El bullicio general provocado por la multitud de jóvenes agotados a causa de una jornada completa de estudios destacaba en plena salida del colegio, incluyendo variados comentarios de alivio entre frases perdidas llevadas por la invernal ventisca.
Un grupo de cinco niños conocido por los demás con el -no tan esmerado y simple- nombre de "Craig and those guys" se hacía paso entre el conjunto de presencias ajenas llenando el sitio, ignorando la masa de distintos timbres de voces que rodeaban el aura amistosa mantenida entre ellos.
─ ¡Y justo después de haber exigido mi taco gratis me avisaron de que el cupón ya no era válido! - expresaba con un aire de incredulidad el castaño, moviendo sus brazos para hacer un énfasis a su "injusticia", destacando su desdicha ─ Nunca me había sentido tan traicionado; ¡yo amaba ese lugar! ─ continuaba, sin evitar el que unos pequeños reflejos de lágrimas se asomaran por sus ojos y deliñearan esas almendradas pestañas.
─ Eso debió ser terrible, Clyde ─ contestó Craig en un tono robótico que ejercía automáticamente para disfrazar su sarcasmo, con su vista atenta al continuo movimiento de las manijas del reloj en su muñeca derecha; ni siquiera se esforzó en hacer que su desinterés pasase desapercibido ante las típicas escenas de "Reina del Drama" que solía dar el robusto cuando le tocaba experimentar una situación que no beneficiase en lo absoluto a sus caprichos.
Tweek estaba posicionado al lado del moreno cómo siempre solía ser, manteniendo su mano entrelazada con confianza por el ojiazul, compartiendo esa íntima calidez emitida por la fusión de pieles unidas en un inocente contacto. El rubio era el único de ellos que conservaba su mutismo, siendo posible sólo escuchar por parte suya ocasionales tics nerviosos en su voz, responsables de los chillidos soltados aleatoriamente que se escapaban de forma no intencional de sus cuerdas vocales.
─ Craig ─ le reprochó el de piel oscura al reconocer el comportamiento cruel del azabache, aviso que Tucker ignoró ─ Descuida Clyde; dentro de algunas semanas los llevaré a todos a un restaurante especializado en comida Mexicana, sobre todo en Tacos, para una junta de nuestro Team.
Dovonan soltó un jadeo de emoción al oír la noticia, impulsando su anatomía para dar pequeños y leves saltos de entusiasmo, mientras le observaba feliz.
─ ¿Y podremos ordenar todos los que querramos? ─ fue la pregunta que recibió Token. El castaño buscaba respuestas en la mirada contraria, resaltando ese aire infantil, dejando a un lado la opción de reaccionar con su actitud "cool".
─ Todo los que deseen ─ reafirmó su aprobación con un gesto, sonriéndole.
─ ¡Genial! ─ Reaccionó el de orbes avellanas, llevando sus palmas a los tirantes de su mochila que reposaban en sus hombros, jalándolos como una acción de reflejo e impaciencia ─ Recuérdame no volver a Pasitas; no quiero que esas brujas caigan con mi encanto y me impidan irme de allí otra vez ─ aclaró presumido, tornando su voz a una más madura - fracasando en el intento- y alborotando con mano diestra su cabellera chocolate. El joven Black sólo asintió divertido; definitivamente Donovan era un caso perdido.
─ D-deberías darme el n-nom...bre de ese estableci-mi...miento, Clyde ─ se unió a la conversación Jimmy, llamando la atención del nombrado ─ así podría hacer un r-re... reee...porte para el diario e-escolar sobre la publicidad en... engañosa del l-lugar sobre los cupo-cupones.
─ ¡Es una buena idea! ─ dijo el castaño al respecto, moldeando más su destacada sonrisa ─ Todos ustedes son unos muy buenos amigos ─ balbuceó conmocionado por el apoyo, extendiendo sus brazos para rodear los hombros de Token y Jimmy, acercándolos a sus costados sólo para poder estrecharlos como agradecimiento.
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En el cielo se podía contemplar el cambio perfecto de colores cálidos; el sol bajando sin prisa y ocultandose tímido detrás de las nevadas montañas ubicadas en el horizonte, entregándole a los espectadores de dicho atardecer una espectacular vista.
