Roque ha visto todo lo que ha pasado en el pasillo. Está enamorado de Julia, desde que la vio por primera vez aparecer en la habitación.
¿Cómo se han podido besar y por qué? –Piensa Roque, mientras va para su habitación.
-Enano, tú. ¿Qué pasa, no me oyes? –Dice Iván, pillándolo.
-Ah, eres tú. –Dice despectivo.
-Oye, ¿Qué te pasa? ¿Te ha bajado la regla o algo? –Dice Iván.
-No, pensaba que seguías besando a Julia en el pasillo. –Le confiesa.
-¿Lo dices por eso? Lo hemos hecho porque nos iban a pillar. Que no te enteras.
-Ah, ya claro. Y es más fácil besaros que dejar que os pillen. –Dice Roque.
-Roque, ¿Qué pasa que te gusta la nueva? –Dice Iván.
-Pues sí, ¿Pasa algo? –Se le encara.
-Nada, solo que cada vez tienes peor gusto. –Dice Iván, cuando llegan a su habitación.
Marcos está con el pijama puesto y con su hermana en la cama.
-Hola Iván. –Dice la niña.
-Hola enana. –Dice cariñosamente.
-Paula, venga, vete a dormir a tu cuarto, como venga algún profesor nos va a castigar y encima no vamos a poder volver a vernos más. –Se inventa Iván.
Cuando la pequeña se marcha, inspeccionan lo que han cogido de la caja fuerte de Alfonso.
-Aquí no hay nada. –Dice Roque.
-Casi nos matan por nada. –Dice Marcos.
-Tenemos la llave, ¿No? Pues ya está. Mañana bajaremos a ver qué es lo que abre y lo descubriremos todo. –Dice Iván. –Ahora, vamos a dormir.
Todos duermen plácidamente, todos menos Iván. Sigue dándole vueltas a lo que ha pasado en el pasillo con Julia. Desde que lo dejó con Vicky no se ha vuelto a interesar por ninguna chica, quizá porque no ha visto ninguna nueva. –Sonríe Iván.
-Tiene que estar loca como para besarme delante de los profesores. –Piensa Iván.
Julia...
-Chicas, ¿Somos amigas, verdad? –Les dice a Carol y Vicky.
-Claro. Ha quedado demostrado cuando nos has salvado de Mateo. –Dice Vicky.
-¿Te pasa algo Julia? –Pregunta Carolina, sentándose en la cama de Julia.
-Pues que...no sé como decirlo. No os riais, por favor os lo pido. –Dice Julia.
-¿Por quién nos tomas? Ni que fuésemos los chicos. –Dice Vicky.
-Antes, cuando íbamos para las habitaciones, Iván, me ha dado las gracias por lo de los pasadizos, pero de pronto han llegado algunos profesores y para que no nos pillasen, le he besado.
-¿Qué, qué? –Dice Carol.
-Que le ha besado. –Dice Vicky. -¿Y cuéntanos? Por que si nos lo estas contando es porque hay algo más.
-No, no hay nada más. –Dice Julia tocándose el pelo.
-Ya...eso lo dicen todas. –Dice Carol mirando a Vicky.
-¿Qué pasa? –Dice Julia extrañada.
-Nada, yo he sido su novia desde los seis años e Iván me puso los cuernos con ella. –Dice señalando a Vicky.
Julia no puede dar crédito a lo que está oyendo.
-Pero, si parece que os lleváis bien. –Dice Julia.
-Lo mío con Iván estaba muerto. –Dice Carol.
-Desde que llegó Marcos, claro. –Aclara Vicky.
-Joder...-Dice Julia.
Las chicas dejan a Julia rayada. ¿Cómo puede ser que después de todo sean tan buenas amigas?
Por fin, acaba ese extraño día por llamarlo de alguna forma.
Suena el despertador de Vicky como todas las mañanas. Las chicas ya están medio despiertas y se preparan para un nuevo día de clase. Todo sería normal si no fuese porque anoche por casi el profesor de Matemáticas les mata de no ser por Julia.
-Chicas, despertad. Al final vamos a llegar tarde a clase. –Dice Vicky.
-Ya vamos. –Dice Julia.
Cuando se dirigen hacia el comedor empiezan a hablar.
