#Text #gift #love [KageKen]

By barbara-senpai

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Conversaciones, un regalo y torpes confesiones llenas de amor. One Shot participante del concurso de San Vale... More

#text #gift #love

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By barbara-senpai

Título: #Text#gift#love
Pareja : Kageyama Tobio x Kozume Kenma
Categoría: confesión
Advertencia: fluff, slice of life

***#Text***

Kozume K- en línea...

Kageyama T- 22:12
¿Ocupado?

Kozume K- 22:12
algo...¿cómo estás?

Kageyama T- 22:13
peleando con mates...
(foto)📷.
El bastardo de Tsukishima me lo explico...aún lo logro comprenderlo del todo pero creo que esta bien

Kozume K- 22:13
el ejercicio esta mal

Kageyama T- 22:14
¡Ni una mierda!
Siento que esta tortura no terminara nunca!! soy un desastre

Kozume K 22:14
lo siento, ¡era broma!... en realidad esta correcto.

Kageyama T- 22:14
te odio...
no, es broma no podría aunque lo intentara...

Kozume K- 22:15
Los amigos no se odian..
A veces odio a Kuroo pero es por otras razones....

Kageyama T-22:15
Kuroo-san y tú son...muy cercanos

Kozume K-22:17
¿Por qué siento que estas...algo molesto por ello?...

Kageyama T-22:19
Esta bien te lo preguntaré de una vez...
¿Él y tú están saliendo?
Cómo novios o algo....

Kozume K-22:19
¿Qué? ¿Por qué todo el mundo lo pregunta?
No, no estoy saliendo con él...

Kageyama T- 22:19
¿No estás saliendo con nadie?

Kozume K- 22:20
No. No salgo con nadie, no es algo que me interese

Kageyama T- 22:20
Y si...alguien te lo pidiera ¿aceptarías?

Kozume K- 22:21
No lo sé...depende de quien lo haga...

Kageyama T- 22:22
Lo siento debo dejarte mi madre quiere que baje a cenar, hablamos más tarde si quieres

Kozume K-22:22
Debo cenar y estudiar, hablamos mañana.

Kageyama T-22:22
Buenas noches, Kozume-san

Kozume K-22:24
Buenas noches... Tobio.

Quitó la aplicación de mensajería tan rápido de la pantalla como pudieron sus dedos. El móvil vibró en sus manos pero no se atrevió a leer la respuesta.
La única razón era la enorme vergüenza que sentía.

Era la primera vez que se atrevía a despedirse de una forma más cercana, sin la formalidad de su posición. Tobio y él se diferenciaban solo por un año pero dentro de los escalafones de mando, Kozume era una autoridad. Un senpai de tercero y además el capitán del equipo de Voley de la Preparatoria Nekoma, por ello el armador de Karasuno respetando con absoluta seriedad su condición-a pesar de ser amigos declarados- jamás le llamaba por su nombre.

Después de finalizada la Springhigh de su segundo año, iniciaron conversaciones por Line y fue Kageyama quien dió el primer paso con un simple y soso "Buenas tardes". Hinata-sin darse cuenta en realidad- le pasó el número al moreno a través de una captura de pantalla- según le explicó- y él, más que nada por admiración mal disfrazada se atrevió a escribirle.
Cada día que pasaba la cantidad de mensajes aumentaban, asi como el tiempo que se dedicaban a saber del otro. Su horario de charlas en línea precedía a la hora de dormir resumiendo sus días entre juegos, comida y salidas con amigos. Poco a poco comenzaron a compartir algunos secretos, pensamientos, gustos y fotografías. A Kenma no le gustaba tomárselas en un principio, sin embargo, al ver que su amigo le mostraba su vida cotidiana a través de imágenes, él aceptó capturar sus cenas, sus videojuegos, sus tareas y su rostro sonriente. A Tobio le gustaba cuando amarraba su cabello en una pequeña coleta despejando su rostro "porque sus ojos eran lindos" y el hervía de la vergüenza " porque tus ojos azules también son lindos" y en sus respectivas habitaciones parecían dos teteras en ebullición.

