Nuestra Fugitiva #1 (Terminad...

By Miracle16MKTC

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Orden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Sola en la carretera, a las tres d... More

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Lía
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Axel
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Epílogo
Extra
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Extra
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Nuestra...
Nota
Reparto
Extra

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By Miracle16MKTC

Quiero editar la historia porque tiene unas cuántas faltas pero no quiero perder mucho tiempo leyendo porque tengo otras historias que actualizar así que les agradecería que cuando encuentren una falta o incoherencia la comenten en el párrafo que está. Se me haría mucho más fácil porque sus comentarios me aparecen en las notificaciones y así voy directamente a donde está la falta y la corrijo

Gracias 😘

***

Hoy era el día, hoy iba a conocer a la familia de sus hombres. Hoy se decidía si moría o vivía....bueno no tan así pero Lía estaba realmente nerviosa.

- ¡Mierda!- gritó mirándose al espejo, sus caderas estaban más anchas, no era notable a simple vista pero ella lo sabía porque el pantalón que hacía unas semanas le quedaba perfecto ahora le apretaba. Y sus pechos estaban más grandes, en definitiva debía dar uso al gimnasio y no solo quedarse allí a contemplar a sus hombres aunque odiaba hacer ejercicio, y debía dejar de cocinar tantas cosas dulces, últimamente tenía una necesidad preocupante por comer chocolate

- ¿Amor?- Michael entró preocupado a la habitación y encontró a su mujer enojada, con las manos en la cintura, el ceño fruncido y en ropa interior frente al espejo. Era caliente, su polla dio un brinco ante semejante vista de sus caderas y sus pechos apretados por el sujetador

Caminó hacia ella y la abrazó por la cintura llevando, en el proceso, las pequeñas manos de Lía junto con las suyas hacia delante de ella. Apoyó su mentón en su hombro derecho y besó su mejilla. A ella se le cristalizaron los ojos ante aquello, pero no era por el gesto tierno o talvez sí no estaba segura, pero quería llorar, tenía unas ganas inmensas de pelear con alguien y llorar luego

- ¿Que pasa mi vida?- preguntó Michael preocupado

- Estoy gorda- dijo con un puchero demasiado tierno, él soltó una pequeña carcajada- voy a ponerme a dieta

- ¿Tú estás loca? Estás perfecta así ¿Tienes idea de los estragos que causas en nuestras pollas cada vez que te vemos?- restregó su nariz en su cabello aspirando el aroma a manzanas que emanaba de ella

- ¿Y tú me vas a decir que no te has dado cuenta de que mis caderas están más gordas?- exclamó histérica

- Yo no lo llamaría gordas- ella le lanzó una mirada fulminante a través del espejo- amor escucha- la pegó más contra él- hasta alrededor de los veinticinco tu cuerpo va a seguir creciendo, cambiando y desarrollándose

- Yo creí que no iba a crecer más- claramente ella se refería de ancho pero entonces se dió cuenta- ¿Eso quiere decir que todavía tengo esperanzas y puedo crecer diez centímetros más?- él soltó una carcajada

- No creo que diez centímetros pero talvez algunos pocos- besó su mejilla otra vez

- Oh, igual voy a hacer dieta

- Amor eres perfecta, pero si quieres puedes hacer ejercicio con nosotros- murmuró en su cuello

- Entonces si estoy gorda, me estás diciendo gorda- Lía intentó zafarse de su agarre pero él no se lo permitió- suéltame Michael

- No quiero manzanita- se estaba divirtiendo con aquello, pero debía prestar atención ya que no quería que ella se obsesionara con su figura y se pusiera a hacer dietas extremas. Lia era perfecta y lo tres estaban encantados con el cuerpo de su mujer

- ¿Amor?- preguntaron detrás de la puerta, Matt

- Está aquí- respondió su hermano

Matt entró a la habitación y se encontró con su hermano besando el cuello de su mujer en ropa interior

- Lía dice que está gorda y no me cree cuando le digo que es perfecta- Matt frunció el ceño y el enojo que sintió fue bastante considerando que la mujer que ama se está diciendo gorda a sí misma, las mujeres y sus manías por insultarse y decirse gordas frente al espejo, pero le sorprendió un poco que Lía, su Lía dijera esas cosas, ella aunque a veces era tímida y se sonrojaba fácilmente era una mujer segura de sí misma, y los tres lo sabían, ella no tenía vergüenza de andar desnuda frente a ellos

- Lía no estás gorda y no quiero escuchar una sola palabra ofensiva acerca de tu cuerpo ¿entiendes?- su voz era firme y dura, Dom tenía que ser pensó ella con sarcasmo, pero lo único que logró hacer fue asentir- ¿Entiendes?- volvió a preguntar

- Si- asintió otra vez

- Bien, ven aquí- se acercó a ella y la abrazó, besó su frente y tomó sus mejillas con sus manos pero estaban húmedas, no, estaban mojadas completamente- ¿Qué sucede?- susurró, le echó una mirada a su hermano detrás de ella y estaba igual de preocupado

