Reunión
-¡McCann! Tienes que levantarte ahora mismo-. Gruñi en desesperación y también otras dos personas hicieron lo mismo. Abrí los ojos y por un momento pensé que seguía en prisión pero al ver dos rubias acostadas en mi pecho sonreí en satisfacción, mire a los lados y había porros de marihuana a medio terminar, cigarrillos, algunas líneas de cocaína, latas de cerveza vacías y por supuesto mi ropa y el de estas mujeres que desconozco su nombre regadas por la habitación.
Hacia apenas un día que había llegado a Nueva York y mis amigos me habían planeado una fiesta, el regreso de McCann no era cualquier cosa. Después de la primera hora de la celebración no recuerdo absolutamente nada pero podría apostar que la pase muy bien.
Me levante de la cama y las rubias volvieron a quejarse. Por la vista que tengo desde aquí parecen ser gemelas y cabe recalcar que están llenas de moretones, después de un año de nada de sexo tal vez me puse violento, pero no me importaba en realidad.
-¡Zorras, lárguense de aquí!-. Grite y tome a la que estaba a mi derecha y la aventé cayendo directamente al piso. Reí aunque seguí con mi cara enfadada para tratar de intimidarlas.
Me puse de pie completamente desnudó y camine hacia al baño a tomar una ducha pero antes me giré de nuevo hacia ellas. Seguían medió moribundas tratando tal vez de recordar dónde estaban y tocándose la cabeza por su muy notoria resaca pero nada de eso me importó las utilice una vez y ya no me sirven.
-Cuando salga de esa puerta no quiero ver sus caras, tomen sus asquerosas cosas y se largan de mi casa, huele mucho a puta-. Fruncí el ceño y ellas me miraron sorprendidas por el tono en el que les hable.
-Jason por favor, queremos estar contigo-. Hablaron al mismo tiempo o quiero decir chillaron. Hice una mueca a lo disgustante que se veían rogando. Me acerqué a una de ellas y la tome del cabello jalándoselo para que sus ojos dieran directamente a los míos.
-Tu no puedes llamarme por mi nombre, zorra. Para ti y tu copia soy Justin y si a la hora en que salga de esta maldita puerta las veo todavía aquí las mato-. Hable entre dientes estaba enojado porque no me obedecían. De nuevo la aventé y camine hacia al baño no sin antes dedicarles una mirada intimidante a las dos.
Después de varios minutos en los que me relaje con el agua y calmaba mi estrés salí de la regadera. Tome una toalla y me seque el pelo y la enrolle en la cadera. Cuando abrí la puerta dicho y hecho ya no estaban ahí. Suspiré de satisfacción y salí de la habitación y me dirigí a mi verdadero cuarto. Claro que no me las iba a follar en mi cama, con ninguna mujer lo hago, no alcanzaban ese grado.
Cuando ya estaba cambiado y fresco salí de nuevo de la habitación para ir hacia la sala donde seguro estaban todos.
-Mira quien apareció ya-. Anunció Chaz con emoción mientras bajaba las escaleras. -El grandioso Jason, te había visto desde ayer pero tal vez no lo recuerdes-. Le sonreí pues era de mis mejores amigos y también trabajaba para mi así que lo había extrañado mucho. Al llegar al último escalón le di un abrazo y palmee su espalda. Los demás estaban en la sala, algunos jugando algún videojuego y otros todavía derogándose y bebiendo.
-Me da gusto verte de nuevo Chaz, se que extrañabas ver esta hermosa cara-. Jugué con el, nos separamos y chocamos las manos.
-Creo que necesitas una cerveza, tienes un aspecto asquerosos-. Dijo burlesco.
-Yo me puedo encargar de mí mismo-. Palmee de nuevo su hombro y fui hacia la cocina donde se encontraban Zayn y mi hermana Jelena, le decían Gigi pero yo me rehusaba a llamarla por ese ridículo apodo y además por eso mis padres le pusieron un nombre. Jelena y yo no tenemos la relación más estrecha, odia lo que hago y aunque desearía estar lo más alejada que sea posible de mi está casada con Zayn que es mi mano derecha y su amor no la deja alejarse. Estupido, lo se.
