Guerra de Familias

By ficcion_girl

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Desde que tengo uso de razón Los Thompson y Los Riverwood se han llevado mal. Dos familias con 12 hijos cada... More

Familia.
Playlist
Los Thompson.
Los Riverwood.
Eres maravillosa.
¡COMIDA!
Panqueques, señora Johnson y ¿vecinos nuevos?
¿notas mentales? ¿seguridad y besos? ¿ganar?
De sarcasmos y operaciones va la cosa.
<La esencia varonil de Ethan macho cadente Thompson>
¿Naciste idiota?
<Atracción>
El día de interrumpe a alguien
Nada siempre es algo
¿Me dejas ser el rey? Tu rey.
¡¡¡¡¡1k!!!!!
<Idiota Hormonal>
<En el jodido cielo>
¿?
<Bigote de nata>
Todos son imbeciles
Ponle celoso
Confesiones
Camille Holbein
Ayudarnos
2 familias 1 objetivo
Personajes
Los 2x6
Mellizos y gemelos.
Nuestro pasado en común
Personajes 2.0
El Grinch
Propuestas de ensueño
Ataques de pánico.
Miedos
Es complicado.
Alec.
Su sonrisa.
Anuncio importante.
La inauguración.
Descubrí quien soy realmente.
¿Suicida o valiente?
La verdad siempre sale a la luz.
Mi mundo.
Guerra de familias.
Epílogo.
Agradecimientos.
¡NOTICIAS!
LIBRO
Especial 100k
Cositas variadas

Confiar.

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By ficcion_girl


-¿Qué hacemos aquí? -mi curiosidad era mucha, realmente no deberíamos estar aquí. Llevaba tres días seguidos quedando con Ben y solo con esa cantidad de tiempo me había dado cuenta de que no era alguien a quien le gustasen las normas; más bien se pasaba la vida rompiéndolas.
Le encantaba correr riesgos y según su explicación, vivir aventuras. No es que yo tuviera miedo, que también en algunas ocasiones, sino que yo, a diferencia de el, sí que tenía sentido común. Por eso no le encontraba la lógica a estar en la feria, todavía no inaugurada por cierto, a las diez de la noche un miércoles. -Claramente en la valla pone <Prohibido el paso>

-Tienes que dejar de pensar tanto y empezar a vivir más. -le miré desconfiada. Yo estaba todavía con los pies en el suelo, pero el estaba en lo alto de la valla, mirándome con una sonrisa pícara. -Vamos, cuando tengas una aburrida vida laboral, no querrás mirar hacia atrás y encontrarte con que tu vida adolescente también era un aburrimiento. -no fueron sus palabras, sino la forma en que las dijo. Un suspiro salió de mis labios y su sonrisa se amplió más al ver como me rendía poco a poco.

-Está bien. -di un paso acercándome a la valla y paré. -Pero, solo dos atracciones. ¿Prometido?

-Prometido. -me extendió su mano y yo volví a suspirar. La cogí y con su ayuda me impulsé para llegar a donde el estaba. Una vez ahí, el saltó y extendió sus brazos en mi dirección, con intención de ayudarme. Levanté una ceja mirándolo incrédula.

-No estoy invalida, además solo son dos metros. -salté y le miré divertida. -Tranquilo príncipe, ya encontrarás a tu princesa en apuros. -le di una palmada en el hombro y empecé a andar.

Escuché su risa a mis espaldas y como andaba siguiéndome. -¿Tú no eres una princesa? -me di media vuelta, andando hacia atrás.

-Más bien una Amazona. -me encogí de hombros. -Y en el caso de ser una princesa, sabría salvarme a mí misma. Repito, no estoy invalida y tampoco soy estúpida.

-Guerrera, me gusta. -negué con la cabeza sonriendo y volví a girarme mirando a mi alrededor.

Había pasado una semana y media desde ese día en el barco de la señora Johnson. Habían atrasado la inauguración de la feria, todo porque Camille había vuelto y ella misma había decidido cambiar la decoración de algunas cosas, porque según su testimonio, las construcciones se habían llevado a cabo pero, al no estar ella, el sentido del gusto había desaparecido. Por lo tanto, hoy miércoles, estábamos a dos días de la inauguración.
En el fondo lo agradecía. Yo también había atrasado algunos eventos, como las salidas con Ben, que se suponía que eran la semana pasada. Pero yo había decidido pasar tiempo con alguien que desde hacía mucho se lo merecía. Así que básicamente, mi semana entera se había basado en salidas a solas con Aiden y a veces con nuestros hermanos.

