Sungmin tenia miedo, como no si su vida habia cambiado en 7 meses, antes era una joven que solo pensaba en disfrutar la vida y poder ser pediatra, ahora tenia una panzita adornando su cuerpo. Aunque en este tiempo esta criatura era quien más la hacia reir, sentirse con vida.
Desperto sintiendo las patadas inquietas de su bebé, ambas tenian sed, querian sangre, se sentia mal, pero necesitaba.
Antes de estar embarazada, Kyuhyun en su cautiverio la convirtio en su mujer, y en vampira, algo que hasta ahora no se lo perdonaba, habia sido egoista, pero que más podia hacer, iban a ser padres, solo quedaba acostumbrarse y aceptar la triste realidad, extrañaba a sus hermanas y amigas, debian estar buscandola, llevaba más de medio año desaparecida.
Vio en la puerta a Kyuhyun entrando con unas bolsas rosaditas, sonriendo.
No veo la razón para que una bestia como tú sonria - dijo Sungmin con odio.
¿Cuando me aceptaras? - pregunto el castaño.
¿Cuando me dejaras irme? - pregunto ella.
Nunca - respondio acercandose y acariciando su vientre.
Exacto, lo mismo respondo a tu pregunta - dijo ella alejandose - yo no queria esto, yo queria ser doctora de niños, cuidar y sanar a pequeños inocentes, no estar al lado de un chupasangre asqueroso...
Si dejo que veas a tus hermanas, me prometes que pensaras en mi como pareja - dijo él serio.
Lo pensaré - respondio resignada.
Mira, compre un enterito de conejita para la pequeña - dijo mostrandole el trajecito rosado.
Estan tierna - Min sonrio imaginandose a su pequeña con eso puesto.
Yo te amo Min... y amo a nuestra pequeña - dijo Cho firme rasgandose el cuello.
Gracias por entender que tenemos hambre - dijo acercandose y mordiendolo con fuerza.
Haré todo por tenerlas a mi lado - dijo abrazandolo, aspirando su aroma y acariciando su cuerpo.