PoV Roseanne
No me ponía muy contenta la idea de dejar sola a Lisa con Jisoo. Aunque ella sea mi hermana, yo conocía en profundidad su escencia. Lisa me parecía incluso más inocente que yo, y no hago más que ponerla en peligro. Siento que cada vez le estoy haciendo más mal, y cada vez ella me hace más falta. En esta soledad que me carcome, rodeada de gente que no está, por fin encuentro a alguien que sí quiere estar.
Jiyong había sido claro: Mis primos se encargarían del trabajo sucio mientras en paralelo teníamos que ir a la casa central de la familia SM y hablar con TaeYeon para persuadirla. Nos llevábamos bien aunque hayamos tenido pocas interacciones a lo largo de mi corta vida. Sabía que mi madre y ella habían tenido encuentros no muy amigables, pero su relación con mi padre y con Seungri siempre había sido amena.
Seungri era otro tema. Si bien todo era por el bien de la familia, no me sentía muy cómoda estando solos después de la última vez que hablamos.
—¿Podemos hablar?— me preguntó él una vez que habíamos subido al auto.
—No me parece correcto que hablemos de cosas privadas mientras manejas— dije tratando de evitarlo.
Pero era imposible evitar a Seungri: él siempre conseguía lo que quería.
Frenó el auto al costado del camino y se giró hacia mi.
—Chaeyoung— comenzó a hablar— no entiendo por qué ahora todo es así...
—Seungri, por favor, pensé que había quedado claro— contesté evitando esa situación tan incómoda aunque parecía resultar imposible — por favor, tenemos que llegar rápido, dejé a mi amiga sola yo...
—Es esa niña, es por esa niña que sucede todo esto entre nosotros, ¿Verdad? O mejor dicho, que ya no sucede nada— dijo interrumpiéndome. Conocía a ese hombre mejor que nadie, y sabía que se estaba poniendo nervioso, exaltado. Me provocaba miedo cuando se ponía así, aunque sabía que no podría hacerme nada. De todas maneras, estábamos encerrados en un auto solos, con el seguro puesto, y él era un asesino de primera, sabría cómo hacerme desaparecer en segundos. Comencé a temblar y lo notó, su expresión cambió y se acercó hacia mi tomando mi mejilla con sus manos.
—No, mi amor, no tengas miedo— me dijo— yo nunca te haría nada, no a ti
—¿Qué se supone que significa eso?— dije con mi voz temblorosa
—Tu eres mi familia, además de ser el amor de mi vida. Pero respóndeme, es por ella ¿verdad?
—No, es por mí
—¿Acaso no me amas más?— miraba al suelo y por un momento pensé que se echaría a llorar
—No puedo amarte Seungri, eres mi tío — dije como excusa. Él se percató de eso y estalló en risas.
—Pues— continuaba riendo— no te acordaste de eso cuando nos revolcábamos en el asiento trasero, no te acordabas cuando gritabas como loca pidiéndome más y más
Comenzó a acercarse a mí besando mi cuello y puso una mano sobre uno de mis senos.
—Bésame— le pedí
Él sonrió y me besó intensamente hasta que lo tomé del cabello y lo jalé echando su cabeza hacia atrás
—Ese es el último beso que me darás— le dije mientras me miraba confundido.
Seungri se incorporó y se dispuso a manejar de nuevo para nuestro destino.
Estuvimos en un silencio incómodo por unos minutos.
—Sabes Chaeyoung— habló al fin— esa es una de las cosas que más me atemoriza de tí.
—¿A qué te refieres, tío?
—Jisoo es atrevida, sensual, siempre dispuesta a todo— respondió— Jennie es valiente y ruda, y debo agregar muy sexy. Pero tú, tú a veces tiemblas de miedo, y a veces me haces temblar a mí de miedo. A veces tiemblas de placer, esperando que te haga el amor. A veces no te tiembla el pulso para decirme que nunca más lo haré. Eres drástica. Eres blanco o negro.
—¿Es eso algo malo? ¿Te gustaría que siga temblando de miedo?
