Seamos amigos (KawoShin)

By CharlotMAD

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Evangelion AU preescolar. Shinji Ikari de 5 años y Kaworu Nagisa de 6 años, son un par de niños con historias... More

La vida de Shinji Ikari
La vida de Kaworu Nagisa
Una nueva etapa
La travesura
Llamadas
Galletas, cuentos y desconfianza
Cambio de planes
Ganando terreno
¿Aprobación?
¡Todos al zoológico!
Hoy es tu turno
La reunión más especial
¿Qué es lo que siento? Parte I
¿Qué es lo que siento? Parte II
Trabajo en equipo
El gran golpe
Cuestiones paternales
Sorpresas

Encuentro indeseable

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By CharlotMAD

Tic Tic, Tic Tic, Tic Tic...

Shinji abrió los ojos en un sobresalto con el sonido del despertador y se levantó en seguida. Miró por la ventana y vio los primeros rayos del sol... "Nos vemos mañana, Shinji, que descanses..." fue lo que le dijo Kaworu al despedirse el día anterior, y sin saber porqué, lo recordó justo en ese momento. Suspiró pesadamente y fue a darse un baño. Más tarde, después de tomar desayuno y ordenar sus cosas se fue a la escuela con su madre.

-Nos vemos después, cariño -dijo Yui a Gendo.

-¡Adiós, papá, que tengas buen día en el trabajo! -se despidió Shinji.

-Mh... Adiós, Shinji -dijo Gendo por lo bajo.

--

Habiendo llegado a la escuela se dirigió con un optimismo inusual a su sala de clases. Buscaba a Kaworu con la mirada, pero al parecer el chico aún no había llegado.

-¡Hola, chicos!, ¿qué hacen? -preguntó Shinji a sus dos amigos al llegar al aula.

-Ah, hola, Shinji, sólo estábamos aprovechando de hablar antes de que llegue la maestra Misato -le dijo Touji-. Ya sabes, siempre se retrasa un poco.

-Bueno, eso es verdad... -respondió Shinji, perdiendo de a poco su inicial semblante energético.

Iba a dar media vuelta para irse a sentar su puesto, pero apenas volteó se topó con un ceño fruncido.

-Ho-hola, Asuka... -dijo casi en un susurro.

-Hola, tonto, ¿me dejas pasar? Debo hablar con Hikari -respondió y pasó de largo frente a él.

Shinji negó con la cabeza y se dirigió finalmente a su puesto. Una vez ahí comenzó a sacar sus cosas y dejó su cuaderno y lápices sobre la mesa. Se fijó en la puerta. Aún no llegaba la maestra, pero de pronto vio asomarse al esperado chico nuevo. Éste también lo vio y le sonrió.

De pronto Shinji pareció darse cuenta de algo. Y una tensión terrible que sólo él preveía estaba a punto de apoderarse del ambiente. A medida que veía a Kaworu acercarse, también oía a sus espaldas que Asuka lo hacía. Ambos se dirigían a sus puestos.

Llegaron al mismo tiempo, pero Asuka puso sus cosas primero, y se dispuso a ordenarlas ignorando la estupefacción de ambos chicos. Uno no sabía qué hacer, y el otro, no entendía lo que sucedía.

-Disculpa, creo que ese es mi asiento -dijo Kaworu al cabo de unos segundos.

-¿Mmh?... ¿Quién eres tú? -preguntó Asuka muy confundida.

-Me llamo Kaworu Nagisa. Soy nuevo en este grupo -contestó Kaworu sobriamente.

-Pero, ¿qué haces aquí? Este es mi asiento, búscate el tuyo -dijo Asuka un poco molesta.

-Mmm... Asuka, Kaworu llegó ayer y la maestra Misato lo sentó aquí y... dijo que traerían un asiento extra para ti el día de hoy... -dijo finalmente Shinji.

-¿Qué? ¡¿Cómo es posible?! Este es MI puesto, ¿por qué no dijiste nada? -exclamó Asuka llena de rabia e indignación.

-Dije que era tu puesto, Asuka, pero yo no tomé la decisión... además... es sólo un puesto...

-Pues entonces que él se siente en otro lado, no es mi problema.

-No puedes quitarle el puesto así como así, él llegó ayer y se está adaptando. Vamos Asuka, sólo espera a que la maestra te traiga otro asiento y deja que él se siente -dijo Shinji.

En medio de la discusión de ambos chicos y de Kaworu como espectador, llegó Misato, saludando alegremente a todos los alumnos. Luego del saludo formal se percató de los 3 chicos aún de pie y decidió acercarse a ellos.

-Bienvenida, Asuka, espero te hayas repuesto en estos días de ausencia. He de comunicarte que ya encargué un nuevo puesto para ti y lo traerán en cualquier momento, ya que como puedes ver, hay un chico nuevo -dijo Misato alegre pero firmemente.

