El Internado.

By mariajose9515

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El internado "La Laguna Negra" es un colegio de élite en un entorno privilegiado. Las familias más pudientes... More

El principio del todo.
Todo lo que no se ve.
Solo nosotros.
¿Quién es?
Hasta siempre, amigo.
Esto no puede ser.
Capítulo 8
Capítulo 9
¿Quién es Irene Espí?
Como le vea le parto la cara.
Si no lo veo no lo creo.
¿Cuándo pensabas decírmelo?
Ni frío ni calor.
Capítulo 15
Capítulo 16
Creo que sé quien la mató.
Capítulo 18
La vida es eso.
Capítulo 20
Si te pasa algo me muero.
Capítulo 22
La noche del fuego.
Capítulo 24
El puré de calabaza.
Niñato.
Estoy embarazada.
¿Por qué sale tu padre en las fotos?
No puede ser.
Un chico demasiado rico.
Hay cosas que ni se compran ni se venden.
SIGUE SOÑANDO.
La fiesta de las dos lunas.
¿Y este es el gilipollas que te gusta?
¿Dónde nos hemos metido?
¿Me has engañado?
¿Te gusto?
Esto es muy raro.
¿Qué está pasando?
¿Quién es el tercero?
¿Qué cojones habéis hecho?
Perdóname.
¿A ver si vas a ser tú la chivata?
¿Esto que es ahora? ¿Una central nuclear?
Nemo.
¿TÚ?
La noche de Santa Isabel.

Algo que esconder.

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By mariajose9515

El despertador de la habitación de Carolina y Vicky suena, despertándolas poco a poco. Vicky ha tenido un terrible sueño relacionado con Alfonso. En su sueño, aparecía muerto en su habitación.

-Vicky. ¿Aún sigues pensando en Alfonso? –Dice Carolina, aún con el pijama puesto.

-Como para no pensar. ¿Por qué me va a llamar a mí y no a Héctor? Por ejemplo.

-No sé, Vicky. A lo mejor en ti tiene más confianza. Te recuerdo, que Alfonso llevaba según dicen, semanas un poco raro.

-No sé, lo mejor es que nos vayamos a desayunar. Seguro que en nada todo esto ya ha acabado.

Las chicas salen de su cuarto cuando se encuentran con Marcos, Iván, Roque y Cayetano. Iván corre a darle un beso a Carolina y Vicky no puede dejar de sentir celos. Pero tiene cosas más importantes en la cabeza como para pensar en él.

El desayuno pasa sin problemas. No hay nada nuevo o por lo menos, ellos no se dan cuenta.

Cuando llegan a su clase, hay un gran revuelo. Todavía no ha venido el profesor.

-¿Qué pasa aquí? ¿Hoy no viene el profesor? –Dice Marcos.

-¿Con quién nos toca ahora? –Pregunta Cayetano.

-Con Alfonso. –Dice Vicky, mientras mira su horario en la carpeta.

-Eso no significa nada. Se habrá dormido. –Consuela Carolina a Vicky.

-Sentarse todos en vuestros asientos. Alfonso se ha marchado del colegio y no va a volver más. Ha decidido jubilarse este verano, por lo que no ha empezado el curso con nosotros. –Dice Camilo.

Iván y Carolina, se sientan juntos. Iván aprovecha cualquier momento para intentar meterle mano a Carolina. Roque y Marcos se sientan juntos y Cayetano se iba a sentar junto a Vicky cuando un chico se le adelanta.

-Hola. ¿Te acuerdas de mí? –Dice el chico.

-Um, ahora mismo no muy bien. Soy muy mala para recordar a la gente nueva que viene. –Dice Vicky, regalándole una sonrisa.

-Soy el que te preguntó ayer donde estaba la clase de segundo grado. –Dice riéndose también.

-Yo soy Vicky.

-Yo Raúl. Para servirte.

Como no había profesor, todos estaban riendo y hablando como locos. Iván, estaba muy pendiente en todo momento del chico que estaba hablando con Vicky.

-¿Quién es ese imbécil que está hablando con Vicky? –Le pregunta a Carolina.

-Ni idea. Será otro nuevo.

-Joder, con los nuevos. ¿Se han puesto de acuerdo en venir este curso o qué?

-Me parece que vas a tener que aguantarme un rato. –Dice Marcos, riendo.

