-¿Dónde estabas niña? Estuve llamando y nadie contestaba – dice mi abuela materna con su suave y ronquita voz.
Definitivamente no podría haber venido en un peor momento.
- ¡Abuela! – escucho la voz de mi tía y mis ojos se ensanchan
Miro por encima del hombro de mi abuela y la veo venir. Lleva puesto un vestido negro por encima de la rodilla bastante ajustado, el cabello atado en un desprolijo rodete y sus ojos están rodeados de delineador negro desgastado. Mi abuela sale de mi agarre y la observa
- ¿otra vez estas perdida abuela? Déjame ayudarte – cecilia toma a mi abuela por los hombros y la empuja hacia la casa.
- ¿pero qué estás haciendo? – pregunta la anciana un poco desconcertada
- Lamento esto, llamare a sus hijos para que vengan a recogerla abuela – dice/grita Cecilia. Le da un último empujón y la mete dentro de la casa para después cerrar la puerta con llave.
- ¿Qué fue eso? – pregunta Brian en un susurro
- Yo…
La puerta se vuelve abrir y la cabeza de mi tía sale para llamarme
- ¿podrías ayudarme con esto cariño? La abuela de Danna casi me saca un ojo.
- ¿es la abuela de Danna? – pregunta Brian
- Si – Cecilia hace una mueca – desde que su nieta esta en el campamento… ella confunde a todos con Danna y sale en busca de su nieta.
- Bien voy ayudarla con esto – explico a Brian. lamentando cada parte de esta mentira. El monstro rechoncho gruñe de satisfacción
- ¿necesitan que las ayude también? – pregunta amablemente el príncipe
- ¡No! – decimos las dos al unisonó
- Okay…bien – Brian parece triste y solo quiero patearme en el culo
- Adios Brian – le doy una sonrisa triste y me encamino a la puerta.
- Adios Emily – y ante ese falso nombre cierro la puerta, odiándome profundamente
- Entonces – dice la suave voz de mi abuela - ¿me quieren explicar qué diablos está pasando aquí? – doy un saltito ante la maldición saliendo de sus labios
- ¿Cómo estas abuela? – esquivo su pregunta con un abrazo forzado. Ella me suelta y frunce el seño.
- Escúchame una cosa señorita –ahora su voz no es tan suave - ¿Por qué hueles a cigarrillos y alcohol?
- Fuimos de fiesta ¿Qué hay de malo en eso? – responde Cecilia mientras toma un trago de agua de una botella.
- ¡Sabía que esto pasaría! – explota mi abuela – mi hija me aviso acerca de que tú eras una de esas señoras que no pueden acostumbrarse a su edad. Pero jamás imagine que te irías de fiesta con ella, incluso luces peor que Danna. ¡qué vergüenza!
- Abuela – intervengo – solo fuimos a un bar con amigos…
- ¿Cómo cree usted que debo comportarme entonces? – pregunta una enojada Cecilia
- Estoy segura que NO como una adolescente
- Mire abuela –responde Cecilia - es mi vida, y son mis decisiones
- Pues, perfecto. Pero no dejare que lleves a mi nieta por ese camino. No dejare que termine como tú.
- ¿Qué termine como yo? – Cecilia larga una risa irónica – ¿está diciendo que me comporto como una adolescente pero no quiere que su nieta se comporte igual?
- No del tipo de adolescencia que tu estas teniendo. Solo mírate – mi abuela larga cada palabra como si fueran cuchillos – no puedes tomar responsabilidad de nada. No pudiste hacerlo con tu hija menos lo harás con tu sobrina
¿Cecilia… tiene una hija?
- Abuela – me acerco a ella y aprieto su hombro. Los ojos de mi tía tienen una tristeza que jamás había visto en ellos.
- ¿quieres que mi nieta termine embarazada a los 17 años también? – finalizo mi Abuela.
- ¡lárguese señora! – le grita a mi abuela, no me atrevo a detener a ninguna de las dos. Esto es algo a lo que no estoy preparada.
- ¡tú no me echaras de la casa de mi hija!
- ¡pues ella ahora aquí no está, y mi hermano me dejo a cargo! – Cecilia toma del brazo a mi abuela y la lleva a la puerta, jamás la había visto de esta forma. Esta completamente salida de sí. Mi abuela entiende lo mismo y no lucha contra su agarre – y como persona a cargo de la casa y de Daniela, le estoy diciendo que no vuelva hasta que su amada hija regrese - mi abuela esta por responder pero cecilia se adelante y le cierra la puerta en la cara. Luego sube las escaleras a paso duro
- Cecilia – digo esperando que ella quiera hablar, pero se la respuesta
- Ahora no Danna. Ahora no.
