Sombras Partidas #1 (COMPLETA)

Por karlee_dawa

472K 48.4K 7.1K

Cuando Alma Lobo va un día al supermercado todo cambia. Su pasado regresa y con él una serie de secretos y pe... Más

Nota + premios
Prólogo
Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Agradecimientos
Atary

Capítulo 41

6.2K 824 254
Por karlee_dawa

Me desperté confusa, al abrir los ojos lo primero que percibí fue una intensa luz blanca y un murmullo de voces, entre ellas distinguí la voz de Álex, me di cuenta de que estaba en el hospital. Sentí un dolor agudo cerca del abdomen, al tocar por la zona y notarla vendada recordé todo lo sucedido anteriormente.

—¿Almi?

Tragué saliva y traté de incorporarme sin mucho éxito, Álex me frenó tocándome el hombro con suavidad.

—No te muevas, necesitas descansar.

Emití un suspiro con dificultad y moví el brazo para acariciarle la mejilla al ver como sus ojos brillaban preocupados.

—Pensé que me iba a morir Álex... no me imaginaba que existían dolores tan fuertes como ese —hice una mueca—. Me desmayé, ¿verdad?

—Sí, lo que no sé si fue por el dolor o por verte sangrando, siempre has sido muy aprensiva.

Indignada quise darle un manotazo pero recordé lo jodida que estaba al sentir un pinchazo en el abdomen, mi rostro se tensó al notar el dolor.

—Creo que ha sido por ambas cosas.

—Has sido muy valiente, Almi. Estoy muy orgulloso de ti.

—Y yo de ti hermanito, si no hubiera sido por ti...

—Shh —puso un dedo en mis labios mandándome callar—. Lo importante es que estás bien, llamaré en breve a mamá para decirle que estás aquí —sonrió—. Seguro que ha visto en sus sueños que te han disparado y le está dando un ataque.

—Luna... espero poder verla en breve, la echo mucho de menos —suspiré—. ¿Qué ha pasado con las demás chicas?

—También están aquí, las trajeron en otras ambulancias y seguramente ya estén reposando en sus camillas.

—Espero que estén todas bien... en cuanto pueda me acercaré para verlas —Me removí en la camilla—. ¿Ya soy famosa? —pregunté irónicamente.

—Vamos a averiguarlo —respondió Álex mientras encendía la pequeña televisión que había en la habitación.

Buenas tardes, noticia de última hora: Les informamos de que Alma Lobo, la chica desaparecida hace seis meses en Asturias, ha sido rescatada en un suburbio de Barcelona gracias a la estrecha colaboración que ha tenido la policía de Oviedo con la policía de Barcelona.

Nuestro equipo periodístico ha podido acceder al lugar de los hechos, donde se encontraba secuestrada la joven, junto a otras diez chicas de diversas nacionalidades, y podemos constatar que ha habido varias muertes, entre ellas la de Pietro Masutti, uno de los integrantes más peligrosos de esta banda criminal, junto a Marco Fiore que se encuentra en paradero desconocido. Les rogamos su colaboración para encontrar al resto de personas que conforman esta banda. Muchas gracias y les dejamos con los deportes.

—Tengo miedo Álex —dije con voz temblorosa mientras le veía apagar la televisión—. Aún no han atrapado a Marco.

—Seguro que lo harán, no te preocupes. Eso ya es trabajo de la policía —contestó mientras se dejaba caer en el incómodo sillón que ponen para los familiares de los pacientes.

Le miré con ternura, no decía nada pero estaba muy cansado, se le veía exhausto con esas marcadas ojeras y esos ojos que no paraban de parpadear, luchando por mantenerse despiertos. Su preciosa oscura melena estaba revuelta y llevaba la ropa arrugada, como si hubiera dormido con ella, no era la única que necesitaba descansar.

—Hermanito.

—¿Sí? —preguntó sobresaltado, pegando un bote en el sillón.

—Acabas de echarte y ya te estabas quedando dormido —sonreí—. ¿Por qué no vas a por un café?

—Buena idea —afirmó dirigiéndose hacia la puerta—. No tardaré, así aprovecho y llamo a mamá. Seguro que ha visto las noticias y está como loca.

—Dale un beso de mi parte.

—Eso está hecho —sonrió antes de desaparecer.

Me acomodé en la camilla como pude, no era muy cómoda y tener la herida no ayudaba. Miré hacia las blancas paredes de la habitación y suspiré, el suero me ayudaba a tener más energías pero añoraba poder comer algo de verdad, algo rico, había pasado tanto tiempo...