-Pero, maestra, ¿por qué no se sienta él allí? No es mi problema que haya llegado alguien de la nada a sentarse donde a mí me correspondía... -dijo Asuka con un leve tono lastimero.

-Mh... Kaworu, ¿tú que dices? ¿Te importaría sentarte en el puesto que van a traer? -preguntó Misato amablemente.

-La verdad, maestra, si no le importa preferiría sentarme con Shinji.

Asuka chilló interiormente, hirviéndole la sangre al no poder conseguir lo que quería y no comprendiendo tampoco a ese extraño chico. "Está loco... ¿quién se cree que es?" pensó Asuka, muy fastidiada.

Al final, Kaworu se sentó al lado de Shinji, y al traer un asiento y una mesa extra se sentó Asuka también. Con este problema solucionado Misato se dispuso a dar las instrucciones de trabajo.

-Niños, como saben hoy trabajaremos con pinturas, terminando así las obras de ayer. Pueden ir a los estantes a buscar sus materiales... -dijo Misato.

Todos se pararon de sus puestos y se dirigieron a buscar pinturas y pinceles. Al llegar a la mesa con todo lo necesario, Shinji y Kaworu se pusieron a conversar.

-¿Qué es lo que hiciste ayer? Tu escultura nunca la entendí muy bien ¿la terminaste? -preguntó Shinji a su compañero.

-Sí que la terminé, aunque estuve hasta el último momento, ¿recuerdas? -dijo- Anda, vamos a buscarlas y te la mostraré.

Se pararon de sus puestos y fueron a buscar las esculturas que se habían quedado secando en la ventana el día anterior junto a todas las demás.

-Aquí está. Mira, es un ángel... -dijo señalando con orgullo su mini escultura.

-¿Un ángel? ¡pero no tiene cabeza!

-Ya lo sé, está hecho así a propósito, ¿te gusta...? -preguntó Kaworu con una sonrisa.

-Mh, para serte sincero me da un poco de miedo... -dijo con una sonrisa tímida-pero está muy bien lograda, tienes gran talento en esto a decir verdad.

-Y tú en el dibujo, ciertamente...

Volvieron a sus puestos para pintar sus obras, mientras varios de sus compañeros se acercaban esporádicamente a mirar la escultura que Kaworu había hecho.

Algunos al pasar simplemente se sorprendían o se reían, mas a otros realmente les inquietaba un poco la figura. Aun así, nadie se atrevía a preguntar y hacer una intromisión, no sólo porque Kaworu era nuevo y no le tenían prácticamente confianza, sino también porque parecía que interrumpirían algo muy importante en la plática de Shinji y Kaworu, quienes no pararon de parlotear desde que se sentaron y parecían hablar casi en un lenguaje propio.

Rei se encontraba mientras tanto pintando su escultura, cuando tuvo un par de dudas respecto a los colores y decidió ir a preguntarle a la maestra como proseguía en su trabajo. Dirigiéndose a la mesa de la maestra tenía que pasar por donde se sentaba Kaworu, y antes de pasar de largo por su puesto, tropezó y cayó al piso de manera un tanto disimulada y sin hacer ruido, pues nadie se percató o hizo ademán de ayudarla al menos. Ni siquiera Kaworu la vio. Al levantar la vista se encontró con algo muy hermoso, extraño y familiar que la cautivó inmediatamente haciéndola abrir enormemente los ojos de par en par: la escultura del chico. Él había dejado de pintarla un momento, pero podía apreciarse que el color que la iba a completar sería el gris oscuro. Rei, fascinada por el encanto de esta (según ella) magnífica obra, sólo se dispuso a pararse de inmediato y sacudirse un poco el vestido, y dirigirse nuevamente a la mesa de su profesora. En eso, los chicos aunque concentrados en sus trabajos, comenzaron a hablar de sus vidas para seguir conociéndose.

-Shinji, ¿la que vino a buscarte ayer era tu madre? -le preguntó Kaworu a su compañero.

-Sí, todos los días viene ella por mi.

-¿Y con quién vives? -preguntó Kaworu curioso.

-Con mi papá y mi mamá... ¿tú con quién vives?

-Con mis padres también... y... ¿vives cerca de la escuela?

-Sí, bastante cerca... tú me imagino que no, porque ayer a la salida te vi irte con tu madre en auto... -dijo Shinji mientras seguía pintando sus esferas naranjas muy concentrado.

-Sí, bueno... yo vivo casi a las afueras de la cuidad, por lo que estos dos días me he levantado muy muy temprano para no llegar tarde -dijo Kaworu en una imperceptible risita, casi terminando ya de pintar su obra de color gris oscuro.

