Era una mañana fría y tranquila en la bella ciudad de Magnolia, y en una cierta casa de cierta rubia, se puede ver a la dueña de esta, tumbada en la cama, mirando fijamente el techo de su alcoba.
«¿Qué le habrá hecho Sting a Natsu?»
Eran lo único que podía pensar e aquellos momentos...
«¿Lo habrá matado? ¿Estará bien?»
Ligeros sentimientos de culpa, empezaban a aflorar en el corazón de la maga celeste, su mente no dejaba de pensar en el dueño de esa particular melena rosada, y cada vez más y más la culpa era su única compañía.
-¿Lucy?- habló una voz masculina muy conocida para la maga -¿Te encuentras bien? No has dormido en toda la noche- volvió a hablar aquella voz, pero, la maga ni se inmutó, seguía presa de sus pensamientos.
-Loke, tú ¿crees qué hice bien?- preguntó viendo todavía al techo, como si en aquel lugar la respuesta a sus preguntas fuera a ser respondida -Yo... quería a Natsu lejos de Gray, pero...- ligeras lágrimas se empezaban a asomar en los ojos chocolates de la rubia -Tengo miedo de lo que Sting pudo haber hecho para sacarlo del camino- dijo ya con lágrimas cayendo por su rostro.
-Lucy, hay algo que necesito decirte...- dijo con un ligero toque de arrepentimiento, cosa que llamó la atención de la maga, haciendo que está mire al pelinaranja.
Mientras, esa misma mañana, en una celda, se encontraba durmiendo, una hermosa maga de cabello azul marino, en su rostro eran visibles algunos surcos que viejas lágrimas han dejado.
«Vendré todas las veces que sean necesarias.
Te extrañe, Juvia.»
—Ju...via...Juvia también lo extraño... Natsu— decía entre sueños la maga de agua, mientras en su mente se reproducían los momentos vividos, hasta ese momento con el joven de melena rosada.
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En una pequeña cabaña, fuera de Magnolia, un hombre y una mujer se encontraban velando el sueño del pelirosa.
—Ya me estoy preocupando...— decía en voz alta una hermosa mujer de cabellos carmín —Ya lleva así más de dos semanas— volvió a decir al borde del llanto.
—Tranquila, estará bien, mañana liberaremos el sello para que se pueda salvar— dijo un hombre de igual cabello, tez morena clara y ojos ámbar —Lo salvaremos, cueste lo que cueste...— volvió a decir mientras colocaba una mano sobre el hombro de aquella mujer —Así que no te preocupes y descansa Akari-san— dijo con un suave tono.
—Pero Igneel-san si liberamos el sello puede que su parte demonio se descontrole— respondió con tristeza en su voz, y a su vez sujetaba la mano del pelirosa que yacía dormido —Y sin Shuu-sama no se podrá controlar, pero... Shuu-sama... Shuu-sama ya no... ya no está— terminó de decir mientras lágrimas caían de sus bellos ojos verdes.
El pelirrojo sólo atinó a colocar sus manos sobre los hombros de la mujer, esperando así transmitirle un poco de reconforte, sabiendo que ella tiene razón, Shuu está muerto y no les podrá ayudar a controlar la parte demoniaca de Natsu...
O al menos eso creen...
Mientras tanto con nuestro querido pelirosa y su querido padre.
—En pocas palabras quieres decir que estoy al borde de la muerte— decía el pelirosa al pelinegro frente a él.
—Emmm sí, exacto— contestó con simpleza el pelinegro —aunque aún puedes salvarte, pero es algo arriesgado— dijo pensativo mientras se llevaba una mano a la nuca.
—¿Cómo podría salvarme? Me gustaría saberlo...— dijo mirando fijamente al pelinegro —Necesito saberlo... Yo no puedo morir... ¡¡Juvia está esperando por mí!!— gritó mientras de sus ojos caían gruesas lágrimas.
—Natsu...— el pelinegro sólo lo miraba sorprendido, jamás esperó esa reacción por parte de su hijo —Bien... te lo diré...— dijo con una pequeña y apenas perceptible sonrisa, pues no esperaba que su hijo haya madurado de ese modo —Escucha, tú tienes dos partes, una parte Demonio y otra parte Dios— empezó a explicar, mientras el pelirosa miraba atentamente a su padre.
—La parte Demonio es por ser tu hijo, y la parte Dios es por mi madre— le dijo dando a entender que iba entendiendo lo que le decía —Eso quiere decir que no soy humano, pero, ¿Qué pasa con mi magia Dragon Slayer, no me afecta?— preguntó a su padre con semblante serio.
—Es una buena pregunta, me alegra que te interese,— respondió con una amplia sonrisa ante el interés de su hijo —Pues en parte sí te afecta, ya que al activar el Dragon Force tu cuerpo adquiere el poder y características de un dragón, pero,— hizo una pausa a su explicación para tomar algo de aire —no es sólo durante el Dragon Force, es todo el tiempo, pero esta parte Dragón que posees cobra mayor intensidad durante el periodo de tiempo que usas el DF, aunque si fueras totalmente humano, o mitad humano y mitad otra especie, tu parte humana sería la que se modificaría para poder almacenar ahí la parte dragón, pero dado que no eres humano no tienes ninguna parte que te caracterice como un dragón.— terminó de explicar, dejando a Natsu con aún más dudas que las del inicio.
—En pocas palabras, mi magia no me afecta al menos que tuviera una parte humana— dijo en voz alta el pelirosa, mientras hacía un leve gesto de confusión, pues era un tanto raro e incluso podría decirse ilógico lo que decía el pelinegro —¿Sabes? Es un poco raro e incluso algo estúpido, pero, creo que a su vez tiene su lógica, pero sigues sin decirme qué debo hacer para salvarme— le dijo fijamente a los ojos, esperando una respuesta por parte del pelinegro.
—Pues veras, como te dije anteriormente tu madre y yo sellamos tus poderes, pero dado que no posees ningún lado humano, tu parte demoniaca puede salirse de control, ya que no tiene un lugar de contención tan impuro como es el de los humanos, y esto trae dos posibles problemas.
La primera es que si trata de apoderarse de tu parte Dios, la parte que contiene tus poderes divinos erradicarán tu parte demonio, ocasionando que una parte de ti muera, y como naciste mitad Demonio y mitad Dios, ambas partes son fundamentales para tu existencia, por lo cual al morir una parte ti es posible que tú mueras igual,— al escuchar esto el pelirosa sólo tragó en seco, pues sonaba bastante perturbador —la segunda es incluso peor, si se libera el sello, tu parte demonio y tu parte Dios podrían luchar por tener el control de tu cuerpo, ya que no hay un equilibrio entre ambos, dado que no te fuiste adaptando a ellos conforme creciste, y podría hacer que ambos pierdan el control y te terminen matando desde tu interior, pero hay una forma de evitar estas dos posibilidades.
Dado que ya estás en el limbo, osea el borde que une la vida con la muerte, parte de lo que debes hacer ya está hecho, ahora sólo resta una cosa, la cual es que debes combinar tu magia DS con tu parte Demonio, y así tendrás mayor control sobre este último y correrás menos riesgo de perecer.— terminó de decir con calma, dejando boquiabierto al pelirosa.
Bien aquí el nuevo capítulo, espero que les guste, trataré de subir el que sigue lo más pronto posible.
No diré mucho, pues creo que en el Capitolo Extra dije lo necesario xD pero bueno, espero les guste y que sigan esperando por más :3
Sin más que decir...
Chao Chao