El Internado.

Galing kay mariajose9515

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El internado "La Laguna Negra" es un colegio de élite en un entorno privilegiado. Las familias más pudientes... Higit pa

El principio del todo.
Algo que esconder.
Todo lo que no se ve.
Solo nosotros.
¿Quién es?
Hasta siempre, amigo.
Esto no puede ser.
Capítulo 8
Capítulo 9
¿Quién es Irene Espí?
Como le vea le parto la cara.
Si no lo veo no lo creo.
¿Cuándo pensabas decírmelo?
Ni frío ni calor.
Capítulo 15
Capítulo 16
Creo que sé quien la mató.
Capítulo 18
La vida es eso.
Capítulo 20
Si te pasa algo me muero.
Capítulo 22
La noche del fuego.
Capítulo 24
El puré de calabaza.
Niñato.
Estoy embarazada.
¿Por qué sale tu padre en las fotos?
No puede ser.
Un chico demasiado rico.
Hay cosas que ni se compran ni se venden.
La fiesta de las dos lunas.
¿Y este es el gilipollas que te gusta?
¿Dónde nos hemos metido?
¿Me has engañado?
¿Te gusto?
Esto es muy raro.
¿Qué está pasando?
¿Quién es el tercero?
¿Qué cojones habéis hecho?
Perdóname.
¿A ver si vas a ser tú la chivata?
¿Esto que es ahora? ¿Una central nuclear?
Nemo.
¿TÚ?
La noche de Santa Isabel.

SIGUE SOÑANDO.

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Galing kay mariajose9515


Llega la noche y todos empiezan a entrar en el comedor para cenar. Sigue en pie el plan de acercarse a Amelia, aunque puede que el plan salga mal parado.

-Tienes que empezar a hablarte con Amelia. –Dice Roque.

-No puede empezar a hablarse de la nada, después de todo lo que se han dicho... -Dice Vicky.

-Bueno, a Marcos siempre se le ha dado bien picotear un poco. –Dice Iván. –Mira, se acerca a la mesa central, ve con ella.

Carolina ve como Marcos se levanta y se dirige hacia ella. Siente celos, pero sabe que lo está haciendo por el bien de todos.

-No tengas miedo, Carol. Marcos te quiere a ti. –Dice Vicky.

Marcos se acerca a la mesa y se pone al lado de Amelia.

-Vaya mierda de cena hay hoy. –Dice Marcos.

Amelia lo mira, pero no dice nada. No sabe que decir. Siente cosas por Marcos, pero sabe que está demasiado lejos de él.

-La verdad, es que no se han esmerado mucho. –Dice ella.

Marcos la mira, pero no puede evitar seguir sintiendo rabia.

-Marcos, debemos de hablar. Tengo que aclararte unas cosas. –Dice con miedo.

-Está bien. Tienes que aclararme porque te has inventado que estás embarazada de mí. –Dice Marcos.

Es mucho más de lo que podía esperar. Sabe que tiene derecho a hablarle así, pero le duele. Ella está haciendo eso, en contra de su voluntad, y lo está pagando con creces.

-Te espero en el Palomar a las once.–Dice Marcos.

-Está bien, ahí te veré.

Marcos se acerca a la mesa y todos le miran con ganas. Quieren que les diga lo que ha hablado con Amelia.

-He quedado a las once en el Palomar con ella.

-No puedes ir solo. Te puede haber tendido una trampa. –Dice Carolina.

-No, no lo hará. –Dice Marcos, convencido.

-Iremos contigo pero no nos verán. Somos unos expertos en colarnos en sitios donde no nos puedan ver. –Dice Iván.

-Pero ellos pueden llevar a gente igual. –Dice Roque.

-Si no nos han pillado en todo lo que llevamos aquí, ¿Nos van a pillar ahora? –Dice Iván.

-A las once iremos todos al Palomar, pero solo se presentará Marcos. –Dice Vicky.

Dejan por zanjado el tema y empiezan a recoger las mesas. Es hora de irse a dormir.

-Oye, ¿Habéis visto el nuevo bebé de Elsa? –Dice Vicky.