--

-Rei... te recomiendo mezclar el azul con el blanco y un poco de amarillo para lograr el tono que deseas... -le decía Misato a Rei.

-Muy bien, maestra... -respondió finalmente, pero se quedó frente a su mesa unos segundos más.

-¿Pasa algo, Rei? -preguntó Misato, pues sabía que la chica era muy tímida y reservada.

-Maestra... ese chico nuevo... hizo una escultura muy buena, ¿no la ha visto? -planteó Rei, como si fuera algo personal.

Asuka, a quien habían puesto muy cerca de la mesa de la maestra, escuchó atentamente y con un poco de rabia y envidia lo que la chica decía.

-¿Te refieres a la de Kaworu? No la he visto, enseguida iré a verla -le respondió finalmente con una dulce sonrisa.

Rei acabó retirándose inmediatamente a su puesto después de eso, para seguir en lo suyo.

--

Rato después, tocaron el timbre para el primer recreo y Kensuke y Touji se acercaron a Shinji.

-Oye, Shinji, vamos a reunirnos con los chicos a jugar cartas dijimón, ¿nos acompañas? -le propuso Kensuke.

Shinji miró a Kaworu, y éste le sonrió de vuelta.

-No gracias, chicos, voy a estar con... Kaworu -dijo bajando la mirada muy tímidamente.

Los otros chicos se encogieron de hombros y salieron por la puerta. Mientras que Kaworu sintió una sensación un tanto agridulce.

-¿Qué quieres hacer...? -le preguntó Shinji.

-Estar en el patio sería genial -dijo Kaworu con una tierna sonrisa.

-Entonces vamos...

-Adelántate... guardo mis cosas y voy...

Kaworu se dirigió a la puerta inmediatamente después de terminar de ordenar sus cosas. Evidentemente, creyéndose el último chico en la sala, pero al llegar a la puerta, lo sobresaltó la voz de Rei, quien estuvo todo el tiempo en el fondo de la sala.

-Oye... Nagisa... -dijo ella haciéndolo voltear de inmediato. -No cualquiera hace este tipo de cosas... ¿Dónde viste esto?

Hubo un silencio incómodo durante unos segundos.

-Tú eres la amiga de Shinji, ¿no? -preguntó Kaworu con un semblante serio.

-Sí, yo... -dijo ella después de una pausa.

-Ya veo... bueno, ese ángel lo soñé -dijo Kaworu y salió de la sala al encuentro de Shinji.

Ya afuera con él se dispuso a comer su sándwich de queso, mientras el otro comía una manzana.

-Kaworu... estaba pensando... en que eres muy bueno con las palabras. Yo no lo soy tanto, de hecho, nunca he escuchado a alguien como tú.... al menos no a un niño de mi edad -le dijo Shinji mientras estaban sentados en la banca.

- Hahaha... ¿tú crees? -rio alegremente Kaworu- bueno tal vez es porque he leído muchos libros. Aunque gracias por notarlo de esa forma, muchos me ven raro precisamente por eso...

-¿De verdad?

-Sí, una vez yo...

-Oye, tú -irrumpió Asuka inesperadamente detrás de ellos.

En ese momento, ambos chicos callaron y se voltearon. Shinji rápido, y Kaworu más lento y despreocupado como era común en él.

-¿Me hablas a mí? -preguntó Kaworu.

-Pues claro ¿A quién más? -respondió molesta Asuka- ¡le hablo a quien usurpó mi puesto en el aula y está muy tranquilo hablando con mi amigo en el patio!

-Asuka, yo--

-Tú no te metas, Shinji -le dijo mientras también lo fulminaba con la mirada.

-Me parece que tienes un serio problema territorial, lo cual es algo preocupante para una chica de tu edad -dijo Kaworu tranquilamente y disimulando su molestia- no me gustaría comenzar mi ciclo en esta escuela peleándome con alguien. Menos aún cuando yo me veo incapaz de hacer algo...

-¡Claro que pudiste hacer algo, como haberte sentado en otra parte, por ejemplo! -señaló Asuka.

-Pude pero no quise hacerlo, lo siento. Se me estaba dando la oportunidad de elegir un puesto en vista de que soy nuevo y necesito adaptarme y... me quise sentar con Shinji. ¿Cómo iba a saber que esa decisión afectaría a un tercero?

-¡Ahhg! ¡No puedo creer lo soberbio que eres!, ¡y tú, Shinji, idiota!, ¿ni siquiera tienes consideración con tu vieja amiga? ¡No puedo creerlo! -dijo finalmente Asuka y se marchó maldiciendo en el camino.

-Ahh... creí que se quedaría a decirnos más cosas, pero realmente se fue rápido...-suspiró Shinji, apenado por la actitud de la niña.