-Jason, era hora de que te levantaras, tenemos cosas que hacer-. Anunció Zayn cuando me vio entrar a la cocina. Jelena me ignoro completamente.
-Apenas llegue ayer y ya me quieres meter a la boca de lobos de nuevo-. Reí. Abrí el refrigerador y saque una cerveza. Me senté en la barra y comencé a beberla mientras veía a los dos cocinar.
-Estás desde hace años en la boca del lobo-. Murmuró Jelena mientras picaba algunas verduras tal vez pensó que no la iba a escuchar, muy equivocada.
-Veo que estás muy feliz de verme, hermanita-. Le dije con sarcasmo y una fingida sonrisa. Zayn solo se dedicaba a observarnos en silencio, sabía que no se tenía que meter.
-No me digas así, yo no soy tu hermana-. Estaba enojada igual o más que yo. Respiraba pesadamente y tenía apretados los dientes, típico de ella. Me miraba a los ojos desafiándome, pero ella sabía que el que iba a ganar soy yo. Me levante un poco del banco y me acerqué a ella más. Los dos mirándonos directamente a los ojos.
-El que te hayas casado y lleves el apellido Malik en vez de McCann jamás quitara el hecho que seas mi hermana y cargues con el apellido para toda tu vida-. Hable despacio y fingiendo tranquilidad. Nos estábamos desafiando a hablar cosas que no le gustarían al otro y de ninguna manera esto terminaría bien.
-El apellido y tú se pueden ir completamente a la mierda-. Hablo en el mismo tono que yo hace unos instantes. Suspiré y negué con la cabeza. Me volví a sentar en el banco y tome mi cerveza para tomarle un trago.
-Alex estaría muy decepcionado de ti-. Murmuré.
-Jason, Alex está muerto-. Espetó con odio. Azote la lata de la cerveza contra la barra y me paré con intención de hacer algo pero Zayn me detuvo.
-Jason, cálmate, no vas a golpear a tu hermana-. Zayn me sujetaba contra la pared y Jelena me miraba sorprendida. Su comentario me hizo recordar todo lo qué pasó con Alex y ciertamente tal vez ella tiene razón pero no quiero pensar en eso. Alex y yo hacíamos todo juntos y aunque no me importan muchas cosas y no muestro mis sentimientos el perder a Alex sería lo peor que me podría pasar. De alguna manera el ha estado ahí siempre para protegerme siempre cuando éramos unos niños.
-¡Alex no está muerto!-. Grite mientras la señalaba. -Te vuelvo a escuchar decir eso y te vas a largar de mi casa ¿entendido?-. Solo me miraba pasiva, no se movía y solo me miraba. -¡Te pregunté algo maldita sea!.
-Si Jason, como tú digas. Alex no está muerto-. Dijo y se limpió algunas lágrimas de su rostro segundos después salió de la habitación.
-Ya suéltame-. Pero este no lo hizo.
-Es hora de que madures Jason, tienes que superar a Alex o hacer algo al respecto, pero también aunque no lo creas tienes responsabilidades, necesitas regresar al negocio y no estoy contando con que tienes que cobrar venganza-.
Intenté tranquilizarme y contar hasta diez mientras regulaba mi respiración. Cuando me vio un poco más tranquilo me soltó.
-Vamos a la oficina, ahí hablaremos de todo-. Le ordené, salimos de la cocina y fuimos directo hacia mi oficina, estaba descuidada por los años que ni estuve aquí. Moví algunas hojas y me senté mientras el hacia lo mismo.
-Hoy en la tarde tienes una junta, Liam Gomez quiere hablar contigo, no me dijo muy para que pero dijo que te convenía-.
-¿Un Gomez? ¿Para que quisiera una reunión con un Gomez?-. Pregunté burlón.
-Tal vez no quieres pero dijo el que te convenía, y pensándolo bien los Gomez están en la cima, lo han estado desde que estás en prisión, conviene reunirnos-. Se encoge de hombros.
Al fin creo que si nos convenga reunirnos con el, así termino con ellos y puedo volver a la cima.
-Okey está bien dile que nos veremos en su almacén el que está al sur-. Le dije y el asintió.
-También, tus admiradoras están locas por encontrarte-. Dijo riéndose.
