- CORRE – grito mi hermana
- Espera un momento que tengo las patas cortas – jadeo. No era un corredora como mi hermana. Ella al verme se detuvo y dio vuelta
- Es piernas, no eres un pollo – me corrigió
- Eres una sabelotodo Susan – me burle y recibí dio un codazo por parte de mi hermana mayor haciéndome reír. No daba buenos golpes
Ella era buena corriendo pero dando golpes era pésima
- Ya calla y sigamos que ya va abrir y todos vienen
- No me lo recuerdes, casi me doy una buena con unas mujeres – murmure molesta.
Si veía a esas mujeres de nuevo no me quedaría de brazos cruzados
- Es que tiene buena comida la tienda – comento viendo su teléfono
- Y helado – dije con un brillo en los ojos, Susan negó con una sonrisa al ver el brillo en mis ojos
- Eres una glotona
- Como si tu no lo fueras – ataque y me cruce de brazos
- Ya calla gorda – se defendió
- Palo de pollo y no soy gorda – dije, Susan puso una mano en su pecho haciéndose la ofendida
- No soy un palo de pollo ni soy gorda – hablo enojada – cuantas veces te lo tengo que decir – reprocho
- Castaña teñida regañona – cante divertida, Susan me miro con un fuego en los ojos
- ¡No soy teñida! – chillo - y tampoco soy regañona señorita – dijo y se puso roja haciéndome reír - ¿Y ahora que? - pregunto enojada
- Sonaste como una abuela– dije riendo
- ¿Acaso tu me vez como una abuela? – se señalo, pare de reír y la vi de arriba a abajo. Mi hermana era atractiva y tenía un cuerpo bonito
- No
- CORRE QUE LLEGARON – grito al ver que abrían el lugar, volvimos hasta el lugar, cogimos dos carretillas y nos fuimos por separado comprando cosas diferentes, yo lo dulce y Susan lo que tenia en la nota que le dejo nuestra madre
Unos minutos después llegaron las personas y cuando elegía los helados dos niños de siete años quisieron quitarme la cubeta de helado que había elegido los muy... lindos por no decirlo en palabras obscenas o como yo diría las normales de mi vocabulario
- ES NUESTRA – gritaron jalando pero no les deje
- YO LA VI PRIMERO, EMBUSTEROS, ENJENDROS DEL MAL – grite y jale también. Tenían fuerza los chiquillos. Todas las personas que pasaban cerca de los frízer nos miraban
- GONZALO, FERNANDO – grito la mamá de los engendros del mal, hijos adorados para ella para mi malditos coge cubeta de helado
- LUCÍA – grito mi hermana mirandome con mala cara
- Yo lo vi primero y esos hijos que tiene se lo quieren llevar – le dije a la señora – Y DENMELO – grite dando un fuerte jalón, sonreí victoriosa cuando lo tuve en mis manos, puse el helado en mi hombro como si cargara un bebe – allá hay otro, cojanlo – señale, ellos lo cogieron y se fueron sin antes mirarme con odio, yo les devolví la mirada y también les saque la lengua – nadie puede con Gonzáles y AH – grite cuando sentí mucho frío en el brazo
- Pendeja – susurro Susan riendo y cogió el helado – te pusiste así por un helado de oreo
- ¿Como pudiste hacerme esto amor? – le pregunte al helado mientras me daba unos masajes en el brazo, Susan negó con una sonrisa
- Vámonos – dijo y medio la espalda, cogí la carretilla y fui a la caja al lado, cuando tenia que pagar mire a mi hermana pidiendo ayuda, ella saco dinero de su billetera y me dio veinticinco euros, me soné la garganta y le di el dinero, la cajera levanto una ceja pero lo cogió, cogí unos cartuchos y metí la comida, cogí la galleta e iba a meterla pero me caí al piso
Una persona me había tumbado
- Lo siento – se disculpo un chico, hice una línea en mis labios y baje la cabeza, el chico cogió las galletas y me las dio
- Aquí tienes
- Gracias – murmure, él me guiño un ojo y se fue, moví mi cabeza y fui donde Susan, ella me miraba divertida – ya cállate
- Pero si no he dicho nada – dijo riendo
- Mejor vámonos – murmure y salimos, Susan se puso a mi lado y caminamos, quince minutos después llegamos a la casa, cogí la llave y abri la puerta, fuimos a la cocina y empezamos a sacar las comida de la compra, fruncí mi ceño al escuchar el teléfono de Susan, esta dio vuelta y respondió la llamada
- Aja... si... no lo dices en broma... CLARO QUE SI, espera le tengo que preguntar a mi hermana – dijo, arque una ceja al escucharla. Ya tenia una idea
- ¿Que pasa?
- ¿Podrías cubrirme hoy en la noche? – pregunto y me sonrió mostrando sus dientes – por fis – dijo e hizo cara de perrito mojado
¿Por qué siempre tenia que hacer esa cara?
- Vale, vale lo haré – le respondí aburrida – pero primero dame diez – dije y extendí mi mano
- ¡Soy tu hermana! – exclamo ofendida
- Vale, tu elijes quedarte castigada por una semana sin teléfono y salidas – dije volviendo a sacar y guardar
- Te odio – murmuró y me dio el dinero
- Esa es mi hermana – dije guardándome el dinero en el pantalón
- Vengan a… deja de reírte, ella no es fácil – se defendio, aguante mi risa – ven a las...