Iván, que no soportaba las risas de su amiga y el otro chico, se acerca a la mesa de Vicky.

-Tú, largo. ¡Largo! –Dice Iván, echando al chico y sentándose él.

-Iván, ¿Por qué haces eso? No me estaba haciendo nada. –Dice Vicky extrañada.

-¿Qué rollo te traes con el nuevo? ¿Qué pasa que te lo quieres tirar también a él?

-¿Y? ¿Pasa algo? Tú estás a muerte con Carol, ¿No? –Dice Vicky, marchándose de allí. Iván, que parece que no ha oído la sirena, se queda sentado pensando.

Hace cuatro meses.

Estoy desesperado. No aguanto la situación con Carolina. Siempre tiene que ser lo que ella diga y no. Estoy cansado. Encima tengo que aguantar la absurdez de fiesta. –Piensa Iván, arreglándose.

-Id yendo vosotros. Yo os alcanzaré en un momento. –Dice Iván, cogiendo una caja llena de cervezas con alcohol.

Se fue al palomar, pensando que allí nadie le molestaría. Necesitaba estar solo y meditar sobre todo lo que les estaba pasando a él y a Carolina.

Bebía y bebía, hasta que me noté un poco borracho, todo me hacía gracia y hasta parecía que estaba feliz. Hasta que la vi venir. Llevaba un vestido negro precioso, le realzaba sus curvas y le hacía un pecho... y nada que hablar de su culo. Pero era Vicky, no podía mirarla con otros ojos.

Ella como siempre, tan amable y correcta. Diciéndome que lo mío con Carolina se podría arreglar. Siempre apoyándome. No sabía por qué pero estaba diferente con ella. Quizás si lo sabía, la cerveza tenía la culpa.

De pronto no sé por qué pero estaba a milímetros de su boca, podía sentir su respiración jadeante y eso me hacía bien. Me gustaba sentir como me tenía ganas. Yo también le tenía ganas. Sin darme cuenta, tenía a Vicky besándome. Se quitó de golpe pero yo seguí. No quería parar.

Esa noche hicimos el amor como nunca antes lo había hecho. Ni siquiera con Carol. Fue diferente. Nos decíamos tanto sin hablar...

Ahora.

-Tío. ¿Estás sordo? Ha sonado la sirena. Venga. Vamos a llegar tarde a clase de Elsa. –Le decía Marcos. -¿En qué estarás pensando?

-En nada que te importe. –Le dijo como siempre.

Las demás clases siguieron su curso. Ya era la hora de comer. Todos tenían mucho hambre, por lo que casi ni hablaron en toda la comida.

-¿Era raro o no que Alfonso no haya venido a clase?. En la llamada no me decía nada de que no estaba en el colegio. –Dice Vicky.

-Hombre, si dices que lo querían matar, no le dio mucho tiempo. –Dice Iván.

-Iván...ten un poquito de compasión. Estamos hablando de algo muy importante. Puede que lo hayan matado alguno de los profesores. –Dice Roque.

-No digáis tonterías. Alfonso debe de llevar años y años en este internado. ¿Por qué iban a querer matarlo ahora? –Dice Carolina.

-Porque haya descubierto algo que nadie quiere que se sepa. –Dice Marcos. -¿Era este verdad? –Dice enseñando una foto del anuario.

-Sí, era ese. –Dice Cayetano.

-Marcos, Marcos, ¿Qué le ha pasado a ese hombre? –Dice Paula apareciendo por sorpresa.

-Nada, ¿Por qué lo dices? –Dice Marcos.

-Porque he soñado con ese hombre. En mi sueño le hacían algo horrible. Lo mataban y aparecía muerto en la laguna.

-Anda, Paulita. Sólo es un sueño. Verás como no pasa nada. Seguro que has visto la cara de este señor en alguna foto y por eso has soñado con él, nada más. Corre y ve a comer, que sino no vas a crecer. –Dice Marcos, amarañandole el pelo.

-Dime que tu hermana sueña eso siempre. –Dice Vicky.

-Algunas veces sus sueños se cumplen. Soñó que mis padres desaparecían y a los pocos meses desaparecieron.

-¿Os lo vais a creer? Este chico de pequeño fumó demasiado incienso de la basílica de Covadonga o algo. –Dice Iván. –Es IMPOSIBLE.

-Dejémoslo así. –Dice Roque, cambiando de tema.

