*Barbara Palvin como Charlotte Brown y Francisco Lachowski como Jared Wells*
-¿Sabes qué es lo que más me duele?-
-¿Qué es?-
-Que no veré a ninguno de mis nietos siendo feliz, formando una familia...-
- No digas eso, no es así...-
- Claro que si, oí a tu abuela y tu padre hablando...no me queda mucho tiempo.-
-No debes pensar en eso...-
-Es imposible no hacerlo. Saber que vas a irte sin cumplir un sueño es doloroso...-
-Eso no va a pasar abuelo, no a tí...-
~~~♡~~~
Una persona a lo lejos captó mi atención. Podría reconocerlo de la forma que fuera, de nada servía que estuviera de espaldas a mi, que esté recostado sobre una mesa, y que se esté golpeando la cabeza contra ella. Aguarda un minuto ¿qué dije?
Me acerqué a él y grité a centímetros de su oido.
-¡¡Jared!!- al mismo tiempo clavé mis dedos en sus costillas, haciendo que se sobreexaltara.
-¡Diablos Charlotte! Me has asustado...- se quejó él mientras yo reía sin más, pero algo andaba mal...
-¿Charlotte? ¿Qué te sucede?- le pregunté mientras me sentaba a su lado, él jamás me llamaba por mi nombre completo.
- No estoy de humor...- se limitó a contestarme. Su mirada estaba perdida, y no paraba de jugar con el borde de su vaso de café.
-¿Qué tienes? ¿Tú tarjeta de crédito se quedó sin fondos y te cancelaron la suscripción a alguna página porno?- le pregunté bromeando.
- No tiene gracia...- me respondió en un tono serio y de cansancio.
-¿Ni un poco?- pregunté extrañada -Admite que fue un poquito gracioso...- le pedí mientras le daba un leve codazo.
El me miró serio por unos segundos, luego soltó una débil risa mientras negaba con la cabeza.
-No hay caso contigo...- volvió a estar serio y le dio un sorbo a su café.
- No me gusta verte mal Jared...cuentame qué te pasa, sabes que puedes contar conmigo.- luego puse mi mano en su hombro en señal de apoyo.
-Lo se linda, sólo no quiero cargarte con mis problemas.- sonaba débil, cómo si no hubiese descansado bien por pensar en lo que le sucedía.
- Por favor, estuve tres horas de las que dura el viaje escuchando los problemas amorosos de una señora de 42 años...creo que puedo escuchar e intentar ayudar a un amigo.-
-No creo que puedas ayudarme con esto Charlie.- inconscientemente sonreí al oírlo llamarme por mi sobrenombre, que sólo él utilizaba.
- No lo sabremos si no me cuentas lo que te pasa...- insistí.
Jared dio un gran suspiro, le dio otro sorbo a su café, y se giró para mirarme. Sus ojos avellana reflejaban tristeza.
-Hace un mes hablé con mi abuelo...-comenzó a contarme -el cáncer empeoró, no creen que haya tratamiento que lo ayude...le queda poco tiempo, quizás cuatro o cinco meses.- su voz sonó triste y amarga, una pequeña lágrima cayó de su ojo derecho, así que no me contuve y lo abracé con suma fuerza. Él no dijo nada, sólo aceptó el abrazo por unos minutos.
Lo que Jared me contaba me afectaba a mi también, conocía a su abuelo y lo adoraba como si también fuera mío, no era justo que se fuera tan pronto.
- Lo que me hace sentir peor, es no poder hacerlo felíz en vida...- se separo de mi y pude notar sus ojos rojos.
-No digas eso, tú lo quieres y él te quiere a ti, eso lo hace felíz...- luego de que diera unas respiraciones profundas y ya no se notara que quería llorar, siguió hablando.
- Eso no basta, él me dijo que lo que más le dolía era no poder ver a alguno de sus nietos siendo feliz y formando una familia...te juro que desde que me dijo eso, puse todo mi esfuerzo e intenté establecer una relación seria. Pero fue imposible, todas las mujeres que conocí eran un desastre, ninguna era lo suficientemente buena para hacerla mi novia. Seré una decepción para él...- se quejó apoyándose en la mesa.
- No será así, él entenderá que aún no encontraste a la persona correcta...- lo animé, no era lindo verlo tan deprimido -además lleva a todas las mujeres que quieras, a ninguna amaran tanto como a mí...- volví a bromear para que no estuviera serio.
Pero él me miró de repente, fijo, sin decir nada. Sus ojos chispeaban como cuando tenía una de sus locas ideas...de esas ideas que sabes que nada va a salir bien.
-¿Porqué me miras así? Me das miedo...- le hablé. Él no tardó en formar una gran y perfecta sonrisa.
- Tengo una idea...- el tono en que lo decía no sonaba nada bien.
-Eso era lo que temía...- me quejé.
