El Internado.

By mariajose9515

29.3K 560 298

El internado "La Laguna Negra" es un colegio de élite en un entorno privilegiado. Las familias más pudientes... More

El principio del todo.
Algo que esconder.
Todo lo que no se ve.
Solo nosotros.
¿Quién es?
Hasta siempre, amigo.
Esto no puede ser.
Capítulo 8
Capítulo 9
¿Quién es Irene Espí?
Como le vea le parto la cara.
Si no lo veo no lo creo.
¿Cuándo pensabas decírmelo?
Ni frío ni calor.
Capítulo 15
Capítulo 16
Creo que sé quien la mató.
Capítulo 18
La vida es eso.
Capítulo 20
Capítulo 22
La noche del fuego.
Capítulo 24
El puré de calabaza.
Niñato.
Estoy embarazada.
¿Por qué sale tu padre en las fotos?
No puede ser.
Un chico demasiado rico.
Hay cosas que ni se compran ni se venden.
SIGUE SOÑANDO.
La fiesta de las dos lunas.
¿Y este es el gilipollas que te gusta?
¿Dónde nos hemos metido?
¿Me has engañado?
¿Te gusto?
Esto es muy raro.
¿Qué está pasando?
¿Quién es el tercero?
¿Qué cojones habéis hecho?
Perdóname.
¿A ver si vas a ser tú la chivata?
¿Esto que es ahora? ¿Una central nuclear?
Nemo.
¿TÚ?
La noche de Santa Isabel.

Si te pasa algo me muero.

552 10 5
By mariajose9515

Todos los alumnos salen despavoridos a ver qué es lo que está pasando. Unos se quedan petrificados, otros directamente ven como algo normal. Y es que, en lo que llevan de curso, han visto ya demasiados muertos.

Los chicos están consternados, no pueden creer que el muerto sea Mateo.

-No puede ser. Mateo estaba con su mujer y su hija. –Dice Marcos.

-Seguro que lo han pillado y se lo han cargado. –Dice Carolina.

Héctor, al ver que todos están viendo el cuerpo, decide pasar a todo el mundo dentro. No es algo que sea muy grato de ver, que digamos.

-Empezad a comer. Intentaremos arreglar lo que ha sucedido. –Dice Héctor, intentando arreglar lo que acaba de pasar.

-Yo ya no sé qué hacer. Esto en vez de un colegio parece la mortuoria. –Dice Elsa.

-La verdad, que yo tampoco sé lo que está pasando. –Dice Héctor, sabiendo perfectamente lo que está pasando.

Los chicos hacen caso a Héctor y se disponen a cenar. Aunque no tengan nada de apetito.

-¿Quién creéis que ha sido el que ha podido matar a Mateo? –Pregunta Roque.

-No lo sé, aquí está metido hasta el apuntador. –Dice Iván, sin probar bocado.

-Pues sí, yo ya no sé qué pensar. Si nuestros padres nos metieron aquí para alejarnos del mal, parece que nos han metido directos a la boca del lobo. –Dice Julia.

Se quedan callados y a los pocos minutos, sus móviles empiezan a sonar. Vicky, tiene miedo. La última vez que pasó eso, no salieron muy bien parados.

"¿Estáis contentos? Habéis conseguido que Mateo muera. ¡Felicidades!"

Miran a todos lados, intentando averiguar quién puede ser el que esté con el móvil. Pero viendo lo que acaba de suceder, todos están con los móviles, así que es muy difícil saber quién es.

-Hay que saber dónde está la mujer y la hija de Mateo. –Dice Roque.

-Vamos a ver, si Mateo está por aquí, quizá es porque a lo mejor venía a decirnos algo. –Dice Marcos.

-No lo creo, no va a ser tan estúpido para venir y exponerse a que le pase lo que le ha pasado. –Dice Vicky.

-¿Y si Mateo ha estado muerto todo este tiempo y ellos nos han hecho creer que estaba vivo? –Dice Iván.