-¿Que atracción quieres probar primero? -Ben ya se había puesto a mi lado, aunque no me había dado cuenta hasta que habló, dado que yo estaba enfrascada en observar el buen trabajo que habían hecho mi padre y Thomas al organizar todo esto.

-Diría que la montaña rusa, pero eso es lo que más energía necesita y las alarmas saltarían demasiado pronto. -él solamente hizo un sonido de entendimiento. -Así que, ¿Coches de choque? -escuché su risa y luego lo vi correr hacia la atracción que yo había nombrado. A veces era demasiado infantil.

Al llegar vi como encendía la atracción con las llaves que había "cogido prestadas". Aparentemente conocía a Camille y se las había quitado. Claro está, que me ignoró cuando le pregunté de donde la conocía; pero yo lo dejé estar, hacia mucho tiempo que no hacia un nuevo amigo y no quería arruinarlo con desconfianzas. Aunque por supuesto, el gusanillo de la curiosidad no dejaba de atacar mi mente.

Después de tres veces, nos bajamos de la atracción. Estaba segura de que tendría un grave dolor de cuello mañana por la mañana.
Lo siguiente que elegí fue el barco Vikingo, en el que obligué a mi acompañante a meterse conmigo en la jaula, tardé en conseguirlo, pero al final, con mucho miedo, lo tuve gritando por su vida moviéndose de una forma descontrolada en la parte de la atracción con menos protección.

Cuando salimos estuvo maldiciéndome durante cinco largos minutos, tiempo en el que yo estuve riéndome.

-¿Quién es la princesa ahora? -dije divertida sabiendo perfectamente cuál sería su reacción. Siguiendo mis expectativas me fulminó con la mirada, se cruzó de brazos y aceleró el paso. -Oh venga, no se enfade conmigo bella dama. -él volvió a fulminarme con la mirada y yo estallé en una carcajada.

-Te perdonaré si subimos a otra atracción y yo elijo. -pare de reír, controlando mi respiración y le miré.

-Prometiste que solo serían dos, la policía ya debe estar viniendo y con ella mi padre. Si nos pillan estoy muerta. -la incomodidad en mi voz hizo que el diera un paso mirándome con los ojos del gato con botas y un puchero en su labio inferior.

-Por favor. Será rápido. -al minuto gruñí rindiéndome por segunda vez. Ya estábamos aquí, tendría que aprovecharlo. Asentí y el cogió mi mano a la vez que empezaba a correr. Cuando paró delante de la atracción gigante me sorprendí, porque esperaba cualquier otra, no La Noria. Alcé una ceja en su dirección y el se encogió de hombros.

El la hizo funcionar y una vez en la cima di gracias a quien quiera que estuviera escuchando mis plegarias, porque la noria no se paró en el punto más alto ni en ningún otro.

-¿Entonces te lo estás pasando bien? -estaba de pie mirando por el cristal, daba un poco de mal rollo, la feria estaba casi a oscuras y era una vista bastante tétrica, pero estaba segura de que cuando todo estuviera en funcionamiento el panorama sería increíble. No me asusté por la visión de película de miedo, sino por la voz de Ben, que sonó muy cerca de mi oído. Aún sabiendo que si me giraba quedaría a centímetros de distancia de su cara, lo hice y no me equivoqué. El estaba serio, algo raro en el, que siempre estaba sonriendo y un aura de diversión le envolvía constantemente.

-Sí, a sido divertido, a la vez que ilegal. -me extrañé aún más cuando el no sonrío ante mi pequeña broma, que en realidad era la verdad. -¿Te pasa algo? Siempre tienes diversión en la mirada.

-Es un momento serio. -soltó en una explicación breve que no aclaraba nada.

-¿Serio?

-Las cosas hermosas deben observarse con seriedad y conocimiento. -mi respiración se cortó, tardé en darme cuenta de a qué se refería.

