Fantasías Eróticas

By UKnowLis

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Quisieron llevar a la realidad sus más oscuros deseos; pero... todo se les fue de las manos. ¿Qué sucede cua... More

1. Buenas intenciones.
2. Esperando la cena
3. Deliciosa negociación
4. Encuentro forzado
5. Lanzando el anzuelo
6. ¿Piscina nudista?
7. Inocencia perdida
8. Tu corazón es solo mio.
9. Amantes
10 ¿Descubiertos?
11. Consecuencias
12 Arrepentimientos
13 ¿Una nueva vida?
14. ¿Quieres ser mi amante?
15. Sí, acepto
16. Solo para mí
17. ¿Ella sigue aquí?
18. Quédate conmigo
19. Quiero ser tu prioridad
20. Te odio, ¿lo sabes?
21. ¿Ya no me deseas?
22. Ya me perdiste
23. Dime que me amas
24. Malas nuevas
25. Latidos
26. Manipulación
27. Acorralado
28. ¿En la calle?
29. Malditos celos
30. ¿Secuestrada?
31. Esperanza disipada
32. Matrimonio disuelto
34. Tan solo un error
35. Quitando obstáculos
36. Cayendo otra vez
37. Cambio de juego
38. De mujer a mujer
39. ¿Oportunidad o venganza?
40. Amor a primera vista
41. ¿Dulce venganza?
42. Separación definitiva
43. ¿Nuevo amor?
44. ¿Podemos hablar?
45. ¿Por qué viniste ahora?
46. Eres mi todo
47. ¿Tú de nuevo?
48. El intercambio
49. Decidido a todo
50. El rescate
Capítulo Final

33. Desesperada

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By UKnowLis

Jayden se había quitado la ropa y puesto la bata que le diera la enfermera, cerró los ojos y juntó sus manos, comenzó a llorar desesperada, una vez más se llevó la mano a su abdomen, estaba perdiendo la figura que tanto le enorgullecía; pero no importaba, por una vez en su vida no se sentía sola. Pero no quería ser egoísta, no quería que su hijo pasara por lo que ella pasó al crecer sin sus padres.

La enfermera entró en ese momento.

─ No tienes por qué preocuparte, los abortos quirúrgicos son muy seguros, es muy poco probable que se presenten complicaciones.

Le hizo ponerse un gorro y la guio hasta a la habitación contigua, cuando Jayden entró se dio cuenta que era el quirófano. En medio había una camilla, donde el médico le indicó que se acostase. Habían dos enfermeras más con él, miró a su alrededor, aquel sitio era aterrador. Sobre todo la camilla, sus piernas debían descansar en unos soportes llamados estribos, que las mantendrían abiertas.

─Acuéstate sobre la camilla ─volvió a repetirle el médico.

Una de las enfermeras se le acercó para tranquilizarla, pero ella se alejó aterrada.

─¡No se me acerque!

─Jayden ─le habló el doctor Stone con voz calma─, tranquila, voy a administrarte un sedante para que te ayude a relajarte, todo estará bien, lo prometo.

─Yo... no quiero matar a mi bebé.

─Algunas mujeres dudan, pero luego que todo pasa, se dan cuenta que fue lo mejor.

Jayden miró todos los instrumentos, eran tan fríos y aterradores, no quería que nada de eso tocara a su hijo.

─¡No! ─dijo moviendo la cabeza─. ¡No quiero!

─Ya firmaste y el procedimiento está pagado.

─No me importa, ¡no quiero!

Jayden tomó una de las tijeras y los amenazó con esta.

─Si se me acercan no dudaré en clavarla en ustedes, todos son unos asesinos.

─Llama a su hermana ─ordenó Stone a una de las enfermeras─. Quizás ella pueda tranquilizarla.

Jayden logró salir del quirófano, en el pasillo su hermana quiso detenerle pero ella la empujó contra una de las enfermeras y salió corriendo fuera de la clínica.

