JACK
-¡ELSA! ¿¡ELSA, DÓNDE ESTÁS!?- sus gritos desesperados se escuchaban a cientos de metros de distancia, más allá de las frías montañas y en la profunda oscuridad del denso bosque, pero no le llegaba ninguna respuesta.
Jack se había pasado el resto de la noche y parte de la mañana buscando a su novia por todas partes, cada lugar que habían visitado juntos, cada rincón en el que habían jugado, pero no obtuvo ningún resultado. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. El día estaba frío y el aire seco, el cielo era gris, repleto de nubes, parecía que intentaba imitar el mal humor del chico, que empeoraba cada minuto sin saber el paradero de Elsa.
-¡ELSA, POR FAVOR! ¡REGRESA!- su garganta se encontraba adolorida por tanto gritas, su voz se había vuelto ronca y débil hacía horas, pero él no se detenía.
"¿Por qué te fuiste?" pensó por enésima vez. No podía comprender la razón. "¿Acaso no confía en mí? ¿Ni en Anna? Podríamos haberla ayudado..."
¿Pero cómo iban a ayudarla? Había convertido a alguien en una escultura de hielo... hielo negro y opaco que nada se parecía a lo que solía crear cuando se divertía con él. Aunque luego de la visita a los familiares de Kristoff se sintieron esperanzados, habían eliminado todas las concluciones que Jack había sacado la noche del baile.
Los muchachos y él se habían separado mucho tiempo atrás. Hace varias horas la pareja volvió al castillo, dejando el cuerpo de Lance al cuidado del abuelo del chico, aunque, al principio, Anna se había negado a dejarlo atrás:
-Vamos, ayúdenme- exigió ella entre pausas para tomar aire, mientras intentaba levantar a Lance por su cuenta.
-Anna, ¿qué haces? No puedes llevarlo con vos al castillo, si lo ven...- había intentado detenerla el chico de pelo blanco.
-No podemos dejarlo así como así
-Jack tiene razón. ¿Qué les dirás si lo ven? ¿"Mi hermana lo congeló"? Eso no va a ayudar en nada.
-Pero todos deben estar preocupados, Rapunzel, Eugene, todos sus amigos. Los demás embajadores se darán cuenta de su ausencia. ¿Qué haremos ahí?
Todos sabían que ella tenía razón, pero la estatua congelada de Lance no le crearía nuevos amigos a Arendelle, sino todo lo contrario. Su novio parecía haber razonado de la misma manera, ya que se dispuso al otro lado de la escultura con la intención de ayudarla a levantarla.
-¿¡Acaso ninguno de ustedes está pensando en Elsa!?- Jack no podía creer lo que sus amigos estaban a punto de hacer, se sentía furioso y asqueado por la falta de consideración de ellos con la pobre chica- Todos la odiarán, ¡volverán a temerle! ¡Ella no podrá soportarlo! Ella no podrá...-dijo esto último casi en un susurro y apretando el puño con fuerza. La pareja se miró avergonzada, separándose de Lance.
"Parece que no lo hicieron"
-¿Saben qué?- preguntó cansado mientras se sacudía el pelo blanco- Hagan lo que quieran, yo iré a buscar a Elsa.
-Espera Jack- lo llamó el chico rubio cuando se volteó, preparado para salir volando- Tienes razón, lo sentimos, no estábamos pensando con claridad... Es solo que... esta situación nos supera.
-A todos Kristoff, yo tampoco sé qué hacer- dejó caer los hombros, derrotado- Pero creo que no debemos meterla en problemas.
Anna, que había estado callada el último tiempo mirando el suelo cubierto de nieve, levantó la cabeza emocionada.
-¡Ya sé!- exclamó, tomó a su novio del brazo y lo arrastró nuevamente a un lado de la escultura del rey.
-¿Qué estás...?- intentó preguntar el chico, mientras era obligado a sujetar la estatua. La princesa miró al joven de cabello blanco, exasperada.
-¿Qué?- preguntó Jack confundido, unos centímetros por encima del suelo.
-Ven a ayudarnos.
-Ya les dije que no me parece correcto...
-Llevar a Lance a Arendelle- lo paró levantando una de sus delicadas manos- Por eso vamos a dejarlo con los trolls.
Pudo ver cómo incluso Sven, a delante del trineo, la miró confundido.
"Ese animal es muy raro" pensó.
Anna puso los ojos en blanco desesperada por el hecho de que nadie siguiera la línea de sus pensamientos. De repente, Kristoff frunció el entrecejo, apareciendo en su rostro señales de entendimiento.