-Sí, ahora a mi padre le ha dado por cuidar a bebés huérfanos. Ya que no ha cuidado de mí, compra a otro niño para hacerlo. –Dice Iván, cuando van de camino a las habitaciones.

Esta vez, todos van a sus habitaciones, en pocas horas tienen que volver a salir y no pueden levantar sospechas.

Marcos está nervioso.

-Marcos, no tenías que haber aceptado. –Dice Roque.

-Tenemos que tener a Amelia engañada. –Dice él.

-¿Y si a los que nos están engañando es a nosotros?

-Nosotros ya contamos con ello. –Dice Iván.

-Iré e intentaré conseguir lo máximo posible. –Dice Marcos.

Todos empiezan a prepararse, pero esta noche le toca a Elsa, ir de habitación en habitación. Los chicos, hacen como que están con el pijama para no levantar sospechas.

Cuando ven que ya se ha marchado a su habitación, vuelven a vestirse y salen de sus habitaciones sin ser vistos.

Se preparan para salir y se adentran en el bosque. Hace frío y algo les dice que va a pasar algo malo. Pero van todos juntos, no hay nada que temer.

Marcos, se dispersa de sus amigos y llega al Palomar. Todavía no hay nadie, pero va preparado. Ha encendido todas las linternas que tenía para que no le pille desprevenido ningún ángulo muerto.

Carolina, está colocada detrás de un árbol, con la mala suerte de que se ha despistado y los demás han echado a andar sin ella. Pero ya es demasiado tarde, ve a Amelia a lo lejos y no puede moverse, sino estropeará todo el plan.

Amelia entra en el Palomar y se encuentra con Marcos.

-Pensaba que no ibas a venir. –Dice Amelia.

-Yo siempre cumplo mis promesas.

-Marcos, no es lo que tú crees. Yo no soy de los malos.

-Pensaba que te ibas a preparar una excusa mejor. Muy mal, eh. Para ser profesora, se te da muy mal.

-Me tienes que creer. Yo no puedo decirte nada.

-Lo que hagas tú con tu vida, me da igual. Pero yo quiero saber dónde están mis padres y porqué nos utilizáis.

-Tienes que dejar de investigar o tus amigos lo pagarán. De verdad. Y no os estoy amenazando, os estoy avisando. –Dice Amelia.

Carolina, está tan atenta a lo que está ocurriendo en la caseta, que no se da cuenta de que alguien se está acercando por detrás hasta que es demasiado tarde.

-¿Os vais a estar quietos de una vez? –Dice un hombre con la cara cubierta.

Carolina, empieza a gritar, pero nadie la oye. El hombre, empieza a apretarle el cuello tanto, que empieza a costarle respirar. Marcos, que llega justo a tiempo, le propina con una piedra al hombre y este cae al suelo. Carolina, está inconsciente y no respira.

Los demás llegan a su encuentro y cogen a Carolina en brazos para llevarla al colegio.

-Amelia, nos ha tendido una trampa. –Dice Iván.

-Nuestro plan, se acaba aquí. No quiero saber nada de esa escoria de persona. –Dice Marcos con Carolina en brazos.

Llegan al internado y por suerte no hay nadie, pero nunca se sabe. En un colegio tan grande, en cualquier momento, aparece alguien.

María.

-¿Se puede saber qué es lo que ha pasado ahora? –Dice a medio dormir.

-Hemos bebido más de la cuenta y se ha quedado inconsciente. –Dice Iván.

María los mira sin creerse nada, pero prefiere no saberlo. La suben a la habitación y al poco, empieza a reaccionar.

-¿Estás bien? –Dice Marcos, preocupado.

-Sí, sí. Un hombre, me ha cogido por detrás y me ha dicho que no investiguemos más. Pensaba que me iban a hacer algo más, Marcos. –Dice entre lágrimas.

Marcos, que le parte el alma verla así, la abraza y calma su llanto. Si le pasa algo a Carolina se muere.

-Marcos, yo me quedo con ella. No te preocupes. –Dice Vicky, despidiéndose de ellos.