En unos días más Nekoma recibiría una visita de su indiscutido rival para un partido de práctica y con solo pensar en ese encuentro a Kozume le comía el estómago de los nervios. Hablar por mensaje y estar cara a cara con el chico que te gusta era completamente distinto.
Podía ser un niño en asuntos sociales pero sabía muy bien que esa sensación que nacía dentro de él y que burbujeaba en su garganta era emoción. La ansiedad y la felicidad unidas al ver su móvil y tener en la pantalla un texto o alguna foto de Kageyama haciendo algún gesto comiendo un bollo de carne después del intenso entrenamiento. Incluso poseía-como un ardiente tesoro- una captura del moreno sin playera, con todos sus marcados músculos a la vista, sudado y bebiendo una botella de agua. Fotografía que Shouyo le tomó a escondidas con un "no me agradezcas Kenma", él que estaba comprando con Kuroo en una tienda cercana a su casa, enrojeció impactado al ver su móvil, abrazado por un inexplicable golpe de calor que no pasó desapercibido para su mejor amigo y ex capitán, quien se dedicó toda la tarde a molestarlo para sacarle información de su pseudo-relación-no gay con el armador de Karasuno.

-¡Confiesate!- Kuroo sentado en suelo comía patatas fritas mientras Kenma, avergonzado, se hundía en su sitio - después del partido de práctica si te gusta, solo házlo.

- ¡¿Estás demente?!.-respondió molesto y deprimido-¿no deberías estar en la universidad ahora?.- inquirió. Kuroo elevó los hombros y respondió.

- Soy un alumno ejemplar, Kenma. Que falte a una clase no afectará mi promedio además estoy tratando de ayudar a mi querido amigo de infancia hacer algo que nunca pensé que haría- en una pose dramática observó esperanzado el horizonte- no me importa que te guste un hombre, lo importante es que el amor ha nacido en ti.

-¿No crees que estás exagerando?-se quejó cansado el menor- además ¿cómo podría saber que él...? ya sabes...- tomando su móvil, deslizando el dedo por la pantalla, el moreno concentrado buscó algo en él.

- Necesitamos un poco de ayuda.- Kenma torció al boca en un gesto odioso

-¡¡Ni se te ocurra llamar a Bokuto!!- Kuroo, mirando el techo, haciendo caso omiso a su petición, esperó los tonos correspondientes para que su llamada sea aceptada.

-¡Hey! ¡chibi-chan! ¿Cómo estás?.-el armador sorprendido preguntó

-¡¿Desde cuándo tienes el número de Shouyo?!- Kuroo sonrió de lado, cubriendo el móvil con la mano respondió

-Chibi y yo hemos intercambiado...algunas cosas...-volviendo su atención a la llamada rió por lo bajo- Chibi-chan quería preguntarte algo sobre tu amigo el despiadado armador que tiene tu equipo, Kageyama Tobio...si, es que, sabes si le gusta alguien...¡¿ah, si!?....es alguien cercano a él...vive en otro lugar...y le gusta el voley, ¿no estás seguro?...- volviendo a cubrir el móvil, aseguró- tienes una oportunidad.

Kenma nervioso escondió su cabeza entre sus rodillas.

-¿Vendrás a verme el fin de semana? Lo prometiste...lo que quieras pero, tendrás que quedarte a dormir...en mi cama, claro...- Kenma, molesto se levantó de golpe lanzando un cojín a su mejor amigo que entre risas se despidió-gracias por la información Chibi-chan, ¡te lo pagaré!- levantándose pesadamente del suelo, el moreno golpeo sus palmas con fuerza.-Bien es hora de un plan.

***#gift***

Kozume formado junto a su equipo, saludaban a sus rivales de Miyagi. Ennoshita y él se llevaban muy bien ya que ambos compartían algunos rasgos de personalidad. Tora, Tanaka y Noya charlaban animados deleitándose de las manager de Karasuno-Yachi y otra chica de primero-quieres eran cada vez más hermosas. Hinata, Yamaguchi y un reticente Tsukishima con Inuoka, Lev, Shibayama y Fukunaga se repartían abrazos y nuevas noticias. Kageyama en cambio, se mantenía tenso a un costado del grupo con sus azules ojos en el rubio capitán. Dentro de su bolso portaba un pequeño paquete que decidiría el futuro entre ambos. Era un simple regalo que le costó horas y horas escoger y comprar, acompañado de un aburrido Hinata dándole innumerables opciones, con un hambre de los mil demonios, unos cuantos berrinches tontos y las extrañas llamadas de Kuroo mientras paseaban.

-Después del partido...- se repetía con el corazón martillando en sus costillas. No solo era el llavero de un tierno gato manchado, sí no la pregunta escrita en la nota junto a este. La pregunta que le costó decenas de hojas arrugadas en el suelo de su habitación...las que podían ser la perfecta analogía de su corazón al regresar a casa esa tarde.

