La ojiverde daba un paseo por los alrededores del Palacio para así poder borrar sus pensamientos. Estaba oscureciendo y aunque estaba casi al aire libre, no era mucho más reconfortante que en el interior del mismo. Habían antorchas que se alineaban a lo largo de los pasillos, casi vacíos, haciendo espeluznantes sombras sobre el suelo de piedra.
A pesar de temerle a la oscuridad y a la soledad, el miedo no se apoderó tanto de ella sino hubiera sido por los guardias que estaban de pie en los extremos de cada corredor.
Agradeció a Dios porque el príncipe se dignó a dejarla pasar la noche allí. Habían dos razones principales para haberle pedido poder quedarse, una; ayudaría a que este se ganara más su confianza y así no tendría que volver por el camino por el que vino. Y la otra, estaba segura de que Camila estaría allí, al igual que se la había encontrado ese día y estaba segura que no podía manejar esa situación si la veía de nuevo.
No podía olvidar las palabras que el Joven Lawer había dicho: "Parece el tipo de mujer de las que ha sido despreciada una vez"...Cómo?
Lauren: Yo fui la única que salió herida Camila - dijo para sí misma en voz alta. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie la hubiese visto hablando sola, temiendo a que los rumores de su "locura" se extendieran.
Pero tal vez la locura si se estaba apoderando de su mente. Ella había sufrido un año entero sin Camila a su lado y aún después de haberla visto, aun se sentía mal sin ella.
"Y no será lo suficientemente tonta como para que la hieran dos veces". Acaso podría ser que los sentimientos de Camila si eran sinceros? Descartó esa idea inmediatamente. No aceptaría volver a ser la chica a la que le habían roto tan rápido los sentimientos con tan pocas palabras.
Se estaba confundiendo, estaba hecha un enredo su mente. No hubieron explicaciones ni justificaciones cuando escribió aquella carta.
Una idea le vino a la cabeza de que quizás Camila había sido forzada a huir, pero la descartó rápido. Nadie sabía de ellas, y ciertamente Becky no la delataría así como así cuando la tenía en la palma de su mano. No!!!! Camila lo había hecho por su propia voluntad, estaba segura de eso, pero no sabía con qué propósito.
Un pequeño rayo de esperanza se aferraba dentro de su pecho. Nunca se sentiría bien a menos que volviera a ver a Camila y saber lo que estaba haciendo. Necesitaba saber si Camila estaba bien sin ella o si todo el amor que supuestamente sentía, había sido un simple teatro.
Caminaba fuera de las puertas del castillo hacia donde dormía el conductor del carruaje. Ya la noche se había extendido hacia el horizonte y las estrellas brillaban por encima de ella, claro; después de que la lluvia al fin había pasado.
El conductor del carruaje dormía en una pequeña casa para huéspedes temporales. Abrió la puerta y tosió para anunciar su presencia. Éste no se percató de que alguien había entrado, así que se acercó a su cama y lo sacudió suavemente. Éste resopló y se sentó.
Lauren: Llévame a la ciudad donde está Camila -Susurró. El conductor del carruaje parpadeó desconcertado ante la petición.
Conductor: A dónde Camila? - Repitió simplemente - Quiere ir allá señorita Lauren? - Preguntó cuándo ya las palabras finalmente comenzaban a tener sentido.
Lauren: Por favor, ni una palabra de esto a nadie - Respondió arrojándole nuevamente las sábanas encima. El hombre no se molestó en vestirse completamente, nadie salía a esa hora de todos modos.
Abrieron las puertas del establo donde descansaban los caballos y sacaron los animales que estaban algo confundidos hacia donde se guardaba el carruaje. Allí el conductor del coche los empezó a alistar tardando mucho más tiempo del que le hubiera gustado a Lauren. En cuanto terminó, la ojiverde subió al carruaje e instando a los caballos hacia la dirección a la que deseaba ir esa noche.
Austin estaba durmiendo profundamente cuando escuchó que alguien abría la chirriante puerta del establo. Dio un salto en la cama cuando despertó, pensando que uno de los caballos se había escapado y miró hacia abajo. Para su asombro, vio una figura algo oscura, parada en la puerta.
