Capítulo 3:
Justin cerró su balcón y se metió en su recámara, Miley se acostó en su cama, con el corazón aún a mil por hora, era mirar el cielo cada que se desvestía, ese cuerpo... un cuerpo envidiable por muchos chicos... muchas veces se preguntó como sería su primera vez, y después reía sin parar, ¿como si alguien se fuera a fijar en mi?, decía irónica, pero como toda chica, en esta etapa, era cuando despertaban las hormonas, no era su culpa sentirse atraída por Justin, tampoco era su culpa tener la necesidad de espiarlo y querer más de el, mucho menos por su encantador cuerpo... y la curiosidad invadía su mente, esperando que le respondiera las mismas preguntas... ¿será virgen? ¿a que sabrán sus lindos labios? ¿que se sentirá que sus manos recorran tu piel?
Eran preguntas demasiado íntimas para ella... en ocasiones llegaba a odiarse por ser tan asquerosa... y poder llegar a preguntarse eso, cuando Justin demostraba ser una de las personas mas lindas que en su vida había conocido, y se tenía que aguantar su enfado y frustración, maldiciendo por ser tan sucia al tener pensamientos así.
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Justin se encontraba en su habitación, pensando... pensaba en lo primero que se le venía a la mente, no sabía aún que quería estudiar, de lo que estaba seguro es que se quería quedar en la universidad de Fordham, ahí había muy buenas opciones para poder estudiar, se imaginaba que para ese entonces ya se enamoraría de verdad... tal vez pudiera compartir apartamento con su pareja, ser felices, trabajar medio tiempo, y ser responsable, como toda una persona mayor de edad. Pero por el momento, la chica que lo traía loco era Priscila... una chica de su preparatoria, ojos de color, delgada, y melena ondulada, Priscila también estaba enamorada de el, aunque pertenecia al grupo de los populares, como a Justin no le gusta eso de tener que menos preciar a las demás personas, no entraba en su grupo, y sabe muy bien que la única manera de estar cerca de Priscila, es entrando a ese grupo de populares.
Pensando en como poder tenerla a su lado, lo venció el sueño... a la mañana siguiente se le hizo tarde para ir a la preparatoria, se levantó y de inmediato, baño, desayuno... hizo su rutina matutina, acomodó su mochila, mientras lo hacía, sacó la botella de agua, que le había dado un día anterior Miley, con la mayor amabilidad y sinceridad, sonrió para el mismo, bajó y tomó una botella de agua nueva, les tocaba deportes a la última, de seguro se la podía dar... así agradecerle...Salió de su casa disparado, y en eso se topa con Miley, corrió unos pocos metros y la alcanzó, la tocó del hombro, Miley se sobresaltó y dejo volar su libro de álgebra, por alguna razón, el libro quedo con unas cuantas hojas rotas, Justin rápidamente, se agachó a levantarlo junto con las hojas rotas, lo tomo de las manos, y avergonzado se dirigió hacia Miley.
-Lo siento. -Se disculpó -No era mi intención espantarte, que lástima lo de tu libro, yo solo te quería agradecer por la botella de agua y creo que te debo un libro. -Dijo apenado.
-Descuida. -Tomó el libro y lo acomodó.
-Mira, si quieres puedes sacar apuntes de las hojas rotas, tengo ese libro en casa, saliendo de la preparatoria, puedo pasar a dejártelo... ¿te parece?.
-Claro - asintió nerviosa.
-Mira - sacó de su mochila una botella de agua -Te la debo - le guiñó el ojo mientras seguían caminando.
-No, descuida, no tenías que regresármela, lo hice de buena manera -Sonrió.
-No importa, solo tómala, es un gesto de agradecimiento - Justin la miraba detalladamente, en realidad de cercas, no era fea, era preciosa.
Miley terminó aceptando la botella, pensó en guardarla de por vida, sacar las huellas de Justin y tal vez hacer un experimento para poder clonarlo, pero le pareció absurdo.
-Gracias - sonrisa tímida mientras la guardaba en su bolso.
-¿Eres muy seria verdad? tengo que sacarte las palabras de la boca - bromeó.
-Sí, perdón... admito que soy seria y muy tímida, casi no suelo platicar con nadie.
-Pues no debería ser así, eres buena chica, ¿que te parece si de ahora en adelante nos vamos juntos a la prepa? vivimos al lado, así platicas más y te acostumbras, por que yo no me callo - sonrió divertido.
-Está bien, cuenta con eso.