─¡Jayden! ─gritó Yura desesperada─. ¡Detente, por favor!

Jayden corrió descalza por las calles, con la bata medio abierta en la parte de atrás y el cabello recogido debajo de un gorro; pero nada de eso le importaba, necesitaba poner a salvo a su hijo.

Yura salió detrás de ella, llamándola desesperadamente.

─¡Jayden! ─gritaba intentando alcanzarla─. ¡Jayden, regresa aquí!

Jayden miró hacia atrás poco antes de lanzarse a la calle, por lo que no se dio cuenta que venía un auto, cuando ya fue demasiado tarde.

El móvil de Yunho sonó en ese momento, él estaba despidiéndose de un cliente, cuando pudo revisar su teléfono sonrió como un adolescente, era ella, BoA, le había enviado un mensaje. Cuando lo abrió se encontró por primera vez con una imagen de su hija, se sentía tan bendecido con su existencia.

─Es hermosa ─le escribió emocionado─, gracias... gracias por este regalo.

BoA leyó su mensaje; pero no envió una respuesta.

Yunho pasó todo el día observando la imagen, incluso se la mostró a su secretaria y a un par de clientes que atendió esa tarde. En la imagen podía verse su rostro con claridad, sus ojos estaban cerrados, pero ella parecía que estaba por chuparse un dedo. Su otra mano, con sus deditos completos y bien formados estaba como recostada a su mejilla.

En su hora de almuerzo de aquel día, BoA comió rápidamente para dedicar parte de su tiempo a comprar algunas cosas en un almacén para bebés cercano a su trabajo. Ella misma estaba decorando la habitación de su hija y había visto unos muebles y accesorios que encajaban en el diseño que había hecho. Le habría gustado que Yunho participara en esto, pero necesitaba mantenerse alejada para ir olvidándolo. La resolución de divorcio era tinta y papel, sus sentimientos hacia él seguían siendo los mismos. Amaba al estúpido ese y probablemente le tomaría mucho tiempo olvidarlo.

─Deberías buscarte un amante ─le había sugerido una de sus compañeras de trabajo─. Si él se buscó otra, tú deberías hacer lo mismo.

─¿Crees que no le he pensado? ─se sinceró BoA─. Pagarle con la misma moneda me pasó por la cabeza más de una vez. Incluso tuve una cita con otro hombre, pero me sentí totalmente desmotivada. Aunque soy una mujer liberal en cuanto al sexo con mi pareja; dormir con un tipo por el que no siento nada, no va conmigo. Si algún día vuelvo a dormir con otro hombre será porque sienta algo por él, no porque quiera hacerle daño a Yunho.

Cuando llegó a la tienda se detuvo frente a las cunas, había una que venía a juego con otros muebles que le encantó desde la primera vez que la vio. Una de las vendedoras se le acercó.

─Los tonos aquí son nieve para la base y fucsia para los detalles. Pero también la tenemos en diversos colores. ¿Desea ver nuestro catálogo?

─Este es el color que busco ─respondió BoA─. ¡Me encanta la combinación!

─La cuna es modelo Princess, convertible, evoluciona a sofá o camita a medida que el bebé siga creciendo. El cambiador evolutivo Princess se gradúa en altura pasando de cambiador a mesa de juegos. También viene con otra mesa de juegos y un baúl, muy útil para guardar los juguetes y tener la habitación ordenada.

BoA había mandado a pintar la habitación de un tono pálido de rosa y el piso de madera en blanco.

─¡Me llevo todo el juego! ─exclamó BoA─. También quiero ver una alfombra, algo con flores, quiero que la habitación de mi hija sea muy femenina.

Cuando caminaba de regreso a su trabajo, recordó sus antiguas discusiones con Yunho sobre como decorarían las habitaciones de sus hijos. De ser niña justamente él la quería en tonos rosas; ella por el contrario, deseaba algo distinto, quizás celeste. Sin embargo, sin saber por qué, terminó decorando la habitación como habría deseado él. Era irónico, como aun estando divorciados, seguía influyendo en sus decisiones.

