Narra Jisoo
El sol rebelde trata de colarse entre mis párpados haciendo que mi piel cosquillee allí donde la luz llega.
Suspiro en una queja silenciosa y me revuelvo entre las suaves sábanas de mi cama, topando con un cuerpo caliente a mi lado.
Abro los ojos y observo la perfecta piel de Jeonghan , y la pequeña curvatura natural que adorna sus labios.
Una explosión de color se salpica en sus hombros y clavículas, en forma de gotitas de sensualidad pecosa.
Sus ojos reaccionan al contacto de mis manos con su piel y se abren, parpadeando varias veces para enfocarme en su vista.
-No lo he soñado...- su voz ronca revolotea en mis oídos y sus manos se apoyan en ambos lados de mi cara, su boca buscando la mía.
-No lo has soñado- murmuro, frotando mi nariz con la suya, sonriendo.
De repente abre los ojos, muy agitado.
-Ay dios, soy un idiota- susurra- no me quité los zapatos al entrar- hace un puchero mirándome.
-No es nada, ángel- digo acariciando su espalda con mis dedos, muy suavemente.
Se gira para mirarme, con las mejillas rojas y se muerde el labio.
-Que bonito eres.
Susurra, tocándome la cara con cariño, y fundiendo piel con piel en un abrazo.