grey city, grey feelings; ygx...

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灰色; ❝Yoongi vive en una ciudad gris, no cree poder experimentar sentimientos que lleven color a su monocromát... More

him

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♡: no sabía como ponerle a esta historia, se quedó con un yoongi harem en la portada y un yoongixbtsmember en la descripción y yoongixbts en el nombre, perdón si creyeron que era con todo bangtan:(
pero sí, pueden imaginarse a quien quieran x yoongi en esta historia, en el huerto del señor tenemos para todos los gustos ah veda





La sensación de estar sentado junto a la ventana era algo irreemplazable para Yoongi, daba muchos beneficios: podría sentir el aire en su cara, ver el "paisaje" y no tener que ceder su asiento; sin embargo, si le confesaba a alguien que le encantaba la vista, probablemente lo mirarían como si tuviera un tercer ojo.

Y es que, justamente en esos meses del año, las obras llevándose a cabo en las pistas principales eran ridículamente excesivas, el tráfico estaba muchísimo peor de lo normal, generando el doble de gas producido por los vehículos y algo de tierra volando en el aire por donde quiera que su transporte pasara. El tiempo coincidía con las lluvias más fuertes de la temporada y el clima estaba principalmente nublado, nubes advirtiendo de gotas que a veces no llegaban y otras veces, impactaban contra su cara o mojaban su libro al estar sentado junto a la ventana.

Pero a Yoongi en realidad le resulta, mínimamente, curioso.

Hasta gracioso, el mirar a una ciudad tan gris, un clima tan gris y gente caminando con expresiones grises en el rostro. Para ser honestos, a esas horas de transición entre la mañana y la tarde, su amada ciudad se veía deprimente.

Y cada día se preguntaba, ¿como la gente podía ser feliz en un lugar tan triste?

Luego Yoongi trataba de ver más allá de su deprimido estado de ánimo y veía a gente caminando con audífonos en las orejas y tarareando una letra que probablemente no sabían, con expresiones genuinas de alegría, alguna que otra ocasión encontraba a parejas mirándose con ojos enamorados o grupos de personas que reían de cosas sin sentido.

¿Pero cuantas de sus sonrisas eran reales?

Con una pequeña (pero verdadera) sonrisa en el rostro, se dijo para si mismo que probablemente debería evitar las ventanas, porque estas lo ponían más filosófico de lo que ya era.

Yoongi miró más allá del libro que leía, a su lado, el chico con el que compartía asiento tenía también algo extendido sobre las rodillas, Yoongi no podía decir con exactitud que era lo que estaba dibujando, pero ciertamente podía asegurar que era hermoso.

El dibujo, claro.

Ignorando el rumbo de sus pensamientos y su repentino deseo, ocasionado por su curiosidad, de querer subir un poco la vista por los brazos del dibujante y ver su rostro, Yoongi regresó a su lectura.

Juego de Tronos era simplemente magnífico, amaba la serie y los libros, podía fácilmente ubicarse a inicios de la temporada 5 a pesar de estar leyendo el libro 4 y no le molestaba para nada leer algo que ya sabe cómo terminará. Definitivamente dibujaría a las serpientes de arena si supiera como hacerlo, pero no había nacido, ni adquirido durante su vida, el don de dibujar. Tal vez el chico sentado a su lado podría...

Gotas cayeron sobre las hojas y a pesar de no haber traído consigo su casaca impermeable o un paraguas, Yoongi suspiró de alivio.

Prefería mojarse bajo la lluvia a tener que mirar esas nubes grises que preguntarse a si mismo si llovería o no.

Cerrando un poco su libro para sacar la mano por la ventana, se sintió como si hubiera sido atrapado haciendo algo malo cuando una amigable voz a su lado le pidió:

—Disculpa, ¿podrías cerrar la ventana, por favor?

No era la primera vez que alguien se lo pedía, pero la mayoría de veces eran personas mucho mayores que él, con las que no tenía ganas de argumentar sobre que era él quien estaba cerca de la ventana y que a ellos no tendría porque molestarles si, en efecto, a él no le incomodaba. ¿Pero un chico que no se veía más allá de su edad?

Volteando a ver el rostro del chico, asintió levemente.

Yoongi cerró la ventana.

No por la particular sonrisa que el agradable chico le regaló, si no porque no quería que su lindo dibujo quedara arruinado por la lluvia.

La cara del chico a su lado le resultaba peculiarmente familiar, pero Yoongi no podía precisar en donde la había visto, trató de no pensar en ello y fijar su vista en la ventana, como las gotas se deslizaban por el vidrio y como la gente corría para evitar la lluvia, pues esta los había tomado desprevenidos a pesar del cielo nublado.

Antes de darse cuenta, divisó los alrededores de su parada, significante de que debería ir bajando, esa era la única parte fea de ir a la ventana, tener que pedir permiso para salir.

—Disculpe, ¿podría darme permiso?