-Yo... -paré sin saber realmente qué tenía que decir en una situación así. Después de un interminable minuto en el que el se dedicó a mirarme, Ben empezó a acercar su cara a la mía y volví a agradecer al ver de reojo como nuestra cúpula llegaba al final de su recorrido. Con la mayor incomodidad del mundo, puse mis manos en sus hombros parándole. -Ya tengo a alguien. -me miró sorprendido y luego el suelo se agitó a nuestros pies, las puertas se abrieron y salí lo más rápido que pude. Después de varios segundo escuché como me perseguía.

-¿Es ese chico de la cafetería? ¿Aiden? ¡Me dijiste que no erais nada! -agarró mi codo y me giró bruscamente parando mi escape.

-Sí es ese. -dije totalmente seria.

-¡Pero se supone que sois enemigos! -gritó exaltándome.

-Sí, se supone. También se supone que nosotros somos amigos y alguien que se ha hecho recientemente mi amigo no tiene derecho a juzgar sobre mis asuntos familiares. -mi voz era tan grave que me sorprendí a mí misma.

-Vale, lo siento, pero también sintiéndolo mucho tengo que decirte que el no es lo suficiente para ti y que va a acabar mal. -fruncí el ceño enfurecida.

-Afortunadamente estamos en el siglo veintiuno y yo decido sobre mis relaciones. Así que te pido amablemente que si quieres seguir siendo mi amigo, no vuelvas a decir que mi novio no es suficiente para mi. -le había llamada novio, lo había dicho en voz alta.

Su mirada reflejo arrepentimiento, pero antes de que él pudiera hablar, las sirenas de la policía se escucharon el la distancia, parando mi micro ataque de ansiedad al darme cuenta que ya no me importaba lo que pensaran los demás, Aiden era mi novio y la gente tendrían que aceptarlo.

-Yo iré a apagar la noria tu corre, sal de aquí y ve hacia la moto. -asentí olvidando por un momento el incómodo momento. Habíamos venido en su moto, como era de esperarse en el, sin seguir las reglas de circulación. Ahora era cuando de verdad necesitaba que no las siguiera, teníamos que salir de aquí lo más rápido posible.
El había escondido la moto entre los árboles que habían cerca de la feria, una vez allí lo esperé cinco minutos en los que mi nerviosismo iba aumentando. Suspiré de alivio cuando lo vi correr en mi dirección, el se subió en la moto y yo detrás de él. Arrancó veloz, sacándome un grito por la impresión.

Al final pudimos alejarnos sin ser vistos.

****

Una vez llegamos a la calle donde estaba mi casa, el aparcó y yo me bajé.

-Nos vemos en la inauguración. -la incomodidad me estaba atosigando. Así que me despedí lo más rápido que pude. Empecé a andar pero él habló.

-Oye sobre lo de antes. -me giré en su dirección y elevé mi mano parándolo.

-No, ni lo menciones, todo está bien. No sabías que yo estaba con alguien. -él sonrió aliviado. -Pero no vuelvas a juzgar a mi novio, no lo conoces.

-Ya, lo siento, solo lo dije porque estaba enfadado y me habías dicho que erais enemigos y -volví a pararle.

-No me importa porque lo dijeses. Los que se llevan mal son nuestros padres.

-Pero no es una relación segura. -gruñí ante sus palabras.

-No empieces, acabas de disculparte. -suspiré. -El me gusta, me gusta mucho y estoy dispuesta a correr el riesgo. He estado toda mi vida siguiendo las reglas, me apetece romperlas.

-Poniendo mis consejos en mi contra. -dijo divertido, pero yo pude ver la tristeza en sus ojos.

-Míralo como quieras. -me encogí de hombros.

-Siéntete orgullosa, acabas de romper la mayor regla de todas. -alcé la ceja y me crucé de brazos.

-¿Y esa es?

-Nadie me ha dejado en la zona de amigos, nunca. Eres la primera. -rodé los ojos.

-Sobrevivirás. -giré mi cuerpo para andar a mi casa. Escuché su risa a mis espaldas y segundos después como encendía el motor de la moto para seguidamente irse.

Entré con el mayor cuidado y silencio posible y subí las escaleras de la misma manera. Cuando ingresé en mi cuarto me sorprendí porque no recordaba haber dejado la ventana abierta.

-¿Una moto? ¿En serio? -ahogué el grito que quería salir de mi garganta y dirigí rápidamente mi vista a la cama, donde estaba Aiden mirándome con una ceja alzada y una expresión burlona.