-No lo creo. Yo vi como Amelia buscaba como loca la cinta, de ser así no nos la habrían dado. –Dice Carolina.

-Pues alguna aclaración tiene que haber para que haya aparecido aquí. –Dice Marcos.

-Seguro que lo pillaron y lo trajeron aquí para que nosotros viésemos de que pueden conseguir cualquier cosa. –Dice Julia.

-Es mejor que no hablemos de esto ahora. A lo mejor nos están vigilando. –Dice Marcos.

-¿Es que acaso lo dudas? –Dice Iván. –Lo raro es que no nos maten ya, como hicieron con Cayetano.

Héctor vuelve con Elsa, y se dispone a cenar. Tiene la cara des configurada. El tener que reconocer tantos cuerpos sin vida, está preocupándolo.

-Cómo tenga que volver a reconocer otro cuerpo, me voy de este colegio. –Dice delante de todos los profesores.

-Lo que no entiendo, es ¿Por qué aparece muerto en el colegio si Mateo ya no estaba con nosotros? –Dice Elsa.

-Seguro que lo atacaron los perros del guardián. Quizás, vino a preguntarnos algo y se encontró con la sorpresa. –Dice Camilo.

Los profesores se callan. Héctor, sabe que algo está pasando. Lo que sucedió hace treinta años, parece que sigue más vivo que nunca. Pero tiene que saber quiénes son los que están haciendo todo eso.

Tienen que dormir. Ninguno puede pegar ojo. Aunque parece que el ver personas muertas en el internado se está volviendo casi como una asignatura, al fin y al cabo, no es plato de buen gusto.

Al fin, se quedan durmiendo. Amanece un nuevo día y tienen que estar preparados para lo que pueda suceder.

Las chicas se duchan y se preparan para ir a clase. Lo mismo hacen los chicos.

-¡Iván! –Oye éste cuando está de camino a clase. Cuando se da la vuelta, ve que es su padre.

-¿Qué quieres? Tengo clase y no quiero que me castiguen.

-No te pongas así de tenso, hijo. Sólo quiero hablar contigo. –Dice Noiret.

-Ya, pero es que hay una diferencia, y es que yo no quiero hablar contigo.

-Te aseguro, que sí vas a querer hablar conmigo.

-¿Y eso por qué?

Pues porque te voy a contar la verdad. Sobre tu madre.

-Ya me la contaste. Me compraste y ya. Y después decidiste molerme a palos durante mis dieciséis años. ¿Has visto? Me la sé al dedillo.

-Te la voy a presentar. –Dice Noiret. Dándole una foto.

Iván la coge, pensando que la de la foto es María, pero no, es una mujer que no conoce. Se echa a reír, porqué él sabe perfectamente que su madre, es María.

-Seguro que nos lo pasamos genial. –Dice Iván.

-Vendrá a la hora del almuerzo. A las once o así. –Dice Noiret.

Iván, deja a su padre en el pasillo y se dirige con sus compañeros. Sabía que su padre era un rastrero, pero no hasta tal punto de comprar a una mujer para hacerse pasar por su madre.

Cuando llega a clase, todos están sentados en sus sitios. Menos mal, que al lado de Vicky, queda un sitio libre. Se sienta y tira sus libros encima de la mesa.

-¿Pasa algo? –Dice Vicky tan servicial como siempre.

-Nada, cosas mías. –Dice Iván, sin quitar la vista al frente.

-Sabes que si te pasa algo y quieres contármelo, puedes hacerlo, ¿Verdad? Sea de lo que sea. –Dice Victoria.

-Pasa que mi padre me va a presentar a mi supuesta madre. –Espeta.

-Pero eso es genial, ¿No?

-Claro, teniendo en cuenta de que mi madre es María. –Confiesa Iván.

-¿Cómo? –Grita Victoria, haciendo que Elsa, pare la clase.