-Es una gran idea. Mira, como dijiste recién, nadie les cae mejor que tú...- no me gustaba hacia donde iba eso.
-Tu familia es mi familia Jared, pero no entiendo a dónde quieres llegar...- dije con desconfianza en la voz.
-Tienes que fingir que eres mi novia Charlie.- finalizó.
-¿Qué? Estás loco...- dije algo alarmada.
-¿Porqué? Nuestras familias se pondrían felices, lo sábes. Además ya hemos estado juntos, no sería nada raro...- si, les explicaré eso luego.
-Pregúntale a mi hermano si estaría feliz...- le contesté para que se diera cuenta que era una pésima idea.
-Alexander es mi mejor amigo, si le explico cómo son las cosas entenderá y hasta nos apoyará.- insistió entusiasmado.
- No estoy segura de esto Jared, si algo sale mal y nos descubren sería un desastre...- mi cabeza maquinaba mil maneras en las que mi familia me mataba.
- Por favor Charlie, hazlo por mi, por nuestra amistad. Hazlo por mi abuelo...- acto seguido puso su cara de perrito abandonado que usaba cuando quería conseguir algo...la odiaba, porque siempre me convencía.
-Está bien...- me rendi -pero te advierto que si algo sale mal...-
-Relájate mujer ¿Qué puede salir mal?- dijo en tono despreocupado, ESO era lo que más miedo me daba.
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Bien, voy a explicarles un poco cómo son las cosas, la verdad en que es posible que se confundan aveces, hasta yo me confundo. Somos algo complicados, pero dicen que las cosas complicadas son las mejores, y no es por presumir pero yo creo que nuestra familia es la mejor... Ok, ahí les va...
Mi madre y la de Jared se conocen desde los 5 años, han sido mejores amigas desde entonces. Hacían siempre todo juntas; ir a la escuela, hacer deportes, salir a bailar, hasta se casaron el mismo día, en el mismo lugar. ¿Les parece exagerado? Esperen, hay más.
Se compraron casa juntas, pegadas, vivieron y viven una al lado de la otra, y tuvieron a su primer hijo el mismo año. En el caso de Clarissa, ella tuvo a Jared, y mi mamá a mi hermano mayor Alexander; por ese motivo ellos fueron y son también mejores amigos. En ambas familias se había formado una hermosa tradición, y esa era que todos los años en vacaciones, debíamos pasar todos los días juntos durante un mes.
Yo soy sólo un año menor que Jared y Alex, así que también me hice muy unida a ellos, solía juntarme con ellos en vez de con mis compañeros de clase. Pero todo eso cambió cuando entré al secundario.
Era otra etapa, otra escuela, otra experiencia; me hice nuevas amigas y ya no me juntaba con los chicos como lo hacía antes, ya no veía a los chicos como lo hacía antes. Ahí comencé a verlos como lo que eran: mi hermano, y su guapo y simpático mejor amigo. No tardaron mucho en nacer en mí, sentimientos fuertes hacia el mejor amigo de mi hermano; sentimientos que con el pasar del tiempo se intensificaban, sentimientos que al cumplir 16 años ya no pude esconder y se los confesé al chico que tan loca me volvía. Para mi sorpresa, Jared confesó tener los mismos sentimientos hacia mi, y luego de algunas dudas e idas y vueltas comenzamos a salir.
Nuestra relación fue hermosa, él era el mejor novio que una chica de mi edad podía pedir, estábamos completamente enamorados. A nuestras familias les encantaba que estuviéramos juntos, incluso también a Alexander; él decía que si nosotros éramos felices él también lo era. Y mi hermano no podía estar más acertado, porque si de alguna forma me sentía estando con Jared, era feliz. Pero la felicidad no dura para siempre...
Un año y unos meses después, comenzaron las discusiones, los celos, los reclamos; era difícil estar juntos, pero también era difícil estar separados; nos hacíamos mal, pero a la vez nos hacíamos tan bien...debo admitir que nuestras reconciliaciones lo eran todo. Luego de una gran discusión, llegamos a la conclusión de que para estar bien ambos debíamos dar por terminado el noviazgo, y así fue. Al principio fue duro verlo salir con otras chicas, y se que también lo fue para él verme salir con otras personas; pero todo fue más fácil cuando se fue a la universidad; desde ahí ya no nos veíamos tanto, pero si nos mantuvimos muy conectados por mensajes y por las redes, fue en ese momento que todo volvió a ser como ántes.
Y aquí me encontraba ahora, en un micro, yendo a mi casa después de varios meses a pasar las tradicionales vacaciones en familia; lo diferente ésta vez es que debería fingir que era (otra vez) la novia de Jared.
Dios, no me abandones en esto por favor; todo sea por el abuelo Alfred.
*-*
Charlotte y Jared en multimedia ♥