- ¡vamos, vamos, vamos, vamos! – grita la multitud alrededor de la mesa. Estoy bebiendo el quinto vaso de cerveza. En algún lugar en la fiesta quedaron mis zapatos porque puedo sentir el piso tocar mis descalzos pies, Catherine va a matarme.
Ahora estoy en una competencia de fondo blanco y estoy dispuesta a ganarlo. Tommas está a mi lado, grita fuerte cuando termino mi quinto vaso y las personas a mi alrededor gritan aun mas fuerte cuando tomo el sexto
- Vamos nena tu puedes, hay 300 dólares si logras beber los diez – grita un chico de cabello rubio al otro lado de la mesa, me hace acordar a Brian. me acerco a él y este sonríe. De más cerca no luce nada como Brian, su nariz es más grande y tiene una leve capa de agané en sus mejillas.
Tomo el séptimo vaso y lo acerco a mi boca, lo bebo con un poco mas de dificultad esta vez. Comienzo a sentir mi estomago repleto de alcohol.
- Vamos cariño, solo tres mas – dice tommas
Siento un frio recorrer desde mi cuerpo a mis pechos y luego a mi estomago, bajo mi cabeza y un tipo regordete esta vertiendo cerveza en mi escote, empapándome todo el pecho. Empujo al tipo y lo abofeteo, pero solo fue demasiado débil en mi estado de ebriedad.
- ¿Qué haces idiota? – dice tommas mientras lo saca de la ronda al tipo regordete. Largo una risa y me concentro en los tres vasos que quedan
Tomo uno y lo acerco a mi boca, el 8vo vaso esta dentro. Solo quedan dos.
- ¡Emily! ¿Qué diablo estás haciendo? – me detengo en cuento escucho la preciosa voz de Brian.
- Aléjate amigo, estamos jugando aquí – dice el chico que no se parece en nada a Brian mientras le enseña el dinero en su mano.
- ¿jugando? – su voz es furiosa, pero no puedo buscarlo entre la gente, todo se mueve – te partiré el maldito trasero imbécil.
- Tranquilo hermano, solo es un juego de 10 tragos. Nadie la obligo a nada.
Siento unas manos atrapar mi cintura
- Cierra la boca o esos 10 tragos los beberás por el trasero – escupe Brian
Estoy caminando entre la gente ahora, no puedo entender mucho. Mi mente se pierde por un momento.
Narra Brian
Joder y joder y más joder
¿Qué es lo que pasa cuando dejas a una adolescente sin experiencia, sola y en una fiesta?
Exactamente esto, Emily casi no puede dar dos pasos sin tropezar con sus propios pies. No sé qué mierda paso por mi mente en cuanto la deje ir con tommas sin ninguna precaución ni aviso. Bueno, si se lo que paso por mi mente en ese momento, lo que estuvo pasando desde que las palabras “favor” salieron de los labios de Emily.
Furia.
Estaba furioso. Y dolido.
Deje que mi orgullo lastimado le ganara a mis sentidos, diablos fui un idiota.
Pongo mi mano en su cintura y la levanto un poco para que pueda apoyarse en mí. Ella accede sin ninguna queja, sus ojos están medio cerrados y su cabeza no deja de moverse de atrás hacia adelante. Maldición, esto se ve feo. No quiero que ella tenga una especie de shock alcohólico o algo por el estilo. Estoy seguro que Cecilia cortaría mis pelotas si se entera de cómo esta su sobrina en este momento, no quiero ni pensar en lo que ella me haría si Emily tiene que ser hospitalizada.
- ¿se bebió los 10 vasos? Diablos, me los perdí por patear el trasero gordo de ese tipo – dice Tommas mientras nos da una sonrisa borracha. Me pongo furioso de inmediato
- Eres un imbécil, mira como esta ella ahora –escupí tratando de mantener a Emily en sus pies.
- ¿Cuál es tu problema? Solo estábamos divirtiéndonos
- No le veo la puta gracia a esto
- ¿quieres pelear idiota? – escupe de repente formando puños en sus manos, su cuerpo se va hacia atrás y casi se cae en su trasero.
- Mírate, estas completamente ebrio amigo. Pateare tu trasero cuando puedas mantenerte en tus pies sin caerte.
- Que te jodan, tú tienes a Leila. A mi chica – dice tommas después de darme una mirada asesina-ebria y perderse en la fiesta otra vez.
Niego con la cabeza desaprobatoriamente y vuelvo a jalar a Emily de la cintura hacia el camino de piedras que llevan a la arena, ahora hay otro grupo en la fogata y no conozco a nadie allí. Un poco alejado de la fiesta, veo rocas enterradas en la arena, son lo suficientemente grandes como para que nos sentemos encimas de ellas. Emily necesita despejar un poco su mente y quizás vomitar todo el alcohol de su estomago.