Los chicos se marchan a su habitación, pero aún tienen el susto en el cuerpo.

-Tenemos que ir solos, Marcos. No podemos hacernos los héroes. Somos solo unos críos. –Dice Roque.

-Roque, ¿No crees que si hubiesen querido matarnos lo hubiesen hecho? –Dice Iván.

-A lo mejor están buscando algo en nosotros y cuando lo encuentren nos matarán.

-Pues hasta entonces, seguiremos buscando. –Dice Iván.

-Será mejor que nos vayamos a dormir, no quiero tener más problemas por hoy.

Es un nuevo día en el internado. ¿Qué les deparará hoy? Han pasado dos días desde el accidente del bosque. Andan con mucho ojo y Marcos, cada vez que se acerca a Amelia, solo le hace falta escupirle.

-No quiero estar más tiempo separado de ti. –Le dice Marcos a Carolina.

-Ni yo, Marcos. Te amo mucho. –Dice ella.

Los dos se besan apasionadamente hasta que llega Iván.

-Bueno, bueno, como nos hemos levantado hoy, eh Gallego?

Marcos le dedica una sonrisa y se dirigen hacia el comedor. Roque, Iván y Marcos, están en la cola para servirse un zumo cuando Amelia, se cuela para poder hablar con Marcos.

-Marcos, necesito hablar contigo.

Él no contesta.

-Yo no tengo nada que ver.

-No me hagas reír.

-De verdad, tienes que creerme.

Dejan a Amelia parada en la cola y ellos vuelven a sus asientos.

No van a volver a creer a Amelia, jamás.

Se dirigen hacia clase y se sientan en sus pupitres.

-Buenos días. Espero que esta semana la empecéis con mejor ánimo que la anterior. Habrá examen. –Dice Elsa.

Todos empiezan a quejarse.

-Pero, Elsa, aún no hemos terminado el tema. –Dice Vicky.

-Si me dejáis terminar, podré explicaros lo que vamos a hacer. Este trimestre, estáis sacando unas pésimas notas, ya no sé qué trabajos mandaros, que deberes...así que he decidido, que entre grupos, me hagáis un trabajo sobre el libro que vosotros queráis, pero que tenga que ver con la edad media. En la biblioteca hay decenas de libros.

Todos se dirigen a la biblioteca y Marcos coge el primero que pilla. Se llama "La historia de la Edad Media"

-Joder, Marcos. Podías haber cogido uno más interesante. –Dice Roque.

-¿Y de qué quieres que lo coja? ¿De Pasión de Gavilanes? –Dice Iván.

-Con este nos sirve. –Dice Vicky.

-Esto es lo bueno de hacer los trabajos en grupo, que siempre hay uno que hace todo. –Dice Iván, abrazando a Vicky.

Se sientan en una mesa y empiezan a elegir sobre el tema que van a hablar. Hablarán sobre la vida en los castillos, pueblos y las relaciones entre la ciudad y el campo.

-No sé si prefiero vivir en la Edad Media o aquí. –Dice Iván.

-Por lo menos, cállate. –Dice Vicky.

Roque, está pasando hojas sin saber que mirar, no entiende nada. Nota algo raro en el libro, lo mueve y algo suena. Hasta que en el hueco de las hojas, cae algo metálico.

-¿Qué es eso? –Dice Marcos.

-Es una llave. –Dice Roque.

-¿Y qué hace una llave en un libro? –Dice Carolina.

-Lo raro es que no aparezca Napoleón en el internado. –Dice Iván.

-A ver. –Dice Julia.

Julia coge la llave y la mira. Le parece familiar. Hasta que lo recuerda.

-Esta llave es de mi padre. –Dice ella.

-¿De tu padre? –Pregunta Roque.

-Mi padre guarda sus ahorros en un banco donde tienen esta llave. –Dice ella.

-Pues si hay una llave guardada aquí, debe ser importante lo que hay en esa caja. –Dice Iván.

-Tenemos que ir. –Dice Marcos.

-Sólo puede pasar Julia. –Dice Vicky.

