Derek
Estaba volviéndome loco.
No podía sacar a Leah de mi mente; por más intentos que hiciera, fallaba y volvía a imaginar sus labios sobre los míos.
—Estás mal, Derek —susurro.
—¿Quién está mal? —mi madre habla desde el umbral de la puerta, provocando que me sobresalte.
—Mamá —hablo—, no te escuché entrar.
—Probablemente porque estás muy distraído pensando en Leah.
Mi madre camina a través de la habitación y abre las cortinas, permitiendo que la luz de la luna entre e ilumine toda la habitación, recordándome la gran miseria en la que vivo y en la que viviré al escuchar sobre la boda del siglo.
—Así es, tu padre me comentó que te encontraste con Leah Duncan —Mila se voltea y pone sus brazos en jarras, utilizando su mirada acusatoria contra mí.
—Mamá... —intento hablar.
—Por eso no quisiste ni si quiera cenar anoche ¿Cierto? —ella se sienta sobre una esquina de la cama y se dedica a mirarme detenidamente—. Te afecto el verla.
—El simple hecho de escuchar su nombre me afecta, mamá —suspiro y paso una mano por mi rostro—. Leah tiene un enorme poder sobre mí y ni si quiera lo sabe.
O tal vez sí y por eso me ha hecho tanto daño.
—Derek —mi madre se acerca más y pone una mano sobre mi hombro—, realmente debes dejarla ir. No podría soportar el saber que perdiste la cordura por una chica...
—¿Por qué lo dices? —frunzo el ceño.
—Porque yo perdí la cordura por tu padre y casi termino con la vida de una persona inocente.
Ella hablaba de Vera y mi padre; el simple hecho de recordar eso me traía cierto resentimiento, pues gracias a esos hechos no tuve a mi mamá conmigo y cometí muchos errores que tal vez pude haber evitado con los consejos que ella pudo darme. Sin embargo, no fue así y tuve que pasar por muchas situaciones solo, porque ni si quiera mi padre estuvo para mí en mi adolescencia como lo está ahora.
Errores de padre que debemos perdonar.
—Nunca te pregunté qué fue lo que sentiste cuando Vera volvió a la vida de papá —confieso algo avergonzado.
Mi madre sonríe con cierta nostalgia; probablemente recordando los acontecimientos del pasado.
—Me sentí derrotada antes de haber comenzado la guerra —comenta.
—¿Por qué?
—Porque, así como Leah es tu primer amor, Vera fue el de tu padre y ella fue muy importante para él. Lo sigue siendo, pero de algún modo la ha superado.
—¿Y por qué actuaste de esa forma, mamá? ¿Por qué no luchaste por la atención de papá de otra manera menos dolorosa? —sabía que estaba tocando un tema bastante delicado, pero quería entender los motivos que llevaron a mi madre a cometer errores tan graves como los del pasado. Quería entender por qué nunca pude tenerla cerca durante mi niñez, realmente lo quería.
—Lo intenté —ella baja la mirada y continúa hablando—, de veras lo intenté, pero al ver a tu padre tan fascinado con el regreso de Vera, no pude, simplemente no pude y el odio se apoderó de mí, dándole lugar a la venganza en contra de la madre de Leah.
—¿Por eso intentaste matarla? —pregunto, a lo que ella asiente.
—No pensaba con claridad en ese momento —las lágrimas caen de su rostro—. Lo único en lo que pensaba era en tu padre y en cómo me había roto el corazón. Para cuando reaccioné ya era tarde; estaba tras las rejas y no tenía escape. Ese era mi castigo por intentar meterme con el primer amor de tu padre.
Observo a mi madre durante varios segundos, sintiendo una fuerte presión en mi pecho. Ella nunca fue mala, realmente no lo fue; solo se sintió rechazada y humillada, algo que mi padre vio como un delito cuando no debió ser así. No odiaba a Vera, pero ella y mi padre fueron los culpables del daño que causaron alrededor, incluyendo el corazón de mi madre.
Ella había pagado por el pecado que fue amar a un hombre que se aferró al pasado; ella había pagado por creer que Vera la derrotó antes de luchar. Mi madre pagó por el pecado que fue amar desenfrenadamente sin un límite que la detuviera.
—No hiciste nada mal, mamá —tomo su mano—. Tu único error fue amar sin límites, y la verdad es que yo no veo eso como un motivo para condenarte de por vida.
Mi madre me observa completamente sorprendida y expectante a escuchar más.
