El Alpha Millonario ©

By G_Marian

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Sara Poezyn es una chica tranquila, normal y estudiosa, no le importa para nada lo que piensan de ella mientr... More

Prólogo
Cap.1~Nueva Vida
Cap.2~Silencio Incómodo
Cap.3~La Cena
Cap.4~El Peluche
Cap.5~En el Instituto
Cap.6~Una Corredora
Cap.7~Flashes
Cap.8~Serán o No Serán
Cap.9~Yo No me Llamo Luna
Cap.10~Puede que seas Mía
Cap.11~Agua Fría
Cap.12~Su Mirada
Cap.13~Sucesos
Cap.14~En el bar
Cap.15~Recuerdos
Cap.16~Apuros
Cap.17~Ajetreado
Cap.18~Libro
Cap.19~Atención
Cap.20~Bosque
Cap.21~Fiesta
Cap.22~Pérdida
Cap.23~Órdenes
Cap.24~Explicación
Cap.25~Nota
Cap.26~Sus Brazos
Cap.27~Marca
Cap.29~Cosas
Cap.30~Compras Y Secretos
Cap.31~Última Vez
Cap.32~No Puedo
Cap.33~En Su Lugar
Cap.34~Casi Imposible
Cap.35~Calor
Cap.36~Juegos Y Miradas
Cap.37~Día Agotador
Cap.38~Descubierta
Cap.39~Calabozo
Cap.40~Grave Error
Cap.41~Adiós
Cap.42~Encargada
Cap.43~Tuyo
Cap.44~Oscuridad
Cap.45~No Te Conozco
Cap.46~Ojos Cerrados
Cap.47~Agua
Cap.48~Amir, Fiesta Y Él (Especial)
Cap.49~Combate
Cap.50~Emociones
Epílogo
Cap.~Extra#1
Cap.~Extra#2
AGRADECIMIENTO

Cap.28~En el Avión

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By G_Marian

Advertencia: Contenido +18.
{Este capítulo puede contener material vulgar y/u desagradable para algunas personas [cuando veas esta señal (****) detente y no continúes leyendo]. No me hago responsable por las mentes traumadas}.

Capítulo veintiocho

Asustada me quito de abajo suyo y le doy un último beso en su mejilla—Quiero irme y ver como estan todos, mamá y la manada —por sus ojos pasa un destello amarillo.

Se levanta de la cama—Ve a bañarte—me señala una puerta detrás de él —yo iré a dar las gracias al alpha por su alojamiento y ayuda a rescatarte —camina a la puerta y le lanzo una franela blanca.

—No quiero que nadie te vea Ricky Ricón esculpido—niega sonriendo y se la pone, sale del cuarto y de un momento a otro me encuentro sola en la inmensidad del lugar.

Entro al baño, me despojo de su ropa y me doy una larga ducha hasta que termino y salgo con una toalla enredada en mi cuerpo, antes de cerrar la puerta dos chicas me toman por los brazos y me llevan hacia otra habitación.

—Yo soy María—se presenta una.

—Y yo soy Nela y te vamos a arreglar en media hora—no entiendo que está pasando cuando Wade con el otro alpha entran en el cuarto.

—Ellas son maquillistas, te arreglaran mientras yo me baño y arreglo—mira a las chicas detrás de mi—Cuidado con ella—asienten.

Wade sale y el único hombre se queda mirandome con una intensidad en su mirada—Perdón por lo de ayer, me llamo Benitez—tomo su mano un poco incómoda. Vaya manera de presentarse.

—Si me disculpas, quiero vestirme y no lo haré contigo aquí —alza las manos en son de paz y sale cerrando la puerta.

—Aquí está lo que te pondrás —me señalan la ropa—ahora entra ahí y ponte eso—sin más que decir lo hago y salgo.

Me asientan bruscamente en un banco—Cierra los ojos y no los abras hasta que te digamos que los hagas—cierro mis parpados y después de casi media hora escucho toques en la puerta.

—Ya está, ya los puedes abrir —me levanto y miro mi reflejo en un espejo.