-Aunque no lo creas no estoy de humor, cuando tenga ganas de follar les hablo así que hazte cargo para que no me contacten-. Lo señalé. Y el comenzó a reír más fuerte.
-Como sea, me encuentra y te arranco los huevos Zayn-. Le grite y cerré la puerta de mi oficina dejándolo solo. En el camino a mi habitación me paré observando la habitación que compartían Zayn y Jelena, algún día tendríamos que hablar de eso, al final de la historia ella seguía siendo mi hermana y me convenía tenerla cerca. Sin pensarlo abrí la puerta rápidamente haciendo que se azotará contra la pared. Estaba sentada y se asusto haciendo que brincara, rápido oculto una caja detrás de ella. La mire sospechoso y me acerqué a ella lentamente.
-¿Que estás ocultando?-. Pregunté.
-Nada-. Dijo nerviosa.
-Jelena, a mi no me haces estupido y claramente no repetiré la pregunta-. Hable entre dientes y está por primera vez en la vida en vez de seguir peleando conmigo se puso a llorar. Sin saber qué hacer solo me quede ahí viéndola, no la iba a abrazar para eso estaba su esposo.
-¿Me vas a decir o seguirás llorando?-. Pregunté enojado.
-Estoy embarazada-. Susurro muy bajo que casi no la pude escuchar.
-¿Que?-. Pregunté sorprendido.
-Si, estoy embarazada y aunque no creo que esta sea una noticia fel...-. La interrumpí.
-Claro que no es una noticia feliz ¿me estás jodiendo? ¿Como se te ocurre?-. Le grite.
-Cállate, esto no tiene nada que ver contigo Jason-. Ella igual grito, a este punto los dos estábamos enojados alertados y casi matándonos, por segunda vez en el día. Por eso y más razones no podíamos tener una buena relación de hermanos como la tenía con Alex.
-Claro que tiene que ver conmigo, esta es mi casa, o acaso ¿quieres ver a tu hijo crecer entre drogas y armas? Porque Jelena créeme que no hay otra opción-. Ella blanquea y me mira sin decir alguna palabra. Obligándome a tranquilizarme jale de mi cabello y me acerqué a ella, está al instante se separó pero no le tome mucha importancia. Me senté junto a ella.
-¿Ya sabe algo Zayn?-. Pregunté más calmado. Ella niega aún sin decir ninguna palabra.
-No se lo digas, no al menos hasta que resolvamos un asunto-. Ella me mira, niega con la cabeza y se levanta.
-Es que aún no puedo creer que después de tanto tiempo tengas el poder de manejar mi vida, no lo entiendo, estoy harta-. Expresó con más lágrimas en sus ojos.
-Esto no se trata de comodidades o lo que le molesta a uno, este no es el momento ni mucho menos la vida ideal para traer un hijo, pero ya está hecho, luego hablaremos-. Me paré y salí de la habitación.
-¡Zayn, Chaz, Ryan, Christian! Nos vamos-. Les grite antes de ir a mi habitación. Al llegar a esta fui a mi armario favorito.
El de armas.
Yo todavía no podía confiar en los Gomez, no los conozco y desde que tengo memoria han hecho todo en sus manos por destruirnos a mi y a mi hermano. Así que no les daré la satisfactoria de jugarme una trampa, ya no confiaba ni en los más cercanos no después de lo que sucedió.
Tome una rápidamente sin mirar qué tipo era y la guarde en mis jeans. Salí rápido de mi habitación y ya todos estaban afuera listos en la camioneta y cada quien con sus armas.
-Vamos a ver que es lo que sucede-. Digo mientras me subo a la camioneta.
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Cuando llegamos al almacén todo su alrededor estaba solo, había un par de edificios abandonados y en muy mal estado y detrás de ellos estaba el almacén. Los alrededores estaban algunos árboles y eso era todo. Probablemente eran muchos kilómetros hasta la siguiente civilización.
Aparcamos a unas calles antes para no levantar nada de sospechas y caminamos unos cuantos metros más por detrás de los edificios hasta acercarnos más a la puerta trasera del almacén.
-Quiero que tengan listas sus armas, no quiero que crean que pueden jugarnos una trampa todavía no podía confiar en ellos-. Les ordene a los chicos. Todos comenzamos a cargar nuestras pistolas y nos colocamos en postura de defensa. Al llegar a la puerta Zayn estaba apunto de abrirla cuando alguien más hizo.
