»Por Ti« [KilluGon/GonKillu]

By Mistery_Creepy

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◾La vida de Killua parece ser montaña rusa; se conforma por altas y bajas, donde en una de ellas una enfermed... More

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By Mistery_Creepy

Todos los presentes prestaban total atención a lo que el moreno relataba. Contaba sobre sus inumerables aventuras; desde las cosas exóticas que había visto hasta los lugares maravillosos que ningún ser humano podría imaginar. Hacía gestos graciosos con sus brazos, buscando enfatizar más sus palabras y por ende haciendo sus relatos más interesantes.

Sin duda quién más le prestaba atención era la joven Alluka. En su mirada se podía leer la emoción que sentía en su corazón al oir las peligrosas aventuras del mejor amigo de su hermano. Traía una sonrisa plasmada en el rostro y de vez en cuando, sin miedo a preguntar, interrumpía deseando aclarar sus dudas.

Killua y Bisky sólo miraban y escuchaban los relatos del moreno con una sonrisa, completamente relajados, aunque te vez en cuando con una gota de sudor recorriendo su frente cuando Gon contaba sobre Ging; sobre lo holgazán y despistado que era. Aún así el ambiente entre ellos era agradable, cada uno estaba perfectamente relajado, disfruntando del nutritivo desayuno que Bisky había realizado aquella mañana. Killua también lo disfrutaba, comía sin apresurarse pero digiriendo todo lo que Bisky había puesto frente a él a pesar de no sentir tanta hambre, aún le gustaría seguir conservando algunos dientes.

Killua también contó lo que había visto viajando con Alluka, aunque todo se reducía prácticamente a cosas no peligrosas, que el albino consideraba sin necesidad de relatar. Pero Alluka relataba todo lo que había visto junto a su hermano, sin tapujos, desde la cosa más insignificante hasta la que más habia marcado sus viajes.

Gon la escuchaba con paciencia y un deje de ternura en su mirada, más allá de la manera que Alluka contaba las historias al increible parecido que tenía su hermano cuando solía hablar de lo que le gustaba. De manera fugaz miró al albino, quién con una sonrisa miraba a su hermana. Traia la misma sonrisa que siempre había visto, pero aún así Gon sentía que algo estaba fuera de lugar, pero al ser incapaz de deducir qué descartó esa posibilidad al instante, quizá sólo estaba siendo paranoico.

—¿Que los llevó a quedarse en esta ciudad?— preguntó Gon, luego de tomar un pequeño sorbo de su taza de té y de inmediato los ojos de la menor brillaron como estrellas.

—¡Por el festival de las flores! — exclamó Alluka de inmediato con una inmensa sonrisa. Killua suspiró, masajeando su cien, no le hacía mucha ilusión caminar toda la tarde y menos cuando su hermana se alocaba por cosas cómo esas.— ¡Iremos a ver el festival de las flores! ¿Quieres venir?

—¿Está bien que vaya?

—¡Por supuesto, así se hará más divertido! ¿Verdad, hermano?.— Killua de manera silenciosa asintió, después de todo la mayoría de las cosas se hacían más interesantes con el moreno a su lado. Sintió su corazón bombear con fuerza y sus mejillas arder cuando vió la sonrisa que Gon poseía, esa que desprendía felicidad.

Esa misma tarde decidieron ir a aquel festival como los hermanos tenían planeado ir. No fue total dolor de cabeza como Killua creyó, también de alguna manera todo se hizo divertido para él, y, aunque hubo momentos donde sintió que realmente estaba al borde de que le diera algo sentía que las expresiones de alegría y entusiasmo que hacian Gon y su hermana lo valían.

Al final de la tarde, cuando el cielo ya se había vestido con su hermoso vestido anaranjado tuvo el placer de sentarse. Ya tenía más que acalambradas las piernas y no le era agradable tener que soportar el hormigueo que abarcaba desde la punta de los pies hasta la misma cadera de su cuerpo. Suspirando, llevó su cabeza hacia atrás a su vez que cerraba los ojos, a lo lejos aún lograba escuchar las risotadas de su hermana y la voz animada de Gon, eso era suficiente para hacerlo sentir tranquilo, en completa paz. Estaba tan relajado que incluso llegó a pensar que Bisky también hubiera disfrutado que aquel momento, (Porqué si, ella no quiso acompañar a la “juventud”).