-¡ATENCIÓN! ¡ESCUCHADME TODOS! En enfermería os han dejado unos botes de orina para que los uséis como todos los años. Sabéis que al no poder salir de aquí, cada tres meses, los médicos os hacen revisiones rutinarias. –Dice Héctor. –Así que no quiero quejas ni lamentos. El que no se lo haga, estará expulsado.

-Genial. –Dice Iván.

La hora de la comida acaba y se marchan a sus respectivas habitaciones. Vicky coge su neceser y su toalla y se marcha a las duchas.

Nunca me ha gustado ducharme en los baños llenos de gente. Me da vergüenza. ¿Y si algún chico me ve? –Piensa Vicky de camino a los baños.

Se mete debajo de la ducha, a esa hora no hay nadie. Tiene el baño para ella sola. Se para minutos enteros debajo del agua, sintiendo como cae sobre su pelo y limpia su cara hasta que algo le asusta. Es Iván, está al lado suya.

-¡¿Qué haces aquí? –Dice intentándose tapar como puede.

-¿Enserio te da vergüenza? Te he visto desnuda. Y la verdad, es que me gustó bastante lo que vi. –Dice Iván, con sonrisa pícara. -¿Es que no vamos a hablar sobre lo que pasó en el Palomar?

-¿Qué tenemos que hablar? Pasó y ya está. No hay nada más que hablar.

-Pues yo creo que sí. –Dice Iván.

-Estuve semanas llamándote y no me cogías el móvil. Capté la indirecta. –Dice Vicky, enfadada.

-Estaba hecho un lío. Me acosté contigo estando con Carol. ¡Entiéndeme!

-Y yo me acosté con el novio de mi mejor amiga. Creo que te entiendo lo suficiente. –Dice Vicky, mirándole a la cara.

-Mira chica, yo he venido a hablar contigo, si no quieres...-Dice Iván haciendo una parada interrumpido por Vicky.

-¿Si no quiero, qué? –Dice Vicky, arrimándose a su cara.

Iván no pudo contenerse y la besó. Ésta intentó separarse, pero no podía, Iván la tenía sujeta por la cadera contra la pared. Así que siguieron besándose lujuriosamente. Iván no paraba de darle besos por todo el cuerpo desnudo de Vicky, mojándose él también. Pero le daba igual. Ellos seguían sin darse cuenta que cualquiera podía entrar al baño. Hasta que alguien entró. Ellos dos entraron rápidamente al baño intentando esconderse.

-¿Vicky? –Era Carolina. -¿Dónde te has metido?

Qué raro, la ducha estaba encendida y las cosas de Vicky estaban allí, pensé.

Cuando Carolina se marchó, Vicky salió del baño como pudo, y salió de allí, detrás de ella, Iván.

-¿Señorito Noiret? ¿Qué hacía con la Señorita Victoria en las duchas? –Dice Camilo, sorprendiéndoles.

-Nada. Solamente la estaba buscando para que me dijese unos deberes. –Dice Iván nervioso intentándose esconder la ropa mojada.

-¿Y se lo has preguntado debajo de la ducha? Hay que ver, la juventud de hoy en día. –Dice Camilo, yéndose.

-Ya está bien. Esto no puede volver a pasar. –Dice Vicky.

-Pues yo no vi que no querías hacer nada. Más bien te vi disfrutar. –Dice Iván, quitándole una gota del canalillo.

Vicky sin mediar palabra lo dejó allí. Sabía que lo que estaba haciendo con el novio de su mejor amiga, no estaba bien, pero no podía aguantar. No puede evitar esbozar una sonrisa. Lo mismo le pasa a Iván, que se marcha para su cuarto.

Dios mío, ¿Qué me está pasando con Vicky? ¿Me estaré volviendo loco? No puedo hacerle esto a Carolina, pero es que no puedo evitarlo. Piensa mientras llega a su habitación.

-¿Dónde estabas? –Dice Carolina, que está sentada en su cama. –He estado buscándote por todos lados y no te he encontrado.

-Pues no has buscado del todo bien. Estaba fumándome un cigarro.

-¿Y la ropa porqué la tienes mojada? –Dice extrañada.

-Un gilipollas que me ha mojado. Nada más. –Dice acercándose y dándole un beso en la frente.

Héctor está sentado en su despacho ordenando unos papeles cuando María entra.