Sin dirigirle una mirada, el chico giró sus piernas hacia la derecha, dándole acceso al pasillo, pero dejando su mochila en medio del camino. Yoongi, quien es un poco despistado, tropezó con ella y se salvó por poco de caer cuando el chico pasó su brazo alrededor de su torso para sujetarlo, recogiendo el libro que había dejado caer.

Cuando el castaño le dio su nombre antes de dedicarle una peculiar sonrisa que podría abrirse paso a través de cualquier tormenta, Yoongi no pudo evitar que las comisuras de su boca se curvaran levemente hacia arriba, antes de bajar de aquel bus.

Susurrando un gracias al bajar, Yoongi refugió su libro bajó su polera, mientras que veía como un sonriente chico se despedía de él desde la ventana.

Yoongi nunca admitiría que caminó hacia su casa sonriendo, ni el sentimiento de serenidad que sintió cuando se acostó en su cama, justo al lado de la ventana. Después de poner algo de música y quitarse la ropa mojada, tomó su libro, decidido a aprovechar el escenario perfecto para leer, pasando sus dedos a través de las páginas, buscando donde se había quedado, vio como una hoja se asomaba entre ellas.

Tomando esa hoja entre sus manos, sintió como sus labios se separaban ante la sorpresa de lo que sus ojos veían, pero su mente no daba crédito.

Era él, podía verlo como si fuera una foto, su frente apoyada en el vidrio y gotas cayendo sobre este, así era como alguien lo vería desde afuera.

No sabía si sentirse asustado o halagado, pero tampoco admitiría que colgó ese dibujo en su pared antes de irse a dormir, ¿quién tenía que enterarse?


Caminar bajo el sol no es algo que Yoongi ame hacer.

Sentarse en la ventana es algo que no puede evitar, a pesar de sentir como los rayos solares queman la piel de su brazo expuesto a estas, está sentado en el asiento delantero, justo al lado del conductor, dejando su libro de rato en rato para ver cómo el vehículo en el que está, realiza maniobras muy poco seguras, hay montañas se arena junto a la pista en reparación, y junto al sol... Definitivamente, prefiere su triste y fría ciudad a ese cálido pero sofocante desierto. A pesar de solo tener que caminar una cuadra para llegar a su destino, siente su cuero cabelludo quemar.

Una hora más tarde, con sus clases de guitarra terminadas, se dirige a la próxima, que comenzará media hora más tarde, el sol ya se ha ido, siendo reemplazado por nubes. Una vez dentro del edificio y antes de sacar su libro, ya sentado en su banca habitual, siente como otra persona toma sitio a su lado, a punto de pararse con objetivo de ir al baño (solo para evitar compartir asiento, pero de nuevo, ¿quién tenía que enterarse?), Yoongi fija su vista en un bloc de dibujo que le resulta meramente conocido, antes de subir la mirada hasta la misma sonrisa amigable que vio ayer.

Obligando a los músculos de su cara a quedare quietos y no doblegarse ante el simple pero maravilloso gesto que quiere corresponder, se aclara la garganta.

—¿Podría usted decirme por qué me entregó ese dibujo? —pregunta reuniendo toda su fuerza de voluntad.

La cara ajena se distorsiona en una mueca de tristeza, antes de preguntarle con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha:

—¿No te gustó?, te puedo hacer otro, si quieres, pero si no te gustó, puedes devolvérmelo, creo. —dijo con inseguridad rascando su nuca.

Yoongi se descompone en palabras atropelladas y sonrojos al dejarle saber que, en efecto, le gustó tanto que lo colgó en su pared y no hay manera en la tierra de que el dibujante consiga su regalo devuelta.

Dicho chico solo le sonríe y Yoongi en serio desea poder dibujarlo también.


Tres meses de conversaciones triviales y alguna que otra plática filosófica sobre el significado de la vida bastaron para confirmarle a Yoongi que estaba enamorado de aquel chico.

Nunca se había cuestionado a si mismo sobre su sexualidad, nadie le había interesado lo suficiente como para llegar a ese punto, no era lo mismo sentir ese tipo de atracción con alguien que estaba tan cerca como para tocas si lo comparabas con sentir una gran atracción por algunos cantantes o actores, independientemente del género, no se vio como algo realmente importante hasta ahora.

¿En realidad era importante?, se preguntaba a veces mientras miraba al sonriente chico y como sus ojos se perdían en su cara cuando hacía los gestos que tanto le gustaban a Yoongi. Bastaba escuchar los matices cambiantes de su voz cuando su emoción se apoderaba de esta, al compartir conversaciones casuales con Yoongi sobre las razones por las que todo el mundo debería amar a Daenerys Targaryen y su teoría (y deseo) de que Arya Stark fuera lesbiana.

La respuesta a su pregunta siempre era un no, no importaba mucho, en realidad. Estaba enamorado de un hombre, sí, ¿y qué? Era el hombre más... ni siquiera sabía con que palabra describirlo, era precioso de la manera adecuada, todo encajaba en él, no había simetría en su rostro, pero tampoco en las obras de arte favoritas de Yoongi, algunos de sus rasgos se habrían visto raros en alguna otra persona, en algún otro rostro, pero no en él. En él... se veía correcto.

