-Entonces la feria abrirá sus puertas el sábado de la semana entrante. Eso es emocionante. -la inocente sonrisa de la señora Johnson se contagió en mi cara. -¿Cómo ha ido el proceso de organización?
Hasta el momento todo iba bien. Estábamos comiendo carne que nuestros padres habían hecho a la barbacoa. Puedo jurar haber visto unas sonrisas en sus caras mientras compartían el espacio personal; pero eso seguro que es porque yo estoy tan contenta que pienso que los demás también lo están.
-Estresante. Al final solo hemos participado Thomas y yo. Camille llamó a los tres días de lo ocurrido con su pelo y nos informó que no podía venir porque toda su ropa había cambiado mágica y misteriosamente a un tono amarillo chillón. -mi padre hizo una pausa para beber, mirándome inquisitivamente, a lo que yo solo pude repetir su acción bebiendo y escondiendo mi sonrisa. Pude sentir la mirada de varios Riverwood en mi, incluido Aiden, al que miré de reojo y vi como tenía una ceja levantada y una expresión divertida. Yo solo me encogí de hombros. -Ella dijo algo de tener que ir a la ciudad a hacer un "Shopping Spree" urgente.
-No se que es eso, pero parecía importante. -Thomas añadió relajándose en su asiento.
-No es importante papa, literalmente "Shopping Spree" se traduce como compra compulsiva. -Jaxon soltó una risa y todos le miramos sorprendidos, no creo que alguien se esperase que el supiera el significado de algo así. Por muy machista que pudiera sonar. -¿Qué? No me miréis así, Sarah necesita muchas de esas. Mi habitación está al lado de la suya y frases como "Ese bolso tiene que ser mío" o "La nueva colección va a ser ardiente" se escuchan muy a menudo cuando habla por teléfono. -En un patético intento de imitar la voz de su hermana, Jaxon subió su tono de voz cuando repetía esas frases y la mayoría nos pusimos a reír sin poder evitarlo. Por supuesto la cara que puso Sarah fue otro motivo para reír.
-Te entiendo, decía cosas así cuando estábamos juntos y tenía 15 años, no me quiero imaginar ahora. -Las risas callaron de golpe. Era la primera vez que se sacaba ese tema desde la primera vez que se mencionó. También era la primera vez desde entonces, que veía a Jacob decir algo de forma tan natural.
Nadie supo qué decir, todos se quedaron callados.
-Cierra la boca Jacob. Como siempre, exageras. -Sarah intentó hacerse la enfadada, pero una pequeña sonrisa se asomó por la comisura de su labio.
-¿Exagerar? Cuando te dije que no entendía de que estabas hablando me hiciste aprenderme el nombre de todos tus diseñadores favoritos. -alcé ambas cejas sorprendida por la comodidad con la que se trataban.
-Tu me hiciste aprenderme las posiciones de juego de tu equipo de baloncesto favorito. Repito, exageras. -ella sonrió radiantemente, siendo consciente de que había ganado la extraña "pelea" en la que se habían enzarzado.
-Si bueno, dejemos este tema. -mi hermano dijo con un ligero rubor en sus orejas.
-¿Dejar el tema? Claro que no, yo quiero saber más del tema. -La emoción se notó en su voz y Valeria asintió efusivamente a las palabras de su melliza. Jacob y Sarah dejaron de mirarse y pusieron expresión de sorpresa mirándonos a todos, como si se hubieran olvidado de que estábamos ahí con ellos. Sarah se puso roja como un tomate y mi hermano se rascó la nuca en señal de nerviosismo.
Ambos se quedaron mudos y hubo un silencio sepulcral. La señora Thompson habló intentando cortar la incomodidad de raíz.
-¿Porque no recogemos la mesa? Así esperáis un rato para poder bañaros. -el cambio de tema repentino era obvio. Pero yo personalmente lo agradecía. Se había creado un buen ambiente y no quería que eso cambiara. Necesitaba que la comodidad se quedara todo el tiempo que fuera posible. Así que siguiéndole la corriente, me levante y cogí mi plato y una fuente vacía que antes había estado hasta arriba de hamburguesas.
