Escucho la voz de Dakota tratando de explicarle a Hillary como restar 89 menos 34. Ambas están muy concentradas en la hoja frente a ellas lo cual me parece bastante bien, por fin pueden estar en silencio. Aunque ahora me han entrado unas ganas terribles de lanzarles jugo de naranja, para que sientan lo que yo al perder gran parte de mi tarea. Tuve que volver a hacerla y la verdad no fue muy divertido.
Pero saco esa idea de mi cabeza, aún tengo muchas cosas que hacer para la escuela. Además ya es un poco tarde y en cualquier momento Dakota se irá a su casa, lo cual me alegra no quiero que vea llegar a mi padre alcoholizado.
Y como si una vez más mis palabras se hicieran realidad, la puerta principal se abre de repente dejando entrar una ráfaga de aire frío, es como si la paz se saliera por la puerta llevándose su calor y abrigo. Claro está que ese sonido tan fuerte y brusco nos hace saltar en nuestros asientos a los tres, aunque en mi cuerpo un sudor frío comienza a recorrer. Sin duda lo que venga no será algo bueno.
—¡Dante! —grita mi padre con la voz rasposa, no cabe duda que está borracho—. ¡Dante! Ven acá de inmediato —exige con la voz aún más gruesa y molesta. Aunque siento como mi cuerpo se tensa cuando escucho sus pasos acercándose a nosotros.
Por lo regular cuando mi padre llega debo de temer sólo por mí mismo, pero esta ocasión es diferente, ya que mi hermana y Dakota están aquí. Es evidente el miedo que se ha instalado en los ojos de Hillary por lo que miro a Dakota y le pido lo siguiente.
—Sube las escaleras y enciérrense en la habitación de Hillary, por nada del mundo abras la puerta Dakota —susurro lo suficientemente alto para que ellas me oigan, pero lo suficientemente bajo para que mi padre no me oiga.
Aunque Dakota se queda simplemente estática, lo cual sin duda me pone los nervios de punta. Pero entiendo la razón cuando siento un fuerte golpe en la cabeza. Dakota le tapa la boca a Hillary para que su grito se ahogue, sin embargo eso no me detiene para pedirle desesperado.
—¡Llévatela Dakota! —Esta vez ella no se lo piensa dos veces y corre escaleras arriba con mi hermana detrás de ella y aferrada a su mano. Yo no quiero que ambas vean esto, por lo que lanzo un suspiro cuando desaparecen en el barandal.
Y bueno, supongo que no es necesario explicar la paliza que recibo de mi padre. Además, como el día de ayer también fui víctima de su molestia, hoy no pongo mucha resistencia, estoy muy adolorido y cansado para hacerlo.
Pasados unos segundos más, exactamente cuando él se cansa de golpearme, deja de estrellar su pie en mis costillas y camina hacía el sofá para quedarse dormido. Sin embargo yo me quedo unos segundos en el suelo quejándome y tratando de limpiar mi sangre con la mano. Pero me rindo dejando todo ahí y subo las escaleras para encerrarme en mi habitación a sufrir todos los golpes bajos con los que la vida me ha tratado. Incluso olvido a mi hermana y a Dakota.
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Nota de la autora:
Sé que dije que este capítulo iba a ser muy decisivo, pero la siguiente parte es la más importante. Y la verdad no había subido capítulo, porque unos amigos me habían dicho que Wattpad estaba borrando capítulos y debido a mi antigua experiencia pues no me quería arriesgar. Así que mañana subo la siguiente parte.
Espero que les haya gustado, como se habrán dado cuenta, Dakota ya sabe sobre el abuso que vive Dante, ¿qué creen que haga?
Más misterios por resolver. Pero que emoción. Espero no abrumarlos con tantos secretos que responder.