❝ aunque parece
extraño, no puedo
evitarlo, me he
enamorado de ti,
tu eres el que agita,
agita, mi corazón. ❞
| 🥀 |
RenJun aprieta el pañuelo que se encuentra entre sus manos, las cuales están sudando por los nervios que se trae encima.
La noche de Navidad es la ocasión perfecta para confesarse por fin, así lo cree él, sus amigos se lo aseguraron.
Y si ellos dicen que está bien, entonces lo está.
Hace varios meses que se encuentra en ese estado, enamorado.
Se pregunta si Donghyuck tenía razón al decir que se veían lindos juntos.
RenJun estaba nervioso, pero seguro, pues su enamorado le había dado indicios de que le correspondía.
Huang RenJun nunca fue una persona muy segura de sí misma, pero tenía amigos que le daban esa seguridad que él carecía.
— ¡Sicheng Hyung! — RenJun llamó al chico que se encontraba en medio del parque buscando al menor con la mirada.
RenJun tomó aire. Se mentalizaba la situación conforme el chico se acercaba a él.
— RenJun-ah. — el mayor revolvió los cabellos castaños de este, provocándole cierto cosquilleo dentro de él.
Si bien, ninguno de los dos era coreano, se habían acostumbrado a hablar con el dialecto del lugar en el que vivían.
— Yo... Eh... — RenJun comenzó a tartamudear.
Sicheng se preguntaba para qué lo había citado ahí.
— Oye, ¿Por qué nos reunimos aquí? En Navidad. — Sicheng sonrió.
— Eso, yo le explico. — la voz del menor sonaba temblorosa.
— Es que mi novio me espera, para pasar la Navidad juntos ¿Sabes?
RenJun se congeló en su lugar, y no precisamente porque estaba nevando.
La palabra "mi novio" retumbaba en su cabeza, haciendo eco en su corazón, rompiéndolo en pedazos.
— ¿N-novio?
— Sí, sobre eso quería hablarte pequeño, no sé qué hice para confundirte pero, tengo novio.
RenJun ya no tenía expresión en su rostro, estaba roto.
— Yuta Hyung, ¿Lo recuerdas? El chico que... — RenJun lo interrumpió.
— ¿Cómo sabías que me iba a confesar? — El mayor sonrió de lado.
— Eres obvio, pequeño. — intentó revolver sus cabellos como siempre solía hacer.
Ese toque que a RenJun lo estremecía.
Pero una mano, lo detuvo.
— Te equivocas. — la voz del muchacho que acaba de llegar lo corrigió.
Sicheng sonrió al ver de quién se trataba.
— Sólo vino a devolverte esto. — El castaño tomó de las manos del chino el pañuelo que se encontraba entre sus manos y se lo tendió al mayor.
Lee JaeNo, su hermanastro apareció.
— Ah, ¿En serio? — Sicheng se sintió un idiota.
RenJun seguía sin decir nada, se limitó a asentir.
— Sí, era solo eso, n-nos vemos, Hyung. — hizo una reverencia y tomando la mano del menor se fue de ahí.
Dejando a Dong Sicheng tranquilo de que no le rompió su corazón, cuando en realidad, lo dejó en mil pedazos.
— G-gracias, yo no podría haber hecho eso solo. — una lágrima cayó por el rostro de RenJun, la cual secó al instante.
— Eres demasiado para él. — Jeno paró de caminar y lo miró a los ojos. — Mereces mucho más, Hyung.
El menor le sonrió y RenJun sintió que sus ganas de llorar se esfumaban.
— Gracias, en serio... — las lágrimas se agolparon en los ojos del mayor, otra vez.
Jeno tomó el mentón del mayor y lo obligó a mirarlo, antes de depositar un pequeño beso en los labios de este, tranquilizando su ser por completo.
Cómo solo él sabía hacer.
Y RenJun sintió como su corazón se agitó en ese segundo.
— Vamos, aún tenemos que abrir los regalos que papá y mamá nos trajeron.
Lee entrelazó sus manos y caminaron, de vuelta a casa.
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— ¡Navidad, navidad hoy es Navidad! — Chenle gritaba en los oídos de su mejor amigo, mientras este dormitaba en su asiento.
Chenle y Jisung eran unos de los pocos alumnos que se encontraban aún en el colegio.
Habían reprobado algunas asignaturas y eso los llevaba a asistir a clases aún en vacaciones de invierno.
La profesora había ido a buscar algo a la sala de profesores, dejándolos a ellos dos solos ahí, pues eran los únicos que habían desaprobado historia.
— Eres un molesto, anoche no dormí nada por tu culpa.
Chenle sintió sus mejillas arder al recordar y se alejó del menor.
— Ah, sobre eso, lo lamento, Jisung. — Chenle se calmó y tomó asiento.
Jisung sonrió de lado al ver el sonrojo que el mayor se traía.
La noche anterior, Jisung y Chenle se encontraban en la casa del menor estudiando para rendir al día siguiente.
Jisung no podía concentrarse, no con Chenle pellizcando sus mejillas cada dos segundos.
— Es que tienes un poco de chocolate.
Se la habían pasado comiendo budín que la madre de Jisung había preparado para ambos.
— Park, me aburro y no puedo concentrarme en absoluto.
— ¿Y ahora por qué?
— ¿Recuerdas a esa linda chica del salón del frente que se me confesó? — Chenle comenzó a jugar con sus deditos.