Estoy, estoy algo bonita.

Mis mejillas tienen un color medio rosado, mis ojos estan con tonos suaves y unas grandes pestañas los adornan, mi nariz está más fina de lo normal, mis cejas bien peinadas y mis labios con un labial rojo.

—Amo ese labial que traes puesto.

Y ahí esta él.

Con una camisa blanca que se le pega al cuerpo y hace remarcar esas zonas justas para saber lo hermoso que es, un pantalon jean largo de color azul, unas zapatillas blancas.

Tan guapo y bello como siempre.

Camina hacia mí y toma mi mano—Es hora de irnos—me despido y caminamos hacia el auto—ya esta todo listo—subo.

Rodea el auto, arranca y todo lo que viví siento que se queda atrás, doy una última mirada a la mansión y todo lo que me rodea.

Después de media hora llegamos al aereopuerto y las miradas por parte de las personas me ponen nerviosa y Wade lo nota—Tranquila—sujeta más fuerte mi mano y entra a un alquiler de autos, camina a la caja y una señora lo recibe con una enorme sonrisa.

—Usted es el chico bonito de la otra vez—vaya, no solo yo lo veo asi—¿puede prestarme su identificación? —la saca de su cartera —señor Wade Dhall aquí están sus doscientos dólares de regreso—le pasa la identificación y el dinero por la ventanilla—que tenga un buen viaje—sonríe y vuelve su vista a la computadora.

Entre todo el mundo del aereopuerto caminamos con la vista de todos taladrandonos las espaldas hasta que entramos a una sala distinta a todas y la tranquilidad relaja mis músculos —Bienvenida a la zona vip del aereopuerto, esto solo es para famosos y personas importantes con un avión o jet privado.

—¿Eso significa que tu tienes un avión privado?—me recuesto en el sillón y volteo la mirada hacia él.

—Correcto cariño —observo el monitor gigante en frente de nosotros con un vuelo a California —y ya nos vamos—me toma de la mano y tira de mi hacia arriba.

—Pero nosotros llegamos después que todos ellos.

—Yo reservé las cosas con anticipación. Tú tranquila que yo nervioso.

—Señor ya está todo listo—la auxiliar de vuelo se presenta frente a nosotros con una sonrisa de oreja a oreja —siganme.

Mis ojos se desvían a él y luego a la azafata. La está mirando. Junto mis cejas y le doy un codazo —Deja de mirar—ruedo mis ojos.

Sonríe hacia mí —No estoy mirandola.

Achico mis ojos—Eso no es verdad—camino delante de Wade—No me molestes.

—Deja de estar celosa, niña fresa—da un beso en la coronilla de mi cabeza y me toma de la mano.

Junto mis cejas —No lo estoy.

—Amo tu bipolaridad —y sin más que decir me conduce dentro del avión.

Con cierta timidez tomo asiento en una de las sillas con vista a la ventana de lado izquierdo.

—Señor, esperaremos a que los aviones tomen vuelo para nosotros poder tener un inicio limpio y sin complicaciones —Wade que ahora se asienta al frente mío asiente y ambos nos concentramos en el avión que se coloca en línea para poder despegar.

—No la estaba mirando, no soy un puto, no ahora que te tengo —volteo a mirarlo —te esperé demaciado como para que ahora te alejes de mí —gira su cabeza en mi dirección —Nos conocemos poco, pero con ese poco nos queremos —palmea sus piernas y entiendo su mandato. Me levanto y camino hasta él para sentarme en sus piernas—Nena, sé que es pronto... pero—nuestros ojos conectan y un pequeño rayo de electricidad pasa por mi cuerpo. Mis ojos brillan y mi corazón acelerado se quiere salir por mi boca—Te quiero—escondo mi cara en su cuello con la sonrisa más grande del mundo y mi cuerpo responde a su declaración de amor.