-Oye, ¿Y tú donde te vas a ir de puente? –Dice Vicky.
-¿Yo? Me iré con mi madre. –Dice resignada.
-¿Y tú Carol? –Dice Julia.
-Yo me voy con mi madre de gira. Bueno, ahora está haciendo una parada y me va a llevar a conocer Londres. Siempre he querido ir...-Dice Carol, con los ojos brillantes.
-Pues yo me conformaré con la banana de Canarias. –Dice Vicky.
-Ay Vicky, que mal ha sonado eso. –Dice Julia.
Las chicas empiezan a reírse y a Vicky le da mucha vergüenza. Cuando llegan al comedor, como siempre se encuentran a los tres sentados en la mesa.
-Como siempre llegando tarde. –Dice Iván.
-Hemos quedado en bajar esta noche a los pasadizos para ver si podemos encontrar la puerta que abre la llave. ¿Os apuntáis? –Dice Marcos.
-Sí, tenemos que saber qué es lo que está pasando aquí. –Dice Vicky.
El desayuno pasa sin problemas y tienen que irse a clase de Elsa.
-Oye, no te vayas a hacer ilusiones por lo de anoche. –Le dice Iván a Julia al oído.
-¿De verdad? ¿Esto te sirve con las demás? Te besé para que no nos pillasen. No te montes películas.
Iván acaba indignado y se sienta al lado de Marcos. Carol está sentada al lado de Vicky y Julia al lado de Roque.
-No se lo tengas en cuenta. –Dice Roque.
-Ya ves tú. A mí lo que me diga este niñato engreído me da igual. –Dice Julia, dirigiéndose a Iván.
-Pues para no importarte bien que no paras de hablar de mí. –Dice Iván.
-Me das asco. –Dice gritando.
Elsa, que está dando clase, oye a la alumna y no puede seguir su clase.
-¿Decías?
-Lo siento. Estaba hablando de otra cosa. –Dice disculpándose. –No volverá a pasar. –Dice mientras todos sus amigos la miran.
Iván que aprovecha que Elsa se ha vuelto a dar la vuelta, le da un golpe en la cabeza a Julia.
-Te jodes, por lista. –Dice Iván.
-¡Eres imbécil! –Grita Julia.
-Bueno, ya está bien. Julia Medina e Iván Noiret, a la sala del jefe de estudios. –Dice Elsa.
Los dos salen despavoridos de la clase.
-Es que eres un mierda. –Dice Julia. -¿A qué viene el golpe?
-A lo mejor es lo que te hace falta para no ir besando a la gente por las esquinas.
-¿Ah, que es eso? ¿Qué pasa que nunca te han besado o qué? Sólo fue un beso. –Dice Julia.
-Paso de ti. –Dice Iván metiéndose en los baños.
-Si crees que voy a ser la única que se va a tragar el castigo, vas listo. Si tú no vas, yo tampoco. –Dice Julia, entrando con él.
-Tú verás. –Dice mientras se enciende un cigarro.
De pronto, alguien entra en el baño. Son las niñas, pero ellos no lo saben y se meten juntos en el baño. Julia, le tapa la boca a Iván para que no hable. Cuando las niñas se marchan...
-¿Pero tú estás loca? ¿Qué haces tapándome la boca? –Dice Iván.
-Para que no nos oyesen, ¿Por ejemplo? –Dice Julia.
-Ya, creo que le estás cogiendo gusto a esto de que nos pillen.
-Ya, ¿Y tú no crees que estás demasiado cerca de mi boca como para no gustarte? –Dice Julia.
-No. –Dice Iván.
Entonces, los dos se vuelven a besar. Pero esta vez porque los dos quieren. Iván estaba deseando volver a sentir sus labios, y Julia que aunque le dijese a sus amigas que no le gusta, está loca por él.
Después de un tiempo, paran. De golpe alguien ha abierto la puerta.
-Iván, Iván. ¿Por qué le estás cogiendo del culo a Julia? ¿Le estás haciendo el boca boca a Julia? –Dice Paula.
-Eh...sí, es que se ha atragantado con una aceituna y no le llegaba el riego a la cabeza. –Dice Iván.
Los dos salen del baño y las niñas se miran extrañadas.
