Salgo del baño secando mi cabello lo mejor que puedo mientras voy hasta mi cama.
—James dejó algo en la cama—dice Perrie pasando junto a mí para salir.
Al entrar veo un vestido color vino de tela fina y delgada, ajustado de la cintura y, con puntas en la falda, sobre él hay una caja de zapatos y una hoja con el número uno grande; a un lado hay un traje de baño negro, unos shorts levis y una blusa corta de color negro, sobre eso una hoja con el número dos.
Dos cambios. Me encojo de hombros y comienzo a cambiarme. Me maquillo sólo un poco y me coloco bálsamo en los labios solamente.
Cuando termino, tomo un bolso para guardar el segundo cambio de ropa y salgo de la habitación con una sonrisa algo triste. Se va a ir y voy a sentirme extraña, ya me había acostumbrado a su compañía, y se va a ir pronto, todo pasó tan rápido que no puedo creerlo.
Pasamos del odio al amor en tan solo un mes, ahora somos como una familia reconstruida con diferentes piezas que aún así encajan.
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—¿Ahora a donde vamos?—pregunto mientras termino de ponerme las sandalias.
—Creí que eras más inteligente—volteo a verlo y ríe como si supiera lo que pienso.—ya verás.
Suspiro y me recargo en la ventanilla mirando el camino siendo iluminado por las luces del auto. Estamos alejándonos de la playa.
—¿Qué sucede?
—Ya sabes lo que sucede...
—Alissa, sabes que a mí tampoco me gusta esta idea de... Irme—se queda callado unos segundos.—el irme no significa que lo nuestro vaya a terminar, yo no voy a conocer a nadie más porque te quiero.
Sonrío con ternura y lo tomo de la mano provocando que una sonrisa se forme en sus labios.
—Quisiera besarte en estos momentos, pero no quiero provocar un accidente—sonríe aún más pero no dice nada.
Y así es el resto del camino, unas cuantas conversaciones cortas, silencio, preguntas, respuestas, silencio. Hasta que llegamos a nuestra casa, a la que acabamos de mudarnos, frunzo el ceño y volteo a verlo.
—¿Aquí?
—Sólo ven—baja del auto, lo rodea y me abre la puerta, le sonrío y bajo.
Me toma de la mano mientras que con la otra enciende una linterna y comenzamos a caminar hacia el patio trasero.
Las luces de la casa están apagadas y solo las del jardín delantero se encuentran prendidas, lo que significa que los señores de la casa no han vuelto de su luna de miel, ¿Qué piensan? Sólo era una semana.
Comenzamos a entrar al bosque y James alumbra los árboles en busca de algo, hasta que se detiene en uno con una equis amarilla. Sonrío un poco. El río.
Seguimos nuestro camino tomados de la mano, en silencio pero en uno bastante cómodo. Cada vez nos acercamos más y logro ver algunas luces alrededor del agua brillante bajo estas, todo muy lindo, me pregunto cómo hizo para que las velas duraran tanto tiempo.
De repente alguien sale de entre los arbustos espantandome.
—¡Suerte, los amo, adiós!
Sale corriendo a no sé donde pero estoy segura de que se golpeó por la maldición que acaba de gritar.
—¿Era Ryan?
—No, era Lewis, Ryan está adentro de la casa preparando sus cosas para irse.
—¿Piensan largarse sin despedirse?
—No, volverán a la casa en la playa para despedirse—sonríe.—pero olvidemonos de ellos y enfoquemonos en nosotros. Aquí es donde decidí abrirme a ti y decirte lo que sentía y aún siento por ti—dice aún con su sonrisa y besa mi mejilla para hacerme caminar más cerca de las velas.
Se quita la playera azul y sus sandalias para meterse al agua con lentitud para no mojar las velas, hago lo mismo y lo sigo hasta quedar frente a él, me toma de la cintura mientras me sonríe.
—No sabes cuánto voy a extrañarte—murmura y me da un beso corto en los labios.—cada parte de ti—otro beso seguido de otros que bajan hasta mi cuello dejando escalofríos de paso.
—James...—digo con los ojos cerrados.
—¿Uhm?
—Lo que sea que vayas a hacer, comienza ya.
Ríe provocando muchas sensaciones en mí.
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—¡Cómo los odio!—entra Shawn a la casa azotando la puerta, interrumpiendo la despedida de Aidan y James, Aidan comienza a reírse a carcajada limpia. Todos fruncimos el ceño, segundos después los gemelos aparecen riendo también.
—¿Qué pasó?—pregunto.