-Perdón, pensaba que no había nadie. –Dice María volviendo a salir.

-No, no te preocupes. Puedes pasar. Intentaré no molestarte mucho. –Dice Héctor.

María, entra y empieza a limpiar sin hacer mucho ruido, no quiere molestar a Héctor en sus tareas.

-¿Y tú marido que opina en que estés trabajando aquí? Verlo, no lo vas a ver mucho.

-No, no tengo marido ni novio. Estoy soltera. –Dice María sin darse la vuelta. -¿Y usted?

Esa pregunta nunca falla. Piensa Héctor esbozando una sonrisa.

Al oír esas palabras, la sonrisa que tiene se le cambia.

-Sí, bueno, estoy con Elsa. Estoy casado con ella. –Dice como avergonzado.

-Me alegro mucho. Hacen muy buena pareja. –Dice María para complacer.

-¿Ah sí? ¿Y eso por qué? –Dice Héctor levantándose de su sillón y acercándose a ella.

-Pues no sé. Ustedes son grandes profesionales, digamos que estáis a la altura.

-No te entiendo.

-Pues que cada uno podemos optar a lo que podemos optar. Usted es el director y está con la jefa de estudios, yo soy la limpiadora y bueno...

-¿Me está queriendo decir algo? –Dice acercándose a ella. Están a milímetros, cuando entra Elsa y los pilla.

-¿Qué está pasando aquí? –Dice celosa.

-Nada, ya me iba. –Dice María.

Elsa coge a María del brazo y parece que le va a decir algo cuando Héctor le chilla.

-¡Elsa! ¡Suéltala! ¿Qué demonios haces?

-Protegiendo lo que es mío. –Dice Elsa, cuando ésta ya no está.

-¿Protegiendo lo que es tuyo? Una silla, una mesa, un libro puede ser tuyo, pero una persona no. No te equivoques. –Dice Héctor.

-Por Dios Héctor, ¿Desde cuándo te ha interesado tanto el servicio?

-Elsa, soy el director de este colegio, mi obligación es saber en todo momento todo lo que les pasa a mis trabajadores.

-Ya. –Dice Elsa, despechada.

Dios, ¿Por qué me pondré tan nerviosa cuando estoy cerca de él? Yo no he venido a enamorarme como una quinceañera. –Piensa María cuando está guardando sus bártulos.

Pasa por la habitación de Alfonso y oye murmuro pero cuando abre la puerta, no encuentra a nadie.

-Por los pelos. –Dice Carolina.

-Hay que ver que todas las limpiadoras son unas cotillas. ¿Y si hubiese estado el pobre Alfonso en calzoncillos? –Dice Iván.

-No hemos venido a suponer, hemos venido a buscar. –Dice Roque.

-Vale, enano de blanca Nieves. –Dice Iván, frente al comentario de su amigo.

-Creo que estamos muchos en una habitación muy pequeña. Si nos oyen a todos, quizá nos vean. ¿Qué os parece si Marcos y yo nos quedamos a buscar algo? Mientras ustedes pueden salirse fuera y vigilar. –Dice Carolina.

-¿Y por qué van a estar vosotros dos? –Pregunta Iván, mosqueado.

-Pues porque tú y yo somos novios, de nosotros dos no van a sospechar. –Dice Carolina.

-Está bien, vámonos. Déjalos, Iván. –Dice Vicky, cogiéndole del brazo. Éste se la quita. –Oye, ¿Qué narices te pasa?

-¿Qué pasa que ahora quieres terminar lo que no has podido acabar en los baños? –Dice Iván, al oído.

-Ah, ¿Eso? Los he visto mejores. –Dice Vicky haciendo que se enfade.

-Sí, vete con el nuevo a ver si te lo ligas.

-Oye, ¿Qué te pasa con Vicky? Desde que vinisteis de vacaciones estáis como raros. –Dice Roque mientras hacen guardia.

-Nada, no me pasa nada. Se mete demasiado en donde no la llaman.

-Ya. –Dice Roque, sabiendo que algo no anda bien.

Estúpida de mierda. ¿Quién se cree que es? –Piensa Iván de Vicky.

Mientras tanto en la habitación de Alfonso.

-Marcos. No le hagas caso a Iván, siempre se comporta así con todo el mundo, pero en el fondo es buena persona. –Dice Carolina, mientras coge unos papeles.