-Madre mía, y luego las pequeñas somos nosotras. Mira que inventarse esa tontería...-Dice Evelyn.
-Oye, ¿De dónde salís? –Dice Marcos, que los ha pillado con los demás.
-Seguro de esconderse de algún profesor. Se han vuelto unos hachas...-Dice Roque.
-Este imbécil, que no ha querido ir a la sala del jefe de estudios. –Dice Julia.
-Oye, bonita, por llamarte algo. Que tú me has seguido. –Dice señalándole con el dedo.
-Qué más da, lo que importa es que como os pille Elsa, os la habéis cargado. –Dice Vicky.
-Exacto, se la han cargado. –Dice Elsa, apareciendo por atrás. –Todos a mi despacho. Tengo que hablar con vosotros.
-¿Pasa algo? –Dice Vicky.
-Pasa que os quedáis sin iros de puente. Todos. Tú tampoco Marcos.
-¿Por qué? –Dice Iván.
-Porque os pensáis que somos imbéciles y que no nos damos cuenta de que por la noche os escapáis dios sabe dónde a hacer dios sabe que cosas. –Dice Elsa.
-Pero eso no es justo. –Dice Roque. –Llevaba semanas haciendo planes con mis padres.
-Vuestros padres están avisados y les parece una buena medida para que la próxima vez no lo volváis a hacer.
Carolina se queda helada. De pronto, detrás de Elsa ve una foto. Debe ser de cuando ella era una niña.
-Elsa, ¿Esa eres tú? –Dice Carolina. Todos la miran extrañados. –La de la foto.
-Ah, sí. –Dice Elsa, cogiendo la foto. –Esta es la promoción de 1973, aunque la foto está hecha en el anuario de 1973. –Dice.
-Esa niña es idéntica a Paula. –Dice Iván.
-Sí...es clavada. –Dice Vicky.
-¿Sabes quién es? –Dice Marcos.
-Pues ahora mismo no muy bien, hace muchos años de eso. Pero un momento, aquí detrás tiene que ponerlo. –Coge el anuario que hay debajo de su mesa y mira mejor la foto. –Detrás de la foto tiene que poner el nombre. Aquí está, es Irene Espí.
Todos se quedan boquiabiertos cuando oyen ese nombre. Irene Espí era igual que su hermana y encima era la hermana de Samuel Espí, el niño que dibujó todos los dibujos y dejó esa nota en los pasadizos que luego encontró Alfonso.
-Cosas de la vida. Dicen que tenemos un doble en el mundo. Lo que pasa es que el doble de Paula, ahora tendría que tener cuarenta y cuatro años. –Dice Elsa.
-Joder...-Dice Iván.
-Bueno, pues después de esta interesante conversación, espero que os haya quedado claro que está terminantemente prohibido estar por los pasillos después de las once. ¿Oído?
-Sí. –Dice todos yéndose.
-Pase buen puente. –Dice Roque.
-¿Es verdad lo que acabamos de ver? Hay una niña de hace treinta años igualita a mi hermana.
-En este colegio yo no sé distinguir entre lo normal y lo que no. –Dice Iván.
-Será porque tu cerebro no te da para más. –Dice Julia.
-Que graciosa. –Dice Iván. –¿Los chistes los haces tú sola?
Julia le hace una carantoña como si se estuviese riendo. Iván no la soporta, pero por dentro no puede evitar reírse.
-Creo que está claro lo que hay que hacer, ¿No? Hay que entrar en el despacho de Elsa y coger la foto. Con el anuario estaría bien. –Dice Marcos.
-Sí, podemos aprovechar que muchos de los profesores se marchan. –Dice Roque.
-Esta mañana oí decirle a Elsa que se iba a no sé dónde con su padre. –Dice Vicky.
-Ya, también Iván oyó que se marchaba Mateo y nos lo encontramos en los pasadizos. –Dice Julia.
-Hay que cogerla como sea. –Dice Marcos.
-Un momento, ese anuario tiene que estar en la biblioteca. Vicky y yo los vimos el otro día. –Dice Carol.
Los chicos corren a la biblioteca y se ponen a buscar algún inventario. Con suerte, lo encuentran y ven la misma foto.
