Derek
Leah se separa lentamente de mí y me observa con una pequeña sonrisa, una sonrisa que yo realmente amo, pero que ahora me está destrozando.
—¿Así que lo escoges a él? —pregunto sin despegar la vista de ella.
—Es lo correcto —responde—, y es lo que mi corazón quiere, Derek.
—No te creo—respondo fríamente—. Luego de este beso no creo que tú no me quieras, Leah, no creo que quieras estar con él.
Leah se limpia las lágrimas y toma mi rostro entre sus manos, obligándome a mirarla directamente a los ojos. La determinación en ellos es lo que termina por aterrarme y no sé si voy a poder soportar escuchar esas palabras que desea decir.
—Debes respetar mi decisión—susurra—, por mí, por tu padre y por ti mismo, porque esto es lo correcto y no voy a cambiar de opinión al respecto.
—¿Aunque nos destroce a ambos?—¿Qué diablos tenía en la cabeza?
—Derek, mi lugar es al lado de Theo y ni tú ni nadie pueden cambiar eso.
Sin más, Leah me da un último beso y se da la vuelta, dispuesta a marcharse sin mirar atrás... sin mirarme a mí.
Mantengo la vista en mi padre, tratando de leer algo en su cuerpo que me diga que estará bien, que no me dejará solo y que va a sostenerme en este momento, porque siento que todo está desmoronándose sobre mí.
—La perdí, papá —susurro y finalmente dejo salir las lágrimas que tanto he reprimido.
Esas lágrimas que nunca creí derramar por alguien y mucho menos por una Williams.
—Es el precio que pagamos los hombres que amamos a una mujer independiente, hijo...
Mi corazón parece detenerse en ese instante. Sus ojos están completamente abiertos y su mano sostiene la mía, mientras me mira una pequeña sonrisa sale de sus labios.
—Estás despierto—hablo a la vez que me levanto y presiono el botón que llama a la enfermera.
—Lo estoy —responde lentamente—, y tú sigues aquí, cometiendo el mismo error que yo cometí.
—¿Qué error?—pregunto sin comprender a qué se está refiriendo.
—No la perdiste... la dejaste ir.
—¿A Leah?—me cruzo de brazos—. Pero si fue ella quien decidió que abandonara lo nuestro.
—Vera también me pidió que abandonara lo nuestro y eso fue lo que me llevó a la ruina, hijo.
En ese momento, el doctor y las enfermeras entran, apartándome por completo de mi padre. Yo intento acercarme, pero es entonces cuando él levanta su mano con las pocas fuerzas que le quedan y me mira directo a los ojos.
—Tú lugar no es aquí, Derek. Ve y búscala.
Dejo salir un suspiro y salgo disparado de la habitación, directo a la salida del hospital. Si mi padre dice que debo ir tras ella, debe ser así, debo ir y decirle que la amo. No puedo perderle y dejarle el camino libre a Theo, no cuando sé que mi lugar es a su lado.
—¡Derek!—Kelly me topa de frente.
—Kelly, ahora no puedo, debo irme—hablo rápidamente, mientras localizo mi auto.
—¿Hacia dónde vas tan apresurado?—frunce el ceño.
—No tengo tiempo para decírtelo—continuo mi camino—, ¡Pero si quieres hacer algo útil, llama a mi familia y diles que mi padre despertó!
Dejo a Kelly atrás y subo a mi auto, encendiéndolo y sacándolo directamente hacia la carretera, rogando por encontrar a Leah antes de que llegue a ver a Theo.
—Hoy no, Leah —murmuro, mientras esquivo los automóviles—. Esta vez lucharé por ti y no te voy a dejar ir.
Luego de conducir como un completo loco, llego al edificio de Theo, pero en el momento que decido bajar del auto, Leah sale a la calle tomando la mano de su novio, quien lleva dos maletas llenas. Ella le sonríe con ternura a la vez que él le da un casto beso en los labios y sube el equipaje al automóvil de Leah.