Austin: Quién está allí? - Gritó. Saltando hasta el piso de abajo dejando que sus ojos se ajustaran a la oscuridad. Cuando sus ojos lo hicieron, pensó que podía haber sido otra vez un sueño.
Austin: Becky? - Apenas sus propios ojos lo podían creer. Becky Watson estaba parada en la puerta del establo. Se le escapó una sonrisa - Qué haces aquí? Usted debería estar dormida, en su finca. Yo pensé...
- Sus ojos se desviaron al cuchillo que la chica sostenía en sus manos y palideció. Tal vez este sueño acabara convirtiéndose en una pesadilla.
Becky: Tú... - decía - Me arruinaste todo - Austin sentía su garganta secarse y un frío pánico ya comenzaba a invadirlo.
Austin: No sé qué quieres decir - Murmuró.
Becky soltó un grito y levantó el cuchillo lanzándose encima de él. Instintivamente levantó sus brazos para proteger su rostro y gritó cuando el cuchillo rozó la parte posterior de su mano, cortándole bruscamente a través de sus nudillos. Saltó para atrás, estaba listo para correr pero Becky miró fijamente la sangre que fluía libremente sobre su propia mano
Austin: Qué estás haciendo? - exigió con un tono de voz aguda, sentía miedo por su vida. Estaba seguro que lo que la chica estaba haciendo, era producto de la rabia.
En un instante, pudo ver la cara de Becky y toda la rabia se había ido. De hecho había sido en el minuto en que la chica veía como lo había lastimado pasando de la ira a la auto compasión. Tiró el cuchillo al suelo y se sentó sobre el heno, hundiendo su rostro en sus rodillas mientras comenzaba a sollozar. Estaba tan cansada de hacer lo que supuestamente estuviera bien que ni siquiera había caído en cuenta, que había intentado matar al único hombre que la amaba y no le haría daño.
Austin inhalaba agudamente por el dolor, pero el llanto de Becky lo distrajo. Suavemente se acercó a ella, arrastrándose lentamente, estando siempre alerta en caso de que ella volviera a cortarlo con el arma que había caído junto a sus pies, pero cuando pudo llegar y tocó su hombro, decidió que ya no le importaba. Lentamente la abrazó suavemente y ésta fue acercándose hasta posar sus brazos alrededor de él.
Becky: Lo perdí todo - decía llorando en su hombro. Austin no quiso preguntar lo que quería decir. Se mantuvo tan cerca y firme que decidió dejarla llorar tanto como ella quisiera.
Después de un momento, ella se alejó de él y miró hacia su rostro preocupada. Después de todo lo que le había hecho, lo había reprendido tantas veces, los desplantes y hasta le había causado un daño físico, pero él aún estaba dispuesto a cuidar de ella. En su dolor, ella no pensó que quizás era el único hombre que jamás la amará así.
Austin miró profundamente los ojos color castaños y tragaba. Sabía cuál era esa tensión y sus ojos se posaron sobre esos finos labios. Se inclinó lentamente, dando tiempo suficiente para ver si lo rechazaba o se levantaba y huía de él. Pero viendo que no lo hacía, apretó sus labios contra los suyos, degustando de las lágrimas que habían seguido todo el camino hasta sus labios. Un suave sollozo se escapó de la garganta de Becky, no se sabía si tal vez era de protesta o tal vez de alegría, pero pronto cerró los ojos y se entregó a su amor.
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El conductor del carruaje detuvo el mismo cuando se encontraron en la ciudad cerca de unas casitas totalmente en ruinas, otras no tanto. Lauren salió cubriendo sus hombros con un chandal, ya que comenzaba hacer un frío helado. La ciudad estaba dormida y tranquila. No sabía si Camila estaría todavía allí, pero lo dudaba mucho. No tenía incluso idea de dónde estuviera la niña. Debía haber una decena de casas, que, por lo tanto no eran muchas, pero no podía verificar cada una de ellas. Sin embargo su cuerpo no escuchó a su mente y llevó adelante su búsqueda, percatándose de la única casa cuya luz aún estaba encendida todavía.