…
Ella no salió de su habitación en todo el día, ni yo lo hice tampoco. Supongo que ambas necesitábamos un poco de privacidad y eso es lo que nos dimos. Desconecte el teléfono porque no quería hablar con nadie. Y ese nadie implicaba a Brian y a mi Madre. Solo dedique mi día a mirar “glee” y a leer alguna que otra saga. Dejando que mi cabeza en resaca descanse un poco. Olvidándome por un momento el lio que era mi vida ahora. Y en todo lo que me esperaba después
Y aunque intente dormir ¡No pude pegar un ojo en toda la noche!
Tenía mucho en que pensar. Desde el beso que le di a Brian, hasta la hija que no sabía que Cecilia tenia. Jamás me imagine que ella podría ser madre. Quiero decir, nunca había demostrado algún gesto de maternidad. Diablos le dije en la playa “eres una pésima madre” y ella respondió “es por eso que no tengo hijos” ¿Qué quería decir con eso? ¿Ella no reconocía a su hija? ¿La abandono? Dios no puedo ni imaginarme a Cecilia abandonando a su propia hija. Eso es simplemente… demasiado cruel.
Estaba segura que mi abuela no tardaría en llamar a mamá y contarle lo terrible que estaba siendo mi tía con mi cuidado. No es como si mi abuela fuera una perra maldita que le gusta herir a la gente, es solo que juzga a mi tía por su forma de vida y por su pasado… que recién ahora estoy conociendo.
Cuando bajo las escaleras, camino hacia la cocina y el olor de panqueques invade mis fosas nasales, terminando con un rugido hambriento en mí estomago. Sonrió nerviosa cuando veo a mi tía hecha un lio entre harinas y huevos. Noto un pequeño rastro de ojeras bajo su maquillaje desprolijo, propio de su estilo. Tiene puesto el delantal que uso Brian la otra noche. Diablos, tenía que lidiar con ese chico mas tarde. Mis rodillas tiemblan un poco de solo imaginarme lo que diría.
- ¿huele bien, cierto? – pregunta Cecilia con una sonrisa mientras vierte con un cucharon un poco del liquido blanco en la panquequera.
- De hecho, si. huele delicioso
- Eso es genial ¿te sorprendí, eh? – ella saca un mechón de cabello de su rostro y se mancha con engrudo allí también – anoche George me estuvo enseñando un poco de cocina – ella se ríe, suena falsa y forzada - ¿debería ser al revés cierto? Yo enseñándole a cocinar a él – mientras ella habla yo solo la observo, sin saber que expresión poner en mi rostro – siéntate Danna, por favor – lo pide en un susurro suplicante. Como pidiendo algo más que solo me siente. Como queriendo que no haga preguntas, pero no puedo complacerla con eso hoy.
Me siento en un taburete y apoyo mis codos en la mesada, mientras ella saca el primer panqueque. Luce bien debo decir.
- ¿así que… estuviste con George la otra noche?
- Si. Bueno tú te fuiste a una fiesta y yo… ¡oh! ¿Cómo te fue en tu primer fiesta? ¿besaste muchos chicos?
- Estuvo bien.
Silencio
- Creo que bese a Brian – susurro. Ella sonríe ampliamente mientras apaga la panquequera y se acerca a mi
- Estas bromeando conmigo
- No. Lo bese, pero fue contra su voluntad – me encojo de hombros – el me quito de encima prácticamente
- Oh… ¿estás segura de eso? Juraría que ese chico tenía una erección cuando lo tocabas
- Tía…
- Es cierto Danna. Soy mujer y se de estas cosas.
- De alguna forma el termino sin camisa y yo la traía puesta cuando desperté
- ¿tuvieron sexo?
- ¡no!... bueno no lo recuerdo
- ¡Danna!
- Solo bromeo tía. No tuve sexo con el
Mi tía parece haberse asustado más de lo debido, lleva una mano a su corazón y resopla
- ¿hablaste con tu madre? – pregunta mientras vuelve hacia los panqueques recién hechos
- No. Desconecte el teléfono y mi celular está apagado. Ya sabes… por lo de Brian y eso.
Ella coloca dos panqueques en un plato y les vierte miel encima. Me pasa el plato y luego un vaso de jugo
- Conéctalo en cuanto termines de desayunar. Ella estará furiosa.
En un silencio atípico, corto un trozo de panqueque y juego con él en la miel. Antes de comer necesito poder escupir las preguntas que se sienten como piedras en mi lengua.
- Tía…
- Dime – ella me da la espalda para lavar los utensilios de cocina usados.
- ¿Qué hay de cierto en lo que dijo la abuela?