-Buena idea. Nosotros recogemos, padres, quedaros descansando. -me giré y caminé hacia dentro del barco. -Eso va por los cuatro. Usted también señora Johnson. -alcé la voz para que fueran capaces de escucharme y escuché el sonido de gente recogiendo y pasos detrás mío.
Entré a la cocina y empecé a enjuagar mi plato para posteriormente ponerlo dentro del lavavajillas.
Alguien se acercó a mi por atrás y besó mi mejilla.
-¿Necesitas ayuda? -sonreí.
-No tranquilo, ve, seguro que quedan cosas en la mesa que puedas traer. -dejó su plato a mi lado y giré mi cara para mirarle, sin dejar mi tarea. Me dio una mirada cómplice y me guiñó el ojo antes de salir por la puerta a la vez que Nick y Crawford entraban, seguidos por todos los demás. Nick se puso a mi lado y golpeó mi cadera con la suya, apartándome de mi posición.
-Ve a ponerte el bañador, ya has hecho bastante por hoy. ¡Este cuerpo serrano puede lavar los platos! -me reí viendo como movía las caderas de una forma bastante cómica. Le hice caso y me fui al cuarto donde habíamos dejado nuestras mochilas. Una vez ahí me metí en baño para cambiarme.
****
Punto de vista de Aiden.
Miré como sonreía. A pesar de nunca sonreír enseñando sus dientes, era una de las sonrisas más hermosas que había visto. Una de las cosas de las que me había dado cuenta observándola por tanto tiempo en silencio, es que no le gustaban sus dientes, siempre se tapaba la boca cuando reía y procuraba que sus dientes no se vieran.
Sabia que eso era en gran parte culpa mía. Me había burlado tantas veces de sus dientes cuando llevaba el aparato corrector, que incluso cuando se lo habían quitado, ella seguía sin estar contenta con su sonrisa.
Esa era una de las tantas cosas de las que me arrepentía. Sabía que podría haberla tenido conmigo hacia mucho tiempo, si hubiera actuado de forma completamente distinta.
Llevaba tantos años enamorado de ella que ya había perdido la cuenta.
Podría haberle tratado bien desde el principio, demostrándole todas y cada una de las cualidades que ella tenía. Pero en vez de eso, me había dedicado a resaltar las cualidades menos atractivas, esas que el resto del mundo podría considerar defectos, pero que yo solo veía como pequeños factores sin importancia que habían creado a la increíble persona que ahora había puesto toda su confianza en el amor que yo juraba profesar.
Podría atribuir mi decepcionante comportamiento a el miedo a un inminente rechazo. Pero eso no tendría sentido, porque yo sabía desde hace mucho tiempo lo que ella sentía por mí, incluso antes de que ella misma se diera cuenta. No es egocentrismo, simplemente lo podía ver en sus ojos, también me había dado cuenta de los ligeros cambios que tenía su cuerpo al reaccionar a mi presencia. Donde hace años había repulsión, odio y rechazo, hace aproximadamente dos años se había cambiado a comodidad. Su cuerpo reaccionaba al mío como si estuvieran destinados a permanecer juntos por toda la eternidad.
Me había dado cuenta al principio del verano, que le trataba mal porque era mi forma de descargar la impotencia que sentía al verla siempre tan cerca mío, sabiendo que nunca podría tenerla de la forma que realmente quería.
Pero me equivocaba. Puede que no fuera en las mejores circunstancias, pero ella estaba conmigo. Ella sabía todo lo que podría salir mal y las consecuencias que eso podría tener en ambos. Pero a pesar de ello, había decidido arriesgarse. Había decidido arriesgar todo, la confianza de su familia y la comodidad de tener una relación normal con alguien más.
Ella había elegido eso por voluntad propia.
Me había elegido a mi. Y solo por ese pequeño echo, merecía la pena haber esperado tanto. No me importaba la catástrofe que envolvería a ambas familias más adelante. Podría acabarse el mundo ahora mismo y yo estaría feliz porque ella me había dedicado la sonrisa más radiante que alguna vez había iluminado su cara.