Cuando Jayden despertó, abrió los ojos lentamente, se hallaba desorientada, todo a su alrededor estaba oscuro. Quiso levantarse, pero sus manos y pies estaban atados a la camilla. Fue cuando la realidad la golpeó, sus piernas se hallaban abiertas y frente a ella, el doctor Stone, con sus horribles aparatos de tortura en mano, se quitaba el cubre bocas para informarle que todo había terminado.

Su grito les heló la sangre a pacientes, médicos y enfermeras en la sala de emergencia. Jayden lloraba completamente histérica, sin que pudieran controlarla.

─¡Mi bebé! ─gritaba─. ¡Mi bebé! ¡Mataron a mi bebé!

─¡Tu bebé está bien! ─le dijo una enfermera.

─Todo está bien ─le dijo un médico─. Solo tuviste un desmayo; pero todo está bien.

Jayden miró a su alrededor, aquel no era el consultorio del doctor Stone, era un sitio muy distinto. Habían otras camas a su alrededor, con otros pacientes, hombres y mujeres. Además, no estaba amarrada, ni la camilla era como la de la clínica.

─¿Dónde estoy? ─preguntó un poco más calmada─. ¿Cómo llegué aquí?

─Soy el doctor Thomas Brown, estás en la sala de urgencias del St. John's Medical Center. Tuviste un desmayo pero todo está bien, tu bebé está bien, así que mantén la calma.

Jayden llevó sus manos al vientre, podía sentir su pancita.

─¿De verdad mi bebé está bien?

─Te aseguro que tu bebé está bien, ambos están bien.

Jayden hizo memoria, cuando huía de la clínica, estuvo a punto de ser arrollada; pero el conductor del vehículo la esquivó, chocándose contra otro auto que se hallaba estacionado a un costado de la calle. Después de eso, no recordaba más.

─Tu hermana está aquí, está muy preocupada ─le dijo la enfermera.

─¡No quiero verla! ─Jayden volvió a ponerse nerviosa─. ¡Ella quiere matar a mi bebé!

El médico y la enfermera intercambiaron miradas.

─¿Ella ha intentado hacerte daño? ─preguntó el doctor Brown.

Quizás tendrían que llamar a las autoridades.

─Me llevó a una clínica, me convenció de autorizar el aborto; pero al final no pude, quiero tener a mi bebé.

─Entonces nadie puede obligarte ─intervino la enfermera─. ¿Tus padres que piensan al respecto? ¿Saben de tu embarazo?

─Mis padres murieron cuando era niña, solo tengo a mi hermana.

─¿Y el padre del bebé? ─preguntó el doctor.

─Él... envía dinero a mi hermana para cubrir todos mis gastos, pero no estamos juntos. Por favor, no dejen que mi hermana me lleve con ella.

─¡Jayden! ─Yura entró en ese momento.

─Por favor, espere afuera ─intervino el médico.

─¿Ella está bien, doctor?

El médico salió con Yura para hablar en el pasillo.

─Su hermana está bien, tanto ella como el bebé se encuentran en perfecto estado. En la mayoría de los embarazos, los vasos sanguíneos se dilatan y la presión arterial disminuye. Y aunque los sistemas cardiovascular y nervioso logran adaptarse, existen ocasiones en que dichos sistemas no se adaptan lo suficientemente rápido y cuando eso sucede, sobrevienen mareos o incluso desmayos. En el caso de su hermana, ella pasó un gran susto cuando casi fue atropellada; pero como le dije, todo está bien con ella.

─¿Quiere decir que le dará de alta?

El doctor Brown asintió.

─Pero debe saber que su hermana no quiere irse con usted, ella teme que pueda hacerle daño al bebé. Y solo quería sugerirle que no intervenga en su decisión, ella está muy decidida a tenerlo y solo le causaría un daño emocional si la obliga a abortar.