—No sé, se supone que Shawn fue a una cita con una chica que Aidan conoció...—responde Tristan mientras tiene el ceño fruncido.
—Es que...—Aidan ríe y continúa.-no era...una chica—ríe de nuevo.
—Era un travesti—dicen los gemelos esta vez.
No puedo creerlo, no quiero ni imaginar que fue lo que pasó para que Shawn se diera cuenta.
—Teníamos que hacerlo—dice Aidan mientras se limpia lágrimas falsas, todos lo abrazamos de nuevo.—los voy a extrañar
—Los vamos—corrige uno de los gemelos.
—Y nosotros a ustedes—decimos sin separarnos.
—Hey, yo también me voy a ir
Todos volteamos a verlo, sonrío y soy la primera en ir a abrazarlo y darle un beso en la mejilla.
—¿Por qué la vida es tan cruel?—lloriquea Shawn desde el sofá con un paño limpiando sus "lagrimas".—no merecía ir a esa cita, desgraciados
Suelto una pequeña carcajada.
—Bueno, nosotros ya nos vamos o perderemos el vuelo—habla Aidan mirando su celular.
Todos los abrazamos por última vez y se van. Miramos a Shawn y nos sentamos al rededor de él.
—¿Qué fue lo que pasó Shawn?—pregunta su melliza provocando la curiosidad en los demás.
—Fue lo peor de mí vida, no volveré a confiar en ninguno de ustedes—se estremece.—menos cuando se trate de "chicas"
—¡Al grano!
—¡Casi beso a un hombre!—lloriquea en el hombro de su melliza.—nunca voy a olvidar este día, jamás, fue horrible...
—Eres un llorón—le dice Paul ganándose una mirada fulminante de el rubio.
—¿Vemos una película antes de que comience a llorar por los chicos?—dice Connor.
—Vamos, pero yo la voy a escoger—le dice Dylan.
—Musicales no—le decimos todos y rueda los ojos.
Ese tipo adora los musicales, son bastante enfadosos.
—¡Ni romance!—exclamamos el resto mientras ellos se van. A Connor le gustan ese tipo de películas que te recuerdan que estás más sólo que la misma soledad.
—Yo haré las palomitas—alzo las manos y me levanto para salir de ahí.
—Voy contigo—me dice Olivia, sólo asiento con una sonrisa y la espero.
Daniela y Alice se fueron más temprano, ya que ellas también saldrían de la ciudad y eso, la despedida fue demasiado emotiva, Daniela dió un gran sermón que nos hizo llorar a todas. Fue lindo.
—Creo que por ahí abajo miré un gran bowl para las palomitas—le digo mientras señalo una de las puertas de la alacena.
—¿Aquí?—asiento y sigue con su búsqueda mientras que yo coloco el primer paquete en el horno.—¿Cómo te fue con James hoy?—sonrío por la pregunta y volteo a verla.
—Bien, muy bien—alzo una ceja al recordar.
—Y... ¿Hablaron?
—Claro, como cualquier persona lo haría—digo riendo, pero ella se mantiene seria.
—Me refería a un tema... Importante—dice con cautela, como si temiera meter la pata o algo así, frunzo el ceño y niego.
—¿Por qué?
—Porque...—evita verme ya que mira a todos lados y suspira.—despues de que Cristal se fue... James habló de algo con Perrie—frunzo el ceño y cuando iba a preguntarle, el microondas suena.
—¿A qué te refieres con «de algo»? ¿Qué es ese algo?
—Las ayudo—aparece Perrie con una sonrisa y le arrebata la bolsa de palomitas a Oliv.—los chicos están planeando hacer una gran fiesta en la playa antes de irnos, es buena idea, ¿Verdad?
—¿Cuándo?—pregunto mientras saco la segunda bolsa.
—No estoy segura si mañana o pasado—se toca la barbilla y le doy la bolsa.
—¿Tan pronto vamos a irnos?—digo con el ceño fruncido y veo como Olivia se va. Ahora no voy a saber que era lo que Perrie hablaba con James.
—Tenemos que hacer las compras para el nuevo año y eso—hace una mueca.
Ya que tenemos las palomitas listas vamos las dos a la sala hablando sobre la última cita que tuve con James, sobre ella y Chris. Me alegra verla tan contenta ahora que las cosas entre ellos están mejorando, y creo que no tarden en comenzar una relación.
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Jelou beibis! Dos capítulos nuevecitos, espero que les hayan gustado. Ya no falta nada para el final, que espero igual sea de su agrado porque no pienso cambiarlo 😂😂😀😘.