An Unwanted Wish

By LuvyDragon

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Solo una pequeña historia. ¿Recuerdan aquellas historias en donde un personaje desea o se pregunta cómo sería... More

Aclaraciones
Capítulo 1: Gokudera Hayato
Capítulo 2: Yamamoto Takeshi
Capítulo 3: Ryohei Sasagawa
Capítulo 4: Hibari Kyouka
Capítulo 5: Bovino Lambo
Capítulo 6: Chrome Dokuro
Capítulo 7: Mukuro Rodoku
Capítulo 9: Vongola (Varia)
Capítulo 10: Iemitsu Sawada, Nana Sawada, Timoteo Vongola
Capítulo 11: Reborn
Capítulo 12: Sawada Tsunayoshi
Capítulo 13: Final
Especial 1: Enma Kozato
Especial 2: ???

Capítulo 8: Dino Cavallone

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By LuvyDragon

-... no, no es alto, más bien es más bajo que el sacerdote que tenemos aquí.

- ¡OYE! – Gokudera se quejó inmediatamente, pero no se molestó, andaba más maravillado que otra cosa. - ¿De qué va vestido?, ¿qué usa?, ¿Qué-

- Pues-Oh, ¡usa un uniforme como ese!, o usaba la primera vez que lo vi, le di otra ropa...

- ¿Esa ropa? – Incluso Chrome parecía sorprendida. – Uno pensaría que Tsuna-sama-

- ¡Oh!, ustedes deben ser los que Tsuna ha estado mencionando, ¿por causalidad algunos de ustedes se llaman Mukuro, Gokudera, Chrome...? – Se detuvo un momento el chico con el bate. - y ya se me olvidaron los otros, hahahaha.

Yamamoto siguió riéndose, ¿qué de otra le quedaba?, aunque se preguntaba como Tsuna conocía a gente que obviamente no era de Japón...

- Oya, oya, Takeshi Yamamoto, ¿no es así? – Takeshi pestañeo, pero siguió sonriendo.

- Si, ese soy yo. Tsuna me pidió que les diera la bienvenida. – Sonrió un tanto culpable. – Hubiera venido el mismo, pero me temo que Hibari está de buen humor hoy y está jugando con Tsuna... - Mas como que tratando de morder hasta la muerte a un ser invisible... - Ma Ma, deben de estarse divirtiendo.

-... ¿Cómo juegas con un ser invisible? – Pregunto Chrome, perpleja, abrazando a Lambo, quien estaba atiborrándose de dulces otra vez.

- No tengo idea, hahaha. – No tenía ni la más mínima idea de cómo Hibari era capaz ahora de localizarlo... - Tsuna no me hablo de un rubio...

- Ah, él es Dino-san, es un amigo mío. – Gokudera fue el que respondió, ya con su blog de notas afuera y un bolígrafo en mano. - ¿Cómo ha estado Tsuna-sama?, ¿qué-

- Kufufufu, no te adelantes tanto, soy Mukuro Rodoku chico, ella es Chrome Doroku, este chico con la biblia es Hayato Gokudera, este niño de aquí es Lambo, y él es Dino. – Señalo al rubio sin importancia. – Ellos dos son amigos míos, Ken y Chikusa. Creo que no falta más nadie...

- ¡No importa si falta gente o no!, ¡yo quiero saber de Tsuna-sama!

- Pues vamos a saber de él mientras vamos caminando, ¿te parece? - ¿Por qué se sentía como si estuviera a carga de un grupo de niños? - ¿Podemos ir a ver a Tsuna?, sino deberías de buscar-

- Romario ya hizo los arreglos para un hotel, Mukuro-san.

Si alguien le preguntaba a Dino que opinaba de todo esto, la verdad el no sabría qué decir. Era increíble como gente que no se conocía en lo más mínimo se habían agrupado de forma tan impredecible solo por una persona. Si le preguntaban si creía que esa persona era invisible... pues no estaba tan seguro. Por supuesto, había visto muchísimas cosas raras y extrañas en su corta vida... pero le era demasiado raro que un ser que nadie podía ver pudiera ocasionar este tipo de atracción en las personas.

-... ¿Qué está haciendo ese tarado? – Fue lo primero que salió de la boca de Gokudera al ver al prefecto saltando de techo en techo algo irritado, pero sonriendo con satisfacción, y tratando de golpear aire aparentemente.