-Me parece bien- apoyó a su novia.
-¿Ves Jack? Todo va a salir bien, sólo debemos seguir mi plan.
-¿Qué plan?- cuestionó, girando su bastón en el aire, finiendo despreocupación.
-No importa, no hay tiempo de explicar, entre más pronto regresemos a Arendelle mejor funcionará.
Luego de esta declaración se dio cuenta de que la chica no iba a aclararle nada hasta que lleguen al castillo. Con un movimiento descuidado de su muñeca, levantó a Lance en el aire y lo colocó sobre el trineo. Ambos lo miraban entre sorprendidos y enojados.
-Lo lamento, no es momento de dar explicaciones, debo encontrar a Elsa- seguido de esto, se elevó en el aire, perdiéndose en las nubes.
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Ahora, luego de una noche entera de búsqueda, Jack decidió descansar un rato. La garganta le ardía y su cabeza iba a explotar del dolor que sentía, gritar muchas horas seguidas no le hace bien a nadie, ni siquiera a un ser como él. Desde donde estaba, a una altura mayor que la de los pinos que lo rodeaban, se dejó caer al suelo. La nieve amortiguó su caída, como se suponía que debía hacer, pero él no se dio cuenta. Su mente sólo podía pensar en una cosa, en Elsa. Acostado en la nieve como estaba, no dejaba de preguntarse lo mismo una y otra vez.
"¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste de mi lado?" Es decir, sabía que pronto aparecería, que se fue en un momento tenso, completamente abrumada, que estaba exagerando, pero aún así él no podía dejar de preguntarse su paradero desde que había visitado un castillo de hielo vacío.
Al principio se sorprendió de encontrarlo así, pues estaba seguro de que ese sería el primer lugar al que ella iría, pero luego recordó cómo Elsa voló sin caerse cuando saltó por la ventana, se dio cuenta de que podría estar en cualquier lado. De repente, al desaparecer por completo la Luna en el cielo gracias al brillo del Sol, una sensación inundó a Jack, la necesidad de ir a un sitio. Se paró apresurado, sin hacer uso del bastón, cosa que lo hizo trastabillar.
"Volveré al castillo una vez más"
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No fue hasta que estuvo a unos metros del castillo cuando la vio, sentada en el balcón, observando la lejanía con el ceño fruncido, tan concentrada en sus pensamientos que no le prestó atención. Contuvo la necesidad de arrojarse sobre ella, ya que estaba sorprendido por su cambio de apariencia. El peinado que tenía en el baile había desaparecido por completo y reemplazado con una trenza algo desarreglada, en la cual, si a Jack no le fallaba la vista, había pequeños copos de nieve adornándolo. Su vestido era...
"Un momento" interrumpió Jack su inspección "¿Eso es...hielo?" En efecto, el vestido de Elsa estaba hecho de ese material, tornándolo de un color celeste que reflejaba la luz cuando se iluminaba, su espalda era adornada con una capa de escarcha con delicados diseños de copos de nieve. Le hizo acordar cuando, de pequeña, ella había intentado hacer una prenda similar pero sin ningún resultado, parecía más bien un muñeco de nieve que una princesa con el vestido congelado.
-¿Elsa?- la llamó casi en un susurro, ella ni se inmutó- Elsa
Esta vez habló más fuerte y con un tono de determinación antes inexistente, ella saltó en su lugar, sorprendida, miró hacia todas las direcciones buscando la voz antes de detenerse en la figura de Jack, flotando a su lado.
-¿Jack? ¿Cómo me encontraste?- su cara no mostraba emoción alguna más allá de la confusión.
-Yo también me alegro de verte- respondió claramente ofendido. ¿Se había pasado toda la noche buscándola y esto era lo que encontraba? Elsa intentó sonreír, fracasando terriblemente, sus ojos llenándose de lágrimas.
-Perdón, Jack, sé que no debí haber corrido, es sólo que... no sabía qué hacer- Se abalanzó sobre ella, arrojándola de la baranda de hielo del balcón, dónde ella se sentaba. Antes de tocar el suelo giró, poniéndola a ella sobre él, recibiendo el golpe. No la soltó hasta que le aseguró que había dejado de llorar.
-Estás loco, ¿lo sabías?- le preguntó entre risas, sus mejillas estaban mojadas.
-Es por eso que me adoras- contestó limpiándole el rostro con las manos, ella las tomó.