- No lo sé, estoy muy sensible quiero pelear con alguien- hizo un puchero y frunció el ceño enojada- voy a buscar a Trevor tengo que hacerlo enojar y pelear, necesito gritarle a alguien

- ¿Periodo?- preguntó Michael intentando aguantar la enorme carcajada que quería salir, su hermano estaba igual y en cualquier momento se reiría

- No- negó- se supone que viene en una semana, pero me están doliendo los pechos- se quejó

- Talvez se adelantó, has estado nerviosa con lo de conocer a nuestros padres puede pasar- le dijo Michael otra vez, ella solo asintió e hizo una mueca

***

Todo estaba listo, Trevor había terminado de guardar las maletas en la camioneta, Michael hablaba con los trabajadores informándoles lo que tenían que hacer en su ausencia y Matt estaba dentro de la casa esperando a que Lía bajara

- Ya estoy- dijo su voz desde lo alto de las escaleras, el levantó la vista y vio a Lía bajando rápidamente, llevaba un pantalón de jean, unas vans y una campera color crema ajustada y a la altura del ombligo- ¿Ésto está bien?- preguntó una vez estuvo delante de él

- Siempre estás bien hermosa- Lía sonrió y se acercó más a él, posó sus manos en los grandes hombros y acarició hasta dejarlas en su nuca, las entrelazó allí y se puso de puntas de pies para dejar un pequeño beso en sus labios, pero eso no era suficiente para Matt, ni siquiera se le acercaba a lo que quería de ella, pero ahora se conformaría con apretarla junto a él y su prominente erección, besarla hasta dejarla sin aire y saborear su suave y delicada lengua, y eso es exactamente lo que hizo

- Te amo- dijo ella jadeando, lo miró a los ojos pero el pudo notar algo de miedo

- Te amo Lía, te amamos- respondió para besarla de nuevo

***

Eran cuatro horas de viaje, apenas iban cuarenta minutos y Lía ya se había convertido en una niña, preguntando cada diez minutos cuánto falta para llegar, era gracioso según ellos que cada diez minutos le decían que durmiera pero ella se negaba. Matt quien conducía estacionó a pedido de Michael que iba de copiloto para comprar algo que desayunar para todos

- Que Lía no salga- dijo en cuanto bajó de la camioneta, todos asintieron, sabían que no podían verla y por eso los vidrios negros eran excelentes en éste momento

Siete minutos después, Lía lo sabía porque los contó, Michael volvía con dos bolsas blancas y cuatro vasos descartables en un cartón

- ¿Qué compraste?- preguntó ella metiéndose entre los asientos delanteros, el se giró para verla y le extendió una bolsa, Lía revisó un poco desesperada y encontró sándwiches y media lunas- te amo- se acercó y dejó un beso en su mejilla- dame el mío- dijo extendiendo su mano hacia los vasos

- Café con leche para tí

- Gracias- volvió a sentarse al estilo indio en el asiento trasero y comenzó a comer mientras que Michael repartía las demás bebidas

- Deja algo para mí, cariño- Trevor se acercó a ella y le robó el sándwich que estaba a punto de meter a su boca, ella frunció el ceño y lo miró seria por un segundo, él solo guiñó el ojo y le dedicó una sonrisa coqueta

Una hora después ya habían terminado de desayunar, Matt y Michael iban hablando sobre negocios de la empresa y Trevor se dedicaba a acariciar el cabello de la chica dormida en su regazo. De pronto se sentó mirando a todos lados, hizo una mueca de desagrado

- Detente- le pidió a Matt- para por favor- la camioneta se estacionó a un lado de la carretera y ella bajó tan rápido como pudo, corrió hacia el pasto de los lados, cayó de rodillas y dejó salir todo el desayuno

Trevor quien salió detrás de ella le sostuvo el cabello, los demás estuvieron junto a ella dos segundos más tarde

- ¿Ya está?- preguntó Michael acariciando su espalda cuando vió que se levantó, ella asintió, Matt se acercó con una botella pequeña de agua y la ayudó a beber

Después de lavarse los dientes en mitad de la carretera, cosa que ellos insistieron que no lo hiciera y se sentara lo antes posible pero que no lograron, al fin estaban dentro de la camioneta de nuevo

- ¿Por qué no nos dijiste?- preguntó Michael

- ¿Decirles qué?

