—¡QUE DEJES ESO, ES MÍO!
—¡YO LO VI PRIMERO!
—¿A SÍ? ¡PUES YO YA LO LAMÍ AYER!
—¡QUE PUTO ASCO RYAN!
Hago una mueca y suelto un gruñido. Ya están volviendo, se supone que son vacaciones, ¿No pueden no gritar? ¿O pelear en silencio? Los demás necesitamos dormir maldición.
—¡TENGO HAMBRE!
Resoplo. Tomo mis cobijas y salgo al balcón para dormir ahí.
—¡El agua está helada animal!
—¿¡Quién te entiende!?
—¡Eres increíble Aidan!
—¡Lo sé!
Ruedo los ojos. Esos no parecen novios.
—¡Idiota! Llamaré a Alissa.
—¡Llámala! Me importa un comino.
Me levanto de un salto y lo localizo rápidamente con la mirada, me quito mi pantunfla y se la lanzó dándole en el hombro, él frunce el ceño y voltea a verme dando un salto del susto.
No podré dormir, tendré que bajar a calmar a los gemelos rubios, hacer el desayuno para todos y después... Podré subir a dormir, sí.
Al salir al pasillo me encuentro con Shawn con una cara de tan pocos amigos, pero muy pocos. Qué va, yo debo tener la misma cara, con menos amigos.
—¿Gemelos o desayuno?—pregunto y él solo alza el dedo índice indicado que el va con los gemelos y yo a hacer el desayuno.
Suspiro.
—¡Alissa, Evan me quiere golpear!—exclama Paul y pasa junto a mí entrado a mi habitación, segundos después aparece Evan con la cara pintarrajeada con plumón. Sonrío.
—¿Has visto a tu copia?—coloca sus manos en sus caderas, asiento y señalo mi habitación.—gracias lindura.
—No hagan desastre o limpian..
Bajo las escaleras a paso lento. No quiero cocinar, sólo quiero dormir, ¿Cómo es que ellos están tan frescos? Dormimos hasta tarde, como a las cuatro, malditos.
Entro a la cocina y veo a Dylan acercarse a la estufa con un encendedor, asustada me acerco a él rápidamente y se lo arrebato de las manos.
—¡Qué te he dicho sobre la comida Dylan!
—Que no me meta a la cocina hasta que tú despiertes porque no quieres morir en un incendio o explosion con tu cuerpo hecho pedazos.
—¿¡Y entonces que estabas haciendo!?
—¡Muero de hambre!
—¡Y yo también!—exclama mi hermano.
Ruedo los ojos y me doy la vuelta para encender la estufa mientras los dos hambrientos me acercan los ingredientes de lo que quieren desayunar.
—Buenos días hermosa—lo oigo decir a lo lejos, y los otros dos voltean con una sonrisa.
—Buenos días, guapo—contestan tratando de imitar a una mujer.
—Ustedes no idiotas—lo escucho más cerca y después siento sus labios en mi mejilla.—buenos días.
—Buenos días James...
—¿Estas bien?
—Sólo tengo sueño
—Bien..—besa mi mejilla de nuevo.—te quiero.
—Yo también.
Y se va, rápidamente los otros dos se acercan a mí a hacerme preguntas. Sigo pensando que tengo hermanas y no hermanos.
—¿Volvió a hacerte llorar?
—No...
—¿Miró a otra chica?
—No—frunzo el ceño.
—¿Entonces qué pasó?
Ruedo los ojos y apago la estufa, ellos me pasan los platos y voy sirviendo.
—Se irá...
—Oh...—es todo lo que dicen y comienzan a poner los platos en la mesa para después llamar a todos a gritos.
ᚐᘉ≬ᘉᚐ
—¿Alissa?
Levanto la mirada encontrándome con una azul más hermosa, le sonrío y le hago una seña para que pase.
—¿Qué sucede?—pregunto mientras se acuesta a mi lado pasando su brazo por mi abdomen.
—Quiero que salgas conmigo.
—James, ya salgo contigo—volteo a verlo y rueda los ojos, le sonrío.
—Esta noche.
—¿Ya se van a ir?
Asiente levemente evitando verme a los ojos. Sé que tampoco le gusta la idea de tener que irse lejos, pero si quiere seguir para terminar con sus estudios tiene que hacerlo.
—¿A dónde vamos a ir?
—Es una sorpresa—sonríe y besa mi brazo.
—¿Qué tal y me pongo un vestido de cóctel y sólo vamos a un café?
—Yo voy a venir a dejarte lo que quiero que uses.
—Bien—sonrío y me acuesto para quedar frente a él y darle un beso corto en los labios. Suspiro.—jamas pensé que algún día nosotros estaríamos en una situacion así—ríe y con su brazo me acerca más a su cuerpo.—pero te voy a extrañar.
—Yo también—me da un beso corto pero se queda en mi boca provocándome.
—Te quiero—susurro y vuelvo a juntar sus labios con los míos.
ᚐᘉ≬ᘉᚐ
—Ryan, ¿Has visto a James?—se detiene para verme unos segundos pensativo.
—No, después de ir a tu habitación se fue de casa, creí que habían peleado—frunce el ceño.
—No, pero gracias—sonrío y sigo bajando las escaleras.