Él no era el único pensando en que quizás Hibari había perdido la cabeza, pero a diferencia de ellos...

- Kufufufu, no sabía que podías saltar tanto Tsunayoshi-san. – Llamo en voz alta, juguetonamente, el ilusionista.

- ¡No es culpa mía que Hibari-san me quiera morder hasta la muerte! – Muchos se rieron al oír eso. - ¡Hibari-san!-¡Crash!

Bueno, había que reparar otra pared...

- ¡Hibari-san!-HIIEEEEEEE...

Ante esto, Yamamoto sudo frio. La verdad, esto había sido culpa de Tsuna, quien básicamente le había dicho a Hibari que tuviera cuidado si quería ir a pelear en la zona oeste luego de haberlo asustado el día anterior sin querer.

- ¡Yamamoto!

- Hey, ¿qué tal Sasagawa-senpai? – Saludo el chico felizmente. - ¿Qué tal Kyoko?, ¿todo bien?

- Buenas tardes Yamamoto-kun, buenas tardes... eh... chi-

- ¡EXTREMO! – Allí se fueron los pobres oídos. – Un placer conocerlos al extremo.

- Un placer-

La reunión fue cortada por una pequeña explosión en la terraza de la escuela. Dino, quien no podía creer todo lo que estaba pasando, pues era demasiado increíble cuantos encuentros en un solo (menos de 24 horas la verdad) día había presenciado, todos por el mismo tema, quedo frio.

-... Ah... - Saco su teléfono lentamente y marco un número, de la misma forma, se colocó el teléfono al oído. – Romario, dile a los otros que ya encontré la fuente de las llamas... - Si Romario dijo algo, Dino no lo sabía, pues había colgado.

El único aparte de Dino y Gokudera que entendía mas o menos lo que ocurría era Mukuro, quien solo se rio sitiándose un tanto estúpido por no haberse dado cuenta antes.

- Un cielo, con razón... - Ahora todo tenía sentido.

- ¿Eh?, ¿de qué hablas? – Preguntaron varios.

- ¡Tsuna-sama es el mejor! – Tenia que anotar eso en su biblia, ¡Tsuna-sama era un usuario de llamas del cielo!

- Para decirlo de forma simple, las llamas de la voluntad representan ciertas características y poderes... - Mukuro suspiro suavemente, sin dejar de ver la lucha. El chico dominaba el Hyper Dying Will Mode por lo que podía ver, aunque había entrado en el por accidente... - Estas llamas naranjas que estamos viendo son las llamas del cielo... - Una sonrisa más sincera. – "Aquel que atrae y acepta a todos", ¿uh? – Más que demostrado...

Claro que el único que veía algo normal era Mukuro, quien veía a Tsuna esquivar y defenderse lo mejor posible, al igual que atacar a Hibari con el suficiente control para no herirlo. Los demás solo veían una llama naranja flotante que se movía, y eso realmente solo daba la información de donde estaba Tsuna, no que hacía o como se movía. Lo único, a parte del sonido, con lo que Hibari podía guiarse para no recibir un golpe era eso, saber en dónde estaba para no estar demasiado cerca. Tsuna usaba su cuerpo, no armas, para atacar y defender, era obvio porque no había armas flotantes.

-... Esto es increíblemente bizarro. – Dino simplemente encontraba demasiado chocante que existiera un ser invisible con llamas del cielo capaz de atraer a tanta gente por si solo...

Era como el sueño hecho realidad del Noveno, y de casi cualquier jefe Vongola si se lo ponía a pensar con detenimiento. ¿Qué más fácil que encontrar a un cielo que ya había formado su familia así de rápido y por sí mismo?, a Nono le iba a dar un ataque... en especial porque era un ente invisible. Con razón nadie había podido dar con el nunca, solo recibían señales de las llamas, nada más, y obviamente buscaban a una persona visible...

-... Eso debió de doler. – Dijo Ken con una mueca, viendo como Hibari fue derribado. - ¿Hasta cuándo van a continuar...?

Dino no era el único en shock, pero era el que estaba peor. Los otros dos eran Ken y Chikusa, mayormente Ken de ellos dos. ¿La razón de esto?, pues siempre creyeron que, en primer lugar: la voz era simple juego de Mukuro o algo así, y, en segundo lugar: el amigo imaginario de Mukuro de hace años podría ser no tan imaginario como creyeron...