Cuando abrió los ojos aún estaba mirando el cielo, sólo que ahora todo era alumbrado por las tenues farolas, sin embargo algo impidió seguir admirando tan fabuloso cielo. Curioso miró lo que Gon estaba regalándole con una sonrisa; una hermosa flor, ni una más ni una menos, sólo una de un hermoso color anaranjado, un poco extravagante.

Sus mejillas se tiñeron de rojo al igual que sus orejas y cuando miró a Gon una vez más también pudo distinguir un leve rubor en las mejillas ajenas. Con el corazón latiendo a mil, y un extraño sentimiento de felicidad en el pecho, tomo la flor y la sostuvo frente a su pecho como la cosa más preciada que alguna vez pudo tener. Sonrió contagiado cuando la sonrisa de Gon se ensanchó aún más, un hermoso recuerdo de aquella extraña tarde.

“¿Una... Dalia?”







—Esto no está bien...— habló Leorio para sí, mirando con cautela los papeles que sostenía en sus manos, llamando la atención del chico albino.

—¿Que sucede?— preguntó ante el tono usado por el doctor.

—Tus exámenes, no están del todo bien.— respondió tratando de ser sincero.— Si tu corazón sigue de esa manera, pronto podría acabar con tu vida.— agregó con un rostro totalmente serio mientras giraba en su silla para mirar a Killua a los ojos.— Necesitas una operación lo más pronto posible... Debo informarle esto a tus padres.

Lo último causó que el rostro del muchacho palideciera, de inmediato se levantó y habló con la voz más clara y fuerte que pudo lograr.

—No, Leorio. No le dirás nada a mis padres.

—Tu estado no es el mejor en este momento. Necesitas una operación lo más pronto posible y tus padres merecen enterarse de ello.— a pesar de la mirada oscura de Killua, Leorio se mantuvo firme, no quería quedarse con los brazos cruzados si eso significaba acabar con la vida de un compañero.

Killua apretó los puños con fuerza y mordió su labio inferior; tenía bien claro que si sus padres se enteraban de su condición harían todo lo posible para llevarlo de vuelta a casa, y eso era lo que menos quería, porque interrumpiría los viajes con Alluka. Por otro lado, la interferencia de sus padres y sobre todo la de Illumi acabaría con algo que tenía pensado desde hace ya tiempo, una cosa que involucraba principalmente a Gon.

—Si ellos se enteran... Me llevarán de vuelta a casa.— susurró mirando el suelo ante la mirada espectante de su amigo.— Y si eso pasa mis viajes con Alluka se acabaron... Volverán a encerrarlo y no quiero eso, además... Hay algo que tengo que hacer, no puedo posponerlo más tiempo. No me hagas esto, Leorio...— terminó duplicando. Leorio suspiró y acomodó sus gafas, no le gustaba, le molestaba y le desagradaba el tono lastimero que Killua usaba.

—Lo siento, pero ya lo dije; necesitas esa operación cuanto antes y una cirugía rápida cuesta dinero, más del que posees ahora.— habló con un amargo sabor en la boca.— Lo lamentó mucho por Alluka pero lo que tiene tu corazón podría matarte,  si quieres seguir a su lado necesitas mejorarte y la única salida que queda es esa operación. Además... Gon no me perdonaría por dejarte morir y dudo mucho que yo también lo haga.

El ambiente entre los dos era demasiado tenso; tan así que prácticamente podía cortarse con un cuchillo. Los puños de Killua se intensificaron aún más y Leorio con claridad pudo escucharle refutar. Con una mirada compasiva, y más allá de la relación paciente-doctor se dirigió a él cómo un amigo.

—Una semana...— murmuró el doctor para la sorpresa del albino.— Te daré sólo una semana. Luego de eso le informaré de esto a tus padres, no puedo darte más tiempo.

Resignado, Killua también soltó un suspiro. Al parecer tendría que adelantar todos sus planes e informarle a su hermana que dentro de poco deberían volver a su hogar. Luego de esa operación, se llevaría a Alluka de nuevo y retomarían sus viajes aunque sus padres se opusieran a ello.

Por otro lado, un despeinado Gon acababa de despertar de su siesta; tallando uno de sus ojos para despertar completamente caminó hacia el salón del pequeño departamento y no encontró a nadie más que a Alluka tomando con pereza un vaso de leche. Extrañado miró a sus lados y se dirigió a la menor para resolver sus dudas.