-Victoria, si hay algo más importante que la materia que le va a hacer aprobar o suspender, puede contárnoslo.

-Lo siento. –Dice avergonzada.

-Esto solo lo sabe Marcos, así que te pido que tengas el pico cerrado. –Dice Iván.

-Sí, claro. No te preocupes. ¿Y qué piensas hacer?

-¿Hacer de qué?

-Digo yo que tendrás que decirle a María lo que tu padre quiere hacer, ¿No?

-Cuando ella me diga que es mi madre, ¿No crees?

-Iván, es muy duro decirle a tu hijo que eres su madre. ¿O es qué tú ibas a ponérselo fácil?

-Eso es más fácil que decirme la verdad, ¿No?

-Todos sabemos, que si María te hubiese dicho desde un principio que era tu madre no la ibas a creer.

Iván se queda callado, porque sabe que Victoria lleva razón.

Julia, que está viendo la conversación se empieza a preocupar.

-Oye, ¿Qué le pasa a Iván? Parece preocupado.

-No lo sé, quizás esté así por lo de Vicky.

Julia, no puede dejar de mirar a Iván. Aunque sea un asqueroso, lo quiere demasiado.

-¿Hasta cuándo vas a estar fingiendo? –Dice Roque, despertando a Julia de sus pensamientos.

-¿Fingiendo? ¿Qué dices, Roque?

-Lo tuyo con Rubén. Todos sabemos que lo haces para darle en la cara a Iván.

-No, te equivocas.

-¿Entonces?

-Esta conversación ya la he tenido un montón de veces. Si estoy con Rubén, es porque me gusta y las cosas van mejor. Con Iván, siempre estoy discutiendo y no saldría nunca bien.

-Claro, ¿Y es mejor malgastar el tiempo con alguien al que no quieres antes de intentarlo con la persona que de verdad te importa, no? Sois muy egoístas. Preferís, hacer falsas ilusiones a las personas, antes de admitir vuestros sentimientos.

Julia, sabe que Roque tiene razón, pero sabe que con Iván no tiene nada que hacer. Pero no puede estar con alguien por hacerle daño.

-Tienes razón... iré a hablar con Rubén. –Dice levantándose.

Iván, ve como se levanta y se dirige hacia la mesa de Rubén, pero ve algo raro. Él ha intentado darle un beso y ella se ha apartado.

-Iván, te quiere. –Dice Vicky.

-Yo ya no lo sé. ¿Por qué iba a estar con Rubén?

-Por la misma razón por la cual estabas tú conmigo. –Dice Vicky.

-Lo siento, Vicky.

-Estás perdonado.

-Rubén, quería hablar contigo. –Dice Julia.

-Dime, preciosa. Si vienes para que acabemos lo de anoche, vas a tener que esperar, estamos en clase y nos podían echar. –Dice acercándose a ella.

-No, no. Creo que lo nuestro no va a funcionar. Pensaba que sí, pero no quiero mentirte y hacerte sufrir.

-¿Es por el gilipollas de Iván, no? ¿Todavía te mola?

-Es por todo en general.

-Ya... si has acabado, quiero acabar los deberes.

Julia se levanta y se dirige hacia su sitio. Pero algo malo va a estar a punto de suceder.

Rubén se levanta y se dirige hacia donde está Iván.

Vicky, que está al lado, casi no le da tiempo a levantarse cuando Iván cae casi encima suyo. Todos intentan separarlos, pero la rabia que se sienten es mayor que la fuerza que puedan tener sus compañeros. Cuando Marcos ha intentado coger a Iván, Elsa, expulsa a Iván y Rubén de la clase. Julia, sale detrás de ellos.

-¡¿Es qué eres imbécil?! –Dice Julia.

Iván, que está sangrando, se cree que esas palabras, van para él. Está abatido. Pero se lleva una gran sorpresa, cuando se da cuenta de que no van para él.

