•| є∂ιтα∂σ |•
La mejilla de la rubia ya estaba roja, su madre la había golpeado ¿Desde cuando su madre era así? No sabía exactamente el por qué se ponía así pero ya llevaba varios días así. Sus sollozos se hicieron mucho más intensos ganándose un golpe más de parte de su madre.
- ¡Lárgate a tu cuarto, maldita niña!
La rubia se levanto lentamente llorando y se quedó mirando a su madre por unos segundos.
- ¡Qué te vayas a tu cuarto, ahora! -Grito provocando que la chica se asustara más de lo que ya se encontraba en ese momento-
Como pudo subió rápidamente a su cuarto con su mejilla roja y húmeda de llorar, se recostó en su cama sollozando hasta quedar completamente dormida, al menos no había sufrido mucho como otros... Su madre se había convertido en un monstruo y su padre... No tenía, las abandonó cuando la pequeña rubia nació por lo que no le afectó tanto en su vida pero ahora tendría que lidiar con su madre...
A menos que tenga otra opción...
No... No es capaz...