-Yo iré. Vosotros mientras, cubrirme aquí. Saben que donde va uno, vamos todos. De esta forma, no sospecharán. –Dice Julia.

-¿Estás loca? No vamos a dejar que vayas sola. –Dice Iván.

-No hay otra opción. Fuera de aquí, estoy más segura que aquí dentro. –Dice Julia.

-Bueno, espero que ya hayáis escogido el libro con el que vais a hacer el trabajo. La nota es un 100% así que más os vale que lo hagáis bien. –Dice Elsa, interrumpiéndolos.

Cogen el libro y se marchan para sus habitaciones. Julia, está preparándose para marcharse pero Iván no quiere que se vaya.

-Tú no vas a ir a ningún lado. –Dice Iván. –Voy yo.

-Iván, a mí esto me hace la misma gracia que a ti. Pero sólo puedo ir yo. –Dice Julia. –No me va a pasar nada. Y si me pasa algo, te llamaré. ¿Vale? –Le dice mirándole a los ojos.

-Está bien. –Dice él.

-Alguien tiene que cuidar de los chicos. –Le guiña el ojo.

Mientras tanto...

-Jacinta, acaban de llegar los resultados de las pruebas del otro día. –Dice el bedel.

-Vale, se las llevaré a Elsa. –Dice Jacinta.

Ésta, lleva los sobres a Elsa.

-Aquí te dejo las pruebas del otro día.

-Ahora mismo no tengo mucho tiempo para entregar nada. Llévaselas a Héctor y que se las dé él. –Dice Elsa.

-Está bien. –Dice Jacinta. –Elsa, lo estás haciendo muy bien.

-Gracias. –Dice ella complacida.

Jacinta, lleva los resultados al despacho de Héctor y se los da.

-Que no se te olvide, que esta tarde es la fiesta de Santo Tomás, he estado escogiendo las ciento cincuenta fotos más antiguas del internado para enseñárselas a todos. Espero que todo esté como a ti te gusta.

-Seguro que lo haces genial.

La fiesta de Santo Tomás, es una fiesta donde se enseñan las tradiciones y fotos más antiguas que hay del internado. Para enseñarles a los nuevos que es un colegio de prestigio y de mucha antigüedad.

Los chicos, no tienen ganas de ninguna fiesta, pero es el lugar perfecto para que nadie se dé cuenta de que falta Julia.

Se sientan en el salón de actos en primera fila. Ya que van a tener que tragarse dos horas de charla, por lo menos que vean.

-Esto es una mierda. Nos van a enseñar lo felices que eran y lo pulcro que es este colegio. –Dice Marcos.

-¿Lo dudabas? –Dice Iván.

Martín, se sienta a su lado.

-Vosotros tenéis las mismas ganas que yo de estar aquí. –Les dice a los chicos.

Marcos e Iván se echan a reír. De todos los profesores, él es el único que todavía no han tenido que escapar. De momento. Aunque parezca un tanto misterioso, no parece malo. Y además, Lucas es el mejor amigo de Paula, así que no puede ser malo.

Empiezan a salir fotos de los años 70, nada interesante. Empiezan a subir de año.

-Oye, esto nos puede servir para averiguar algo sobre Irene o Samuel. –Dice Vicky.

Llegan al año 1973.

Ponen una foto enfrente de la puerta del colegio. Salen muchos niños, entre ellos Irene Espí. Pero parece que nadie se da cuenta, excepto Héctor, Jacinta y ellos.

-Un momento. –Dice Martín. –El niño que está ahí, soy yo. –Dice extrañado.

Los chicos y Héctor, lo miran confusos.

Algo anda mal.

-Seguro que es un niño que se te parece. –Dice Camilo.

El bedel, sigue pasando fotos para acallar a todos y seguir con la fiesta.

Los chicos, no creen que sea una casualidad.

-Martín, Martín. –Dice Marcos.

-¿Estás seguro qué ese chico eres tú? –Pregunta Iván.

-Totalmente seguro. –Dice él. –Mirad. –Les enseña una foto.

-Será mejor que entremos en la habitación. –Dice Roque.