Ya era momento, los integrantes del bizarro Team se encontraban obligados a tomar caminos separados para ir a sus respectivas casas, despidiéndose los unos a los otros para finalmente comenzar a avanzar por las humedas veredas de las calles, exceptuando una pareja, Tweek y Craig.
El que Tucker acompañase al Blondo a su hogar no era algo de extrañar, ya que esa rutina en partícular llevaba bastante tiempo incluída en su relación.
─ ¿Sigues teniendo frío, bebé? ─ cuestionó repentinamente al paranoico, ganándose una mirada de reproche por parte de éste.
─ Mi calor corporal es diferente al tuyo, Craig. A-ademas, nunca tuve frío ─ suspiró fastidiado; detestaba cuando el azabache no le creía ─ No me escuchaste cuando te dije que toda esta ropa que obligaste a colocarme era innecesaria ─ finalizó su contestación, moviendo y separando sus dedos aprisionados por la tela gruesa del guante que los cubría.
─ Cállate y felicitame por ser un buen novio que se preocupa por tu salud y comodidad ─ bromeó, alzando su cabeza y cerrando sus párpados para simular estar ofendido. Rara vez solía actuar así, aunque con el ojiverde solía darse mucha más libertad.
Tweek rodó los ojos y borró su sonrisa ladina para exponer su rosacea lengua en un acto que demostraba disgusto y burla fingida. Formó un puño con su mano y propuso un pequeño golpe en el hombro del moreno, empujándolo levemente hacia un lado gracias a la presión impuesta. Ambos liberaron risas en sintonía.
En el recorrido el silencio dominaba entre ambos, pero uno pacífico, aquel cuyo encanto era el escuchar con más claridad la naturaleza aclamando atención; el característico soplido silvante del viento, las pintorescas aves comunicándose, el sonido de las hojas meciéndose entre los árboles.
El rubio analizó de reojo a Tucker, preguntándose en qué estaría pensando. La mirada de su novio estaba perdida, desenfocada, pero en sus retinas se reflejaba serenidad; Craig a veces simplemente escapaba de la realidad y entraba en "modo automático" cuando ambos solían dar caminatas juntos. Tal vez lo hacía para organizar sus pensamientos, o hasta quizá para visitar por un breve rato el espacio infinito ubicado en su mente teñida con imaginación. Sus observaciones y teorías sonaban ridiculas, lo admitía.
Tweek prestó atención a su alrededor, observando la curiosa cantidad de gente presente a esas horas. Se percató que la mayoría de ellos eran parejas compartiendo momentos románticos, clichés en vida y acción, algo que no era común de presenciar en el territorio que solía transitar habitualmente. Tragó saliva incómodo debido a lo que cruzó su mente.
Nervioso, sutiles espasmos aclamaron el control de su cuerpo tras haber pensado repentinamente en la idea de compartir muchas más muestras de afecto con el azabache, cometerlas tan naturalmente como lo hacían otras parejas cursis, desvergonzadas ante la atención celosa que recibían de personas curiosas, las cuales no ocultaban la envidia que les nacía al presenciar el actuar de relaciones melosas presentes en bancas y otros sitios del pueblo. Inconscientemente apretó el agarre de sus manos, dándole una señal a Craig sobre que algo no iba del todo bien con él, rompiendo la burbuja de tranquilidad forjada.
─ ¿Sucede algo, Tweek? ─ el pelinegro fijó sus ojos en él, estremeciéndole.
─ ¿Y-yo? ¡Gha! ¡Por supuesto que no! ─ gritó defensivo, llamando la atención de quienes pasaban cerca ─ Q-quiero decir, ngh... ¿por qué d-debería estar ocurriéndome algo ahora? ─ tartamudeó, maldiciéndose internamente por no haber cambiado de tema.
─ Estás temblando ─ dijo obvio, encojiendo sus hombros ─ Sólo dime, me preocupas ─ insistió, juntando sus cejas con aprehensión.
Tweak soltó un pesado suspiro, el cual se transformó en vapor gélido apenas distingible, que no tardó en expandirse y mezclarse con el aire, camuflándose. Sintiendo como la inseguridad dominaba sus extremidades, vacilando inseguro antes de posar sus esmeraldas en los zafiros de Craig, embobado. Apretó sus delgados labios incoloros por el clima, para luego cometer un vergonzoso acto impulsivo: intentar besarle.
