Frágil,
fugaz.
Triste
y seria.
¿Sólo eso fuiste?
Figura recortada
por las sombras
de los recuerdos;
oculta,
¿protegida?
Perdida en mi mente.
Fue apresurado
decir que te quise;
ahora,
mi alma en pena llora tu ausencia,
desparrama lágrimas:
lágrimas blancas,
lágrimas rojas.
Lágrimas que se deslizan
Silenciosas.
¿Es temprano,
acaso,
para decir que te extraño?
Por fuera,
soy una calma,
implacable y armoniosa.
Por dentro,
sólo una tormenta;
triste, impenetrable
y vacía.
¿Será precipitado afirmar
que nunca te perderás
en el laberinto del olvido?
Te haré eterna,
mujer.
Préstame tus alas,
invisibles...
O pérdidas.
Compré el arco
de cupido
para flecharte
(conmigo).
Pero,
mi hermoso tesoro,
¿Cómo puede amar
el que no se siente amado?
Pero,
mi pequeño ángel de las llamas,
no conociste el amor
porque no te lo has permitido.
¿Puedo pedir tu perdón,
o sólo conseguiría más frío?
Oh, mi querido ángel confuso,
permíteme sanar tus alas
y si llego a tu corazón,
déjame limpiar tu alma.