¡CHANGE!
"Hola Richie, se que no hablamos hace bastante tiempo, pero quiero que me ayudes a ser como tu"
No, sonaba estúpido. La verdad es que diga cómo lo diga sonaba estúpido, la idea era estúpida.
Lo mejor sería ir a hablarle sin más.
Para su suerte el chico de rizos pasaba caminando a unos metros suyo.
-¡Hey Richie!.- Eddie se acercó corriendo a donde estaba el mayor con una mueca nerviosa. -¿Como estas?.
-¿Que quieres Eddie?- Richie lo miraba con una mueca entre divertida y fastidiosa.
-¿Porque piensas que quiero algo? ¿Acaso no puedo saludar a mi viejo amigo?.
-Eddie, la última vez que me saludaste fue hace 2 años. Aparte dejaste de hablarme en sexto de primaria, no somos amigos.
Mierda, buen punto, debía decirle la verdad.
-Quiero ser como tu.- Dijo Eddie sin más preámbulos.
Vaya, eso había sido fácil.
-¿Y eso significa...?- El de anteojos lo miraba con una ceja alzada y una mueca de confusión.
-Mira, tengo 16 malditos años, se supone que estos deberían ser los mejores años de mi vida, pero lo único que hago es estudiar y comer galletas con mi madre. Quiero ser como tu, quiero salir, aprender a tomar, escuchar música diferente, no preocuparme por todo, tener amigos, pasarla bien, divertirme, todo eso que hace un adolescente normal.- El menor lo miraba con nerviosismo en los ojos. Realmente esperaba que Richie lo ayude.
-Bien, hoy en la noche hay una fiesta en la antigua fábrica de vinos, paso por ti a las 23:00, trata de vestirte ¿como decirlo?... No tan tu. Nos vemos en la noche Edds.
Eddie se encontraba feliz, había sido más fácil de lo que imaginaba y en pocas horas tendría su primera fiesta. No podía estar más feliz. Ahora solo quedaba esperar.