Aunque no se de cuenta por su poca autoestima, me tiene a sus pies y es la única capaz de destruir mi corazón, porque es dueña de el, desde la primera vez que pose mi mirada en ella.
Todo había merecido la pena, solo por esa sonrisa.
-Te ha pegado fuerte. -mi mirada fue a parar a Jaxon, que se había sentado a mi lado en el borde del barco, viendo cómo los demás se bañaban en el imponente mar. -Estas más enamorado de lo que me imaginaba.
-Me pegó fuerte hace años, solo lo demuestro ahora porque por fin se ha dignado a notar mi presencia. -su risa se escuchó a mi lado.
-Si bueno algunos tienen más suerte que otros. -suspiró. -A tardado pero por lo menos nota tu presencia.
-¿Piensas que tengo suerte? Tú no sabes todo lo que ha pasado para que ahora estemos así. -me enfadaba un poco el que pensara que había sido fácil y que yo tenía suerte.
-Tranquilo fiera, no me refería a ti. -miré hacia dónde el estaba mirando y me encontré con Aaron persiguiendo a Valeria en el agua. -Ella lo aceptó desde el principio, no hubieron tantas complicaciones, el sí que tiene suerte.
-Sí bueno, eso es porque Valeria se guía más por los sentimientos que el resto de sus hermanas. -me eché para atrás y apoye mis manos en el suelo a mis espaldas. -Y aunque no lo creas, Andrea sí que ha notado tu presencia, es solo que a nosotros nos han tocado las más testarudas de las Thompson.
-¿Como puedes estar tan seguro? El único sentimiento que ella parece tener hacia mi persona es el odio. -una risa salió de mis labios.
-Eso es que eres demasiado ingenuo como para verlo. -Matthew apareció de la nada y se apoyó el la barandilla mirando en nuestra dirección. -Unas son más sensibles, otras testarudas y algunas demasiado rencorosas. Pero todas las Thompson tienen una cosa en común, se les puede leer como si fueran un libro abierto.
-Es cierto, créeme cuando te digo que le gustas. Le gusta que le molestes porque ahí es cuando más atención le pones y eso es lo que ella no quiere admitir. -añadí yo, intentado animar a mi hermano pequeño.
-Además, se queda mirándote embobada cada vez que tú estás distraído. -Matthew se rió y Jaxon le miró levantando ambas cejas sorprendido. Noté movimiento a mi derecha y vi a Aaron acercarse nadando.
-¿De que habláis? -se apoyó en el borde cruzando ambos brazos.
-De las Thompson. -mi hermano se rió.
-Mi tema favorito. -dijo divertido y yo sonreí.
-Si bueno, parece ser el tema favorito de los cuatro últimamente. -la voz de Jaxon salió un poco exasperada. -¿Que tienen?
-¿A qué te refieres? -Matthew le preguntó.
-Me refiero a que tienen que tener algo para que los cuatro hayamos caído. -le miramos extrañados sin acabar de entender a que se refería. -Venga ya, parece de telenovela, de todas la chicas en el mundo, cuatro hermanos se han enamorado de cuatro hermanas.
-No te olvides de Alice. -puntualizó Aaron.
-Y Alice también. -añadió con un gruñido Jaxon.
-A nosotros siempre nos han gustado los retos. Ellas están algo así como prohibidas, eso es suficiente reto. -un bufido salió de mis labios al escuchar a Matthew.
-Venga ya tío, no te va a hacer menos macho admitir que Becky te trae loco. -le dije en burla.
-Puede. Pero tenéis que admitir que lo prohibido le pone un poco de emoción a la cosa. -los tres sonreímos y yo negué con la cabeza.
-¡Chicos! -los cuatro miramos en dirección a la voz que había gritado. Era Becky. -¡Venir! ¡No seáis amargados! -mis hermanos reaccionaron casi al instante, dos de ellos se tiraron al agua y siguieron a Aaron que ya había empezado a nadar en dirección a los Thompson.