Cerré los ojos para intentar dormir algo, lo necesitaba. Tenía tantas carencias desde el secuestro que no sabía que añoraba más, si un buen baño, una buena comida o una buena cama donde dormir. Cuando ya estaba perdiendo la noción del tiempo y del lugar un carraspeo me sobresaltó.

—Alma...

Su voz grave y varonil llegó hasta mis oídos haciéndome estremecer. Me jodía reconocerlo pero mi cuerpo aún respondía ante él, ante su voz, era como un imán y eso me irritaba. El verle me puso muy nerviosa, acentuando el odio que había florecido en mí al estar secuestrada en ese horrible lugar.

—¡Vete de aquí o llamo a las enfermeras! ¡O a la policía mejor! —chillé.

—Déjame hablar contigo, por favor. Dame una oportunidad —suplicó.

—Métete la oportunidad por el culo, Daniel. No sé cómo te atreves a aparecer aquí —escupí con rabia.

—Alma, siento mucho lo que te pasó, de verdad, pero yo no tengo nada que ver.

—¡¿Nada?! —chillé—. ¡Desapareciste! ¡Me dejaste sola! Sin avisos, sin notas, ¡ni siquiera le pediste a Cristo que me dijera algo! —continué alterada—. He pasado no sé cuánto tiempo encerrada con tu hermana, donde me obligaban a vender mi cuerpo. Traté de protegerla, de cuidarla... cosa que tú no has hecho. Me desviví intentando que ella no tuviera que pasar por eso —chasqueé la lengua—. ¿Acaso has hecho algo por nosotras? No, solo cagarla.

—No tuve otra opción, Alma. Me tendieron una trampa y no sabía que esto iba a suceder —se quejó desesperado—. De haberlo sabido... no os hubiera dejado solas...no te imaginas todo lo que me arrepiento. Y sí, he hecho más de lo que te imaginas. Allí no podía entrar porque me conocían pero me he implicado completamente.

—¡Un polvo! Eso fui para ti —hice una mueca de asco—. Un triste y asqueroso polvo.

—Estás muy equivocada, sabes que tú eres todo para mí. Regresé en seguida, en cuanto me di cuenta de que me habían engañado. Estaba preocupado por ti, quería explicarte.

—Ya veo lo rápido que regresaste —contesté irónicamente.

—Hice todo lo que pude, Alma.

—¡Sí! Para que nos quedásemos ahí, ya tuviste lo que querías ¿no? Echar un polvo conmigo —escupí con rabia—. Confiaba en ti.

—¡Si confiabas en mí tendrías que estar segura de que lo que digo es verdad! —contestó enfadado—. No quería que esto pasara, solo quería hacerte feliz.

En ese momento apareció Álex por la puerta, al escuchar tantos gritos desde fuera.

—Marco me lo dijo, eres su socio y eso te convierte en cómplice —dije mirándole con odio—. No sé cómo pudiste dormir por las noches sabiendo que Ana...

—¿Marco te dijo eso? —preguntó mientras su rostro comenzaba a palidecer.

—Todos me lo dijeron, Pietro incluido, parecía que en ese sitio te conocían mucho, ¿no?

—Yo no tengo nada que ver con ellos, es más, en cuanto pueda...—contestó con odio.

No pudo continuar la frase porque Álex se acercó hasta mí tratando de tranquilizarme.

—Daniel, no es bueno que se altere, puedes perjudicarla —Le advirtió con tono serio.

—Pero Alma... se piensa que yo... —dijo en tono derrotado.

—Déjame, no tengo nada que hablar contigo y quiero descansar, espero que te lo hayas pasado genial en Italia y cambies algún puto día porque te va a ir muy mal en la vida si sigues por ese camino —farfullé mientras trataba de darme la vuelta para ignorarle, y añadí zanjando la conversación—. Al menos espero que lo hagas por Ana.

—Alma...sigues creyendo que yo he tenido algo que ver con lo que te ha pasado ¿verdad?

El tono molesto de Daniel me hizo ponerme nerviosa, aún tenía ese poder sobre mí que me hacía desmoronarme al segundo. Tragué saliva al notar que se me estaba secando la garganta y me moví para buscar el botellín de agua que me habían dejado los enfermeros.