Más para su mala suerte, todo gracias a su torpeza y repentinos movimientos erráticos, terminó golpeando su cabeza con la frente de Tucker, ocasionando un sonido hueco que retumbó en los oídos de los dos muchachos.
─ ¡Ay! ─ chilló el más bajo al experimentar un intenso dolor punzante recorrer su cuello, el cual acabó concentrandose en sus sienes, desorientándolo por unos segundos ─ ¡Lo siento, lo siento! ─ intentaba disculparse apenas estuvo consciente de la estupidez que cometió ─ ¡Solo estaba tratando de darte un... b-beso! ¡Gha, demasiada presión! ─ gritaba histérico, agarrando y jalando bruscamente los mechones inferiores de su esponjoso pelo, arrepintiéndose de sus deseos.
Craig hizo una mueca de dolor apenas recibió el golpe, tocando y masajeando circularmente con sus pulgares la zona afectada, algo aturdido; miró extrañado a su opuesto para buscar explicaciones, más cuando éste reveló su verdadera intención entre exclamaciones la sangre se acumuló rápidamente en zonas específicas de rostro, regresandole a este el color que el clima le arrebató. La reacción inmediata que tuvo fue apartar cuidadosamente las manos del pecoso de su propia melena, envolviéndolas con las suyas.
─ No hagas eso, te harás daño ─ murmuró gentil, conectando ambas visiones.
Poco a poco el cuerpo del pálido comenzó a relajarse, abandonando aquellos maliciosos tics nerviosos, perdiéndose inevitablemente en el profundo azul de la mirada comprensiva de Craig. Se mantuvo en silencio tras haber logrado senerarse por completo.
El pelinegro, apenas se percató del efecto positivo que causó en el cafemaniaco, se inclinó para juntar sus heladas narices, rozándolas con ternura en un famoso "beso esquimal".
Empalagado por la inesperada demostración cariñosa, un rubor se dedicó a adornar las mejillas de Tweek, quién no tardó en jalar por las orejas del chullo al mayor, rompiendo el espacio personal entre ellos y dirigiéndolo hasta sus labios para presionarlos dulcemente con anhelo e inocencia, sorprendiéndo considerablemente a Craig; se alivió al no detectar algún signo de rechazo por parte del azabache, más bien parecía corresponderle deseoso. Sonrió en medio del beso y juntó sus parpados, dejándose llevar por la satisfactoria sensación, sumergiéndose en una dulce tranquilidad que sólo su novio le generaba tan naturalmente.
A Tucker le importó la misma mierda ser observado en un momento así, por más reservado que llegase ser en público; sólo se dedicaba en concederle atención a la embriagante escencia a cafeína transmitida que inundaba sus sentidos, saboreando el amargo toque escondido en la textura partida y algo deshidratada, aún así deliciosa, de los labios de su tierno rubio. Decidieron separarse tras unos minutos que les parecieron eternos y únicos, regulando sus respiraciones.
Tweek no tardó en espabilar, cubriendo su rostro con la larga bufanda que llevaba envuelta improvisadamente en su cuello, incapaz de pronunciar palabra alguna y sumamente abornochado por la escena, con el corazón latiendo descontrolado en la garganta; no hacía falta mencionar que Craig se encontraba casi en su mismo estado.
Dándose mediavuelta para evitar comentarios, el ojiverde comenzó a avanzar, procurando no voltear ─ N-no te quedes atrás. Tortuga. ─ dijo bajito, pero lo suficientemente audible como para que su tímida voz viajase a los oídos de Craig, haciéndole reaccionar y apresurar el paso, hasta quedar en la misma posición de antes, volviendo a entrelazar sus dedos con los del nervioso niño de tez blanca.
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Se supone que estos deberían ser Drabbles, pero siempre termino escribiendo más de mil palabras. Agradezcanle a mi inspiración (¿
No he revisado bien el capítulo gracias a mi dolor de cabeza, así que perdón si es que llegan a notar algún error o incoherencia. Trataré de corregir apenas esté mejor.
Posiblemente el próximo capítulo será un Drabble como tal. Lo justo y necesario.
También me disculpo por la demora, pero en la descripción mencioné que serían actualizaciones lentas, ya que no suelo presionarme al escribir para no estresarme fácilmente; siempre me tomo mi tiempo para que nada salga forzado.
Feliz año nuevo adelantado, bebés. ✨