-Joder Aiden ¿Estas loco? ¿Que haces aquí? -hable bajando mi tono de voz. Una mano estaba en mi pecho intentando regular mi respiración, que se había acelerado por el susto.

-Ni que fuera la primera vez que entro por tu ventana. -se levantó y empezó a acercarse. -¿Debería estar celoso? Digo, ahora que tienes un amigo que parece uno de los chicos malos sacado de esos libros que lees, a lo mejor te da por dejarme. -solté una risa y pasé mis brazos por su cuello abrazándome a el, sintiendo como el hacia lo mismo en mi cintura.

-No. -deposité un pequeño beso en sus labios. -Ya tengo mi propio chico malo que se cuela por mi ventana. -ambos sonreímos y nos besamos, está vez durando más tiempo, pero sin dejar de ser un dulce y relajado beso.

-¿Qué tal el día? -me pregunto cuando nos separamos, apoyando su barbilla en mi cabeza y yo apoyándome en su pecho.

-Bien, está mañana Skylar a aparecido en el salón con unos calzoncillos en la cabeza y preguntando que era lo que tenía en las manos, que casualmente era un sujetador. -me reí. -Al parecer se le había caído la cesta de la ropa limpia encima.

-Tu lo ves como algo gracioso y yo como un posible trauma infantil. Eso explica varias cosas de tu familia. -escuché su risa cuando me separé un poco y le pegué en el hombro. -¿Y qué tal la salida con tu amigo el tomate? -normalmente me habría reído por la referencia a su pelo, pero su sola mención me hizo tensarme. -¿Estas bien? ¿Que ha pasado? -no respondí y el se separó para mirarme con el ceño fruncido. -¿Te ha hecho algo? -solté un suspiro y cogí su mano, luego le dirigí al borde de la cama donde me senté a su lado. -Paula me estás preocupando.

-Intentó besarme. -solté sin anestesia. El se quedó completamente mudo durante un minuto en el que no me atreví a mirarle a la cara.

-¿Lo consiguió? -preguntó con voz seria. Yo levanté mi mirada alarmada, viendo que al igual que su voz su expresión también estaba sería, clavando sus ojos en mi.

-¿Qué? No, no. Yo le paré antes de que pudiera hacerlo y le dije que ya tenía a alguien y bueno el... -paré de hablar al escuchar su voz.

-Bien. -¿qué?

-¿Bien? -pregunté totalmente extrañada. Esperaba una rabieta o una escena de celos como la que hizo hace tiempo.

-Sí, bien. Confío en ti, si dices que lo apartaste y le explicaste las cosas, te creo. -le miré sorprendida y él sonrió. -No me has dado motivos para desconfiar, ¿Porque debería hacerlo? -sonreí ampliamente y me lancé a besarle.

-Eres el mejor novio del mundo. -susurré una vez nos separamos. Noté como el se tensó.

-¿Novio? -me reí por su cara, tenía una expresión que mezclaba la alegría y la incredulidad.

-Si se lo expliqué a el con esa palabra, creo que tú también eres merecedor de escucharla.

-Y no sabes lo feliz que me hace oírla salir de tus labios. -esta vez fue él quien me besó.

Sí que sabía lo feliz que le hacia. Porque podría parecer como algo banal, una simple etiqueta, pero para nosotros era mucho más que eso.
Era la prueba de que yo me estaba involucrando en esta relación tanto como el. Porque por fin había decidido tomar todos los riesgos y dejar atrás los miedos.

Y solo por sentir su sonrisa en mitad del beso, sabía que merecía la pena.

***************

Holaaaaaaa.

Se que es viernes, pero mañana no voy a poder escribir ni tampoco pasado. Me voy de viaje y estaré muy ocupada. Pero tranquilidad, la semana que vive ya estaré de vuelta en casa, así que seguiréis teniendo el capítulo de la semana.

¿Vosotras sois princesas o Amazonas? No hay nada malo en ser una princesa, ni eres mejor por ser una amazona.

¿Os a gustado la reacción de Aiden?

¿Y como a manejado Paula la situación?

Siento decir, que toda esta alegría no es duradera. Pero de alguna manera hay que poner a prueba el amor de los personajes.

Por cierto, ya he editado varios capítulos, seguiré haciéndolo y como habréis visto, lo voy poniendo en el apartado anterior a este capítulo.

Hasta la semana que viene familia.😇

Instagram📸: Paulalopez_002

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