-Gracias por encontrarme- lo miró fijamente, él le devolvió una gran sonrisa, pues sabía que no se refería a sólo ese momento, sino que también a aquella vez cuando ella era pequeña.
-Lo mismo digo.
Y se besaron, con ternura y amor, entre sonrisas. Fue algo corto, pero grandioso de todas maneras. Una vez que se separaron apoyaron sus frentes una contra la otra, con los ojos cerrados, sin querer arruinar la magia del momento.
-Jack...- suspiró- ¿Qué... qué pasó con Lance?
Él abrió los ojos, y vio que ella todavía los mantenía sellados, apretando con fuerza.
-Lo llevamos con el abuelo de Kristoff- hizo una pausa, intentando ordenar las ideas, para poder explicar de la mejor manera posible lo que el troll les había contado.
-¿Y?
-Espera, estoy pensando cómo decírtelo... A ver... Creo que voy a comenzar diciéndote que se puede salvar...
-¿Qué? ¿Cómo?- la reina lo miró sorprendida.
-Sí... es algo extraño. Dijo algo acerca de que esa magia que creaste no es como la que usaste cuando congelaste a Anna, no fue controlada por el miedo, sino que por algo más.
-Entonces, significa que un acto de amor no es lo que necesitamos.
-Exacto, eso sólo serviría si el miedo fue el que te obligó a hacerlo, pero esta vez no es así. Lo que debemos hacer, es encontrar qué es lo que hace que tu cuerpo comience a congelar cosas sólo porque sí, y luego de eso, quizás podamos descubrir alguna manera de salvarlo y... ¿Elsa? ¿Estás bien?
La chica se había quedado congelada, todo a excepción de sus manos, que jugaban nerviosas con la tela de la camisa de Jack, estaba quieto. Unas arrugas se formaron en su frente por la concentración.
-Creo que sé qué es lo que me impulsa a hacer eso.
-¿Lo sabes?
-Sí
-¿En serio?
-Sí
-¿Segura?
-Sí- lo miró como si fuera tonto.
-¡Ey!- exclamó, levantando las manos- Sólo quería asegurarme
-Ajá- sacudió la cabeza, divertida. Él sonrió a su vez.
-Entonces, ¿por qué crees que sucede?
-Mi cuerpo no puede soportar los poderes, no es como el tuyo, inmortal. Es demasiado para soportar, entonces de vez en cuando se escapan. No sé por qué lo que se crea es de color negro, quizás sea una coincidencia, la verdad que es algo que me falta averiguar.
-Así que... ¿tus poderes escapan porque no puedes contenerlos?- A Jack le costaba salir del estupor. Él nunca se había puesto a pensar que sus habilidades generaban algún efecto en su cuerpo, pero tenía sentido que Elsa, siendo sólo una mortal sufriera sus consecuencias.
-Exacto.
-¿Por qué ahora?
-¿Porque hace poco utilicé demasiado?
-¿Y eso qué tiene que ver?
-¿Que se hicieron más fuertes? ¿El control de mi cuerpo se debilitó? Por ahí luego de años sin usarlos, el haberlo hecho se sintió tan bien que ahora no lo quiero tener encerrado. No lo sé, sólo tengo teorías. - sonrió encogiéndose de hombros, Jack tomó su mano.
-Tenemos que ir a hablar con el abuelo de Kristoff, puede que sepa cómo solucionarlo si le dices todo esto.
-¿Podemos...quedarnos así por un rato?
El chico de pelo blanco la miró, ella observaba el suelo con melancolía. La misma expresión con la que la había encontrado, meditabunda y concentrada, yacía en su rostro.
-Claro- accedió receloso, abrazándola más fuerte.
"Elsa, ¿qué te pasa?"
Se quedaron así unos minutos más antes de que ella se parara, sorprendiéndolo, y lo obligara a llevarla con los trolls. El vestido se le abrió hasta por encima de la rodilla. Jack se quedó mirando la parte expuesta de la pierna, embobado, mientras recordaba...
-Eu, vamos.- lo apuró, sacándolo de sus pensamientos.
El viaje hubiera sido corto, sino fuera porque Jack tomó la mayor cantidad de desvíos posibles, dando volteretas y jugando, mientras intentaba hacerla reír. Las carcajadas de ella junto con la suya hacían al bosque temblar, las copas de los árboles bailar y los pájaros cantar.
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-Ahora lo veo.
-¿Sabe cómo solucionarlo?- preguntó esperanzada.