─Doctor, agradezco que haya atendido a mi hermana; pero no se meta en asuntos que no le competen. Lo mejor para ella es no tener ese bebé.

─Quizás sea cierto, pero si pasa por encima de su decisión, estaría cometiendo un delito.

─No lo haré en contra de su voluntad, pero mientras esté a tiempo, haré lo posible para convencerla. Soy su hermana y sé que es lo mejor para ella.

Sin ropa y sin dinero, Jayden no tuvo más remedio que regresar con Yura. Pero apenas llegaron a casa, se encerró en su recamara y empezó a hacer las maletas. Ya no confiaba en ella, temía que buscase el modo de terminar con su embarazo y no podía permitirlo. Después de lo vivido durante ese día y casi haberlo perdido, se sentía aún más unida a su hijo.

─Jayden ─le llamó Yura a la hora de la cena─, baja a comer.

Jayden escondió la maleta en el armario y bajó para no alertar a su hermana. Comió en silencio, mientras Yura le sermoneaba.

─Hoy me has dado un susto muy grande Jayden, y que vergüenza con el doctor Stone, le has tratado como un asesino, cuando él solo trataba de ayudarte en tu problema.

Jayden sentía como la sangre iba subiéndole a la cabeza, odiaba el modo en que Yura se expresaba de su hijo. Y más aún, que casi le hubiera orillado a abortar, usando sus dolorosos recuerdos de la infancia. Apretó los puños por debajo de la mesa; pero no dijo nada, se mordió la lengua mientras terminaba de comer.

─Estoy agotada ─dijo cuando terminó de comer─, me dormiré temprano.

Pocos días antes de su divorcio, Yunho ya se había mudado a un apartamento. Le tocaba volver a su vida de soltero. Aunque meditando en ello, nunca había tenido una. Se había casado con su novia de preparatoria, así que técnicamente, era la primera vez que estaría solo. Algunos de sus compañeros le alentaban diciéndole que saliera con otras mujeres, pero la verdad es que por ahora no se le apetecía. Muy dentro de él, mantenía la esperanza de recuperar a la suya. Su apartamento estaba ubicado en el centro de la ciudad, era un sitio moderno, decorado al estilo minimalista. Lo había preferido así, casi frío como un hospital, porque así era como se sentía. Su recámara estaba ubicada en un segundo alto, tenía un balconcillo desde donde podía apreciarse gran parte del salón. Después de llegar del trabajo se mudó de ropa, se puso unos pantalones cortos color caqui y un polo azul. Bajó para servirse un trago y se sentó frente al televisor con la intención de matar el tiempo. Pero aquello se le hizo muy aburrido, tomó las llaves del auto y terminó en frente de casa de su mujer. No tenía intención de molestarla, se lo había prometido, pero estar allí le hacía sentirse cerca.

Su móvil sonó en ese momento, era su madre.

─¡Yunho, hijo, tienes que venir aquí de inmediato!

─¿Le sucede algo a papá? ─Yunho echó a andar el auto.

─No se trata de tu padre, él está aquí conmigo ─su madre sonaba confusa─. Pero... aquí hay una niña embarazada, dice que el bebé es tuyo. ¿Cómo te llamas? ─escuchó que preguntaba su madre─. Dice que se llama Jayden, ¿la conoces?

─Sí la conozco ─tuvo que admitir.

─¿Y es cierto lo que dice?

─Por desgracia sí, es cierto, el bebé es mío.

Su madre se llevó ambas manos a la boca.

─¡Ven enseguida!

─Ya voy en camino ─dijo Yunho hundiendo el pie en el acelerador.

En casa de sus padres, Jayden estaba de pie frente a su puerta, con su maleta a un costado.

─¿Qué dijo? ─preguntó el señor Jung a su mujer─. ¿La conoce?

Su mujer asintió.