—Tu silencio lo dice todo... —suspiró—. Y que sepas que estás muy equivocada, nunca dejaría que os hicieran daño a Ana y a ti. Pero sí, cambiaré y no por vosotras, por mí. No quiero continuar con esto, dejaré el narcotráfico.

Sentí su mirada clavarse en mi espalda, esperando una respuesta por mi parte. En ese momento entró Lucas, tenía el rostro preocupado y le indicaba la hora a Daniel, el cual empezó a impacientarse.

—Daniel, te queda poco tiempo, apúrate —Le advirtió antes de irse—. No puedo hacer mucho más por ti.

Miré hacia la puerta, no entendía porque Lucas se esforzaba por él, parecía que le daba algún tipo de privilegio.

—Mierda, Alma, al menos mírame. Yo no soy de esos, deberías de saberlo a estas alturas —dijo molesto.

—Almi... en eso tiene razón —suspiró Álex—. Él fue quién me ayudó a encontrarte, si no aún seguirías allí.

—Claro que lo sabía, él ayudó a Marco —fruncí el ceño—. No entiendo por qué le defiendes. He sido una estúpida pensando que algún día cambiarías, no me has metido más que en problemas.

—A la mierda... —resopló Daniel enfadado—. No conozco a nadie más ciega y terca que tú. Sí ¿vale? Conozco a Marco pero no es mi socio —tensó la mandíbula—. Era mi socio, dejó de serlo hace mucho tiempo.

—¿E-era? —susurré con un hilo de voz, comenzando a dudar.

—¿De verdad te piensas que soy tan gilipollas y cruel como para meter a mi hermana en un sitio así? ¿Te pensabas que todo lo que hice por ti era un juego? ¿Qué me divertía pasar meses sin follar teniéndote al lado y deseándote? —levantó la voz furioso y movió los brazos en el aire—. He arriesgado todo, Alma. Estoy de mierda hasta el cuello por haberla cagado habiéndote secuestrado y ahora me toca pagar por ello. Pensé... —Me miró entristecido—. Pensé que te había demostrado que había cambiado pero ya veo que no... no quería que esto pasara, he hecho todo lo que estaba en mi mano por sacaros de ahí, aunque eso me perjudicara a mí, aunque eso... —susurró—. Implique separarme de vosotras yendo a la cárcel.

—¿T-tú no tienes nada que ver con Marco? —pregunté, aun confusa ante la discusión, ignorando lo último que había dicho.

—¡Joder! —se giró desesperado tocándose el pelo—. Que no, fue mi culpa irme y dejarte sola sin decirte nada pero no quería que esto ocurriera... yo... solo quería estar contigo —se lamentó—. Lo siento pero tengo que irme, ya has escuchado a Lucas.

Daniel avanzó lentamente hacia la puerta, dispuesto a marcharse con el rostro entristecido.

—¡Espera! —dije tratando de incorporarme, notando una punzada de dolor cerca del abdomen—. ¿Dónde vas?

—Es tarde... venía a disculparme y a despedirme. Ahora me toca... despedirme de Ana —contestó mientras trataba de limpiarse lágrimas que caían de sus ojos —. Me han detenido, Alma, tuve que ir hasta la policía para ayudar a Álex a sacarte de allí, di toda la información que sabía, les conté lo de tu secuestro... —suspiró—. Tengo que irme. Si aún sientes algo por mí...espérame.

La silueta de Daniel desapareció tras la puerta, dejando tras él la sombra que seguía partida en mi interior, recordándome lo que aún sentía por él. Le habían detenido...eso quería decir que de verdad se había implicado para sacarnos de allí, estaba a punto de perderle.

—¡Daniel! ¡No!

Moví mi cuerpo, parecía una roca pesada. Intenté quitarme el gotero pero Álex me lo impidió, abrazándome con fuerza.

—Álex... —comencé a sollozar—. Se ha ido...

_____________________________________________

Uf... capítulo final aunque falta el epílogo :( espero que os haya gustado y muchas gracias a todos, especialmente a mis Dawers <3 ¡Os amo!

Karlee D.

Seguir leyendo

También te gustarán

228K 16.8K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
312K 17.2K 40
¿Será capaz Leticia de frenar la influencia de su inocente piel, o se dejará seducir por la lujuria? SPIN OFF de ¿Practicamos el Kaamasutra? Puede le...
2.8K 411 29
Emel era una chica que tuvo que nacer en una familia distinta a la de los demás, con distintas tradiciones. Lo cual llegó a obsesionarse con ello. ...
1.5M 107K 82
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...