-Bueno, me da igual la verdad. Sé que es su forma de demostrarle a la gente que no le importa a nadie. ¿Y tú qué tal con él? –Dice Marcos dejando de hacer lo que estaba haciendo y acercándose a ella.

-Bien, supongo. Llevamos juntos desde los seis años. Toda una vida. –Dice Carolina.

-¿Sí? Como siempre están como el perro y el gato...

-Bueno, digamos que es nuestra forma de decirnos que nos queremos. ¿Y tú? ¿Tienes novia?

-¿Yo? ¿Novia? ¡Qué va! Todavía no he encontrado la chica que me haga sentir especial. Tampoco con todo lo que le ha pasado a mi familia estos últimos meses, no he pensado mucho en enamorarme.

-Ya, debe ser horrible. –Dice Carolina acercándose a él y tocándole la cara. –Puedes contar conmigo para lo que necesites.

Carolina se acerca demasiado a la cara de Marcos, le mira la boca, tiene unos labios finos, unos ojos increíbles. Marcos, por el contrario, sabe que no está bien sentir cosas por la chica de su amigo, que aunque sea un idiota, se le hace querer.

Sus caras cada vez están más cerca, ninguno de los dos quieren separarse.

-No creo que a Iván le siente muy bien que te acerques tanto a mí. –Dice Marcos. Carolina que lo oye se aparta inmediatamente roja de la vergüenza. Los dos sonríen.

-Oye Marcos, ¿Qué es esto que hay en el suelo? –Dice Carolina, saltando sobre algo.

-No sé. Quizá sea una trampilla. A ver. –Dice Marcos poniéndose en su lado.

Fuera...

Anda mira, si tenemos a la reina de Shaba. –Dice Iván.

-Tenemos que darnos prisa o al final nos van a pillar. –Dice Vicky.

-Es verdad, ¿No era ahora cuando nos iban a hacer no sé qué de unos análisis? –Dice Roque.

-Es verdad. –Dice Vicky.

De pronto, por megafonía se oye a Héctor pedir que todos los alumnos estén en la enfermería en cinco minutos para hacerles las pruebas pertinentes.

-Hay que avisarles. –Dice Roque.

-Iros a vuestras habitaciones a la de ya. ¿Qué hacéis aquí? –Dice Elsa interrumpiéndoles.

-Nada, es que no sabíamos cómo había que hacer lo de los análisis y pues hemos decidido venir. –Dice Roque.

-Bueno, pues ya lo sabéis. –Dice Elsa.

Elsa, abre la puerta de la habitación y por suerte no ha pillado a Marcos y Carolina.

-Como no salgan ya, van a sospechar. –Dice Vicky.

Todos han cogido sus botes y están camino a la enfermería. A parte de una prueba de orina, les van a sacar sangre. Roque, Cayetano, Iván y Vicky, miran preocupados a los lados esperando a que sus amigos lleguen, pero no ven rastro de ellos.

-¿Tenéis miedo de las agujas? –Dice Fermín.

-No, qué va. –Dice Iván.

Cuando están a punto de tocarles, Marcos y Carolina aparecen. Vienen agitados, como si hubiesen visto un fantasma.

-Chicos, no os vais a creer lo que hemos visto en la habitación de Alfonso. –Dice Carolina.

-¿El qué? –Dice Iván.

Fermín, que los está escuchando, empieza a sospechar. Pero cuando justamente van a decir lo que habían encontrado, lo llaman para las pruebas.

Todos salen de enfermería y deciden hablar sobre lo que ha pasado.

-Marcos y yo hemos encontrado una trampilla. Hemos bajado y había un montón de documentos. –Dice Alfonso.

-Alfonso estaba investigando la desaparición de cinco niños cuando este internado era un orfanato. –Dice Marcos.

- ¿Y por eso crees que lo han matado? –Dice Carolina.

-Pues tiene toda la pinta. –Dice Marcos.

-Bueno, lo mejor será que nos vayamos a dormir. Si alguien nos pilla a todos juntos, nos castigarán. –Dice Vicky.

-Joder, Victoria. Tan lanzada algunas veces y que cagada otras. –Dice Iván.

Cada uno se marcha a su habitación para que nadie sospeche lo que se traen entre manos. Ha sido un largo día y todos necesitan descansar.

Mañana será otro día.


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