- Ni idea. – Respondieron el boxeador y el beisbolista al mismo tiempo.

Y ninguno quería entrometerse, Hibari ya llevaba tiempo queriendo morder hasta la muerte a Tsuna, no le importaba en lo absoluto que Tsuna fuera invisible, y si medio sugerían que se detuviera... no, no querían morir, no aun al menos.

-... pobre Hibari. – Se limitó a decir Takeshi con una sonrisa nerviosa.

Tsuna aparentemente podía volar, pero Hibari no. Y lanzarle cosas a un ente volador que no podías ver no era una de las mejores ideas... Hibari no estaba muy contento, mucho menos cuando la bola de fuego flotante bajo y desapareció de repente. De aquí a que Hibari bajara (no era buena idea saltar de 4 pisos o más), Tsuna definitivamente se escaparía de él.

- ¿Cómo es que llegaron todos ustedes aquí? – Se oyó una voz algo ya familiar para la mayoría.

- Creo que ya pasamos el punto de más allá de bizarro... - Comento Dino, un tanto asustado. Lo peor es que nadie parecía remotamente asustado o sorprendido excepto el.

- ¡Tsuna-sama! – Salto Gokudera.

- Kufufufu, ¿impresionado de vernos todos aquí?

- No exactamente... - Se oyó algo apenado. – En verdad no los esperaba a todos juntos... - No esperaba que llegaran todos casi al mismo tiempo, mucho menos que pudieran convivir sin intentar matarse unos a otros... - Ehhh, Gokudera-kun...

- ¡Hai!, ¡Tsuna-sama! – Gokudera estaba muy animado...

-... ¿Eso en serio es una Biblia? – Pregunto Tsuna lentamente, viendo la portada del libro, cuyo título era: "Evangelio de Tsunayoshi-sama".

- ¡Hai Tsuna-sama! – A este punto, solo faltaba brillitos de fondo.

- Gokudera-kun, no soy un Dios ni ningún ente superior... - ¿Es que no le había creído la primera vez?, ¡solo faltaba que le hiciera un altar!, si es que ya no lo tenía... No iba a preguntarle, no quería darle ideas...

- ¡Claro que lo sé! – Tsuna internamente se palmeo la frente, si lo sabía, entonces... ¿Por qué tenía una Biblia con...? - ¡Eres un dios alíen!

-... No soy un dios, ni siquiera uno alíen, Gokudera-kun, pensé que ya te lo había dicho... - Estaba casi seguro de que lo había hecho.

- ¿Qué diablos eres? – Vaya falta de tacto, ¡pero no entendía que demonios estaba-

- ¡Dino-san! – Sorpresa, sorpresa... - Ehh, ¿hola? – Una pequeña risa nerviosa. – La verdad, no estoy seguro de lo que soy ya, solo sé que soy humano, ya sea que este muerto, sea un fantasma, no se... - Y realmente no importaba mucho, no cambiaría nada. - ¿Puedo preguntar que hace aquí, Dino-san?, ¿alguno de ustedes lo in-

- ¡Fui yo Tsuna-sama! – Ah, ya, eso explicaba todo. - ¿No debí de haberlo-

- Esta bien, Gokudera-kun. – Tsuna se apresuró en decir eso, no quería las mil y un disculpas... - No hay ningún problema, solo me dio curiosidad...

El no había ni ido a ver a Dino, solo se centró en sus amigos más cercanos. Por un lado, eso lo hacía sentir mal, pero por el otro lado... no quería arriesgarse a que Reborn se enterara antes de que al menos se asegurara de que su familia estuviera mejor... Una vez que Reborn apareciera, tarde o temprano pasaría conociendo su suerte, todo sería caos absoluto por un buen rato...

-... ¿Cómo demonios sabes mi nombre? – Fue la reacción retardada de Dino, quien iba a entrar en un pequeño estado de pánico en cualquier momento.

Podía digerir que existiera alguien invisible, había visto cosas más locas en su vida, podía digerir (con dificultad) que una persona x tenia llamas del cielo sin explicación aparente, podía digerir (con mucha dificultad) que la misma persona x hubiera logrado reunir a tanta gente de esta forma tan bizarra y casi al mismo tiempo por alguna razón... Y aun con todo esto, y con lo ridículo que sonaba, no podía digerir que esa persona x supiera su nombre, y por lo que parecía sabía muy bien quien era...