Entran en la habitación de Martín, pero éste no entiende lo que pasa.

-¿Qué pasa?

-Que no es una casualidad que aparezcas en esta foto. –Dice Marcos.

-¿Te acuerdas de algo? –Dice Vicky.

-No, yo nunca he visto este sitio. Si ni siquiera soy de aquí, soy de Galicia.

-¿Te acuerdas de esta niña? –Dice Marcos, enseñándole una foto de Irene Espí.

-Marcos, esa es tu hermana. –Dice él. –Creo que os estáis equivocando.

-Mira la fecha. –Dice Iván. –Pone 1973. Y tú en esa orla, sales a su lado. ¿Mucha coincidencia, no?

-A ver, a ver, no entiendo nada. ¿Por qué iba a estar yo en un colegio de huérfanos? Sí yo tengo a mis padres.

-A lo mejor tus padres te adoptaron y no te han dicho nada. –Dijo Vicky.

-No, mis padres no harían eso.

-A mi madre se lo hicieron. Y muchas más cosas.

-¿Tu madre? –Dice perplejo.

-Sé que te estoy contando muchas cosas que no debería. –Dice Marcos. –Mi madre es esta. –Le enseña una foto más reciente.

-¿Sandra? –Dice Martín.

-¿Conocías a mi madre? –Dice Marcos.

-Sí, nos conocimos poco antes de que ella desapareciese. Me contacto porque Paula y Lucas, fueron juntos a la guardería, eran tan pequeños que ninguno de los dos se acuerda de que se conocen.

-Pero, si tú conocías a Sandra, cuando viste a Paula ¿no te recordó a Irene? –Dice Roque.

-No, a no ser que le hiciesen lo mismo que a tu madre, Marcos. Que le lavasen el cerebro. Como lo hicieron con Irene. –Dice Vicky.

-¿Lavar el cerebro? ¿Qué decís?

-En este colegio, hace muchos años, trataban con niños. Hacían experimentos con ellos, con el fin de algo, no sabemos el qué. A mi madre, le hacían pruebas y después le borraban la memoria para que no se acordase, para desechar los malos recuerdos. Por eso no has recordado a Irene cuando has visto a Paula. –Le explica Vicky.

-¿Te han hecho alguna operación de pequeño? –Pregunta Marcos.

-De apendicitis. Cuando era muy pequeño. –Dice Martín.

-¿Nos dejas verlo? –Dice Carolina.

Martín, que no sabe lo que está pasando, se levanta la camiseta y tiene la misma cicatriz que la madre de Marcos.

-¿Y ese tatuaje? –Pregunta Roque.

-Me lo debí de hacer una noche de borrachera, porque no me acuerdo de hacérmelo.

-Ese tatuaje te lo hicieron con seis años. Hay muchos niños con esa marca. Tienes que tener cuidado, a otra niña la asesinaron por ello. No quieren que nadie, de los que estuvieron aquí hace treinta años, sepan la verdad. Y tú ya sabes demasiado. –Dice Marcos.

-Si esto que me estáis contando, es real, tenemos que llamar a la policía. –Dice Martín.

-Ya lo hemos intentado. Y los tienen comprados. –Dice Carolina.

-Será mejor que lo que te hemos contado, no salga de aquí. Y lo más importante, tienes que creernos. –Dice Marcos.

-Está bien, no se lo contaré a nadie. Pero, ¿Aquí estaremos a salvo mi hijo y yo?

-Si ellos no se enteran de que sigues vivo, no pasará nada. –Dice Iván.

-Pues me han hecho unos análisis, ¿Podrá salir ahí algo?

-No lo creo. –Dice Iván.

-Actúa con normalidad. Será lo mejor. –Dice Vicky.

Los chicos se marchan de aquella habitación, más contrariados que antes de entrar. Ahora resulta, que Fermin, su profesor, fue a clase con Irene Espí y ha sido amiga de su madre durante mucho tiempo. De ahí, que no se acordase de nada.

-¿Creéis que se quedará callado? –Pregunta Marcos.

-Sí, tiene miedo de que le hagan daño a su hijo. –Dice Roque.