Estaba bien, los que no sabían todo lo que pasaba entre nosotros se habían quedado en el barco, porque obviamente pasaba algo malo en la familia Thompson. Los más pequeños simplemente se habían quedado con los padres.
Alcé la mirada y vi a Paula mirarme unos segundos antes de empezar a nadar hacia mi. Una vez llegó apoyó sus brazos en mis rodillas, ya que mis pies estaban sumergidos.
-Supéralo y ven a divertirte con nosotros, no seas aguafiestas. -me sonrió burlona y a mí me entraron unas tremendas ganas de besar sus labios de nuevo.
-No pienso meterme al agua. No se ve nada, no sabes lo que podría haber abajo. -ella hizo un pequeño pero adorable puchero y las ganas crecieron.
-Venga va, prometo no sepárame de tu lado. Probablemente no vaya a verte hasta la fiesta de inauguración y mañana he quedado con Ben, de echo, hemos quedado todos los días de esta semana para conocernos mejor, lo que quiere decir que voy a pasar más tiempo con el que contigo. Hay que aprovechar las oportunidades que tenemos. -fruncí el ceño, no contento con lo que había dicho, eso solo hizo que su sonrisa aumentara. -Además, si vienes te daré todos los besos que quieras. -eso era chantaje emocional.
-Eres mala. -susurre agachando mi cara hasta que la tuve a escasos centímetros de la suya.
-La peor. -lo siguiente fue sentir como agarraba mi brazo y tiraba de mi hasta lanzarme al agua. Ahogué un grito y salí rápidamente a la superficie escuchando a todos reírse a lo lejos. La miré con el ceño fruncido y vi como sonreía inocente. -No te enfades gruñón. -besó mis labios y yo agarré su cintura atrayéndola más a mi. Olvidando así que estaba en el mar, algo que me aterraba.
Escuché como nuestros hermanos silbaban y gritaban en la distancia. Nos separamos y ella cogió mi mano llevándome hacia los demás.
-No me hacía falta ver eso, sigue siendo mi hermana pequeña Riverwood. -rodé los ojos y Paula salpicó a Alec con el agua, a lo que el río.
-Oye. -Alice habló intentando llamar la atención de la chica a mi lado. -¿Ropa amarillo chillón? -mis hermanos y yo también la miramos, porque sinceramente todos estábamos curiosos.
-Pensamos que era mejor deshacernos del problema completamente y cuanto antes. -explicó Nick. -Y aunque suene muy a delincuente, Paula pudo infiltrarse en la casa de Camille como supuesta cocinera y Becky tiene experiencia con lo de la ropa.
-¿Estoy saliendo con una delincuente? -le miré divertido.
-Bienvenido al lado oscuro. -ella me guiñó el ojo y yo reí, eso consiguió sacarle una sonrisa.
Pero no era una sonrisa normal. Era esa que estaba orgulloso de decir que tenía solo reservada para mi.
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Holaaaaaa.
¿Qué tal?
Nadie lo había pedido pero todos lo queríais. El punto de vista de Aiden.
Dejar vuestros opiniones sobre el capítulo por aquí.
Críticas constructivas por aquí.
Preguntas por aquí.
AVISO IMPORTANTE.
A este libro no le quedan muchos capítulos. Pero estoy pensando en hacer una segunda parte, aunque aún no estoy segura. ¿Qué opináis?
La segunda parte tardaría un poco porque tengo otras 4 novelas no publicadas.
Muy pronto voy a publicar la que más orgullosa estoy de crear.
Aquí os dejo la frase que seguramente irá como sinopsis. A ver qué opináis.
"Encontré a mis ángeles perdiendo a mi diablo."
El libro tendrá amor y humor, pero básicamente estará basado en los años 90 más o menos, tal vez el inicio del 2000. Tiene una temática un poco gangster y representa el poder de las mujeres y la amistad.
Estoy muy emocionada por compartir esto con vosotros, me hace mucha ilusión porque es un libro más maduro y según mi opinión, con mejor redacción.
Hasta la semana que viene familia.
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