-Bueno pero que tenemos aquí a el señor McCann y su pandilla completa-. La mujer que estaba parada justo en la puerta nos miraba con diversión, con sus brazos cruzados sobre su pecho analizando a cada uno tardándose más en mi.
Y que puedo decir, estaba demasiado caliente, llevaba unos jeans que ajustaban a la perfección a su figura y estoy alucinando por ver su trasero. Llevaba unos tacones de aguja que hacían ver a sus piernas largas y esbeltas, tenía puesta una blusa con un escote que dejaba ver sus estupendos pechos y para terminar su look una chaqueta de cuero.
Toda una chica mala.
Tenía que admitir que aunque no me gusta mucho idolatrar la belleza de una mujer sino es su cuerpo; pero ella era hermosa, cabello largo y negro, su cara era adorable pero a la vez tenía una mirada sensual, algo difícil de explicar. Y por Dios esos ojos.
-¿Ya acabaron de ver todo mi cuerpo o quieren que me de la vuelta?-. Pregunto sacándome de mis pensamientos aunque no creo que fui el único, Zayn y los demás también la miraban con cara de estupidos y rogaba por qué no me viera así.
-Pues si nos po...-. Interrumpí a Chaz dándole un golpe en el abdomen estaba a apunto de decir una tontería y no nos iba a dejar como idiotas delante de esta mujer desconocida.
Es hora de entrar en mi papel.
-No sé quién eres tú o porque estás aquí. Nosotros venimos a ver a Liam Gomez así que ve haciendo algo de provecho y lárgate para que podamos hacer nuestros negocios, te podemos asustar-. Me dirigí a ella en un tono brusco y en otro en el que le llamó profesional.
Ella en vez de asustarse levanto una ceja y me miró burlesca.
-Ya me habían advertido de ti Jason, todo un profesional en su trabajo-. Dijo haciendo comillas en "trabajo". -Pero a mí no me gusta que me hablen en tu tono de jefe en mi propio almacén-. Ahora era su turno de hablarme brusco mientras yo levantaba una ceja.
¿Su almacén? Esto ya no me está gustando para nada.
-¿Que clase de juego es este? Se supone que estamos aquí para reunirnos con Liam-. Di un paso más cerca de ella. -Si esto es una trampa te lo juro que...-.
-Calma tu caballo-. Colocó su dedo índice en mi pecho y me hizo retroceder a mi lugar inicial.
-No queremos nada que venga de ti sólo dinos dónde está Liam-. Hablo Ryan desde atrás de mi. El siempre tan calmado.
-Este es mi almacén, yo soy la dueña-. Sentenció y sonrío ampliamente. -Mucho gusto soy Selena Gomez, y efectivamente tenemos una reunión así que pasen-. No dijo nada más se dio la vuelta y entro.
¿Y quien rayos era Selena Gomez?
-Es la hija mayor de Ricardo Gomez, al parecer es la que controla todo desde la muerte de su padre-. Zayn susurro.
-¿Y tú cómo sabías de ella?-. Pregunté confundido. Pues si había escuchado de Ricardo, muchas veces tuvimos enfrentamientos y al escuchar el nombre de Liam Gomez di por hecho que era su hijo y era él quien se encargaba de todo, no su hija.
Y que hija...
-Solo sabía que Liam no era el único y que era el más chico solo lo supuse-. Se encogió de hombros. -Pero pasemos supongo-.
-¿Es normal que tenga una erección ahora mismo?-. Susurro Chaz cuando estábamos pasando el umbral de la puerta. Lo mire con cara de pocos amigos.
-No estamos para jugar, después te desahogaras-. Golpee la parte trasera de su cuello.
Al entrar había una especia de oficina en medio de todo el almacén, había algunos sillones, armarios que supuse que sería todo su cargamento de armas, está completamente vacío, solo ella y pensaba extraño que no llevará seguridad con ella, ni siquiera vi un coche.
Estaba sentada con las piernas cruzadas y observándonos con seriedad mientras en su mano derecha tomaba un cigarrillo.
Me concentraba en mirarla mientras metía el cigarro en su boca y expulsaba el humo, repitiendo la acción unas veces más.