-Te digo a ti, Rubén. Eres un ser despreciable.

Rubén se marcha y Julia e Iván se quedan solos en el pasillo.

-Creo que ya no va a querer verte jamás. –Dice Iván riéndose.

-No me importa. Hemos cortado. –Dice Julia.

-No hacíais buena pareja. –Dice Iván.

-Tienes sangre. Será mejor que te cure. Ven, vamos a la cocina, seguro que María tiene algo para ti.

Los dos se dirigen a la cocina y no hay nadie. Por lo que Julia, busca entre las estanterías algunas gasas y Betadine para poder curarlo.

-Lo siento. –Dice Julia.

-No te preocupes, no me duele. –Dice Iván.

-No, lo digo por el golpe. Ha sido por mi culpa.

-No, digamos que Rubén y yo de siempre nos hemos llevado mal.

Julia sonríe e Iván, no puede dejar de mirarla con ojos de enamorado. Tiene muchas ganas de decirle que la quiere mucho y que está dispuesto a intentarlo, pero tiene miedo de que Julia no quiera, está vez no.

-Somos compatibles, no sé si alguna vez nos podremos llevar bien, pero no quiero que te hagan daño. –Dice Julia.

-Yo creo que somos más que eso. Por eso, quizás nos llevemos así de mal, porque somos iguales. –Dice.

-Ojalá todo fuese más fácil. No fuésemos tan orgullosos, ojalá.

-Ojalá. –Dice Iván en un suspiro.

Sus caras están a pocos centímetros, sus respiraciones casi se chocan, sus labios se están llamando, pero algo los detiene. María acaba de irrumpir en la cocina, cortando toda la magia del momento.

-Bueno, esto ya está, así que ya me voy. –Dice Julia.

-Sí, yo voy a hacerme un zumo. Ahora voy. –Dice Iván.

-¿Qué te ha pasado? –Dice María, alertada.

-Nada, jugando al baloncesto que uno se ha puesto violento.

-Pero si vas con el uniforme.

-Ya, pero eso no impide que juguemos al baloncesto.

-Ya...-Dice María sin creerse nada de lo que le está contando.

-¿Sabes? Hoy es un día un tanto raro. ¿Sabes?

-¿Y eso?

-Hoy he visto a mi padre y me ha dicho que me va a presentar a mi madre. Me ha dado una foto y todo. ¿Quieres verla?

-Claro. –Dice aguantando las lágrimas.

Cuando Iván le da la foto, María no puede evitar que una lágrima salga y se cuele por sus mejillas.

-¿Qué curioso, no? Hace unos días, en el despacho de Héctor, encontré unos papeles donde ponían que tú eras mi madre. ¿No tienes nada que decirme?

María, está bloqueada, no sabe que decirle.

-Pensé que era una equivocación, pero luego cuando vi que tenías la misma mancha que yo, me di cuenta que era demasiada coincidencia, así que até cabos y me di cuenta que sí, fíjate, hasta creo que tengo tus ojos.

-Iván, de verdad, que yo quería contártelo, pero es que no ibas a creerme.

-¿Y por qué todo el mundo da por entendido que yo no creo a nadie? ¿O es que sí una mujer viene diciendo que es tu madre la vas a creer al dedillo?

-Tienes razón, y si no quieres hablarme lo entiendo, pero yo no quería hacerte daño. Tenía trece años cuando te tuve y mi novio te vendió. Cuando me desperté de todo, me dijeron que habías muerto y no sabía cómo encontrarte. Hasta que un señor, un profesor de este colegio me buscó y me dijo que estabas aquí. Que eras mi hijo. Pero estás en tu derecho de no creerme.

Iván, no puede parar de mirarla con desprecio. Las lágrimas salen y salen y no puede contenerlas.

-¿Qué se supone que tengo que hacer yo cuando esa mujer aparezca y diga que soy su hijo?

María no sabe que decirle, sabe que diga lo que diga no solucionará nada.

