1; El chico nuevo
Haneul
Odiaba que hiciera eso. Pero es lo que me tocaba y la verdad, 13 años juntas no ayudan demasiado en el tema. Ambas sabíamos la vida al completo de la otra; los buenos y malos momentos - que casi todos habían sido juntas - los líos de una y de la otra, los problemas, los enamoramientos platónicos,... Pero aún así odiaba que siempre me leyera la mente. Era como si me pusiera una nota junto con todo el texto que iba a decir cuando estoy con ella en la frente.
─ Espero que el profesor no haya venido. Quiero salir hoy antes─ comenté aún con la mirada perdida, pero esta vez contando los puntos que tenía la columna enfrente de mi mesa.
─Qué novedad Haneul, eso no es nada nuevo para mí. Cuéntame algo que no sepa, anda.
─Deja de chincharme Min. Solo quiero llegar a la residencia de una vez por todas.
─No querrás llegar cuando te recuerde todo lo que hay que entregar para mañana, sin contar el examen de Historia.
─¡Mierda! Ni me acordaba. Gracias por refrescarme la mente─ dije en un tono sarcástico mientras agarraba el móvil del bolsillo de mi pantalón. Miré la hora que tenía que ir ese día a trabajar y volví a guardar el móvil justo a tiempo de que sonara el timbre y el profesor con cara de amargado de siempre entrara por la puerta con su peinado de los años ochenta y la misma ropa del día anterior.
─Justo a tiempo. Como siempre. Que suerte tienes de que no te pillara.─ Miré a mi mejor amiga y suspiré. Cogí el tetrabrik de zumo, hice una bola y lo lancé a la papelera. Canasta. Sonreí satisfactoria y saqué los libros. Empieza la tortura de última hora.
[ . . . ]
En timbre sonó y todos recogimos y salimos de clase como fieras hambrientas esperando la comida.
Los pasillos estaban llenos de adolescentes con las hormonas revolucionadas por la entrada de primavera. Min y yo decidimos pasarprimeror por la taquilla a dejar los pesados libros de la mochila antes de llegar a casa. Bueno, a algo que denominamos casa mientras estamos de semestre.Máss conocido como 'La casa de los locos'. Sí, así llamábamos a nuestra residencia situada a escasos metros del edificio principal donde se daban las clases.
─¿Qué te apetece hacer esta tarde?
─Dormir─ respondí cerrando la taquilla con fuerza.
─¿A parte? No te apetece dar una vuelta por el campo de fútbol o ir a la sala de ensayo. Me han dicho que hay nuevos y están bastante potables.─ Miré a Min con cara seria pero no pude contenerme y en menos de dos segundos me estaba riendo tan fuerte que todos los alumnos miraban para nuestra dirección.
─¿Potables? Ni que fueran agua, Min─ pude decir entre risas.
─No lo serán para ti. Para mi si que lo son, ya deberías saberlo.
─Oh, perdón. Olvidaba que lo tuyo era 'Usar y tirar'
─Bingo. Pero no intentes desviarme del tema que sabes que no funciona. Bueno, entonces... ¿Qué hacemos esta tarde?
─Si quieres ir a ver a los nuevos, iremos. Pero te advierto que yo me tengo que ir para las cinco. Te recuerdo que hay algunas que se ganan el suelo con sudor.
─No te hagas la mayor y trabajadora alumna Haneul, que no te pega─ me despeinó como siempre acostumbraba a hacer y cerró su taquilla. Cogió la mochila y puso rumbo a la planta cero, donde se encontraba la sala de ensayo de los del grupo de Baile.
─No tiene remedio. Sin duda no lo tiene─ mascullé mientras colocaba mi pelo en orden y la seguía un par de pasos atrás.
No tardamos demasiado en llegar a la última planta. Para nuestra suerte había un ascensor de uso permitido para estudiantes. Así que lo cogimos, picamos en número cero y nos dejó en un parpadeo.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron nos sorprendimos bastante por el alboroto que había. Miles de chicas gritaban desde la puerta y dentro había otro montón de ellas. Gritaban, se tapaban la cara, a unas les daba vergüenza, otras saltaban de alegría.
─Da igual cuantos años pasen, siempre será lo mismo una y otra vez─ le dije casi en gritos a Min en la oreja para que pudiera oírme.
─Lo bueno es que tanto alboroto y griterío afirma mis sospechas. Hay nuevos que están potables y eso lo quiero ver con mis propios ojos─ y, antes de que pudiera decir nada, me agarró de la mano y literalmente me arrastró entre las miles de chicas que había tapando la puerta principal.
─Aquí vamos de nuevo...─ comenté en voz baja mientras intentaba no pisar a la gente.
Al fin, después de varios empujones y casi puñetazos entre las del curso superior y Min, logramos colarnos en primera fila, bueno, casi.