Cecilia deja caer un plato haciendo un fuerte estruendo en el mármol, de algún milagro no se rompió.
- Danna, no quiero hablar de eso ahora.
- ¿entonces es cierto?
- Ya basta Danna.
- ¿Por qué no quieres contarme de tu hija?
- ¡Danna! Diablos, yo no me meto en tu vida y tus mentiras ¡no lo hagas tú tampoco!
Trago saliva y asiento con la cabeza. Me pongo en pie y la miro
- Se me fue el apetito – luego desaparezco hacia mi habitación.
…
- ¿está Danna en casa? – pego un brinco cuando escucho esa pregunta. Brian está en la puerta de entrada. No Salí de mi habitación en toda la mañana y por lo tanto no me arregle lo suficiente como para ver a alguien. Se supone que no vería a Brian hasta llenarme de valor. No lo había conseguido todavía.
Pero estaba tan enojada con Cecilia que solo le aplique la ley de hielo y no pude pedirle que mienta una vez más por mí.
¿Cuán perra sonaba eso?
Un golpecito en la puerta
- Danna… Brian esta abajo
- Lo sé. Dile que no estoy
Ella suspira
- parece tener muchas ganas de verte. Incluso se peino el cabello
Abro la puerta y la observo como si estuviera diciendo que el cielo es verde
- ¿se peino?
- Lo hizo
Largo una risa
- Me cambiare y bajare enseguida
Vuelvo dentro y me doy cuenta de que estoy muy nerviosa. Como si Brian estuviera esperándome para una cita. Estoy en el puto infierno si ese es el caso, no tengo nada que ponerme. Oh genial, estoy pensando como Emily. El personaje esta comiéndome.
Bien, ya que estoy siendo como Emily ¿Qué es lo que ella vestiría en una ocasión así?
Cuando bajo las escaleras, escucho a Brian reír y sigo el sonido. Mi tía y él están viendo una comedia italiana en la televisión, reconozco a los actores en cuento los veo. Es una de las series italianas que mi padre tanto quiere. Parezco ser la única a la que no le hace gracia. Sueno mi garganta y hablo como si no estuviera nerviosa
- ¿Qué hay rubio? ¿Qué miran? – por dios, estoy hablando como Cecilia y estoy preguntando algo que ya se. ¡reacciona Daniela Galawer!
- ¿Cómo estas? – pregunta Brian mientras se pone de pie y me observa de pies a cabeza. Llevo puesto un vestido color pastel floreado, suelto al cuerpo y unas chatitas blancas que son lindas y cómodas ¿me sobrepase demasiado? ¿me veo como alguien desesperada? No debí ponerme esto… quizás pueda volver arriba y cambiarme par…
- Estas, muy linda – dice Brian con una sonrisa, parece no haber planeado decir eso ya que sus mejillas se tornaron rosadas.
- Bueno, me puse lo primero que encontré… los jeans me cansan un poco…
- Si, es cierto. Entiendo, me gusta cómo te quedan los vestidos también.
- Gracias. Tu estas como siempre, quiero decir… lindo – bien que alguien me patee en el culo para que deje de decir estupideces - tu cabello luce lindo, peinado de esa forma.
- ¿tengo que mencionar la tensión adolescente o pueden darse cuenta solos? – pregunta irónicamente Cecilia.
Ruedo los ojos. Brian me sonríe más ampliamente cuando lo hago
- ¿quieres salir? – pregunta el rubio.
- ¿salir?
- Quiero decir…. A pasear. No es una cita – explica torpemente – creo que tenemos que hablar
Mi pecho se infla de anticipación y miedo. Quizás sea una buena oportunidad de decirle la verdad. Quizás toda esta mentira tiene que llegar a su fin ahora. es hora de destruir al mounstuo.
- Bien. También tengo que decirte algo.
- Te prestare mi auto – le dice Cecilia a Brian mientras le entrega la llave – solo déjame en el supermercado. Necesito comprar unas cosas y ver a mi George – ella se va hacia la cocina en busca de su bolso y nos deja solos.
- Eso que quieres decirme… - empieza Brian- ¿debo preocuparme?
Miro hacia otro lado y suspiro.
- Si. Deberías.
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NOTA: realmente necesito mucha fuerza para poder inspirarme. llevo semanas estancada en el mismo sitio. me refiero a que estoy escribiendo una de las partes mas importantes de la historia y no consigo inspirarme.
comenten algo que me de entusiasmo. algo que yo pueda decir "¡escribire la mejor historia para ti cariño!"
diablos, me siento... desganada. tengo la idea, pero no puedo conseguir ponerla en letras.
¡estoy jodida señoras y señores!