-Sí, pero...
-¿Pero qué?- esta vez fue el turno de Jack de preguntar.
-La única solución que encuentro, es que los poderes de Elsa desaparezcan.
Ella lanzó un suspiro ahogado, y apretó fuertemente la mano del joven, quien estaba estupefacto, con la boca y ojos abiertos. Estaban ambos frente al más viejo de los trolls, el sol de la tarde los golpeaba fuertemente en el rostro, pero aún asi sus rostros no estaban colorados por el constante calor, sino que se volvieron pálidos por la noticia que el abuelo de Kristoff les acababa de dar.
Apenas llegaron, le contaron todo lo que Elsa había descubierto, aunque el que más habló fue Jack, ella pudo explicar las partes más específicas. El troll los escucho con paciencia, asintiendo con la cabeza, como si estuviera armando un rompecabezas en su mente. Pero la respuesta no fue nada satisfactoria para el joven de cabello blanco.
-¿A qué se refiere con eso? Sus poderes no pueden desaparecer, son parte de ella.
-Lo sé.
-¿Entonces por qué dice algo así?- preguntó ofendido.
-Sólo dije la verdad, la única manera con la que Lance puede volver a la normalidad es que las habilidades sobrenaturales de la chica se vayan de su cuerpo.
-No voy a dejarte hacerlo. Le estaría sacando una parte esencial de ella, sería como pedirle que se corte un brazo o...
-¿Usted puede hacerlo?- La reina lo interrumpió, él la miró confundido. Habría jurado que cuando dijo eso sonó...esperanzada.
"¿Qué estás pensando?" se preguntó, sin atreverse a creer que su novia planeaba renunciar a sus habilidades.
-No- sacudió la cabeza de un lado al otro- Yo no tengo esa capacidad.
El chico suspiró aliviado, mientras que Elsa lo hacía decepcionada. Volvió a dirigirle la mirada, confundido.
-Pero- continuó la criatura del bosque- Estoy seguro de que conoces a alguien que sí.
La chica levantó la vista sorprendida, estuvo a punto de decir algo, pero luego vio al chico parado junto a ella y cambió de parecer.
"¿Qué me estás ocultando?"
-¿Puedo verlo?- cuestionó la reina, solemne como siempre, con la espalda recta y los hombros hacia atrás.
-Claro- el troll dio media vuelta, se sujetó los pies, creando una bola con el cuerpo, y comenzó a rodar, guiándola.
-Elsa- el chico la detuvo, sujetándola por el brazo- ¿Estás segura de que quieres hacer esto?
-Sí, Jack. Tengo que hacerlo.
-¿Estás pensando en quitarte los poderes?- ella no respondió- ¿Elsa?
-Casi no puedo ver al troll, será mejor que avancemos.
Dicho esto se dispuso a continuar su camino, él creyó que iba a abandonarlo ahí, a dejarlo solo en medio del bosque por lo frío que lo había tratado, hasta que ella se volteó, corrió los pasos que los separaban y lo abrazó.
-Lo lamento- susurró en su oído, haciéndole cosquillas, luego se movió hasta que quedaron enfrentados- Ven conmigo, por favor. Te necesito a mi lado.
-Prométeme que no renunciarás a tus poderes.
-Jack...
-Hazlo.
-De acuerdo, te lo prometo.
Él le sonrió agradecido, y continuaron juntos, tomados de la mano su camino a donde se encontraba el rey de Rebinsten. Llegaron hasta una cueva donde sólo cabían un par de personas cómodamente, por fortuna para ellos. La entrada estaba tapada por una enorme y gruesa pared de hielo opaco que Jack había hecho la noche anterior, y que derritió con un movimiento de la mano que tenía libre.
-Aquí está- anunció el troll.
Elsa se soltó del amarre del chico, y se acercó cautelosamente hasta la figura de Lance, que no había cambiado en lo absoluto. Su expresión seguía siendo aterrada, arrodillado, con una mano en alto mientras que con la otra sujetaba su brazo, intentando alejarse de donde, antes, se encontraba la reina. El chico se acercó a ella despacio, dándole su tiempo, pues sabía que estaba llorando aunque no pudiera verle el rostro. La abrazó desde atrás, pasando los brazos por su pequeña cintura, ella se relajó casi inmediatamente, aunque él podía sentir cómo las gotas saladas caían en su ropa.
-Shh... Tranquila pequeña.
Ella se volteó y enterró el rostro en el espacio entre su cuello y su hombro.