—Me gustaría que estés temblando porque estás por llegar al orgasmo con mi cabeza entre tus piernas, pero no, a lo que me refiero es que, es como si tuvieras dos caras.
—Tengo una, Seungri, debo tomar decisiones rápidas o moriré.
—Jamás te haría daño— volvió a decirme
—Jamás estaré contigo otra vez— le respondí.
Esa secuencia no lo había dejado satisfecho del todo, sabía que iba a seguir insistiendo. Aunque él no estaba equivocado del todo, yo seguía temblando de miedo. A veces intento ser un poco de Jisoo, un poco de Jennie, pero siempre soy toda Roseanne, toda Chaeyoung.
—Parece que estos viven mejor que nosotros— dijo Seungri entrando a la casa quinta de la SM y sacándome de mis pensamientos.
Manejó hasta la entrada donde nos esperaban una chica alta que parecía anticipar nuestra llegada.
—¿Ustedes son los miembros de la familia Yang que vendrían a hablar hoy con mi hermana?— nos preguntó
—Park Sooyoung— dijo Seungri— ¿Acaso no me recuerdas? Eras más pequeña la última vez que te ví...
—¡Tío Seungri!— exclamó ella y se abalanzó sobre él— ¡Pero si eres tú! Qué alegría, Taeyeon estará feliz de verte... ¿Tú quién eres?— me preguntó recordando que estaba presente.
—Soy Chaeyoung, hija de ChaeRin. Aunque sólo mi familia me llama así, puedes decirme Roseanne.
—Dile Chaeyoung, aunque quiera no le puede huir a su legado— dijo mi tío en una especie de broma de mal gusto.
—Mm, te llamaré Rosé, ¡como las flores!
Sooyoung parecía muy feliz de ver a Seungri y mostraba ser una persona extrovertida, ya que no paraba de reírse y de tocarlo. Nos hizo entrar, siempre ignorando mi presencia, hasta que se dispuso en anunciarnos con su hermana. Todo me parecía demasiado formal, incluso más que en mi casa. Sabía que la familia SM era un poco más grande, y estaban más distribuidos por sectores, pero ya su casa en Seúl me parecía más grande que la nuestra.
Nuestras familias eran de las más antiguas en Corea, y se encargaban de muchas ramas del tráfico ilegal. Había checkeado hace un par de años que nosotros, los Yang, no estábamos involucrados en el tráfico de personas, por decisión de mi madre. Siempre me pregunté quién se encargaría de esa parte del crimen organizado, hasta que Jennie me lo dijo crudamente. Como mujer, era difícil aceptar que me había relacionado con personas que explotaban mujeres. Pero en esta vida que me tocó desde que nací, he visto y participado de más de un delito.
—¿Roseanne?— dijo una voz detrás de mí— ¡Eres tú! No te había visto en años
—¿Chanyeol?
—La última vez que te ví, tenías unos ¿13 años? Ha pasado tanto tiempo.
Chanyeol estaba de traje parado frente a mí. Con su estatura y sus orejas tan características, sin despreciar su sonrisa. Siempre creí que me sentía atraída hacia él, pero nunca tuve mucho contacto. Nuestras familias habían pasado por momentos críticos, y mi tío, mi eterno protector, no quería que me acercara a los hijos de Lee Soo Man.
—Me pone muy feliz verte— dije sonriendo y sintiendo el calor en mi rostro.
—Oye, te ves muy bien— dijo él con gentileza— ¿Has venido a hablar con Taeyeon? Está furiosa porque han asesinado a uno de sus más viejos empleados... Sabes cómo es mi hermana, temperamental, ten cuidado.
—Lo tendré, gracias
—Igual, sigues siendo una Yang, qué digo— dijo dándose un pequeño golpe en la cabeza a modo de regaño— estás muy linda, me gustaría que hablemos o salgamos un día de estos.
—Oh, es que eh— dije antes de ser interrumpida por Seungri que apareció de la nada y miró fijo a Chanyeol.
—Jóvenes, tenemos asuntos por arreglar con Taeyeon, si nos disculpas Chanyeol— dijo fingiendo cordialidad y tomándome del brazo para llevarme al despacho de Taeyeon.