—Tú sacaste a mi padre de su miseria; lo ayudaste cuando nadie más lo hizo y eso es lo que realmente vale para mí —sonrío—. Eres mi madre por sobre todas las cosas y te amo por eso, porque eres fuerte y eres capaz de perdonar aun con todo el daño que te causaron.
Mi madre solloza y se lanza sobre mí, abrazándome con fuerza. Yo le correspondo, tomándome el tiempo para oler su cabello y recordar ese aroma para toda la vida. Beso su cabeza varias veces, dándole el consuelo que jamás pude brindarle.
De repente, veo por el rabillo del ojo como mi padre se aleja de la habitación a paso rápido. Probablemente escuchó toda nuestra conversación y se sintió afectado; culpable, si se le podría decir.
Tal vez hay esperanza para mis padres.
Tal vez el fantasma de Vera finalmente ha dejado libre a mi padre.
—Tal vez —susurro y continúo acariciando el cabello de mi madre.
Leah
Mañana es el gran día y yo no puedo evitar sentirme nerviosa y aterrada.
Iba a casarme...
Con Theo y no con Derek.
—Debes estar aterrada —mi abuela entra a mi habitación con un pequeño sobre en la mano.
—Bastante —confieso con las manos sobre mi pecho, mientras observo la luna—. Nunca creí que me sentiría así en mi propia boda.
—Tal vez ese jovencito no es la persona con la que debes estar, mi niña.
—¿Por qué dices eso? —cuestiono sin desviar la vista de la luna.
—Porque tu boda es un momento donde debes sentirte segura y llena de paz, mi pequeña.
Mi abuela me entrega el sobre y me sonríe, para luego marcharse sin decir nada más. Frunzo el ceño y observo la dedicatoria...
"Para mi dulce Leah"
Mamá...
"Mi querida hija,
Si estás leyendo esto es porque he partido de este mundo antes de lo esperado y no podré estar contigo en el momento más importante de tu vida... tu boda.
Cariño, sé que a estas alturas probablemente has pasado por miles de pruebas tú sola, y crees que no necesitas ningún consejo o ayuda, pero realmente quiero darte, aunque sea unas palabras más antes de que me vaya. Si estás a punto de casarte, mi niña, recuerda que es importante que tu corazón sienta una paz inexplicable, una paz que solo Dios puede darte, porque ese es el verdadero amor que tanto te ha prometido nuestro Señor.
A veces nos dejamos llevar por lo que dicen nuestros sentimientos y emociones, Leah, y dejamos de lado lo importante, que es la paz que nos genera la persona indicada para nosotros. Muchas veces creemos que el amor se basa en superar las miles de batallas, y sí, en cierto modo se basa en eso, pero también se basa en lo más importante, que es la seguridad que te transmita esa persona. Yo cometí un grave error al aferrarme a Christian, sabiendo que lo único que él me traía era inseguridad y dolor aun cuando no lo tenía cerca, pero con tu padre fue completamente diferente, porque desde el momento en el que le vi supe que era el hombre que Dios tenía para mí. Lejos de sentirme asustada o preocupada, Maximilian me hizo feliz desde el instante en el que lo vi saliendo de ese aeropuerto, y eso es lo que quiero para ti, Leah.
No quiero que vayas a equivocarte, mi amor, porque un matrimonio no es una ruta de escape a los problemas; el matrimonio es una promesa para toda la vida y debes cumplirla delante de Dios y de los demás. Así que te pido que reflexiones muy bien antes de tomar una decisión, mi niña. Te suplico que escudriñes en tu corazón y te hagas la pregunta ¿Realmente me hace y me hará feliz para toda la vida a pesar de los obstáculos?
Espero que esta carta te llegue antes del gran momento, mi pequeña. Recuerda que te amo y lo haré hasta mi último aliento de vida.
Vera W."
Me aferro a la carta y dejo las lágrimas salir, haciéndome la pregunta que mi madre me ha planteado.
¿Me hace feliz el estar al lado de Theo?
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Multimedia: El guapísimo Christian Harris de joven.
Nota de la autora: ¡ESTAMOS A DOS CAPÍTULOS DEL FINAL!
Dios mío realmente no sé como dejar de llorar. El simple hecho de concluir una historia más me hace muy sensible, porque de no ser por mi Señor y ustedes, jamás podría haber continuado escribiendo.
Yo espero que estén tan ansiosas como yo para este final tan increíble :)
¡FELIZ NAVIDAD!