-Ya está, vamos a solucionarlo, todo saldrá bien.
La reina negó con la cabeza, mojando aún más al joven, pero a él no le importó.
"Siempre voy a estar ahí para vos" Pensó mientras la apretaba fuertemente, brindándole su apoyo. Besó su frente con cariño.
-¿Volvemos?
-Vayamos a casa, Jack.
El corazón de él dio un salto, su pecho se agitó. " 'A casa' Qué lindo suena eso"
-¿A qué te refieres con eso?- cuestionó intrigado, porque en realidad no sabía a lo que se refería. Ella lo miró a los ojos, él sonrió al encontrarlos llenos de luz.
-Quiero ir a nuestro castillo, en las montañas.
-¿Nuestro?- preguntó con arrogancia.
-Sí, bobo, nuestro. ¿O acaso pensás que yo no sabía que vos estuviste ahí todo este tiempo?- amaba cuando ella ponía los ojos en blanco de esa manera
-Tenía la esperanza de que permaneciera en secreto, a decir verdad.
-Cambiar los dibujos en la pared fue una gran pista.
-La próxima vez seré más cuidadoso.
-Si vos decís...- comentó con tono juguetón. Jack la besó en los labios.- Pensé, ya sabes, que ese podría ser nuestro hogar, sólo para nosotros. El castillo está siempre lleno de gente y jamás podríamos estar tranquilos.
"Querrás decir que vos no podrías estar conmigo sin que te considerasen loca" pensó, pero en cambio sonrío y dijo:
-Vamos a casa.
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Sus carcajadas resonaban a lo lejos, ambos compitiendo por ver quién hacía el mejor muñeco de nieve, con la única regla de que no podían usar sus poderes, que ambos pudieron mantenerla hasta que Elsa hizo que el muñeco de Jack cayera por un desequilibrio que consiguió al crear nieve en uno de los lados de su cabeza. Obviamente, él no se quedó atrás, derritió el de ella en sólo unos segundos, y, como venganza adicional, la envolvió a ella misma en nieve dándole la apariencia de Olaf.
-¡Ey!
-¿Qué?- preguntó entre risas.
-Te pasaste- dijo con aire despreocupado, para instantáneamente lanzar un rayo que lanzó el bastón de él lejos, congelándolo en lo alto de una de las paredes del edificio detrás de ellos.
-Vos siempre te desquitas con el bastón, ¿no ves que tiene sentimientos?- preguntó fingiendo estar dolido, mientras intentaba descongelarlo.
-Es un chiste, ¿no?
"¿Chiste? Ya vas a ver"
-No.- respondió secamente, dándole la espalda para ocultar una sonrisa.
-Vamos Jack, no seas así, sólo era una broma, vos me llenaste de nieve.- intentando ver la cara de él, quien giraba en el lugar, sin permitírselo.
-¿Y qué tenía que ver el bastón?- éste justo llegó volando, siendo atajado por el chico en el acto.
-Nada, pero era para molestarte a vos.- finalmente Elsa consiguió posicionarse frente a él, logrando ver su sonrisa- ¡Sos un mentiroso!
El joven de cabello blanco rió tan fuerte como pudo, y al ver que ella iba a irse ofendida sujetó su cintura con el báculo y la atrajo hacia él, pecho contra espalda.
-"Vamos, Elsa, no seas así, sólo era una broma"- dijo imitando la voz de la chica, ella se debatía en sus brazos, intentando escapar. Comenzó a hacerle cosquillas en el cuello con la nariz, sabiendo que era una de las debilidades de la reina, quien, de alguna manera, consiguió arrojar a Jack al suelo. La nieve golpeó la parte trasera de su cabeza.- ¡Ay!
-Lo lamento- dijo mientras se arrojaba junto a él en la nieve.
Jack se dispuso a mirar el cielo, las nubes estaban despejadas y se podía entrever el azul del cielo, que en cualquier momento se teñiría con los colores del atardecer.
"Es increíble cómo pasa el tiempo cuando te diviertes" Giró la cabeza para mirar a la joven que estaba junto a él, ella sintió su mirada y volteó, enfrentándolo, le sacó la lengua y comenzó a hacer un ángel en la nieve. "O cuando lo disfrutas con las personas que quieres" Pensó, antes de imitar a su amiga, moviendo sus brazos y piernas, juntando y separándolos, una y otra vez, empujando la nieve y creando formas en el suelo. Al terminar, ambos estaban cansados y con la respiración agitada. Aunque Jack estaba disfrutando del momento, y adoraba pasar ese instante en completa paz, no pudo evitar preguntar lo siguiente, aún sabiendo lo que iba a ocasionar.