Salgo del hueco de su pecho y mis manos toman su cabello peinado y lo desordenan, bajo la otra mano a su cara y aprieto su mandíbula—Yo también te quiero Ricky Ricon —acorto el poco espacio que tenemos y nos fundimos en un delicioso beso de esos en los que se te olvida el tiempo y todo tu mundo es de mariposas y soles radiantes con músicas alegres.

¿Es así o es que estoy sintiendo esas mariposas en el estómago?

Nos separamos al escuchar una tos falsa y Wade me aprieta más a sus piernas para no pararme y golpear a la tipa—Disculpen que interrumpa, pero ya vamos a despegar y necesito que la señorita tome asiento en un lugar y abrochen sus cinturones —sin más se pierde detrás de la cabina de control.

—Ojala se caiga—me levanto de las piernas del ricachón y rápidamente coloco todo en su lugar.

De un momento a otro el avión empieza a moverse e ir tomando velocidad. Una de las cosas que me da enojo son las personas que suben a un avión y cuando este va a despegar se ponen histéricas; esto es lo más normal del mundo. Si el avión tienen una falla técnica y estas en medio de la nada te tocará morir, si igual, de ese día no pasarás.

Miro por la ventana como todo a nuestro al rededor se difumina y siento como el avión asciende tomando su curso.

Después de cinco minutos con algunas turbulencias llega la hija de su mamá nuevamente a mirar a Wade—Señor ya es posible caminar por el avión, ¿desea algo que comer?—en ese momento mi estómago ruge y Wade gira hacia mí con cara de pocos amigos.

¿Genial, no?

—¿Quieres algo, bebé?—se desabrocha el cinturón y estira las piernas—Debes tener hambre —pone su brazo en el umbral de su asiento y recuesta su mejilla contra su mano.

—Algo que no sea muy pesado—giro mi cabeza hacia ella, de la nada Wade se levanta y dice algo en su oído, asiente y se marcha gustosa meneando todo su cuerpo.

Contrólate.

No eres celosa, no eres celosa, no lo demuestres.

Desabrocho mi cinturón, estiro mis pies y cierro mis ojos hasta que escucho el sonido de su cámara —Wade Dhall, dame ese celular, tengo que borrar esa horrible foto—rodeo su abdomen con mis piernas, él inmediatamente sube su móvil lo más alto que puede y sin pensarlo alzo mis brazos a tratar de alcanzarlo.

Siento que la injusticia divina siempre está de mi parte.

******************************************

Doy un último brinco y el botón superior de mi camisa sale disparado, se abre ligeramente y mi escote queda en su cara. Un gruñido sale de su boca y me levanta como una pluma, mi sexo está pegado a él y puedo sentir lo que esta detrás de ese pantalón, por instinto empiezo a moverme y mi respirar se hace cada vez más agitado.

Con los ojos cerrados sin saber a donde me lleva beso su cuello y el coloca sus grandes manos en mis nalgas y las aprieta, un gemido se escapa de mi boca y es suficiente para empezar a suspirar en su cuello, de un minuto a otro estoy en una cama y la sensación de ser suya me embarga.

Sus ojos me observan y un calor intenso pasa por mi cuerpo cuando sus labios tocan la marca en mi cuello.

Y comieza su tortura.

Dejo guiar mis manos a su espalda y luego a su abdomen, Wade toma mi mano y la lleva hasta su gran amigo, quedo estática por lo duro que está y miro como sus ojos escudriñan los míos con lujuria —Solamente nos hemos besado y ya me pones así —su voz ronca y sexy hace que mi cuerpo reaccione a él y comienzo a sentir como mi ropa interior se humedece.

Suelta mi mano y continúa con el ataque en mi boca, agarro su prominente erección por encima del pantalón y los músculos de sus brazos se contraen, enredo mi pierna en su cintura y lo hago caer en la cama. Como puedo voy abriendo los botones de su camisa.

Como es de difícil esto cuando te sientes deseosa.

Junto mis cejas y rompo su camisa, cegada por el deseo quito el broche de su pantalón y toco su piel mientras ataco con ferocidad su boca.