-Aquí está. Esta es. –Dice Julia.
-En ella sale la que se parece a tu hermana, que resulta que es Irene Espí. –Dice Roque.
-Buen resumen. –Dice Iván.
-Todavía no me entra en la cabeza. –Dice Marcos.
-Tiene que haber una explicación para todo esto. –Dice Carolina.
-Oye, ¿Y si le pedimos a Fermín que nos ayude? –Dice Vicky.
-¿Y qué va a hacer el cocinillas? –Dice Iván.
-Ayudarnos. –Dice Vicky.
-Vicky lleva razón. Por intentarlo no perdemos nada. –Dice Carolina.
Los chicos se dirigen hacia la habitación de Fermín con la foto de Irene Espí, cuando ven salir a María de allí. Cuando ésta ve a Iván, se pone roja y mira hacia abajo.
-Pero mira a quien tenemos aquí. ¿Qué pasa que ahora le haces horas extras al cocinillas? –Dice Iván.
-¡Iván! –Le grita Carolina.
María se marcha y los deja allí.
-¿Qué queréis? –Dice Fermín.
-No te lo vas a creer. –Dice Marcos, entrando en la habitación.
-Sorprenderme. –Dice Fermín.
-En resumidas cuentas, hemos encontrado una foto de 1973 donde aparece Irene Espí. –Dice Roque.
-¿Y? ¿Quién es Irene Espí? –Pregunta.
-Irene Espí, es hermana de Samuel Espí. Ella es una de las niñas asesinadas, su nombre salía en las hojas que te enseñé el otro día.
-Vale, ¿Dónde está el problema? –Dice Fermín.
-Pues que es clavada a Paula. –Dice Iván. -¿Cómo puede ser que una persona sea clavada a otra, si aún no había nacido?
-¿Cómo? –Dice cogiendo la foto. -¿Y estáis seguros de que esta foto es de 1973?
-Sí, mira el sello que hay en la parte de atrás. –Dice Marcos.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer con esta foto? –Dice Fermín.
-Hemos pensado que quizás, podrías hacernos como un retrato de esa foto, pero en la actualidad. De esa forma, sabríamos como es y podríamos buscarla. –Dice Vicky.
-Uf. Mirad, ahora mismo no puedo hacerlo. Tengo trabajo, ya sabéis, este traje no lo llevo por equivocación. Esta noche lo averiguaré, y con lo que tenga, os lo diré. Estad atentos al móvil a las doce. Será cuando os lo diga.
Los chicos y Martín se marchan. Uno a preparar la cena y los demás a intentar no levantar sospechas.
Llega la cena. María les sirve unos platos y necesita hablar con Iván.
-Iván, ¿Puedes venir? –Dice María.
-A ver, ¿Qué quiere la chacha ahora? –Dice Iván, acercándose a ella.
-Quería decirte que lo que has visto antes, cuando salía de la habitación de Fermín, que no pienses nada malo. –Dice María.
-¿Y yo por qué tendría que pensar algo? María, me da igual lo que hagas con tu vida y a quien te tires. –Dice Iván, marchándose.
Los chicos se levantan de la mesa y se dirigen hacia su habitación. Al parecer, la mayoría de los profesores se han marchado de puente, por lo que pueden estar un poco más a sus anchas.
-Que los profesores se hayan marchado y no haya clase, no significa que puedan estar hasta las tantas dando por saco. –Avisa Jacinta.
-Anda, Jacinta. Que sabemos que eres una enrollada. –Dice Iván.
Jacinta se marcha ladeando la cabeza. Al final, se les va a querer y todo.
Fermín, hace lo que ha prometido a los chicos y se mete en su cuarto. Son las once y media, en unos minutos sabrá quién es esa chica. El programa que usa, es uno que le han ofrecido sus compañeros, no les del internado, sino los de fuera, los de su organización. Es un programa, que analiza los rostros de la gente, sirve para actuar en caso de desapariciones, etc., siempre y cuando la otra persona, esté viva.
-Veamos quién es Irene Espí. –Dice Fermín.
Escanea la foto y se la manda a su correo. Desde allí, la descarga y se la pasa al programa. La introduce y...Voilá. El rostro de Irene Espí, aparece delante de sus ojos.