Iván se marcha y María se queda sola en la cocina, con desesperación, pero tranquila porque ya sabe la verdad.

Llega la hora del almuerzo y Noiret llega con la mujer que supuestamente es la madre de Iván.

-Hijo, tenemos que hablar. Ya sabes. –Dice Noiret.

Iván estaba con los chicos en el pasillo.

-Un momento, chicos. En seguida vuelvo. –Dice Iván, muy seguro de sí mismo.

-Esta es tu madre. Elena Pérez. –Dice Noiret.

Iván, no siente nada por su padre. Después de hacer esto ya, ha ocupado todo el cupo de horribilidades.

-¿No le vas a decir nada? –Pregunta Noiret.

-¿Qué quieres que le diga a la mujer que me abandonó en las manos de un maltratador, papá?

-Perdóname, hijo. Era muy joven y no tenía dinero suficiente.

María, está viendo todo lo que está ocurriendo y no puede parar de llorar.

-Ya, veamos. Si eres mi madre, seguro que sabrás con qué me hice esto, ¿No? –Dice Iván.

Noiret se pone nervioso. No tenía eso en cuenta, de hecho nunca se fijó por qué su hijo tenía esa cicatriz.

-Te caíste de pequeño y te tuvieron que dar puntos. Eso es todo. –Dice la supuesta madre.

-Claro, eso es todo. No quiero oír nada más. –Dice Iván.

María, en ese momento, ya destrozada por ver que su hijo ya había caído en una de las mentiras de Noiret, piensa que todo ha acabado para ella. Oye que la llaman. Levanta la vista y tiene los ojos hinchados de tanto llorar.

-María. Ven. –Dice Iván.

-¿Quieren algo? –Dice sin levantar la mirada.

-Sí, quiero que le digas a mi padre y a esta señora que ha tenido que cobrar bastante dinero por fingir que es mi madre. ¿Qué de qué es esta cicatriz que tengo, aquí? –Dice Iván enseñándola. –Venga, díselo.

-Cuando di a luz tuvieron que hacerme la cesárea urgentemente porque te habías enrollado el cordón umbilical en el cuello y al cortar te hincaron un poco el bisturí. –Sigue hablando sin mirar hacia arriba.

-¿En serio te vas a creer las palabras que esta chacha te está diciendo? –Dice Noiret.

-No, no es eso. Estos papeles, dicen que es mi madre. –Dice enseñándole el papel que encontró en el despacho de Héctor. –Eso, y que ella también tiene la señal en el mismo sitio, ¿Mucha casualidad, no crees, "papá?

María, no aguanta más y se intenta marchar, pero Iván la coge del brazo y la para.

-Ella es mi verdadera madre. Y aunque sea una chacha, se ha preocupado por mí más en estos meses que tú en mis dieciséis años. Así que si no le importa, señora, espero que disfrute del dinero que mi padre le ha dado y pueda ser feliz. Y a lo que me respecta hacia ti, no quiero saber nada más de ti.

Héctor, que ha visto todo lo que ha ocurrido, no puede estar más feliz por María. Después de todo lo que ha sufrido, por fin, Iván sabe quién es su madre.

-Iván, de verdad, espero que algún día me perdones. Entiendo que no me quieras hablar y que no quieras ni verme...-está diciendo, pero le interrumpe Iván, dándole un beso en la mejilla.

-Mamá. Ya. No me hace gracia que me vendieras por treinta mil euros, pero ya tendremos tiempo de hablar, ¿Vale?

-Vale. –Dice María, feliz. -¿Puedes llamarme otra vez mamá?

-Bueno, no te columpies. –Dice Iván, sonriendo.

Los chicos, que han estado en todo momento viéndolo, están orgullosos, de como lo ha tomado Iván.

-Dije que iba a ser un momento. –Dice Iván.

Todos se levantan y les dan un abrazo y diciéndole lo buena persona que es.