Kenma quien se sentía morir de los nervios, también pensaba en el regalo que estaba en su bolso, guardado en los vestidores. Kuroo no le dejó en paz hasta comprar algo para el armador lo que sería un paso previo a su confesión.
El plan trazado era el siguiente: después del partido y antes de que se marchara él debía pedirle a Tobio hablar a solas. Le entregaría el obsequio y ahí, frente a él, debía entre abrir sus labios para decirle sin titubeos "Me gustas, sal conmigo".

No podía retractarse porque Kuroo, el maldito de Kuroo le amenazó con esconder sus consolas, todos los videojuegos y que mientras durmiese robaría el móvil además de cambiarle la clave a su portátil y negarle WiFi. Cuando Kuroo hablaba en serio, debía tomarle el peso a sus palabras.

- Hola...Ken-Ken-Ko-zume-san...- saludó Kageyama azorado hasta las orejas.

- Hola...Tobio...- respondió él bajito, escondiendo su rostro pasando su cabello tras la oreja- tengamos un buen juego.

-¡Si! Tengamos un buen juego- el armador acompaño sus palabras con una reverencia exagerada que avergonzó a Kozume de pies a cabeza. Dando un paso hacia atrás dio media vuelta, para unirse a grupo de cuervos e ir al gimnasio.

Sería mucho más difícil de lo que pensaba.

El partido terminó a favor de Karasuno quienes celebraban a gritos. Desde primavera que no vencían a Nekoma y siempre se necesita un golpe anímico de ese calibre para seguir.

Kenma-con el lío en el pecho y la cabeza en partido- agotó su reserva de estamina, respirando agitado sosteniendo su débil cuerpo sobre las rodillas. Tora, como preocupado sub-capitán, se acercó hasta él para ver si se encontraba bien, tomándole de la cintura con firmeza.

-Oye Kenma ¿Cómo te sientes?.-el capitán se apoyo en su pecho mientras el As de tercero elevaba su rostro- estas más pálido que de costumbre, será mejor llevarte a la enfermería.

Kageyama tenso, a la par de celoso, impaciente escuchaba las apreciaciones del entrenador Ukai, las felicitaciones de Takeda-sensei y los comentarios del capitán. Hinata, se dió cuenta de inmediato de lo que su armador quería al verlo con el ceño más fruncido de lo habitual, asi que haciendo una seña llamó su atención para que se acercara a su persona

-Ve, yo te cubro, no olvides tu bolso. te llamo cuando nos reunamos para irnos después de la comida.-hablando en su oído, le sonrió alzando un pulgar.

Haciendo lo posible para que él equipo se distrajera- básicamente molestando a Tsukishima por alguna tontería- ganó tiempo más que suficiente para cubrir la huida de Kageyama hacia la enfermería en donde se encontraba Kozume.
El problema era que no tenía ni una maldita idea en dónde quedaba dicho lugar.

-Mierda...-gruño por lo bajo perdido entre los pasillos de la preparatoria siguiendo los pequeños letreros por sobre su cabeza.

-¿Kageyama?- la voz de Taketora le hizo detenerse en seco- ¿estás perdido? ¿Buscas el baño?

- No, no Yamamoto-san- respondió incómodo- la enfermería, buscó la enfermería.

-¿Te duele la barriga?- preguntó buscando algún indicio de enfermedad en su rostro- Hombre, así no podrás comer nada de lo que tenemos preparado. Kenma me pidió llevarle sus cosas-mostrándole la chaqueta del uniforme y el bolso del capitán-la enfermera salió un momento pero no te preocupes no creo que se demore demasiado en regresar.

Caminando hasta la estación de salud estudiantil, Yamamoto llevaba un pseudo-interrogatorio al armador para conocer más sobre los gustos de las diosas de Karasuno a lo que Tobio respondía con vacilantes supuestos ya que no recordaba que colores les gustaban a las chicas, cuales eran sus platos favoritos, el perfume que usaban o si preferían los joven atentos y músculos o los chicos de bonitos rostros y debiluchos.

En la enfermería, acostado en una las camas Kenma algo deprimido se preguntaba si podría darle el regalo a Tobio. No solo era por la aterradora amenaza de Kuroo sino por su propia determinación. Kageyama era una persona muy distinta a la idea trivial que había creado sobre su personalidad hosca e insensible. Era un chico agradable, tímido en ocasiones, torpe, incluso gracioso cuando estaba de buenos ánimos. Eran trozos de él que estaba seguro no había mostrado a nadie más...entonces la idea de ser especial tenía sentido.
¿Estaría bien dar el paso?

