Louis caminó hacia la cafetería mirando su teléfono, cuando de repente se lo arrebataron de las manos. Levantó su mirada molesto, pero relajó sus facciones cuando vio que era Harry.
—¡Deja de hacer eso! Devuélvemelo— dijo acercando su mano para que Harry se lo entregara.
—Louis, debes mirar tu camino no puedes ir allí pensando que no te pasara nada. —Guardó el teléfono de Louis en su mochila—. Podrías chocar.
—No te soporto—soltó empezando a caminar lejos de Harry.
—Okey ten. —Le acercó el aparato—. Solo lo mirabas vídeos, pero hazlo cuando estés sentado.
—Gracias—sonrió arrogante y tomó su teléfono. Sabía que Harry no se resistía a sus encantos.
—Mamá le compró algo al bebé— comentó Harry recordando cuando su mamá le dio unos pequeños zapatitos—. Se toma en serio lo de ser abuela.
—Ni siquiera tengo cinco meses—notó—. En cambio, Jay no para de decirme acerca del bebé y los cuidados.
El castaño sonrió contento, no habría deseado que su madre reaccionara de otra manera.
—Hey. —Tomó a Louis de la barbilla—, No te preocupes, ya verás que cuando tu vientre crezca se enamorara más.
—Tú ya quieres verme gordo. —Se acercó más cerca del rizado—. Harry, cómprame algo de comer.
Cuando el rizado iba a contestar una voz lo interrumpió, soltó un bufido alejándose de Louis.
—No puedo creer que te juntes con personas como él, alguien como tú no debería estar con una persona como esta—mencionó Sofía quien se encontraba con los brazos cruzados y con una sonrisa en el rostro.
El castaño estuvo a punto de lanzarse hacia ella y arrancarle todas sus extensiones, pero Harry lo tomó de la cintura. Louis lo fulminó con la mirada.
—Louis—advirtió. No quería que algo como la que a vez ocurriera.
Sofía lo miraba con la cabeza en alto y una sonrisa creída. Y Louis la odiaba, sobre todo cuando decía cosas sobre él que no eran ciertas y cuando quería quitarle todo lo que él quería.
—Eres una envidiosa, como Harry me presta más atención a mí—soltó furioso Louis.
—Yo puedo hacerlo feliz en la cama— contratacó Sofía.
—Pues a cambio de ti, yo ya lo hice. — Sonrió triunfante. La cara de Sofía era épica.
—¡Ya cállense!—gritó Harry—. Sofía primero que nada tu y yo solo somos amigos. No puedes venir y decirme con quien hablar. —Suspiró mirando a Louis—. Y tú deja de estar peleándote con todas las personas, es muy infantil de tu parte.
Ambos chicos no dijeron nada y empezaron a caminar por diferentes direcciones. Harry se pasó una mano por su cabello frustrado pensó que diciéndole eso arreglaría sus problemas, pero ya vio que fue peor.
—Louis. —Jaló al castaño para tenerlo en frente de él. Se sintió mal al ver algunas lágrimas rodando por las mejillas de Louis.
—Quiero comer algo ¿Me dejas ir a la cafetería?—Harry no dijo nada. Siempre que avanzaba un paso con Louis pasaba algo y retrocedía dos.
—No quería hacerte sentir mal—se disculpó el rizado quitando las lágrimas de sus mejillas.
—Sí, no importa. —Se alejó del tacto de Harry.
—Claro que importa, pero si estas llorando—dijo Harry.
—Es que...—hizo un puchero—, me han estado ganas de llorar y no sé porque.
—Amor, si es porqué estas embarazado—dijo burlón. Louis lo abrazó de la cintura.
—No me vuelvas a decir así. —Golpeó a Harry en el pecho y guardo su rostro en el cuello de este.