- El tiene razón – susurra ella cuando se apoya en mi hombro, caminar por la arena se hace un poco más dificultoso.
- ¿Quién tiene razón?
- Tommas. Tu y Leila… -ella se caya por un momento – es asqueroso.
Sonrió al escuchar sus palabras, es gracioso porque entre Leila y yo no paso nada, ella quiso besarme en cuento Emily se fue de la fogata a la fiesta. Pero no la deje llegar a ese punto. Ni siquiera sé porque la deje sentarse en mis piernas.
Bueno, la verdad si lo sé. Quería que Emily se pusiera celosa.
pero lo tambien sabia era que Leila solo queria darle celos a Tommas y solo quise darle una mano, de todos modos era lo que yo tambien queria.
Lo sé, lo sé. Es un pensamiento estúpido y patético, pero yo solo lo hice, estaba tan lastimado por la palabra “favor” que salió de sus labios, que ni siquiera medí en las consecuencias. Ella podría contarle a Danna. Aunque sinceramente…. Y diablos, no puedo creer que diga esto pero… no me preocupe por Danna en todo el día. Solo ha sido Emily y su sonrisa, Emily y sus ojos en blancos, Emily y sus respuestas inteligentes.
Emily lastimándome con sus palabras.
- ¿Dónde me llevas? – dijo ella luego de que camináramos unos centímetros más, sus ojos se abrieron y miraron a todas partes. De repente orientada.
- hacia aquella roca, vamos a sentarnos allí por un momento
- ¿Por qué me sacaste de la fiesta? – dice con el seño fruncido.
- Estas completamente borracha ¿tu porque crees?
Ella deja de caminar y me mira con sus ojos mieles resaltando en la luz de la luna llena, luego de un empujón me aleja de su cuerpo
- A ti no te importa – se da la vuelta y se tambalea un poco cuando da dos pasos hacia la casa, tomo su codo y la detengo
- Emily necesitas sentarte por un momento
- Déjame en paz. Es lo que hiciste durante toda la tarde.
- Emily…
Ella se aleja de mi agarre de un tirón
- Deja… deja de llamarme así
Frunzo el seño
- ¿Cómo quieres que te llame entonces?
- No me digas nada, p-para ti no existo.
- Si existes.
- No – ella bufa y cierra los ojos para luego abrirlos. Su mirada es dolorosa, eso me rompe un poco el corazón - ¿para qué me trajiste aquí, eh? No conozco a nadie, me siento como el bicho gordo y feo del lugar y tú… tú me ignoras. Me t-traes a una fiesta en donde no encajo, para dejarme sola y hacer de cuenta que no existo. Entonces…. Brian, yo no existo para ti.
Ella lanza las palabras tan rápido que me hubiera gustado no comprenderlas.
- Lo lamento, soy un idiota
- Lo eres. Eres un idiota del tamaño de Brasil
- Lo soy. Lo lamento
- No lo lamentes. Diablos Brian. no lo lamentes – ella suspira y cierra los ojos, su cuerpo se cae un poco hacia atrás y se estabiliza – yo también lo lamento por decir que estar contigo es un favor. No es un favor estar contigo. Realmente no es nada de eso.
No quiero que me dé explicaciones en su estado, hablare con ella cuando el alcohol no esté en ella.
- Vamos – digo mientras la tomo otra vez por la cintura, gracias a dios ella no se aleja.
Cuando estamos en la roca ayudo a Emily a subir encima de esta y luego de un salto me subo yo también.
- Debiste dejarme terminar el juego, iba a ganar 300 dólares.
- No creo que llegaras a beber el 9vo vaso completo en tu estado Emily
- Deja de llamarme así
- Me gusta tu nombre
- No, no lo haces – ella pone una mano en su cabeza y la aprieta un poco.
- ¿de verdad estar conmigo no es un favor hacia Danna? – ciento un frio en cuanto pronuncio su nombre. Como si estuviera traicionándola. Como si estuviera a punto de hacerlo
- No, definitivamente no lo es. Tu estas haciéndome el favor a mí.
- ¿Cómo es eso?
Ella larga una risita triste
- Nunca ves a un chico tan guapo como tu, pasar tiempo con alguien como yo.
Frunzo el ceño y no puedo recibir el alago si viene con ese comentario de sí misma.
- Cualquier chico querría pasar tiempo contigo
- No, sabes que eso no es cierto
- De hecho no lo sé. Diablos Emily, tienes que dejar de decir cosas malas de ti. Eres más increíble de lo que crees, además de ser hermosa… quiero decir… tu personalidad es hermosa también.
Ella me mira y hace una mueca.
- Eso es algo que solo Brian Links diría– dice con ironía, me molesta que ella no crea en mis palabras – tienes que dejar de ser tan amable y considerado.