- Diez – dije terminando de guardar – mamá y papá vendrán a las ocho y a la diez estarán dormidos
- Entonces a las diez, vale nos vemos en la noche – dijo cerrando la llamada y saliendo de la cocina, cogí las galletas y cuchara, abri la refri y cogí el helado que había comprado, salí de la cocina y subí las escaleras hasta el cuarto de mi hermana. Ella buscaba ropa para ponerse en la noche
- Falda, top, chamara y botines – dije y seguí caminado hasta mi cuarto
- GRACIAS – grito, sonreí y entre al cuarto, me cambie por algo ligero (suéter celeste, short corto de encaje, medias grises largas con un gatito blanco) me tire a la cama y prendí la televisión puse Netflix y escogí una película, cogí el helado, las galletas y me las comí
- LUCÍA – grito mi hermana, gruñí y pare la película
Estaba en la mejor parte, salí del cuarto y fui al de ella. Ya tenia puesta la ropa
- ¿Que? – pregunte molesta
- Ábrele la puerta al repartidor, ten el dinero – dijo dándome el dinero
- ¿Repartidor de que? – pregunte
- Pizza – respondió, corrí escaleras abajo y le abri la puerta, le di el dinero y cogí la pizza
- Que tengas un buen día, adiós – dije rápido y cerré la puerta delante de sus narices, cogí cuatro pedazos y los puse en un plato, cogí un vaso y lo llene de soda, volví a subir y le di a Susan, ella me lo agradeció y me dio un beso en la mejilla, sonreí y cogí los pedazos que me quedaban, subí las escaleras y me encerré en el cuarto, me acosté en la cama y puse play
Cuando me di cuenta eran las siete y veinte de la noche
Que rápido pasa el tiempo
Apague la tv y me volví a cambiar, me hice una coleta y baje las escaleras al escuchar el timbre. Eran mis padres
Corrí a la puerta y les abrí, no me pude contener y me tire a los brazos de papá haciéndolo reír
- Hola Mi... – saludo pero lo interrumpí
- Lucía – lo corregí, papá negó y me bajo
- Hola papá, hola mamá – saludo Susan bajando las escaleras
- ¿Donde esta su hermano? – pregunto mamá, nosotras nos miramos y sonreímos
- Esta con sus amigos, en la mañana se fue y creo que va a dormir con ellos – respondió Susan
- Sin saludarnos – dijo papá, levante los hombros y cogí su maleta y la de mamá. Joder, estaban pesadas, ¿Que tenían dentro?
Tire las bolsas al lado de su cama y fui a la sala
- ¿Y que hicieron? – pregunto mamá
- Nada productivo – dije haciendo reír a Susan
- Hicimos las compras – me corrigió Susan, mamá negó y fue a la cocina en un dos por tres hizo lasaña
- ¿Como me vas a encubrir? – pregunto mi hermana
- Recuerda quien soy, además ya tu me conoces ¿Cuantas veces te he ayudado? – pregunte con una ceja alzada mientras ponía los platos
- Muchas – recordó Susan poniendo los vasos
- Vez. Desde los trece te he ayudado y ahora voy a cumplir dieciséis, tenme confianza - reproche
La cena fue muy animada, mamá y papá nos contaban de su viaje y donde fueron, después de eso se levantaron y fueron a su cuarto
Estaban cansados
Susan corrió escaleras arriba a cambiarse sin siquiera ayudarme a fregar los platos. Lo tuve que hacer yo solita
Para la otra no la voy a ayudar por esa gracia
Me tire a la cama y cerré los ojos esperando que fueran las diez
(…)
Abri mis ojos al escuchar el sonido de mi teléfono. Era un mensaje de Susan. Ya eran las seis
Me levante y cogí unas almohadas y peluca. Siempre lo hacia y siempre salía bien
Salí del cuarto a hurtadillas, cerré la puerta con cuidado y camine de puntitas al cuarto de mi hermana, abri la puerta y la cerré igual con cuidado, Susan estaba frente al espejo
- ¿Como me veo? – pregunto bajo
- Tremendamente bien y si fuera hombre te follaría por hermosa – le respondí y cogí unas sabanas que estaban guardadas, las uní y fui a la ventana
- No voy a ir por la ventana – dijo cruzada de brazos, iba a decirle que era una exagerada porque no era tan alto pero tocaron la puerta, Susan se puso un camisón y fue a la puerta, corrí al armario y me escondí
Por suerte era grande
- Hola papá – saludo nerviosa
- Escuche un ruido
- Que... no, esa fui yo, me caí cuando ... ¿no estabas durmiendo? – pregunto
- Vale... ¿Eso es maquillaje? – pregunto y toco su mejilla
- Eh.., se me olvido quitármelo, ya lo voy a hacer
- Vale, voy a ver a tu hermana
- No, déjala dormir, sabes que si alguien la despierta se enoja, sabes su temperamento – dijo rápido
- Tienes razón
- Siempre la tengo papá – dijo mas relajada. Quise salir de mi escondite y darle un puñetazo no se porque
- Buenas noches – dijo y se fue, Susan cerro la puerta y se tiro a la cama, salí de mi escondite
- Todo esta perdido – dijo mirandome – no podre ir a la fiesta – dijo triste quitándose él camisón
- Estas hablando con Lucía Gonzáles y de que vas a esa fiesta vas, me importa que deba de conducir – dije firmemente y fui a la ventana. Una camioneta negra estaba frente a la casa, de la camioneta salió un rubio. Era Mario – arriba – ordene y cogi su mano arrastrándola a la ventana – Mario te esta esperando
- Te quiero
- Lo se, ahora ve – dije, ella asintió y salió por la ventana, cuando estuvo frente al carro se dio vuelta y me hizo una ademán con la mano igual que Mario, solo que este me tiro un beso. Tonto
Cerré la ventana y fui a la cama metiéndome entre las sabanas, apenas toque la almohada me dormí
Idear planes maestros cansaba