Min me hizo un gesto y me acerqué a ella todo lo que pude. No se como lo hace pero se escabulle demasiado bien entre la gente cuando le interesa y yo, bueno, siempre acabo varias filas por detrás. Tampoco es que me interese demasiado el tema como para pegar golpes. Ni que fuera un concierto de mi grupo favorito.
─No puedo avanzar más. Me quedaré aquí, tú disfruta de las vistas─ le dije en voz bien alta para que me pudiera oír. Creo que tan alta que dejé a los de mi alrededor sordos. Ella, por su parte, con el puño cerrado levantó el pulgar haciéndome saber que me había oído.
Asentí con la cabeza y empecé a mirar el 'Espectáculo'. Algunos de los de segundo - que conocía porque Min se había liado con ellos - estaban presentes en el ensayo, pero como había dicho ella, también habían nuevos y, si no me falla la vista, varios eran de nuestra edad. Lo que eso implicaba que tendría a Min babeando por ellos a todas horas en clase. Genial.
Salí de mis pensamientos cuando me di cuenta que los que me rodeaban se encontraban hablando en cuchicheo y mirándome a la vez. Miré para Min y me sorprendió verla con la boca abierta asintiendo a la vez. ¿Qué demonios pasa?
─Sí, tú. La chica de la camiseta a rayas─ escuche desde el fondo de la sala y desvié mi mirada en donde venía esa voz.
Un chico, no más grande que yo, con gorra y ropas anchas, vestido como un rapero, me señalaba desde la pista de baile. Sonrió al ver que le estaba prestando atención y continuó hablando. ─Estate atenta, te lo dedico─ y con eso, hizo un gesto con la cabeza y la música empezó a sonar. Me quedé boquiabierta sin poder pestañear, pero aún siendo como soy, no le quité el ojo de encima en ningún momento. Tenía que admitir, que bailaba muy bien, demasiado bien y eso no era bueno. Las chicas gritaban como locas en celo y tampoco perdían ni un solo movimiento de baile.
Bien, Ha Neul, te acaba de dedicar un baile el próximo chico popular de la escuela.
Estás muerta y enterrada.
Apenas acabaron los acordes de la canción volteó su cuerpo y miró de nuevo hacia donde me encontraba yo. No se el motivo, pero estaba nerviosa. Traje saliva un par de veces y lo miré de nuevo, sin pestañear, pero, por su parte solo me guiñó el ojo y desapareció detrás de la puerta que da a los camerinos de chicos. Después de varios segundos mirando aquella puerta por fin volví en mí y pestañeé por primera vez en mucho tiempo. Observé disimuladamente a la gente y, como había precedido, todas estaban mirándome con cara de asesinas en celo mientras, de seguro me maldecían como nunca. La única que estaba feliz con todo esto era Min, que aún sentada en el mismo sitio, pude ver cómo aplaudían felizmente.
Para mi suerte, Min reaccionó después de varias sesiones de risas tontas y aplausos para sí misma y me sacó de aquel jaleo de chicas. Corrimos con las mochilas a cuestas hasta la azotea. Cuanto más alejada de todos ellos por hoy, mejor.
─¡Tía, tía, tía! Le has entrado a uno de los nuevos por el ojo. ¡Esto hay que celebrarlo por todo lo alto─ gritó Min dando vueltas y saltando como loca. Cómo si le hubiera pasado a ella.
─Yo no estoy tan feliz. Ahora tendré a todas las chicas con las hormonas revolucionadas encima las veinticuatro horas del día asesinándome con la mirada─ respondí mientras me apoyaba en la fría pared.
─No creo que sea para tanto. Deberías estar feliz, por fin le gustan a un chico y, tengo que admitir que es bastante mono y baila muy bien para ser de nuestra edad... -
─¿¡Qué!?─ pude decir boquiabierta mirándola fijamente. ─Me estás diciendo que es del 95 y que estará en la misma clase que nosotras?
─Eso mismo te estoy intentando decir. Vamos, la oportunidad perfecta para metértelo en el saco y así ya hacerme cuñada.
─No, no y no. Estamos locas Min, no quiero novio y no me va eso de 'Usar y tirar', sabes perfectamente que no soy así. Esto a sido una cosa espontánea y nada más. Mañana se lo hará a otra y ya no seré el punto de mira de todas ─ o eso espero.
─¿Y si no lo hace y de verdad le has entrado por el ojo?
─Me negaré rotundamente a todo lo que me diga.
─No te lo crees ni tú, bonita. Ya tengo ganas de que lleguen las clases de mañana para ver qué se cuece en la escuela.
─Yo te diré que se cuece, mi cabeza cortada con cebolla y especias.
─Qué exagerada eres, chica.
─Bueno, mejor si eso seguimos discutiendo más tarde, tengo que ir al trabajo
─No te libras de esta, que lo sepas. En cuanto llegues trazamos un plan para que te lo lleves al huerto.
─Si, si. Lo que tu digas. Luego te llamo─ y, antes que pudiera decir nada, salí de allí como alma que lleva al diablo.