-Bueno, bueno. Ya está bien. Uno tiene que seguir teniendo la reputación. –Dice Iván.

Tienen que volver a clase, así que las cosas se calman un poco y vuelven a la normalidad.

-¿Ya tienes pensado que vas a hacer para unirte a Marcos? –Le dice Camilo a Amelia.

-No, aun no lo sé.

-Si el problema es Carolina, habrá que acabar con ella, ¿No crees? –Dice Camilo.

Lo que queda de tarde pasa con normalidad, todos están felices. Hace demasiado tiempo que no estaban tan felices. Iván y Julia, han estado todo el día sin discutir, y eso en ellos es demasiado raro, aunque debe ser porque no deja de hablar de María y de lo guay que es tener una madre tan joven aunque esté siempre detrás de él.

Algunos están en la habitación de los chicos.

-¿Y Marcos? –Dice Carolina.

-No lo sé, seguramente habrá ido a ver a su hermana. –Dice Iván.

-Lo esperaré aquí. –Dice Carolina.

Vicky y Julia, están viendo como descargar los apuntes que Camilo ha subido al edmodo y Roque e Iván, están jugando a los marcianitos. Pero Carolina, está preocupada.

Recibe un mensaje, desde el móvil de Marcos.

"Quiero verte. Ven al Palomar, ahí podremos estar solitos"

Le sale una sonrisa de oreja a oreja. Se levanta y avisa a los chicos de que tiene que salir.

-Voy con...Marcos. Me ha mandado un mensaje. –Dice Carolina, feliz.

-¿Dónde? –Dice Vicky.

-Tenemos que saber en todo momento donde estamos. –Dice Iván.

-En el Palomar. Me ha citado allí.

Carolina se marcha hacia allá feliz, de que por fin va a poder estar con su chico aunque sea unos minutos.

Fuera hace frío, pero seguro que Marcos tiene preparado el lugar para que no pasen frío.

De pronto, la puerta de la habitación se abre. Es Marcos.

-Qué rápido has terminado, ¿No? –Dice Iván, burlándose de Marcos.

-¿Terminado de qué? –Dice Marcos, que no sabe de lo que le está hablando.

-Carolina, nos ha dicho que habéis quedado en el Palomar. Se ha ido hace unos diez minutos. Le has mandado un mensaje. –Le cuenta Iván.

-¿Yo? He perdido el móvil y no sé dónde lo tengo. Es imposible. –Dice Marcos.

-Pues alguien la ha citado allí.

Marcos intenta recordar quien puede haberle quitado el móvil. Pero ha estado siempre cerca de él, hasta esta mañana que lo ha dejado en la taquilla del vestuario y a partir de ahí ya no lo ha vuelto a ver.

-A ver, cuando nos mandaron a todos los mensajes de Mateo, ahí, tú tenías el móvil, ¿Verdad? –Dice Vicky.

-Sí. –Contesta Marcos.

-Luego después, habéis vuelto a hablar por mensaje con Carolina, ¿No?

-Bueno, ayer le mandé un mensaje preguntándole una cosa sobre Amelia. –Dice Marcos.

-Claro, Amelia. Ella ha sido la que te ha quitado el móvil. Cuando estábamos en educación física, he visto como salía de los vestuarios. Me ha resultado extraño, pero pensaba que estaba ahí por otra cosa. –Dice Roque. –No lo he contado, porque no pensaba que era importante.

Los chicos cogen sus cosas y salen a buscar a Carolina.

Mientras Carolina...

-Marcos, no te hagas el misterioso. Sé que estás aquí, me has mandado un mensaje. –Dice Carolina. –Podrías haberte currado un poco más el lugar. No has puesto ni una vela. –Dice viendo que todo está como siempre.

Oye unos pasos y piensa que puede ser Marcos. Pero algo no le huele bien.

Enciende la linterna que hay allí para cuando hacen los botellones y se encuentra con Amelia.