- Que los viajes te marean y te hacen vomitar

- No lo hacen- se arrepintió de decir aquello cuando el rostro de los tres se transformó en pura preocupación y comenzaron a preguntar si algo le había caído mal, si era el desayuno, si había comido algo más- ¡ya! Tal vez sean los nervios, Michael lo dijo, estoy nerviosa incluso mi periodo creo que se adelantó- luego de mirarla a ella, Trevor y Matt miraron a su hermano esperando que diga algo

- Es verdad- asintió- puede pasar

Trevor se acercó más a ella y la abrazó en un intento por darle un poco de confianza, lo que ellos no sabían era que no se sentía tan nerviosa como para vomitar o marearse, ella lo sabía pero supuso que era por su periodo que estaba a punto de llegar

***

- ¡AAH!- en cuanto entraron a la casa luego de que una mucama abriera la puerta escucharon el grito de una mujer

Lia se asustó un poco y saltó en su lugar, Trevor corrió hacia la fuente de los gritos y fue cuando ella logró ver a una mujer rubia, bajita de unos cincuenta años con el cabello por los hombros, vestida con un overol de jean y una blusa de tirantes color gris, en sus manos llevaba unos guantes marrones

Los dos mayores siguieron al menor y fueron a abrazar a su madre mientras Trevor caminaba hacia Lía

Unos pasos fuertes se escucharon desde las escaleras, dos hombres tan grandes como los suyos bajaban preocupados pero cuando vieron a la pequeña rubia en brazos de sus hijos sonrieron y con un abrazo saludaron a los tres, al igual que el tercer hombre que apareció de la parte trasera de la casa. Lia sintió una nostalgia acaparándole el pecho, ella no tenía una familia así, sus padres eran malas personas, una de sus hermanas estaba muerta al igual que el sobrino que siempre quiso tener, su otra hermana estaba demasiado lejos y su hermano, bueno de Axel no sabía mucho ahora

- Pero que linda es- exclamó la rubia acercándose a ella, cuando la tuvo lo suficientemente cerca la abrazó como si se tratara de uno de sus hijos

- Mamá, Papás, ella es Lía- la presentó Matt abrazándola por los hombros

Las presentaciones nunca fueron un problema para Lía quien siempre fue buena fingiendo sonrisas y amabilidad, pero ésta vez todo eso era real, la madre de ellos, Rebecca, era tan extrovertida y dulce que la hizo sentirse en casa enseguida. Sus padres eran menos habladores y más serios pero igual de amables y agradables, estaba Sam que era el más serio de todos pero que la saludó con una sonrisa sincera, ella podía notarlo, estaban felices. Luego estaban Jack y Ray que eran más habladores aunque no tanto como su esposa, pero se parecían un poco más a Trevor. Los cuatro le pidieron a Lía que no los llamara señor o señora sino por sus nombres alegando a que era parte de la familia. Esas palabras la emocionaron un poco

Luego de todo aquello y cuando estaban todos en la sala sentados en los enormes sofás fue cuando Rebecca notó lo que tanto diferenciaba a Lía

- Oh pero mira su cabello Sam- ella se acercó y enredó en su dedo un mechón del cabello de Lía examinándolo como una niña

- Cariño déjala, la harás sentir incómoda- la tranquilidad y el tono en el que Sam le hablo a su esposa parecía como si estuviera regañando a una niña, Rebecca lo miró con el ceño fruncido

- Oh no, no me molesta- dijo Lía- a todos les da curiosidad mi cabello

- Es que es precioso- Rebecca miró a sus dos esposos cuales sabía que no podían decirle que no- quiero tenerlo así- Jack y Ray rieron mientras Sam sonreía

- Mamá, Lía tiene diecinueve- le dijo Trevor, ella miró a su hijo como si fuera un traidor

- ¿Que intentas decirme Zigor Trevor Brown?- los tres padres apretaron los labios para no dejar salir la risa, la verdad nunca les gustó el primer nombre de su último hijo varón pero Rebecca insistió diciendo que los dejaría elegir el segundo así que aceptaron. Trevor siempre odió ese nombre y prefirió el segundo también, pero cuando su madre se enojaba lo sacaba a relucir sabiendo que no le gustaba y sus hermanos se reían de él. Esta vez no fue la excepción, los dos mayores se rieron tan fuerte que contagiaron a los demás, los señores Brown no soportaron más y rieron pero manteniendo un volumen bajo para que Trevor no se sienta peor aún. Lia se mordió el labio inferior, no quería reír pero cuando vio el rostro molesto de Trevor no pudo evitarlo. A fin de cuentas los únicos que no reían eran Trevor y Rebecca

- Mamá me avergüenzas- se quejó como todo un adolescente

- Si ya todos lo sabemos- se defendió ella

- Lía no lo sabía

- Algún día tenía que saberlo

- Pretendía dejarlo oculto por el resto de su vida. Lía no te rías- la regañó- y ustedes tampoco- señaló a los demás- esto es bullying- fue lo último que dijo para luego salir de allí enfurruñado y lo último que Lía admiró de él fue su trasero antes de perderlo en las escaleras. Pero luego se preocupó un poco, parecía bastante enojado

- No te preocupes, en unos minutos se le pasará, créeme siempre se le pasa- le dijo Jack tranquilizándola

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