-Tal vez simplemente no tuvo más argumentos... tal vez creyó que me intimidaría... -dijo Kaworu-. ¿Esa chica es tu amiga, Shinji?

-S-sí... es de las que te hablé ayer. Nos vemos fuera de casa con ella y Rei algunas veces -dijo Shinji con la cabeza gacha-Pero no suele ser así. Al menos... no tanto.

-¿Así...?

-Por lo general no es tan agresiva...

Shinji quedó bastante apenado después de ese recreo y en todo el día no volvió a hablar con Asuka. Por su parte Kaworu quedó algo incómodo, pero eso era lo de menos, pues a él realmente le preocupaba la relación de Shinji no sólo con Asuka, sino también con el resto de sus compañeros. Se preguntaba cuanto tendría que soportar Shinji con una cortesía injusta los tratos no tan amables de los demás hacia él. Claro, a sus ojos, Shinji era muy inocente e irradiaba una energía muy pura. Tanto, que tal vez pecaba un poco de ingenuo y hasta de permisivo.

--

-Adiós, Kaworu, nos vemos mañana, y... siento que haya pasado todo esto hoy -dijo Shinji a la salida.

-Ah, no tienes porqué angustiarte por eso. Me gustó que pintáramos juntos... -dijo Kaworu-. Bueno, hasta mañana, Shinji.

Vio al pequeño alejarse con su madre y en pocos minutos, llegó su madre también a recojerlo.

-Hola, cielo... -lo saludó con un beso en la mejilla-¿Cómo estuvo la escuela hoy? ¿algo interesante?

-Hola, mamá... sí, me fue bastante bien.

Cuando iban en camino su madre le seguía haciendo toda clase de preguntas.

-¿Fue hoy ese chico con el que hablaste ayer?

-¿Shinji? sí, sí fue, nos sentamos juntos, pintamos, y también hablamos de muchas cosas.

-¡Qué bueno! Me alegro tanto de que ya hayas hecho amistad con un chico...

"Amistad" pensó Kaworu... No, la amistad se logra indiscutiblemente con al menos un poco más de tiempo, pensaba Kaworu. Es cierto que Shinji era un niño muy dulce y amistoso... pero no creía que él lo considerara un amigo aún. Sin embargo no sería erróneo afirmar que jamás había conocido a alguien como él.

Rato después llegaron a su casa y Kaworu saludó a su padre.

-Hola, hijo ¿cómo te fue hoy?-le preguntó su padre en medio de un cálido abrazo.

-Bien, papá, muchas gracias. Aunque ahora tengo un poco de hambre -dijo tranquilamente.

-No hay problema, ya hice la cena... -dijo su padre y en pocos minutos se sentaron a comer.

-¿Y cómo es tu maestra, Kaworu? ¿es amable? -preguntó su padre en la mesa.

-Sí... es bastante paciente y sabe escuchar, además es muy joven.

-¿Y qué hay de tus compañeros? ¿te agradan en general?-preguntó su madre.

-No me molestan para nada. Están bien, supongo... aunque me son indiferentes por ahora.

-Kaworu, hijo, ¿te ha pasado algo en la escuela? te ves con un semblante mucho más serio que ayer... -dijo su padre.

-Mh... más o menos, pero... ¿podemos hablarlo después? -pidió Kaworu.

-Claro...

Su padre más tarde lo acompañó a su habitación y mientras lo arropaba, Kaworu le contó muy a grandes rasgos su pesar.

-No tengo problemas con nadie, pero... me preocupa un poco la dinámica de la escuela. ¿Algunos niños o niñas son unos maleducados y otros sólo tienen que simplemente pasarlo por alto? ¿Siempre existirá el abuso al más débil? o mejor dicho, al más frágil... -dijo Kaworu.

-Hijo... lamentablemente es así, como dices... en todos lados hay y habrá gente inaguantable. Lo importante es saber comprenderlos, o intentarlo al menos. Y tomar distancia. Y claro que si te atacan directamente de la forma que sea, puedes defenderte. Puedes decirle a algún maestro, o intentar razonar con la persona en cuestión. Lo importante es que no albergues odio en tu corazón, porque te hará daño a ti y los demás -dijo su padre.

-Muy bien... gracias, papá.

-De nada, y ten en cuenta también que es más impotante enfocarse en el cariño de alguien noble, que en el odio de alguien molesto. Buenas noches... -dijo su padre y le dio un beso en la frente-. Nos vemos mañana.

-Adiós, papá, hasta mañana -se despidió Kaworu con una mano.

Esa noche, Kaworu se durmió pensando en lo bien que lo había pasado con Shinji ese par de días. Y no podía esperar a pasarlo igual de bien y mejor conforme pasara el tiempo.

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