Suspiró agotado observando las manchas de moho y pintura en el techo, que era lo único interesante del lugar. El sonido de la puerta y los pasos de algunas personas hicieron girar de medio lado su cabeza rubia.

-Aquí tienes tus cosas Kenma-dijo Tora dejándolas sobre la cama- Kageyama te hará compañía, le duele el estómago. La enfermera dijo que reposaras unos 20 minutos y un poco más. Estaremos en el patio posterior al gimnasio.-informó con una sonrisa- ¡los esperamos chicos!.- dicho eso se fue celebrando de lo feliz que estaba de ser bendecido con tanta belleza femenina un día cualquiera.

- ¿Te duele el estómago?- preguntó Kenma angustiado con las mejillas al rojo.

-No...- respondió el moreno sentándose en la silla a su lado-fue una suposición de su parte. En verdad me escape...para venir a verte...me sentía algo intranquilo por lo que te sucedió.- con la espalda derecha, los hombros tensos y los labios apretados sentía la cara cubierta de fuego.

Para variar, los dos morían de vergüenza.

- Estoy bien-aclaró Kenma-solo me excedí un poco...Karasuno no deja de mejorar, luchar contigo se vuelve cada vez más pesado...

-Lo siento- se disculpó compungido Kageyama- no es mi intención lastimarte pero un juego es un juego y...

-Lo sé- cortó la explicación el capitán- no te disculpes por ser un genio, que me levantaré solo para patearte tu condescendiente trasero.- ambos se observaron dejando escapar una ligera risa.

Sentándose en la cama, ante los reclamos de Tobio para que descanse, Kozume abrió su bolso y vacilante cogió un pequeño paquete, entregándolo a su dueño definitivo que anonadado, balbuceaba frases inteligibles entre dientes.

-Para ti...espero que te guste.- Kageyama asintió enérgico asegurando en silencio que le encantaría lo que hubiera dentro de la bolsa de papel con lindos motivos de colores. Él, recordando la razón de su huida, se quitó torpemente el bolso, abriéndolo de golpe para sacar una bolsa roja con un moño dorado, instando al joven a frente a tomarla rápido.

-Es-es para ti, ¡Tómala!.- Kenma más asustado que enternecido por el gesto, hizo lo pedido pegándola a su pecho.- ¡espe-ro que sea de tu agrado!.

-No tienes porque gritar, Tobio- le dijo suavemente el amador- gracias, no me lo esperaba.

Los dos quedaron en silencio titubeando en abrir o no el regalo en frente del otro. Kageyama no podía creer que el chico de sus sueños le había dado un obsequio por iniciativa propia y se moría de ganas por saber que había adentro pero era de mala educación- o eso le había dicho su madre cuando era niño- abrir un presente delante de otras personas.

-¿Estás bien? Tu cara está roja- usando su mano de termómetro, Kozume puso la derecha sobre la frente de Kageyama y la izquierda sobre la suya. Solos, cerca, sintiendo la electrizante atracción del amor, el armador de Nekoma tomó la iniciativa. Si quería resultados debía arriesgarse.

- No-no no tengo fiebre, yo...- perdido en la profundidad de sus mágicos orbes brillantes. No reclamó ni se resistió cuando esté resbaló su mano cubriéndole los ojos, cegándolo- Kenma...

Tragó duro, nervioso y temblando al sentir el aliento de ajeno sobre sus labios acercándose peligrosamente. Quieto en la silla de dejó envolver por el calor del esbelto pero fuerte cuerpo de su enemigo que apoyaba su mano libre en una de sus piernas.
El universo se detuvo para que él pudiera disfrutar de la magia del momento, para que pudiera sentir segundo a segundo la suavidad de los dulces labios de durazno de Kozume Kenma...para poder fundirse en su cuerpo y ser uno...

