"Yo estaba ahí, a ella no le importa.
Ella aún me sigue ignorando, bailando con sus amigos.
Dime cómo debo hacer.
Quizá se haya acabado."
Solía levantarme en las mañanas, sabiendo que sería un día como cualquier otro. Me levantaría, desayunaría, mamá y papá me darían un beso, iría a la escuela y regresaría a mí casa para encerrarme en mí cuarto.
Luego, bueno, llegó un chico pequeño con hermosos ojos a cambiar eso.
Ahora a mí rutina le agregó escribirle cartas a esa persona para después meterlas en su casillero cuando él no está.
Gracias Nolan.
Gracias por darme tanto, sin yo darte nada a cambio.
Gracias a ti tengo una razón más para querer vivir. Pero sólo se queda en eso, en querer.
Gracias por darme un motivo para levantarme y hacer de mí día algo espectacular. Por hacerme el chico más feliz del mundo.
Ayer salí con mis padres al cine, verlos reír, carcajear por las cosas que hacían los personajes, me hacía sentir...bien.
Porque sé que ellos están siendo felices, y sí ellos lo son, yo también lo seré.
Observé todo. A las personas, los perritos, los bebés llorando, los hermosos árboles que se alzan airosos. Me dediqué a mirar aquello que nadie más hace, teniendo toda su vida para hacerlo.
Observé todo con detenimiento.
Porque nunca se sabe sí volverás a estar ahí el día de mañana para observar.
El tiempo se nos agota Nolan, se desvanece en nuestras manos.
La muerte no me da miedo, raro ¿no crees?.
Porque sé que sí el día de mañana me voy, me llevaré en mí mente la imagen de mis padres sonriendo.
Y la tuya, sonrojándote al leer mis cartas.
Te amo.