Dino dudaba mucho que alguien se lo hubiera dicho, solo Gokudera lo conocía (de los presentes), y aun-

- Cuando estas metido en algo que no puedes evitar... - O escapar en su caso. – es muy difícil no saber sobre figuras importantes. Eres cercano a Vongola, Dino-san. – Aunque era más culpa de Reborn que Vongola...

-... T-u... - Le iba a dar un ataque. - ¿Quién eres tú?, ¿cómo sabes de la-

- La mayoría no sabe, así que ten cuidado de lo que dices. Aunque, no se para que me molesto si pronto van a estar metidos ellos también... - De una forma u otra, desgraciadamente. – Soy Tsunayoshi, pero solo puedes decirme Tsuna, si quieres. – Y tratando de mantener las cosas suaves, agrego: - Solo quiero que ellos estén bien, son buenas personas. Los he reunido porque quiero que se ayuden entre sí, la familia debería de estar junta, ¿no?

¡Crash!

-... ¿Dino-san? – Tsuna sudo frio.

- Se desmayó, vaya miedoso. – Bufo Gokudera.

- ¡EXTREMOOOOOO!

- Ma Ma, es que Tsuna es muy sorpréndete, debió de asustarse...

Solo Tsuna en verdad entendía que Dino se había desmayado por la impresión. De seguro no se esperó que tuviera conocimiento de la mafia, o peor aún: conocimiento de quien era, que hacía, y quien sabe que más se habrá imaginado... aunque no estaba equivocado en eso.

"Ya decía yo que todo estaba demasiado bien sin Romario o mis subordinados cerca...", pensó Dino cuando recobro la conciencia, encontrándose con un espectáculo que solo decía que alguien tendría que remodelar la habitación por completo...

- Al fin despertaste, tus subordinados están adentro, afuera, en la cocina, en todos lados la verdad, y Romario está trayendo bocadillos. – Dijo una voz muy conocida cerca, haciéndole recordar a Dino toda la situación en la que se encontraba.

Esto sería muy complicado y terrible para su salud, Reborn lo iba a matar, incluso si nada de esto era ni remotamente su culpa...

Extra

- Romario... - Se oyó el llamado triste.

- ¿Si jefe?, ¿necesita algo? – Romario ya tenía en sus manos un té, unas galletas, y otros aperitivos. Incluso tenía una botella de vino, por si las dudas.

- ¿Cómo es que termine en esta situación? – Pregunto por quién sabe cuanta vez ese día.

-... Usted es el encargado de saber en dónde se encuentra Tsunayoshi-san, jefe. – Explico lentamente, una vez, Romario a su jefe.

- Eso es aceptable, ¡pero porque tengo que estarles mintiendo a todo el mundo! – Se quejó levantando las manos. – quiero decir, el fantasma o lo que sea eso ha estado en el mismo lugar por años, como no lo han visto está más allá de mí, pero no entiendo porque tengo que estar aguantando todo esto...

-...

- De cada rato llaman hasta personas que ni conozco a preguntar y a más de la mitad de ellas tengo que mentirles, de las cuales al menos la mitad me quieren matar y/o saben que les estoy mintiendo. – Un suspiro profundo. – Sé que no soy el único en esta situación, pero... - Otro suspiro. - ¿Por qué Reborn me tuvo que meter en esto? – Él era quien le ordeno no decirles la verdad a los amigos del dichoso fantasma... Si les decía, estaba muerto, si no les decía también... ¿Qué demonios se supone que debe de hacer en esa situación?

- Ya estabas involucrado jefe. – Romario sonrió algo incómodo. – Reborn-san solo no quiere que te involucres en la masacre cuando se enteren de que-Ring~

-... ¿Halo? – Contesto cuidadosamente el teléfono.

- Están muertos, mentirosos de-

Romario inmediatamente corto la llamada.

-... ¿Quién era? – Esa ya era la llamada número 27 del día.

-... Estamos metidos en la masacre. – Se limitó a responder, pálido, muy pálido.

Incluso con las medidas de Reborn, igual estaban metidos en la masacre que ocurriría, si es que no había comenzado ya.

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