Mi camisa desaparece junto con el sujetador y rápidamente siento su cálida lengua tocar mis pezones. Juega con uno y masajea el otro, una corriente más fuerte pasa de mi espalda a mis piernas y todo se vuelve muy sensible para mí, busco su boca desesperada y nos fundimos en un beso apasionado y posesivo, su lengua toca mi labio inferior y sin pensarlo doy acceso. De la nada me voltea y mi espalda queda recostada a la cama, apierta mis piernas y en cuestión de segundos me encuentro desnuda ante él.

Se levanta de la cama y me observa con esa mirada penetrante y cargada de deseo, pasa su lengua por sus labios y muerde su labio inferior, nuestras respiraciones agitadas es lo único que podemos escuchar y cuando creo que he visto todo de él baja sus pantalones y boxer de un solo tirón y su miembro queda expuesto a mi vista.

Yo creí que él era perfecto, pero me equivoque.

Él es jodidamente más que perfecto.

Vuelve a posicionarse sobre mí, besándonos, tocandonos, explorando nuestro cuerpo ardierte, sus manos viajan a mi sexo y masajea levemente robandome suspiros y pequeños gemidos que se difuminan con sus besos húmedos y ardientes.

De la desesperación en tenerlo dentro mío sobo con mi mano su grande y duro amigo, arriba y abajo, una y otra vez, dejo el movimento de manos y las subo hasta su abdomen y su pecho, luego, su espalda hasta llegar a sus nalgas y apretarlas.

Sonrío burlona—Eres mío Ricky Ricón —subo mis manos a su cabello y sigo mi ataque en su cuello, abre más mis piernas y siento su anatomía en contacto conmigo, muevo mis caderas invitándolo y doy un gemido lastimero en sus labios.

Wade gruñe y se recuesta en la cama con un solo brazo, su mano libre baja por mi abdomen lentamente y se detiene justo en mi clítoris, me jala hacia él y siento como un dedo entra en mi interior haciendo estragos en mi cuerpo.

—Wade—gimo en su boca ahora roja de tantos besos. Su dedo empieza a moverse y muevo mi cuerpo al compás de su ritmo, una ola de calor se acerca, pero de la nada detiene su tortura y me mira a los ojos.

—No vas a tener otro orgasmo así, no, lo tendrás cuando me tengas todo dentro de ti—sus palabras encendien mi cara, baja a mis pechos y los muerde, succiona, juega, llevándome al borde del placer hasta que siento su miembro en mi entrada.

Lo aprieto más contra mí y entra lentamente—respira, todo estará bien—da un beso a mi cabeza y besa mi cuello mandandome oleadas de calor y haciéndome olvidar el dolor en mi parte baja.

Empieza su movimiento de caderas sin frenesí, cierro mis ojos dejándome llevar por el placer y lo bien que se siente estar con Wade. Vuelve a apoyarse en la cama con una mano y coloca su cabeza en mi cuello, su solo respirar me eriza el cuerpo y observo como su mano libre baja lentamente a mi clítoris volviéndome loca.

Apresura sus embestidas y sus dedos se  mueven mucho más agilidosos, con cada bombeo siento que crece dentro de mi cuerpo, mis manos se aferran a su espalda y da una última estocada, mis piernas se contraen y gimo en su boca para no hacer los sonidos tan fuertes, me separo y caigo rendida en la cama,  me observa detenidamente a los ojos y cae desplomado encima mío.

Él levanta su cuerpo y me da un último beso—Dicen que el sexo con tu mate es mejor que hacer ejercicio, yo no creía eso, pero ahora me doy cuenta que es cierto.

Mis mejillas toman un color rojo intenso al sentir el frío tocar mi cuerpo y sobre todo al verlo a los ojos. Tapo mi cuerpo con la sobrecama y escondo mi cabeza debajo de esta.

No puedo creer que mi primera experiencia con Wade fuese en un avión.

Estamos a muchas alturas.

Además, nuestro vínculo está completo. Tenemos el símbolo completo uno del otro. Siento sus brazos rodearme y me apego a él sin pensarlo.

Que bonito se siente esto.















...

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