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Dicen que debemos de vivir sin mirar atrás, dejar aquello que nos lastimo y seguir viviendo como si fuese el último día en que tus ojos se abrirán.
Aunque Jimin ya no este, la felicidad que me da mi hijo prevalece día a día, es duro tener que soltar a la persona que amas, a la única persona que amaste de verdad, de un día a otro dejas de sentir su tacto, sus besos, su personalidad, y demás, y tu mundo se viene a bajo.
Pero Min-Ki tomo mi mano para no dejarme caer, su sola existencia es un gran motivo para volver a sonreír y ser feliz con el.
El tiempo es algo que no puedes detener, ni pausar, ni retroceder, es algo que se debe de aprovechar para que no te consuma. Disfrutar del mínimo segundo.
Me gustaría detenerlo para evitar que mi hijo creciera cada vez más, tenerlo en mis brazos siempre y protegerlo.
Pero no puedo evitarlo, cinco años cumplió mi bebé, como dije, el tiempo pasa rápido, y con ello entendí que el único propósito que tengo en este mundo es cuidar, proteger y amar a mi hijo sobre todo.
Aún me concidero joven adulta, pues tan solo tengo 24 años. Acepto que no ha sido nada fácil poder salir adelante, pero me he estado esforzando demasiado para darle una buena vida a Min-Ki.
Min-Ki es un niño muy astuto, hermoso y muy tierno, hay veces en que cuando lo veo a su tierna carita, la imagen de Jimin aparece. Su sonrisa, sus gestos, sus pucheros, todo. Realmente es idéntico a él, y me alegro demasiado de que así sea, ya que siempre tendré la imagen de Jimin a mi lado.
Una vez Min-Ki, me pregunto que por qué el no tenía un papá, yo no sabía que decir realmente, incluso en ese momento cuando me lo había preguntado fue como si todas mis ideas se hubieran esfumado. No le diría la verdad, aún.
Pero lo único que logré decirle es que el si tenía papá, pero el estaba en otro país trabajando, el no me creyó del todo, así que tuve que enseñarle una foto de Jimin. Cuando vio la foto, sus ojos brillaron de una manera espléndida, una enorme sonrisa había aparecido a su rostro y con una euforia me dijo:
"Mamá, ¡me parezco mucho a mi papá!. Ya quiero verlo para abrazarlo fuerte y nunca separarme de el"
Sus palabras habían roto mi corazón en mil pedazos, al saber que ese deseo que el quería nunca se haría realidad, por la simple respuesta de que Jimin nunca volvería, nunca podría abrazar a Min-Ki, nunca le cumpliría sus caprichos... nunca lo conocería.
Yo no le respondí, pero si lo abrace fuertemente, brindándole el amor que Jimin y yo le daríamos juntos, si él estaría con nosotros.
Aquella sonrisa que me dedica en estos momentos, me hace tener una enorme felicidad. Juega con sus juguetes mientras que yo solo lo admiro con una amplia sonrisa.
–¡Mami!–
–¿Mande?– respondí tiernamente
–¿Podemos ir por helado?– hizo un puchero
–Claro. Ven vamos– extendí mi mano y el la tomo.
–¿El tío Suga vendrá también?–
Aunque no lo crea, Min-Ki también puede verlo, yo creí que solo yo podía ver a Suga. Pero el me dijo que cuando Jimin le dijo que me cuidará, el se había referido a todo lo que sea de mi. Y Min-Ki es mi hijo, el vino de mi. Por lo tanto mi pequeño también lo puede ver.
–No, el se quedará en casa– respondí con una sonrisa, saliendo de la casa junto con el
–Está bien– respondió con una sonrisa
~Tiempo después~
–Min-ki, ve a ordenar tu recamara– exclamé viéndolo fijamente
–Ay mamá, no tengo muchas ganas de recoger– cuestionó con aquel puchero que siempre me dominaba, acercándose a mi y abrazarme calidamente
–¿Por qué siempre tienes que hacer eso? ¿Por qué a pesar de que ya tienes 17 años, eres tan tierno con ese puchero?– correspondi a su abrazo
–Por que soy tan hermoso– río levemente
–Si, claro– respondí divertida
–Claro que soy hermoso y guapo. Lo saque de papá, ¿recuerdas?–
–Si lo recuerdo, y nunca se me olvidará– reí
–Mamá– se separó lentamente de mi, tomando mis manos –Sabes...ya estoy grande, por lo tanto ya no me puedes engañar, hasta ahora nunca me haz dicho por qué papá no está con nosotros, ¿Acaso el te dejo?– pregunto mirándome fijamente
Tenía razón, el ya no es un niño. Ya no se lo puedo seguir ocultando...
–Ven, vamos a un lugar– lo tomé de la mano, y lo jale hacia la salida de la casa
–¿Que hacemos aqui?– pregunto curioso, mirando su alrededor
Estábamos en aquel lugar en donde conocí a Jimin, en donde varios hermosos e inolvidables momentos pasamos aquí.
–Ven, siéntate a mi lado– me senté en aquella roca que siempre estaba ahí. Min-Ki se sentó a mi lado
–Tienes mucha razón, Min-Ki. Ya no eres un niño para seguir ocultandote aquello– respire profundo antes de seguir –Veras...cuando yo tenía 18 años, yo me mudé a este pueblo, mi vida desde que me mudé aqui no fue fácil, pues conocí a dos chicos, fue como una novela, un chico malo, y un chico bueno. Tu padre, se llamaba Jimin, eso ya lo sabías. El otro chico, se llamaba Ji Yong. Uno de ellos estaban destinado a estar conmigo. No quiero alargar esto. Así que cuando yo tuve los 19 años, mi relación con tu papá era incomparable, era indestructible, era más que amor— sonreí con el recuerdo —Aquel chico llamado Ji Yong, fue alguien sin alma. El fue el causante de una tragedia– solloze al recordar aquel día, Min-Ki por su parte me abrazó –Tu padre no me dejó Min-Ki. Tu padre murió para salvarme, al salvarme a mi, te salvó a ti también–
–Mi padre...¿está muerto?– pregunto sorprendido y triste
–Si. Este lugar al que te traje, es en donde lo conocí, en donde nuestro amor fue lo único que podía con todo. Miles de cosas, ocurrieron aquí. En este bosque, descubrí muchos secretos del cual nunca creí que existíeran. Recuerda muy bien esto Min-Ki. Hay cosas que la naturaleza se encarga de esconder al hombre, cosas mágicas, indescriptibles, fantásticas. Tú tienes parte de eso, aunque no del todo, tu no eres lo que el era. Pero hay un vínculo que te hace ser parte de ello,— suspire— No te quiero perder, tu padre tenía un gran puesto en la naturaleza, y si se llegasen a enterar de que tú eres parte de ella, habría una pequeña posibilidad de que ocupes el puesto de tu padre–
–¿De que puesto hablas?–
–De un alpha, Min-Ki. Un gran alfa–