─Es verdad lo que esta niña dice.

─¿Lo del bebé también?

─Sí, él dijo que sí, que el bebé es suyo.

Hicieron pasar a Jayden, cuando ella entró, se sorprendió del lujo con el que vivían los padres de Yunho. Era una familia mucho más acomodada de lo que imaginaba. Le invitaron a sentarse y ella lo hizo con un poco de timidez. Nunca había estado en un sitio tan lujoso, ella y su hermana vivían bien; pero no a ese nivel.

─Y... dinos Jayden, ¿qué edad tienes? Te ves muy joven.

La pregunta vino del padre de Yunho.

─Tengo diecinueve.

─¿Y desde cuando conoces a nuestro hijo?

─Ya hace más de un año.

─¿Eras menor de edad en ese entonces? ─preguntó preocupado.

Ella negó con la cabeza.

─Ya había cumplido dieciocho cuando lo conocí.

Pudo notar la mirada de alivio en el rostro de ambos.

─Y... ¿Cuántos meses de embarazo tienes?

Jayden sacó la ecografía que siempre llevaba en su bolso.

─Allí tenía dieciséis semanas, pero ahora ya son diecinueve, o sea alrededor de unos cuatro meses.

Los abuelos se emocionaron al ver la ecografía, aun no sabían que su ex nuera también estaba embarazada. BoA le había pedido a Yunho mantenerlo en secreto hasta luego del divorcio y aún no había buscado la oportunidad de decírselos.

─¿Y ya sabes qué es?

─Ayer me enteré que es un varoncito.

─¡Oh! ─se emocionaron ambos─. ¡Será un niño!

Jayden se sintió más tranquila al ver su reacción, se tomaron de la mano al escuchar que sería varón.

─¿Ya cenaste? ─preguntó de repente la madre de Yunho.

Jayden negó con la cabeza, la verdad es que estaba hambrienta.

─Pediré que te preparen algo, ya regreso.

Cuando estuvieron a solas, el padre de Yunho le hizo otra pregunta, esta vez era referente a BoA. Necesitaba saber si ella sabía que su hijo era un hombre casado cuando se metió con él.

─La verdad es que sí lo sabía ─respondió avergonzada─, sabía que era casado.

─Entonces, ¿estás consciente que destruiste su matrimonio?

─No creo ser la única culpable; pero acepto que tuve mucho que ver.

─¿Y qué esperas viniendo con nosotros? ¿Dinero?

Ella negó con la cabeza.

─No, no es eso lo que busco.

─¿Entonces qué es?

─Su protección.

En ese momento regresó la madre de Yunho, quien volvió a ocupar su sitio al lado de su marido.

─¿Por qué necesitas nuestra protección?

─Es por mi hermana, estaba viviendo con ella; pero Yura quiere que aborte al bebé. Pero yo no quiero hacerlo ─Jayden llevó sus manos al vientre─. Aunque ayer estuve a punto de dejarme convencer, por eso tuve que huir, para protegerlo.

─¡Qué terrible!   

─¿Y tus padres? ¿Ellos que dicen de todo esto?

─Murieron en un accidente cuando era niña.

─¡Oh, vaya! ─exclamó el señor Jung─. Entonces... no tienes a nadie.

Su mujer volvió a tomar su mano.

─No tienes por qué preocuparte ─se adelantó a su marido─. Nosotros te protegeremos, a ti y a nuestro nieto.


CONTINUARÁ


NOTA DE AUTOR

Hace poquito lo publiqué por error, aun faltaba una parte, puesto que había dicho que quería que este capítulo fuera más largo que el anterior. 

Como siempre espero leer sus impresiones. Por cierto, empezaré a editar la historia, buscar errores de concordancia, mejorar los primero capítulos pero sin cambiar nada. Ya que en un inicio iba a desarrollarse en Corea, pero con el paso del tiempo decidí que mejor en Estados Unidos, así que debo decidir en que ciudad. 

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