—Buenos días... ¿Donde está Killua?

—Mi hermano salió temprano.— informó dejando el vaso vacío en el lavabo.— Dijo que iría a ver al doctor Leorio, probablemente vuelva en un rato más.— agregó para luego dejar escapar un gran bostezo, aún seguía cansada por el festival del día anterior.

—¿Con Leorio...?

—Sip.— respondió ella, rebasando al moreno en dirección a su habitación en busca de lograr dormir un rato más.— No te preocupes, en general no tarda más de dos horas.— decidió decir aquello ante la desilusionada expresión de Gon, con una ligera sonrisa, antes de cerrar completamente la puerta.

Y así, cómo Alluka había mencionado, Killua llegó un corto rato más tarde. Una situación familiar ocurrió al día siguiente; Killua había ido a ver a Leorio esa mañana y la que le seguía. No era de más mencionar lo sospechoso que era todo, según lo que recordaba Killua jamás fue muy cercano a Kurapika y mucho menos a Leorio. Comenzaba a sospechar que algo le estaba ocultando.

“—Quizá... De verdad sucede algo...”

El cerrar de la puerta lo sacó de su nube de pensamientos. Fue inevitable para él no sonreír con alegría al ver al albino llegar, sano y salvo, tal y como lo había visto el día anterior, aunque su sonrisa duro poco pues un semblante confuso no tardó en reemplazar el de alegría. Killua le miró de pies a cabeza, y soltando un comentario que lo confundió aún más tomó su mano y la jaló hacía la puerta;— Aprobado. Ven, vamos.

—Espera...¿Qué...? —fue lo que alcanzó a escuchar antes de ser prácticamente sacado por Killua del departamento. Ni siquiera alcanzó a preguntar la razón de porque Bisky estaba en la puerta despidiéndolos con una sonrisa extraña cuando Killua volvió a hablar.

—Dime, ¿Te siguen gustando los vídeojuegos?— aún haciendo esa pregunta, Killua en ningún momento se detuvo ni miró al moreno, deseando con todas sus fuerzas de que la respuesta fuera positiva, no quería obligarse a usar el plan B...

—Si, claro. ¿Por que preguntas?— Gon era todo lo contrario con la nueva reaccion aliviada de Killua, se estaba sintiendo nervioso y quizás un poco asustado por la extraña actitud de su amigo.

—Es una sorpresa.— respondió pensando que la mayoría del tiempo sus sorpresas eran cosas predecibles para la gente. Aún así Gon seguía sin tener idea de lo que Killua pensaba, jamás había entendido la forma de razonar que esté tenía y eso le molestaba, de cierta manera.

No tardaron mucho en llegar a un arcade dentro de esa ciudad; los ojos de Gon parecían brillar dr emoción y Killua no podía dejar de observarlo con una sonrisa, pensando en lo lindo y tierno que era el moreno. Incluso llegó a arrepentirse de no llevar su cámara en aquellos momentos.

Jugaron allí durante horas, a pesar de tener casi dieciocho años se divertían como pequeños de diez, como esas veces que jugaron videojuegos cuando sólo tenían doce años y se divertían como nunca. Valiosos recuerdos que Killua ni Gon jamás serán capaces de olvidar. Luego de eso decidieron calmar su hambre, siendo lejos parecida a una de esas citas románticas típicas de los animes, eran más como pares de niños que no deseaban compartir su comida con el otro ni se inmutaban de la manera salvaje de comer del otro.

Visitaron el centro luego de eso, viendo lo último que iba quedando del festival que habían visto hace unos días y de manera próxima el parque a alimentar a las aves y, principalmente a los animales.

Era muy tarde cuando volvieron a casa, pero cuando Gon estaba a punto de caminar hacia la puerta correspondiente fue arrastrado por Killua una vez más, aunque esta vez al techo del edificio.

La panorámica era simple y hermosa, podían verse con claridad los otros edificios y en la oscuridad de la noche eran como pequeñas linternas brillando en el cielo. Abrió sus ojos con sorpresa cuando Killua se sentó en el suelo, a espaldas de lo que cumplía de varanda y con una de sus manos palmeaba suavemente el suelo.

Sin dudarlo dos veces, aceptó la invitación y ubicó su trasero en el suelo; junto a Killua.

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