-¿Porque no cargas con algún tipo de seguridad?-. Pregunté.
¿Y a mí que rayos me importa su seguridad?
-¿Debería?-. Pregunto aún concentrada en inhalar y exhalar el humo del cigarro.
-Me da igual, pero es algo sospechoso-. Le dije.
-A ti no te importa mi seguridad ni a mi la tuya, te mande hablar porque tenemos algo o quiero decir a alguien en común que nos la ha jugado-. Aplastó el cigarro en su mesa y lo voto por algún rincón del lugar. -No tengo sillas suficientes para que todos se sientan agusto pues este lugar será destruido después de esto-. Dijo y se inclinó a sacar unos papeles. -Pero no creo que les importe estar un momento parados.-.
-Me cansé de tus juegos, ¿que hacemos aquí?-. Demandé.
-¿Dime Jason conoces a Harry Styles?-. Pregunto. Y yo no sé si estaba fingimiento su voz o realmente hablaba tan sensual.
-No lo recuerdo, probablemente no-. Conteste.
-Chicos, tal vez están aquí por cuidarle la espalda a Jason pero ¿les importaría darnos un poco de privacidad?-. Pregunto dirigiéndose a los chicos. Me miraron esperando por alguna respuesta y asentí con la cabeza, tal vez me pueda arrepentir, no lo sé.
Una vez que cerraron la puerta del almacén Selena volvió a mirarme se levanto de su lugar y rodeó el escritorio hasta estar de frente de y se sentó en el a unos pasos de mi. No creo que ni siquiera estaba intentando ser sexy, solo le salía así y eso me estaba volviendo loco. Tragué saliva y de pronto me sentí intimidado por su porte.
-Harry se encargaba de cuidar y dirigir todos tus cargamentos que llegaban a la costa de California, él trabajaba para ti de alguna forma indirecta, la verdad no me extraña que no lo conozcas, tal vez alguien más hacia el favor de contratar a tus empleados-.
-Tal vez-. Respondí.
-En una noche de fiesta conoció a un hombre hambriento de sed por venganza, su nombre era Abad-. Tomo una pausa.
-El estaba furioso con alguien por haber matado a su pobre hermano-. Suspiro y luego río ligeramente. -Abad solo tenía una pista de quien había matado a su hermano. Sabía un nombre, tan solo un nombre; Jason McCann-.
Okey, ahora sí estoy confundido.
-¿Cuál es el punto Selena?-. Demandé.
-Harry le contó que él trabajaba para ti, jamás había sabido nada más que tu nombre, jamás había visto tu rostro ni oído tu voz pero que podía ayudarlo. Abad tuvo la grandiosa idea de que Harry podía matarte por una gran cantidad de dinero y mucha mercancía. Pero Harry se negó porque pensó que era más fácil mandarte a la cárcel con tan solo los pocos detalles que tenía.-. Tense mi mandíbula, ya se a lo que todo esto estaba llegando.
-Abad no estaba contento con la idea de dejarte vivo pero parecía que no había muchas opciones, llegaron a un acuerdo donde se hacían una especia de socios, Abad no le iba a pagar semejante cantidad de dinero si no te tenían muerto así que lo obligó trabajar para el, no tan solo para destruirte sino para destruir a otras personas. Al principio Harry no tenía ninguna razón para traicionarte y había la posibilidad en la cual tú sabrías que te había traicionado, se le hizo muy fácil convertirse en el gato de Abad. Varias semanas después te capturaron y por razones desconocidas no supieron tu verdadera identidad y te juzgaron bajo el nombre de Justin Bieber. Justamente a la semana que te encerraron mataron a mi padre-.
-Harry y Abad te metieron a la cárcel y mataron a mi padre, Jason-.
Me quede en silencio, había mucha información que procesar. Yo nunca había conocido a esos dos, jamás recuerdo el nombre de Abad o porque maté a su hermano. Pero ¿porque le tengo que creer a Selena? ¿Por que ella sabía que Abad mató a su padre? Tenía luchas dudas en mi cabeza.
Me acerqué a ella hasta el punto en que nuestras narices estaban tocándose.