—Planean escapar—susurro.
El portero les ayuda con el equipaje, para después abrir la puerta trasera del auto y permitir que Leah entre. Ambos le dan las gracias al hombre y el auto sale del estacionamiento con dirección a la ciudad. Debatiéndome entre si esto es lo correcto o no, enciendo el motor y sigo al auto, esperando porque no se den cuenta de que voy tras ellos.
Conduzco por aproximadamente dieciocho kilómetros detrás del auto de Leah, cuando de pronto, cuatro motocicletas me rebasan, rodeando el automóvil de adelante. El auto acelera aún más, agarrando varias curvas cerradas y es ahí cuando caigo en cuenta de que los motociclistas van armados. Saco mi celular lo más rápido que puedo y marco al 911.
—Línea de emergencia—responden al otro lado de la línea.
—¡Unos asesinos persiguen el auto de mi novia e intentan matarla!—grito, mientras trato de acercarme más a ellos.
—Mantenga la calma, señor. ¿Podría brindarme su nombre?
—¡Derek Harris Rogers!—los motociclistas se acercan cada vez más al auto de Leah, lo que logra poner mi corazón a mil.
No puedes morir, no puedes dejarme...
—¿A qué dirección se dirigen en este momento? —la chica de la línea intenta mantenerme calmado, pero es más que imposible.
—¡A las afueras de la ciudad, al sureste del bosque Certlines!
—Mantenga la calma y trate de alejarse de la carretera, la ayuda va en camino.
—¡No voy a alejarme de ella!
Cuelgo y desesperado, marco el número de Leah, rogando porque pueda contestarme.
—¡Derek! —su grito es lo que logra alertarme aún más.
—¡Hey, hermosa, descuida, voy a sacarte de ahí! —no sabía si iba a poder cumplir esa promesa, pero tenía que intentarlo.
—¡Quieren a Theo, quieren matarlo! —chilla.
—¡Voy a sacarlos a ambos de ahí, solo...!
De repente, un disparo se escucha y el grito de Leah no se hace esperar.
Todo se torna negro en ese momento.
El auto comienza a perder el control y el impacto de frente contra un enorme árbol en la curva es lo siguiente que logro ver. Los motociclistas se marchan a gran velocidad, y como si todo fuese en cámara lenta, freno el auto y salgo, gritando el nombre de Leah. Abro la puerta trasera y mi corazón parece recibir una descarga eléctrica.
—¡LEAH!
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Esto no puede ser nada bueno... :(
¿Será que Leah y Theo sobrevivirán a este terrible accidente o alguno de los dos morirá en el intento por salvar sus vidas?
¡Voten y comenten qué les pareció este capítulo!
PD: Debo admitir que lloré al escribir ese último párrafo...
IMPORTANTE (Al menos para mí jaja)
Tengo una nueva novela que está en proceso ya que nos encontramos en la recta final con Cumpliendo Promesas, y como yo soy una loca por escribir me adelanté a darles una pequeña porción de mi siguiente historia que tal vez les guste.
He aquí dejo su sinopsis en caso de que quieran agregarla a su biblioteca (disponible en mi perfil)
DESEOS PROHIBIDOS
La historia comienza con Tessa Índigo, una estudiante de 17 años que está a punto de terminar la preparatoria y nada interesante pasa en su vida, hasta que conoce a Darryl Cole, su profesor de literatura y ahora su amor platónico.
Y para aumentar su deseo y a la vez alejarla de esa fantasía, aún no cumple la mayoría de edad, llega a enterarse que es su vecino ¡y también novio de su hermana mayor!
¿Podrá Tessa mantenerse lejos de Darryl o hará todo lo que esté en sus manos para seducirlo?
© Melissa Aguilar García, 2017
Espero de verdad que les guste y le den una oportunidad a esta nueva historia.
Dios les bendiga enormemente mis lector@s, siempre están en mi corazoncito y oraciones.