Oh, claro que Jisung la recordaba, pero no de una buena manera.
— Sí, ¿Qué tiene?
— Me intentó besar. — Jisung levantó su mirada de su libro y observó a su amigo.
— Ah. ¿Y?
Chenle comenzaba a molestarse.
— No sé besar, eso sucede, jamás lo hice con nadie y...
— Ya sé a dónde quieres llegar, Zhong y la respuesta es no.
— Anda, por favor, enséñame a besar, Jisung.
Jisung sintió como sus manos comenzaban a sudar.
— ¿Q-qué? No, Chenle.
— Al menos un beso pequeño ¿Si?
El mayor comenzó a acercarse al coreano, el cual cada vez retrocedía, llegando a tocar la pared con su espalda.
— ¿Q-qué haces?
— Jisung, me gustas.
Chenle cerró bien sus ojitos, tomó el rostro de su mejor amigo y lo acercó al suyo.
En ningún momento, Jisung se negó.
Juntó sus labios a los de Park. Sintiendo como su corazón comenzaba a latir fuertemente, pero aún así temiendo a ser rechazado.
El menor intentó alejar con sus manos el cuerpo de su mejor amigo, no lo logró cediendo al mismo.
Tantas veces se imaginó besando al chino, y comprobó con todas las sensaciones que tenía, que definitivamente le encantaba.
La puerta sonó, la madre de Jisung llamaba.
— Chenle, tu hermano está aquí.
Jisung empujó al mayor lejos de sí mismo. Y este tomó su mochila antes de salir corriendo de ahí, con un sonrojo fuerte que lo delataba.
— No te disculpes. Al igual que tú, yo también quería besarte. — Jisung cerró sus ojos intentando conciliar el sueño de vuelta.
Chenle sintió sus mejillas arder y su corazón agitarse.
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— No quiero seguir contigo, de todos modos, hay alguien mejor que tú.
Esas palabras retumbaban en la cabeza del moreno, haciendo eco en su mente.
Donghyuck se sentía tonto.
Quiso por lo menos que le doliera, pero en absoluto no le causaba eso, porque supo que nunca estuvo enamorado de él.
Donghyuck no sentía nada por su ex novio.
Pero aún así lloraba, lloraba porque había perdido el tiempo con alguien que nunca lo quiso y con alguien a quien nunca amó.
Porque a quien amaba se encontraba a su lado abrazándolo, prometiéndole que todo estaría bien.
Lee Mark besaba sus cabellos castaños y susurraba cosas como "vales más que eso", "no llores".
Provocando que el menor llorara mas.
Era irónico, porque Mark solo quería que dejase de derramar lágrimas por un idiota y Donghyuck lloraba por darse cuenta hasta ahora cuánto amaba a su mejor amigo.
— Lo siento.
— ¿Qué? ¿Por qué te disculpas? — Mark confundido pregunta. — No es tu culpa que tu novio haya sido un idiota.
— Pero sí es mi culpa serlo.
Mark tenía novia.
— Perdón por darme cuenta tarde. — Donghyuck toma entre sus manos las de Mark y deja un pequeño beso en ellas.
Minhyung confundido lo mira.
— ¿Sobre qué?
— Sobre cuánto me gustas.
Mark siente como su corazón se acelera al escuchar al menor decir eso, se siente tonto al notar como sus mejillas se sonrojan.
— Donghyuck yo... — Lee Donghyuck le salta encima y lo abraza, el mayor le corresponde.
El moreno derrama lágrimas en su hombro y se aferra aún más a él.
Mark quisiera volver el tiempo atrás, en donde ni él ni Donghyuck tenían pareja, ese tiempo en que todo se trataba acerca de ellos, en ese tiempo en que se veían todos los días sin importar qué.
— Donghyuck... — fue interrumpido, una vez más.
— No tienes que decir nada, por favor no me dejes nunca, Minhyung.
Esa noche nevó, Donghyuck se durmió en el pecho de Mark, en la cama del menor.
El departamento que ambos compartían se encontraba en silencio, Mark acariciaba el cabello del moreno mientras que este dormido soltaba suspiros tranquilos.
— Si supieras hace cuánto vengo queriendo escucharte decir eso.
Mark besó la frente del menor y luego sus mejillas sonrojadas por tanto llorar.
Se cuestionó si era correcto besar sus labios, porque éste se encontraba dormido y eso sería aprovecharse de él.
— Hazlo. — la voz tranquila de Donghyuck lo alarmó.
— ¿Qué?
— Bésame. — Donghyuck mantenía sus ojos cerrados. — Hazlo hoy, porque mañana quizás no puedas.
Lee Mark se casaría el veinticinco de diciembre.
Se acercó lento a los labios del menor, a sabiendas que eso no era correcto, pero su corazón le suplicaba que lo hiciera.
Observó las delicadas facciones de su mejor amigo, sus ojos, sus mejillas y sus labios, se acercó a ellos y lo besó.
Sus labios se unieron, encajaban perfectamente, y eso Mark lo sabía.
Él se casaría el veinticinco, pero el veinticuatro sintió como su corazón se agitaba al besar a alguien, algo que nunca le pasó con su prometida pero que sí le pasó, esa noche de navidad, con su mejor amigo.
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Love is timing.
Love is coming,
coming.
MERRY CHRISTMAS !
( POETICRENJUN. )