-¿Y cómo se supone que tengo que confiar en ti, ángel? Por mi experiencia tu padre ha sido un traicionero toda su vida-. Le susurré. Mi aliento chocaba con su mejilla y su piel se erizo. Sonreí internamente al efecto que tenía sobre ella. La tome con la guardia baja.
Me empujó y se levanto del escritorio donde anteriormente estaba sentada.
-Mi nombre es Selena, y tengo en claro perfectamente lo que estoy diciendo, no estoy diciendo cosas o teorías que se me ocurrieron-. Hablo enojada. Sexy. Me gusta.
-Esto es pura mierda, esto y tus teorías se pueden ir a la mierda-. Le di la espalda y camine hacia a la puerta estaba a punto de tomar el pomo cuando su voz me detuvo.
-¿No extrañas a tu hermano Alex?-. Pregunto.
Me detuve en seco, mi corazón pareció detenerse mientras escuche sus palabras. Sin pensarlo corrí hacia a ella y saque mi pistola apuntando justamente a su cabeza.
-Tu no sabes nada de Alex así que te sugiero cerrar la boca por tu propio bien-. Hable entre dientes. Estaba furioso, siempre me ponía así cuando la gente hablaba de el.
-Lo contrario McCann, se todo de el-. Susurró. -¿Crees que Abad se conformó con meterte a la carcel y encima solo tres años?-. Río y tomo mi arma y le quito de su dirección.
-No me quieres ver la cara de idiota a Alex se lo llevaron dos años antes de que me detuvieran-.
-Si lo se, y Abad lo volvió a secuestrar. Así que me vas a escuchar todo lo que tengo que decir porque creo que te he dado más de mil razones para acabarlo-. Baje mi arma. Nos mirábamos justo directo a los ojos casi desafiándonos con la mirada.
-Te lo voy a poner fácil, Abad y Harry te encerraron en la cárcel, tienen a tu hermano y mataron a mi padre-.
-¿Y tú cómo sabes todo eso?-. Pregunté con el ceño fruncido.
Todo esto me estaba confundiendo y sin duda no confiaba en ella no se porque y claro que si me mostraba pruebas de lo que hicieron esos bastardos yo mismo los iba a matar.
-Me infiltre en su mansión como su dama de compañía-. Solté una carcajada.
-¿De su puta? ¿Te lo follaste? ¿Y esperas que te crea?-. Comencé a reír. De pronto escuche un arma cargándose y segundos después un balazo. La mire y tenía una pistola en su mano apuntando en dirección al cielo. Y me aventó una carpeta.
La abrí y ahí estaba todo.
Recibos de mucha cantidad de dinero a nombre de un tal Abad Faciolince para Harry Styles. Copias de mensajes de texto el mismo día que me atraparon pero eso no fue lo peor. Había fotos de mi hermano. Alex. Estaba tirado en el suelo sucio de alguna pocilga, amarrado de manos y pies. Solo traía puestos sus bóxer y todo su cuerpo estaba cubierto con motetes, dagas, heridas tal vez por pistola y navajas.
La ira se comenzó a construir en mi interior. ¿Como un par de personas que en mi vida había escuchado se habían burlado de mí? Pero lo que ellos no saben es que los voy a hacer pagar y yo mismo los voy a matar con mis propias manos por todo lo que han hecho. Y voy a defender de nuevo mi nombre y voy a hacer de nuevo el número uno en el país. Los voy a acabar.
-Mi hermano y yo tratamos de matarlo, colocamos una bomba en su casa. No funcionó, logró escapar pero el ya sabe que la guerra comenzó, pero mi precio es que tenemos que hacerlo juntos, no me importa si no quieres trabajar en equipo o como sea, pero el también tiene que pagar por matar a mi padre, lo quiero hacer sufrir. Así que ese es mi precio por la información.
La mire y pude ver en sus ojos la ira.
Relaje mis puños y mi mandíbula las cuales estaban todos tensos. Mi cabeza dolía por todo lo que acabo de descubrir y sin dudar quiero matar a alguien.
-Está bien, mañana te quiero. De en mi casa, te haré llegar la información. Si me llego a enterar que esto es una tranpita te voy a matar-. Susurré con odio y no hacia ella.
-Para con tus amenazas soy yo de la que menos te tienes que preocupar-. Puso los ojos en blanco.
-Bueno supongo que la guerra ya inició-.