendiendo la gravedad en el asunto. EunJae le había entregado su corazón a otro hombre y ni siquiera había comenzado a plantearse estar al lado de JungKook. Pero tal vez, ese había sido su error, no demostrar lo que sentía y dedicarse a ahuyentarla.
Caminó sin rumbo hasta llegar al lago, sorprendiéndose cuando miró a su hermano, besando a Ki Sanae.
Aquel día, se había convertido el más doloroso y extraño para el muchacho ¿Qué debía hacer?
He estado actualizando esta novela por qué he tenido un poco de tiempo en la escuela. Es más sencilla para mí esta que YCBMD, so.
Hace rato, estaba en la oficina y de pronto entró mi profesora y me dijo.
- Ese milagro que estas haciendo tarea.
Cuando en realidad estaba escribiendo. jajajaja
Igual, ya había acabado mi tarea. Aún me falta un poco, pero eso lo hago a la noche o tal vez mañana. No sé.
Tengo mucha hambre, pero mi mamá creyó que salía más tarde de la uni y no dejó dinero. Tendré que rebuscar en la nevera para ver si de pronto, hay algo para picar.
Mi día esta muy atareado, como salí temprano de la escuela, llegue a asear mi casa y hace rato vi un vídeo en donde a una fan se le llenaban sus álbumes de polillas, me dio mucho miedo, por qué tengo millones de libros en mi habitación y pensar en que algo así podría sucederles me dieron ganas clonarme, matar a mis clones y luego suicidarme ¿Comprenden mi urgencia? Así qué dedique un par de horas a acomodar, revisar, limpiar y proteger a mis bebés.
Encontré muchas cosas, tengo un libro vintage autografiado, un primera edición de Gabriel García Marqués, un primera edición intacto de Buñuel, dos libros que me acaban de regalar, vintage también. Tengo el libro de la regenta! wow, pensé que no lo tenía jajaja
Poseo una pequeña mina de oro en mi habitación, pero no quiero venderlos, ni tampoco sacarlos. Todos esos libros significan un millón de viajes, un millón de vidas y un millón de aventuras para mí. Todas las personas que jamás seré, a las que jamás tendré, pero igualmente soy y tengo. Tantos amores, tanto llanto.
Me emociona platicar con mis libros, tengo el habito de subrayar partes interesantes y hasta un pequeño diccionario con palabras que no entendía, pero me dedique a buscar su significado y ahora me brindan la oportunidad de jugar con ellas como me apetezca.
Las ansias de saber y conocer más, me consume cuando hurgo entre mis libros. Me dan ganas de empezar uno más, pero no puedo, por qué tengo la escuela y Wattpad. Tengo que estudiar y tengo que escribir.
Leer y ver anime. Mi día se compone de basicamente esas cuatro cosas.
Soy bien rara, de verdad.
Espero sus votos y comentarios.
Pero a parte de eso, me dan ganas de saber de ustedes.
¿Qué manías tienen? ¿Hay algo que las apasione a tal grado de abandonarlo todo por hacerlo?
Alguna vez leí que tienes el deber de convertirte en lo primero que piensas cuando te despiertas.
No tomen a la ligera estas palabras. Piensen con atención a que me refiero y respondan.
Por ejemplo yo: Cuando despierto no pienso en otra cosa más que en escribir. Hay días en los que se me ocurre una nueva historia o pienso en la continuación de las que ya tengo.
Cundo leo un libro me da envidia, por qué al darme cuenta de la magnifica escritura de los autores, me doy cuenta que tengo un largo camino que recorrer. Pero también me da fuerzas, por qué sé que puedo lograrlo.