Esta soy yo, Megan. Llevo un tiempo aquí tendida, no puedo moverme. Me encuentro sola...No recuerdo nada. Una noche, un accidente y todo borroso.
***
Había agua. Recuerdo agua, bastante agua. Llevo bastante tiempo hablando sola, solo me oyen en mi subconsciente y él. Sí, se que él me entiende y me escucha. Pero me falta algo...
Sigo confusa, hay muchas voces. Su tono de voz va aumentando a la vez que el sonido de esa máquina. Esa máquina que me mantiene aún aquí.
-¿Qué pasa? -Entró el médico de seguida a la habitación. Detrás suya dos enfermeras más, alertadas, mirando a la paciente, mirándome .
-La perdemos doctor, la perdemos -dijo aquella enfermera, la más risueña de todas, no la puedo ver, pero noto su mirada.
-¡Electro! Vamos todos muevanse deprisa -Lo notaba muy preocupado.
-Megan vamos abre los ojos, Megan -Las voces van disminuyendo y la preocupación aumentando.
-Mucha agua... -Pude susurrar en el último momento. Después recuerdo cerrar los ojos, pero no abrirlos.