- ¡He regresado Kozume-kun!, ¿Eh? ¡Un amigo te ha venido a visitar! ¿ Joven está usted enfermo? Al parecer tiene fiebre...- la enfermera dejando una bolsa sobre su escritorio se acercó hasta Kageyama para ayudarlo a levantarse del suelo. Con el susto había caído de la silla sin poder cerrar con broche de oro su viaje a Tokio. Avergonzado de pies a cabeza-por ser un imbécil sin remedio tal y como Tsukishima se lo recalcaba- se disculpó por la impertinencia cogiendo sus cosas para salir disparado del salón.
Kozume con el alma en un hilo maldecía al panteón completo de dioses existentes que no le querían ver feliz enviando a la persona que debía estar ahí en el momento menos oportuno.

La vida era tan cruel.

Los chicos de Karasuno se despedían entre agradecimientos por la hospitalidad y la oportunidad de mejora continua. Uno a uno iban subiendo al autobús con Kageyama en medio de una depresión profunda porque Kozume aún no salía de la enfermería para despedirse de él. Con los reclamos de sus compañeros para que les dejara la escalera libre, el armador, decepcionado, se sentó junto a Hinata que le daba cuantos ánimos podía.

A paso rápido Kenma, exhalando fuerte por el agotamiento, llegó hasta el lugar de despedida viendo como los últimos chicos se acomodaban en sus lugares con el suave rugir del motor. Buscó con la mirada, guiado por las sombras de la ventana a Tobio pero no pudo divisarlo para, cómo último recurso, mover su mano en un adiós. Con el autobús alejándose, tomó el llavero de gato manchado de su bolsillo junto a la nota escrita

"Kenma...soy un desastre para expresarme con palabras y con escribirlas no lo hago mejor así que iré directo al grano. Eres increíble, me encanta cuando sonríes o cuando juegas con tu cabello, que adores los gatos y que me hagas sentir de esta forma. Que me hagas sentir especial y sobretodo querido. Me gustas, te quiero y te quiero conmigo. Si lo sé, es una declaración de mierda pero sincera. Esperare tu respuesta".

Era la mejor declaración de amor que había recibido en su vida porque...era correspondida. Con el móvil en la mano, busco el chat de Tobio para responder.

-¿Olvidaron algo?- preguntó Yamamoto a sus compañeros que estaban igual de sorprendidos. El autobús de Karasuno se detuvo y de el bajó Kageyama con un papel arrugado en su mano, corriendo hacia el grupo de gatos como si su vida dependiera de ello. Era específicamente hacia Kenma a quien estrujó en un potente abrazo.

- Si, maldición si.- respondió en su oído con la respiración quemándole la garganta. El capitán devolvió el abrazo escondiendo su rostro en el pecho de más alto. Solo los dos sintiéndose parte del otro

Los gritos y aplausos desde el bus de los cuervos les hicieron separase de golpe más aún con los regaños a viva voz del entrenador Ukai hacia el armador por estar retrasando el regreso a casa del equipo. Kageyama le sonrió haciendo una reverencia de disculpa a sus compañeros tokiotas para correr de vuelta y deshacerse en su asiento con las burlas de medio mundo durante todo el viaje.
Con ternura observaba el llavero de un cuervo regordete y la nota que venía dentro de la bolsa de regalo. Quien pensaría que desde ahora en adelante sería condenadamente feliz junto al chico que quería.

" Kageyama Tobio: me gustas, sal conmigo"

***#love***

En los altoparlantes se anunciaba la llegada del Shinkansen desde Sendai. Kenma con un gorro de lana, una bufanda gruesa, una chaqueta abriga dirá y guantes felpudos, sostenía en sus manos una bolsa de regalo. La ansiosa sonrisa en su rostro era difícil de borrar entretanto ubicaba sobre el gentío a su novio. Las personas pasaban a su lado pero ninguno de ellos era a quien esperaba. De puntillas se movía de un lado a otro hasta que desde su espalda una mano cubrió sus ojos.

- Sorpresa- la voz en su oído le erizo la piel. Dejando sus orbes ámbar al descubierto, se maravilló con el hermoso ramo de rosas frente a él- feliz San Valentín, bebé. Te amo.- entregando las flores y una caja de bombones, Kageyama le sonrió divertido al ver su expresión.

-Gracias Tobio...- Kenma con el rostro carmín al igual que las rosas entregó un perfecto chocolate hecho a mano. Después de 7 intentos acompañado de Kuroo logró lo que deseaba...pero omitiría por orgullo, esa parte de la historia. Entrelazando sus manos dentro del abrigo de Tobio salieron de la estación para celebrar su primer día de los enamorados juntos en la gran ciudad de Tokio...y que esperaban con el corazón colmado de amor, que sean muchos más.

*** #text #gift #love**
KageKen










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