—No era necesario, él no me interesa— le dije susurrando
—¿Es porque no tiene un bonito flequillo naranja, cierto?— me dijo apretando más mi brazo y con una sonrisa irónica.
Lo solté intentando dejarle en claro que yo no le tenía miedo y luego entramos al despacho.
—Seungri, Roseanne, ¿Debería sorprenderme de que los Yang aparezcan aquí en un momento así?— nos dijo Taeyeon mientras entrábamos— hay dos opciones, o tienen que ver o quieren aprovecharse de la situación.
—Me temo que es la segunda opción, Tae— habló mi tío seriamente para luego sonreír, Taeyeon hizo lo mismo y luego se inclinaron para saludarse.
—¿Qué quieren? ¿Ofrecerme a alguno de sus matones?— habló ella luego de unos saludos incómodos con "la hija de ChaeRin"
—Seguridad y algún empleado que sustituya al que han perdido...— quise hablar tímidamente
—El problema es la confianza— dijo ella— Si tienen alguien de confianza como el que yo perdí, no tengo problema en aceptar su ayuda. Seungri, tú eres un gran amigo aunque en tu familia se encuentre mi desgracia. No te ofendas— concluyó refiriéndose a mí
—Yo...nosotros tenemos empleados de confianza, y sino podríamos contratar a alguien nuevo, algún hijo de un integrante de alto rango — propuse animada
—¿Cómo olvidarlo? Ja.. mi sobrina aquí presente, tiene una amiga de confianza, ¿No es cierto, Chaeyoung?
Tragué saliva tan fuerte que supuse que ellos podían escucharlo. No podía creer lo que él estaba haciendo, todo para molestarme y poner en peligro a Lisa.
—¿Es cierto, niña? Responde— me apuró Taeyeon
—Señora— comencé a hablar— creo que una persona perteneciente a una gran familia como esta, como usted, no podría dejarle una gran parte del corredero de mercancía a una joven como yo y mi amiga, ella es ingenua, no tiene ningún tipo de conocimiento de la mafia. Sería obsoleto.
Seungri me miraba entre molesto y sorprendido, por mi capacidad para persuadir la situación. Taeyeon miraba hacia el techo, pensativa.
—Tienes razón, no puedo tomarlo tan a la ligera. Seungri, al final esta generación te está ganando a tí— dijo ella y di un ligero suspiro de alivio.
—Taeyeon— dijo una mujer entrando por la puerta— Tenemos que irnos, dijiste que iríamos a comprar eso.
—Tiffany, por favor, estoy con los Yang— dijo Taeyeon levantándose y tratando de hacer que esa mujer se vaya— Seungri, ya está, ya acepté su ayuda, lo comentaré con los altos rangos pero la decisión final es mía, necesito que se vayan ahora si terminaron.
—Sí Taeyeon, no te robamos más tiempo.
Seungri y yo nos levantamos para salir, y antes de cruzar la puerta Taeyeon tomó mi brazo y me habló:
—Tu, tu niña serás grande, veo en tí mucho potencial para ser la próxima cabeza de la familia.
—Mis hermanas son mayores...y yo... Yo no puedo...— dije mirando al suelo. Ella me tomó la cara y la levantó, asintió con su cabeza dándome ánimos y me soltó.
—Me sorprendiste— dijo cínico Seungri ya en el auto volviendo a casa— Como esquivaste mi ingenioso plan.
—No iba a dejar que hagas lo que quieras.
—Últimamente todo se trata de no dejarme hacer lo que quiero.
Me dí vuelta y me recosté intentando dormir para no tener que charlar con él en el camino de regreso. Pasaron unos minutos cuando estaba ya casi dormida y lo escuché
—¿Chae? ¿Duermes? Qué va...
No le contesté y pensó que estaba dormida, aunque no pude conciliar el sueño.
Llegamos a la entrada de la mansión y frenó el auto antes de entrar. Parecía estar sollozando pero yo seguía haciéndome la dormida.
—Te amo, Park Chaeyoung