-¿Amelia? ¿Qué quieres? ¿Has sido tú la que ha enviado el mensaje?

-Sí, he sido yo. Sé que no me esperabas a mí, pero no puedes estar con Marcos.

-¿Y eso, por qué? ¿Por qué lo dices tú?

-Sí. –Dice Amelia. Ésta saca una pistola y apunta hacia ella. –Sal por dónde has venido. Te voy a llevar a un sitio muy bonito.

-Si piensas que Marcos se va a quedar de brazos cruzados, vas lista. Sabemos que estás con ellos, no se te da muy bien robar cosas. –Dice Carolina.

Amelia, le da con la pistola en la cabeza y la deja inconsciente. Le ha hecho una brecha en la cabeza y no deja de sangrar. Por suerte para Amelia, uno de sus ayudantes, está cerca para poder ayudarla con Carolina. Entre los dos, cogen a Carolina y la meten en una furgoneta y se marchan.

A los pocos minutos, los chicos llegan al Palomar, pero allí no hay nadie. La linterna está encendida, por lo que saben que ha estado allí.

-Mirad, la linterna está encendida. –Dice Vicky.

Todos suben y no ven nada. Todo está como Iván y Vicky lo dejaron...

-Mirad. Hay sangre. –Dice Julia.

-¿Creéis que es de Carol? –Pregunta preocupada, Vicky.

-Cómo le hagan algo a Carol no me lo pienso perdonar. –Dice Marcos, preocupado.

-Marcos, eh, estamos contigo. Carol es muy fuerte y ahora que os va bien, no se va a marchar. ¿Me oyes? La vamos a encontrar y vamos a acabar con quien sea por encontrarla. –Dice Iván.

-Será mejor que nos vayamos de aquí. –Dice Roque.

Los chicos entran en el colegio, justo cuando pasa Amelia por allí. Marcos, no puede contenerse y va hacia ella.

-¿Cómo eres tan hija de puta? –Dice Marcos, cogiéndola del brazo.

-Marcos, me haces daño.

-Poco daño te hago, para lo que te tenía que hacer. ¿Dónde está Carolina?

-Marcos, tranquilo, pueden oírte. –Dice Iván.

-Hazle caso a tu amigo. –Dice Amelia.

-Eres miserable. –Dice Marcos.

Amelia, parece de hielo. Iván, se lleva a su amigo de allí, antes de que se meta en un lio más grande.

Entonces, Amelia aprovecha que Héctor se mete a su despacho y decide pasar detrás de él.

-Héctor, ¿Puedo hablar contigo? –Dice apenada.

-Sí, claro. Siéntate.

-Es algo muy humillante, pero tengo que decírtelo.

-Dime, me estás asustando.

-Me han violado. 

Continue Reading

You'll Also Like

276K 8.2K 93
Daphne Bridgerton might have been the 1813 debutant diamond, but she wasn't the only miss to stand out that season. Behind her was a close second, he...
438K 11.4K 62
❝spencer, all this week you've been holding my hands. what about your germ thing?❞ ❝you were more important.❞ hazel finley is a liar. but she's a da...
1.9M 86.2K 194
"Oppa", she called. "Yes, princess", seven voices replied back. It's a book about pure sibling bond. I don't own anything except the storyline.
119K 5.1K 52
❥❥❥ [BNHA x Fem!Reader] ❛❛𝔸𝕝𝕝 𝕥𝕙𝕖 𝕣𝕚𝕔𝕙𝕖𝕤 𝕓𝕒𝕓𝕪, 𝕎𝕠𝕟'𝕥 𝕞𝕖𝕒𝕟 𝕒𝕟𝕪𝕥𝕙𝕚𝕟𝕘, 𝔸𝕝𝕝 𝕥𝕙𝕖 𝕣𝕚𝕔𝕙𝕖𝕤 𝕓𝕒𝕓𝕪...