- ¿Por qué tendría que dejar de serlo?
- Porque confundes a las personas.
- ¿te confundo a ti?
- Sí, todo el tiempo.
Ella lo dice como si eso no fuera un descubrimiento.
Emily pone atención a su blusa y bufa. Sigo su mirada y casi me da algo al ver su blusa blanca mojada y traslucida. Puedo ver su sujetador de encaje negro sostener sus grandes pechos. Diablos, allí estaban ellos. Esos pechos que casi me mataron al sentirlos apoyados contra mi espalda hoy en el mar, cuando Emily se movía solo podía sentirlos rosarse con mi piel. Diablos me sentí tan caliente y pervertido en ese momento que me enoje conmigo mismo.
- ¿Cuándo me metí al agua? – pregunta en un susurro para sí misma, ella se ve perdida y eso solo me hace sentir más pervertido. Mirar sus pechos mientras ella no sabe que es en lo que esta mojada es algo desconsiderado y sucio. Tomo el dobladillo de mi camiseta y la levanto sobre mis brazos, la briza fría del mar golpea mi torso al desnudo en ese momento.
- Ten, póntela –le digo mientras le acerco la camisa
Emily Mira mi pecho y luego se detiene en mi estomago, ni siquiera está mirando la camiseta en mi mano. Diablos, una Emily borracha y provocadora es lo que menos necesito aquí.
- Emily… - empujo su hombro y ella saca los ojos de mi cuerpo para mirarme a los ojos
- Me gusta t-tu cuerpo – dice con una sonrisa – eres muy sexi Brian
No, no hagas eso Emily. Necesito de todo mi autocontrol para ignorar sus palabras y volverle a enseñarle la camisa
- Póntela – repito
- ¿tienes un tatuaje aquí? – ella estira su mano y toca el tatuaje de dragón que tengo en mi costilla izquierda. Mi cuerpo reacciona como si su mano tuviera electricidad y me alejo un poco
- Es un dragón Chino
- ¿Por qué te lo hiciste? – no quiero contarle una historia tan deprimente ahora, quizás en otro momento le contare mis tragedias
- Ponte esta camiseta – vuelvo a decir
Sin decir nada mas, ella la toma y se la coloca por encima de la cabeza. Tiene problemas en cuento quiere bajarla por sus pechos pero no me atrevo ni siquiera a estirar mi mano. Después de dos tirones, ella ya la esta vistiendo. Mi prenda en ella se ve ajustada y llena en los lugares perfectos. Emily no era gorda, tenia grasa en donde se supone que tiene que tener y… aunque su estomago no era plano, me encantaba su cuerpo tanto. Me gustaría tocarla, como... mucho.
Maldición Brian, contrólate
- ¿te sientes mejor? – le pregunto después de sonar mi garganta y despejarme de todo pensamiento inapropiado.
Emily observa el cielo estrellado y sonríe, da un salto y sus pies están otra vez en la arena. Se sienta en ella y se tira hacia atrás. Tener una imagen de Emily recostada desde arriba, definitivamente no ayuda. Sigo su movimiento y me bajo de la roca para sentarme y luego tirarme en la arena a su lado, siento los granos de arena golpear mi espalda al desnudo. Si estiro un centímetro mi mano, podría tomar la de ella.
Giro mi rostro para mirarla, ella tiene los ojos puestos en el cielo.
- Me encantan las estrellas – susurra
- A mí también.
- De hecho, me gusta todo lo que está en el cielo. Pienso que el cielo es el espacio natural más hermoso y menos apreciado en el mundo. Es como si nos acostumbráramos a semejante belleza y nunca le prestáramos la atención necesaria. El cielo es como un espejo hacia el otro mundo, hacia el universo. Es simplemente algo magnifico.
- A mí me gustan mucho las nubes – confieso solo para tener algo que decir y no estar mirando su rostro en silencio – siempre que estoy solo caminando por la calle o desde mi ventana, le busco formas o simplemente las veo ser arrastradas por el viento.
- Si, las nubes son hermosas también – dice ella mientras gira su rostro para encontrarse con el mío - ¿Qué otra cosa te gusta?
- ¿de qué?
- Del cielo
- Me gusta que tenga a la luna. Hoy por ejemplo me gusta más que nunca, la luna llena hace que pueda ver tus lindos ojos iluminados.
- ¿Qué otra cosa te gusta?
- ¿del cielo?
- De mí.
Sus ojos mieles están volviéndome loco.
- Todo. Me gusta todo de ti, Emily.
- No me llames así
Y entonces ella corta la distancia y me besa.
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nota: nooooooooooooooh!!! ¿que les parecio el capitulo? en lo personal, ame escribirlo.
¿les gusta la nueva portada? no sirvo para crear portadas :/