-Elsa, ¿cómo hiciste para escapar?
-¿Eh?
-Te vi volar.
-Yo no tengo por qué decírte...- Intentó sentarse pero él la detuvo con el bastón
-Respóndeme, por favor
-No puedo
-No te cierres Elsa, déjame entrar.
-No sé cómo hacerlo
-¿No sabes o no querés?- él ya se estaba empezando a enojar, aunque en realidad no sabía con quién.
-¿Acaso hay diferencia?- hizo un gesto con las manos y rodó los ojos.
-Claro que sí, quiero saber si es que no podés confiar en mí o si en realidad te ves impedida por alguna cosa.
-No puedo decírtelo.- su voz se quebró, pero Jack no se dio cuenta, estaba muy enfadado. Se paró y sacudió la nieve.
-¿A qué se refería el abuelo de Kristoff cuando dijo que conocías a alguien que podía quitarte los poderes?- continuó preguntando.
-No puedo...
-Cuando quieras hablar, estaré en Arendelle.
-Jack, entiende, por favor.
-¿Por qué no confías en mí? ¿Por qué no me lo dices?
Ella apartó la mirada. Él, de un salto, abandonó la montaña, dejando a Elsa completamente sola. Sólo aguanto un par de kilómetros volando de manera irregular, sin poder estabilizarse por las lágrimas y la rabia, cuando dejó escapar un grito, lleno de impotencia e ira, de celos y frustración, se descargó como no lo había hecho en años, y, arrojando su poder en todas las direcciones, congeló los árboles a su alrededor.
"Elsa, ¿por qué no quieres hablar conmigo?" Lloró en silencio.
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Llegó a Arendelle para el anochecer, necesitó un buen rato para calmarse y otro más para que sus ojos dejen de estar rojos y su cara hinchada. Anna lo recibió con abrazos, Kristoff le dio la mano y golpeó su espalda con familiaridad y Olaf se arrojó a sus piernas, envolviéndolas con sus brazos de madera. Él les contó todo lo que había pasado, excepto por la parte de la discusión que acababan de tener, ellos se mostraron alegres por la aparición de la reina y de saber que estaba bien, pero al llegar a la parte de cómo podrían solucionar el problema de Lance, ninguno se inmutó.
-¿Ya lo sabían?
-Algo así, el abuelo de Kristoff nos contó acerca de esto- explicó Anna
-¿No creen que está mal?- preguntó el chico de pelo blanco sorprendido.
-Jack, comprende, creo que sería lo mejor para todos...- empezó Kristoff
-¿Que ella pierda una parte de su ser sería lo mejor para todos?
-No va a morir, será la misma, sólo que sin poderes.
-¡No! No sería la misma, sin sus habilidades, ella...
-Seguiría siendo Elsa- lo interrumpió la princesa- Podríamos salvarle la vida a muchas personas y a ella misma. ¿Acaso lo único que te importa son sus poderes?
"¿Será verdad? ¿Sólo me importa eso?" meditó Jack en su mente, sentándose en el suelo, incrédulo por lo que acababa de descubrir.
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HOLAA!!!!
PERDÓN PERDÓN PERDÓN Y MIL VECES MÁS PERDÓN POR TODO EL ATRASO, ME MEREZCO TODAS LAS COSAS MALAS QUE SEGURO PENSARON DE MÍ.
La verdad es que esta semana cerraron las notas en mi colegio y me atacaron con exámenes, llegué a tener 5 en una semana, y eso sumado a mis tareas extracurriculares me dejó sin tiempo.
La otra razón de por qué no pude escribir es que James Dashner vino a mi país, y tuve que apurarme a terminar la saga para poder ir a la conferencia de prensa (cosa que no alcancé a hacer, y por eso me llené de spoilers)
¿Y? ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen que Elsa va a hacer? ¿Ustedes piensan que lo último que se preguntó Jack es verdad? Comenten y voten, me interesa saber quién lee mi historia y qué opina al respecto.
GRACIAS POR LOS 6.000 LEÍDOS Y MÁS DE 200 VOTOS. Los amo, en serio, gracias por los comentarios y todo su apoyo y espera, me merecía algo peor, jajaja
De nuevo, perdón por la espera
Besos y suerte!
UnicornHair