¿A dónde habrá ido? Y sin decirme nada, ¿Será que cambió de opinión y se quiere ir sin despedirse? Iré por el al aeropuerto para ahorcarlo si es así.
En la sala me encuentro a todos los chicos, menos a Ryan y James, obviamente. Me acerco a la multitud con el ceño fruncido. ¿Ahora quién se desmayó?
—¿Evan volvió a golpearse?—pregunto y todos voltean a verme.
Lo primero que veo son sus manos, en ellas trae cargando los dos bolsos en los que trajo su ropa, rápidamente lo veo a los ojos con tristeza.
—¿Ya te vas?
—Sí—dice con la voz entrecortada. Pero aún así me sonríe.
Yo sin pensarlo me lanzó hacia él para abrazarlo conteniendo las ganas de llorar, algo que él no puede hacer porque lo está haciendo a mares. Mis hermanos son tan llorones.
—Te voy a extrañar Ali.
—Yo también Willy—ríe.—más te vale que llames todos los días o al menos envíes un mensaje—me alejo para verlo y asiente mientras sonríe y se limpia el rostro.—porque si no lo haces William Miller... ¿A dónde te vas a ir?—frunzo el ceño.
—Nueva York.
—A bueno. Porque si no lo haces William Miller, voy a ir a Nueva York por ti de las greñas.
Ríe y vuelve a abrazarme, pero lo alejan de mí bruscamente y me abrazan dos pares de brazos más.
—Te adoramos Alissita.
—¿Ustedes también?—me alejo para verlos y asienten tristes.—¿De verdad pasaron de año?—digo riendo ellos me fulminan con la mirada.—los voy a extrañar clones—los abrazo de nuevo.
—¿Estás llorando Paul?—oigo decir a Hayley, sonrío.
—Estas cosas me ponen sensible.
—Aww ven aquí cariño.
Me alejo de los gemelos y al siguiente que intento abrazar es a Aidan, pero sólo intento y no logro, él coloca una mano frente a mí rostro y niega.
—Yo no me voy aún.
—Amargado, ¿Y si solo quería darte un abrazo porque te quiero mucho? Hieres mis pocos sentimientos Aidan
—¡Nuestros!—exclama mi mellizo aún llorando.
Rueda los ojos y se va de ahí, todos volteamos a ver a Alice.
—¿Qué?
—¿Cómo es que ese cubo de hielo es tu novio?—dice Tris.
—Exacto.
—No somos novios chicos—dice riendo, todos nos miramos.
—No mientan, ayer no podíamos dormir de tanto martillazo contra la pared—se queja Paul y Hayley asiente con una mueca de desagrado.
Todos hacemos una mueca.
—Hey, pero fue sólo una vez.
—Vaya—Evan alza ambas cejas.
—¿No te lo ha pedido?—pregunta Perrie y Alice niega. Todos nos miramos.
Aidan es demasiado extraño al demostrar sus sentimientos, y más cuando tiene novia -Me sorprende que incluso ese cubo de hielo haya tenido más novias que Paul y William juntos- pero que yo sepa Aidan jamás tuvo relaciones con sus novias anteriores, y ahora con Alice.
—Míralo de esta manera Alice—le dice Paul pasando su brazo por los hombros de Alice.—ya eres una Miller. Eres la primer novia formal de Aidan, así que ve buscando un vestido para la boda.
Ruedo los ojos.
—Paul, aleja tus asquerosas manos de Alice, ya tienes novia—se oye la voz grave de Aidan, Paul rueda los ojos y se aleja de Alice para luego llevarse a Hayley a la cocina.—¿Sabes surfear?—Alice nos mira a todos con una sonrisa.
—No, pero tendré a un buen maestro—le dice con una sonrisa y toma una tabla.
—En la habitación deje el traje especial, no puedes ir así.
—Bien, ya vuelvo.
Sube corriendo las escaleras mientras sonríe. Ahora todos miramos a Aidan con una sonrisa.
—¿Qué ven?
—Amargado...—dice Connor.
—¿Ya son novios?—pregunto moviendo las cejas, el intenta hacerse el duro pero poco a poco una sonrisa va apareciendo en su rostro.
—No...
—¡Oh, vamos Aidan!—exclaman Evan y Connor.
—Paul dice que ayer no dejaban de martillear—dice Logan en un tono pícaro y socarron.
Aidan lo fulmina con la mirada.
—Bueno, nosotros ya nos vamos, nos cuentan que pasó después—dice Will.
Yo corro y los abrazo de nuevo a los tres, ríen y revuelven mi cabello, después se despiden de los demás. Me acerco a Aidan con cautela y me paro a un lado de él.
—¿Te da miedo?—pregunto mientras miro como mis hermanos se despiden de los otros.
—¿Qué cosa?—dice alzando la mano en forma de despedida. Así de frío es.
—Pedírselo a Alice.
Silencio, sonrío y volteo a verlo.
Suspira. En el fondo del cubo hay algo de calor, yo lo sé, es mi hermano, lo conozco desde que tengo cinco años.
—Es que... no lo sé...
—Ella no va a decir no, ya ha convivido con nosotros demasiado tiempo, y no se a espantado—ríe.
—Tienes razón, pero voy a irme del país.
—¿Qué?
Me volteo bruscamente a verlo, no puedo evitar sentir este dolor en el pecho.