-¿Y Julia? ¿No debería de haber llegado ya? Ya ha acabado la fiesta y se van a dar cuenta. –Dice Carolina.

-Sí, ya debería de haber vuelto. La estoy llamando y no consigo contactar con ella. Tiene el móvil apagado. –Dice Iván.

-Que no le haya pasado nada. –Dice Vicky.

Iván está preocupadísimo. Después de lo que le ha pasado a Carolina, si han pillado a Julia saliendo del internado, está muerta.

Sale por el pasillo para encontrarla, a lo mejor de esa forma aparece. Pero nada. Él, sigue llamándola, pero no consigue contactar con ella. Hasta que la ve aparecer por el pasillo.

-¿Se puede saber que haces con el móvil? –Le grita Iván.

-Se me ha quedado sin batería y no he podido llamarte. Tu padre estaba en el banco y lo he podido distraer, pero saben que he estado allí. –Dice ella.

-¿Has encontrado algo? –Dice Iván.

-Sí, pero será mejor que se lo enseñemos a los demás. –Dice Julia.

Julia se coloca la falda del uniforme, para que no se dé nadie cuenta de que se ha venido vistiendo en el taxi.

-Un momento. –Dice Iván.

-¿Qué?

Iván, coge a Julia y le da un beso. Se ha preocupado muchísimo por ella y aunque quiera mantenerse alejado de ella, no puede. Al principio, Julia quiere apartarse, pero no puede, bueno mejor dicho, no quiere. Así que los dos dan rienda suelta a la pasión.

-Ujum, ujum. –Se oye.

Julia e Iván se separan y se encuentran con Jacinta.

-¿Es que no hay otro sitio donde darse el lote que en medio del pasillo? –Dice la gobernanta.

-Lo sentimos. –Dice Julia, mirando hacia el suelo sin poder contener la risa.

-Tened cuidado. –Dice Jacinta marchándose.

Ellos saben perfectamente, que esa advertencia va con segundas intenciones. Al parecer, todo el mundo sabe lo que está ocurriendo aquí.

Julia e Iván, entran en la habitación donde están todos sus amigos.

-¡Julia! Pensábamos que te habían hecho algo. –Dice Vicky.

-Por casi, estando en el banco me he encontrado con Noiret y la verdad no creo que tenga allí sus ahorros. Porque cuando he salido del banco, ha venido corriendo hacia mí. Así que saben que hemos estado en el banco. Ahora más que nunca hay que tener cuidado. Si lo que mi padre tenía en esa caja es importante para ellos, no van a dudar en conseguirlo. –Dice Julia.

-¿Y qué había en la caja? –Pregunta Marcos.

-No te lo vas a creer. –Dice Julia. –en la caja he encontrado esto. Una foto mía y de mi padre y esta nota. "Si no nos das lo que te pedimos, le haremos mucho daño a tu familia" –sabía que a mi padre le habían matado. Y también he encontrado esta caja.

-Pone OTTOX. –Dice Roque.

-Pero, si tu padre era el que ayudaba a la psicóloga a tratar a mi madre, ¿también estaba en la empresa de OTTOX? –Pregunta Marcos.

-Quizá su padre estaba metido en esta empresa, pero cuando se dio cuenta de todo lo que hacían se marchó y empezó a ayudar a la madre de Marcos. Lo que es algo raro, es que las personas que ayudaron a tu madre, están muertas. Así que blanco y en botella...-Dice Roque.

-¿Qué hay en la caja? –Pregunta Carolina.

-Sangre de Paula. –Dice Julia.

-¿Cómo? –Dice Marcos cogiendo la caja.

Mira la caja y en ella hay una muestra de sangre con el nombre de su hermana. Por lo que quiere decir, que a Paula, le han sacado sangre.

-Pero esta sangre, debe de llevar en esa caja mucho más tiempo. Es decir, si solo tu padre podía abrir y cerrar esta caja, significa que alguien antes le sacó la sangre. –Dice Roque.

-¿Y por qué es tan importante la sangre de mi hermana como para matar?

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