Se sentía correcto.

El problema de conocer sus sentimientos era que no sabía qué hacer con ellos, se debatía entre alejarse del menor o si confesarle que la mayoría de sus pensamientos le pertenecían y que su corazón se agitaba por él.

No fue hasta un día que estaban hablando de sus contrarios pensamientos sobre la adaptación de Cazadores de Sombras y lo mucho que deseaban que hicieran un buen trabajo con Los Orígenes o que no hicieran nada, cuando Yoongi interrumpió el discurso acerca de por qué Jem y Will se amaban.

—Oye... —los ojos del castaño lo miraron con curiosidad y Yoongi trató de escapar de su mirada centrando su vista en la ventana, ya casi estaba llegando a su parada, pero él ya había comenzado a hablar y ahora que había reunido el coraje, no había manera en el mundo de detenerlo— yo en serio tengo que decirte que estoy enamorado de ti.

Yoongi deseaba con todo su corazón decir algo más, el chico a su lado se merecía mucho, mucho más. Pero las palabras se habían atorado en su garganta, ideas luchando por salir en frases coherentes, pero el cerebro de Yoongi parecía haber olvidado como hacer esa tarea, así que no pudo hacer más que morderse la lengua antes de comenzar a decir balbuceos sin sentido que lo harían quedar como un idiota.

Aquellos ojos que le devolvían la mirada hasta en los sueños brillaban con sorpresa en ese momento, Yoongi tiró de su brazo con intención de separarse, antes de ver como pequeñas arrugas aparecían en las esquinas de ojos café que habían llegado a resultarle mucho más interesantes que los azules o dorados de los Herondale. y entonces él le estaba sonriendo, una sonrisa que lo deslumbró tanto como el sol de mediodía y nubló sus sentidos antes de recibir el golpe de realidad que necesitaba.

—¡¿Quién baja?!

Rompiendo su pequeña burbuja y despegando la mirada en contra de sus deseos, Yoongi se alegró de haberse sentado del lado del pasillo, tomando su mochila y decidido a irse antes de que el chico al cual acababa de entregarle su corazón lo rompiera frente a sus ojos.

Sintió una cálida mano en su brazo, sorprendiéndose por enésima vez de como esa mano conseguía mantener su calor en medio de tanto frío.

Yoongi tiró de su brazo y bajó del vehículo, sólo para ver como un chico pasaba su dedo por su cuello, amenazándolo de muerte desde la ventana.

Poco después de haber bajado, Yoongi se encontraba sentado en un parque, escuchando TV in Black & White, canción que le recordaba a cierta persona (y pensando en ella, tal vez), cuando comenzó a llover.

No muy preocupado por resfriarse o algo por el estilo, decidió quedarse ahí hasta ordenar un poco sus pensamientos, estaba tan sumergido en ellos y ajeno a su alrededor, gracias a sus audífonos, que no notó como alguien se sentaba a su lado y las gotas dejaban de caer en su cabello hasta que alguien tiró de su lóbulo.

—Me bajé poco después de que te fueras, cuando comenzó a llover, sé que no sueles llevar paraguas o algo, sé que eres confiado con tu sistema inmunológico y que piensas que no te vas a enfermar, pero aquí hay un caballero que se preocupa por ti y tu salud.

Otra sonrisa declaró la victoria de su corazón por sobre su cerebro, Yoongi no podía decir que estaba sorprendido.

—Y quería, necesitaba decirte que yo también estoy muy enamorado de ti. —ojos cafés mirando a cualquier sitio menos Yoongi, mientras el rojo cubría sus propias mejillas al escucharlo.

Balbuceos que enternecían el corazón contrario escaparon de los labios que el castaño moría por besar.

—Yo... no sé que se supone que debemos hacer ahora, nunca he hecho esto antes, ¿sabes? —Yoongi suspiró, riendo un poco— Claro que lo sabes, ¿hay algo que no te haya dicho? —pareció considerarlo seriamente antes de mirar al otro chico con lo que parecía timidez— No he dado mi primer beso.

Yoongi no necesitaba morderse el labio.

Todo en él ya gritaba "bésame" y no había manera sobre la faz de la tierra que pudiera evitar lo que estaba a punto de ocurrir. Si ambos se besaron bajo la lluvia cuando el menor dejó caer su paraguas para sujetar el rostro de Yoongi, si ambos sonrieron aún con los labios unidos, o si alguno de ellos (tal vez los dos, tal vez al mismo tiempo) dijo las dos palabras que sellarían su destino, antes de reírse por lo cliché de la situación; ¿quién tenía que enterarse?









♡: me gustó hacer esta cosa, aunque en más de una ocasión moría por poner el nombre, ahre aunque igual creo que fue muy obvio quien era la otra persona, lol, perdón por el fracaso:(

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