Sentía que estaba cometiendo un error, pero la luz de la ventana la atraía. Una figura se dibujaba cerca de la ventana y se escondió detrás de unos arbustos que cubrían una pared para no ser vista por nadie más.
- Trabaja muy duro, señorita! Vaya a descansar!
Camila: Lo estoy haciendo bastante bien, gracias! - dijo. Se había quedado un poco más tarde, trabajando para el sastre ya que, un cliente muy rico llegó algo tarde, trayendo consigo un guardarropa entero que debía ser reparado para la mañana siguiente y Camila, para poder obtener un pequeño pago extra, se quedó para ayudar a reparar la ropa rasgada.
Bostezó y se estiró un poco. Había sido una noche muy larga y estaba lista para irse a dormir. Pero su estómago hizo un gruñido, así que lo primero y lo más importante era que debía ir a preparar la cena.
Caminaba por la carretera y abrió la puerta de su casa en silencio, asegurándose de no despertar al propietario. Al minuto en que Lauren la vio, los sentimientos de enojo y pérdida se remolinaron en su pecho. Tranquilamente se acercó a la casa y esperó.
Camila encendió una lámpara dentro de lo que constituía la sala mientras se dedicaba a encender el fuego para calentar la sopa que su madre había hecho anteriormente, totalmente ajena de que alguien la estaba observando en silencio.
Lauren se sacó el chandal que ahora cubría su cabeza mientras se asomaba por la ventana. Pensó que por sus acciones podía levantar sospecha de que alguien la descubriera, pero a ella no le preocupaba lo que otros pensaran, sólo se preocupaba por la chica que estaba adentro poniendo primero el fuego que avivaba para luego colocar una pequeña charola y calentar comida para comer.Veía como revolvía la sopa con entusiasmo con una cuchara de madera grande y se llevaba a sus labios rojos la misma para probar la temperatura.
Lauren luchaba, tratando de entender qué era lo que sentía. Había pasado un año tratando de olvidarla y en un momento no planeado, Camila había estado devuelta en su mente. Estaba todavía enamorada de Camila? Odiaba a Camila? Quería a esa castaña en su vida o quería olvidarla? Lauren se respondió en silencio -"No" - a todas sus preguntas. Había sido demasiado lastimada al amar a Camila como inocente y apasionadamente lo hizo hace un año, pero no podía negar que sus sentimientos aún perduraban.
No estaba muy lejos de su antigua sirvienta, sabía dónde vivía. Pensó, Camila había dejado claro en su carta que no la quería y que esa había sido la razón por la que había dejado todo en primer lugar. Camila le dijo que no la amaba ya juzgar por esa sonrisa que estaba viendo ahora, se encontraba bastante bien consigo misma. Eso era todo lo que realmente quería ver; a Camila viviendo independiente y cómodamente. Por lo menos, conseguiría dormir esta noche después de ver que Camila tenía comida y un techo sobre su cabeza.
Volvió a colocarse el chandal sobre la cabeza y salió de su escondite. Camila subió a su habitación, sin mirar ni un instante afuera. La ojiverde decidió que era hora de marcharse. Caminó hacia el coche, donde el conductor tosía y se frotaba las manos para darse calor. Subió al mismo no sin antes volver la vista hacia la casa donde una pequeña luz, probablemente de una vela, iluminaba el espacio que ocupaba Camila.
Lauren: Volvamos al castillo - ordenó.
Camila abrió la ventana y sólo vio las ruedas traseras del carruaje como desaparecían detrás de la pared de piedra.
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Bueno no esperaba volver tan pronto pero ps encontré un pequeño abastecimiento de internet y bueno este capitulo no es tan largo pero espero le guste a la girl que me lee siempre y a las girls que votan siempre las quiero. Realmente no esperaba que le gustara tanto a otras niñas ... lo subí al comienzo solo para matar el aburrimiento de mi monja pero ps ya mi monja no da señales de vida así que el fic es de ustedes y no se cuando suba mas capítulos.