Mates (Camren G!P)

By turningpages97

581K 32.7K 17.3K

El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 20

23.9K 1.2K 1.3K
By turningpages97

N/A: Here I am, my lovelies! ¡Disfruten! ;)

Camila's POV 

6:45 a.m.

El sonido insoportable de mi alarma logró que mis ojos se abrieran bruscamente, como si mi mente supiera que había algo que debía hacer antes de que diesen las siete en punto. Tallé mi rostro soñolienta hasta ver los números en la pantalla de mi teléfono. Genial, había apagado dormida la alarma de las seis treinta.

"Oh, rayos. Lern... Lern, despierta." Susurré, dando toquesitos en su mejilla. 

"¿Hmm?" Se quejó, presionando sus párpados juntos. "¿Qué hora es?" Reí, su voz ronca por las mañanas era la cosa más sexy de este mundo. Había aprendido eso a lo largo de la semana, pues Lauren se había escabullido cada noche para dormir conmigo 'así no tendría frío', repito textualmente sus palabras. 

"Hora de que salgas por esa ventana antes de que mi madre te vea y nos asesine." Deposité un besito en su barbilla y me moví de mi lugar, encima de ella, para que pudiese levantarse. 

"Mierda." Murmuró parándose, apresurándose a encontrar su ropa. El bulto en sus bóxers demostrándose orgullosamente, pero eso ya era algo a lo que me había acostumbrado, según Troye, las erecciones matutinas no podían ser más normales. 

Abrí los primeros dos cajones de mi armario y retiré una camiseta lisa blanca y un suéter de lana degradé. 

"Bonito suéter." Dijo Lauren, enfundándose sus jeans negros. 

"Gracias." Le sonreí, genuinamente halagada, y me volteé otra vez para inclinarme a buscar un par de jeans que combinasen. 

"Oh, pero esta vista, es aun mejor." Iba a girarme, cuando sentí una mano cálida palmeando levemente mi trasero, dándole un apretón suave. Me enderecé inmediatamente y jalé hacia abajo el borde del suéter. 

"¡Lauren!" Siseé en un tono medio jadeante. Me había tomado por completa sorpresa. La ojiverde rió y ajustó su cinturón de cuero, acercándose unos pasos hacia mí. 

"No pude resistirme, se veía demasiado tentador como para quedarme con las ganas." La risa se transformó en una confiada sonrisa de lado mientras se posicionaba frente a mí. "A menos que a ti no te agrade. En ese caso, no volveré a hacerlo." Boquiabierta, pestañeé varias veces, mi yo interior rogándome que no balbuceara ni tartamudeara al responder. Ella ya había hecho algo similar anteriormente, pero lo máximo a lo que había llegado era a acariciarlo y ya. Ahora, ¿me desagradaba que hiciera aquello? La respuesta era un gran, aunque vergonzoso, no. Muy por el contrario, el tacto en esa parte de mi cuerpo en específico, se sentía más que bien, tal vez incluso satisfactorio. 

"Sup-pongo que puedes hacerlo, s-sólo procura que nadie nos vea. No quiero fotos de tu mano ahí en el teléfono de cualquiera." La sonrisa se extendió y un destello de dorado iluminó sus irises. 

"Entonces, ¿me permites o..?" Sus dos manos a apenas centímetros de hacer contacto con mi trasero. No pude más que cerrar mis ojos y tragar saliva.

"M-mi madre podría venir y v-ver-" Sin previo aviso, sus dedos se colaron por debajo de mis bragas de algodón y apretaron. Sin miedo ni inhibiciones, sus manos trabajaron en mi trasero a su antojo, hundiéndose en la carne de mis nalgas. 

"El pestillo no dejará que pase." Jadeé. Un apretón particularmente fuerte hizo que mi cuerpo fuese hacia adelante, mis manos a sus hombros y mi rostro de lado, presionándose contra su pecho. 

"Lern-¡Nngh!" Empuñé la tela de su camiseta, mis piernas flaqueando y mi peso total siendo ahora sostenido por su macizo cuerpo. Si ella se movía hacia un costado, yo caería de cara al suelo como una idiota. 

"Dios, podría estar así todo el día." Sus manos descendieron, aprisionaron mis nalgas en un férreo agarre, y amasaron de arriba hacia abajo. 

"Mhm..."

"Dime que me dejarás apretarte el trasero por todo un día." Raspó, besando mi sien.

"Mh-" Pero antes de que pudiese contestar a tal locura con un casi involuntario y pobremente deliberado 'sí', una tercera voz interrumpió, sacándonos de nuestra burbuja de tensión sexual. 

"¡Camilita, ya es hora de desayunar! ¡Baja antes de que tus pancakes se enfríen!" Me separé de ella con una rapidez olímpica, acomodando torpemente mis bragas. 

"Maldita sea." Farfulló rebuscando entre la pila de ropa que había al lado de mi cama. "¿Has visto mi camisa? Es a cuadros, roja y negra-"

"¡Aquí, aquí!" La quité de abajo de mi escritorio, vaya uno a saber por qué estaría ahí. Agradeció en medio de gruñidos, intentando colocársela a prisa. Enfocándome en hallar todas sus pertenencias para que así le fuese más sencilla la escapada, revisé por todos lados hasta también dar con sus zapatos, su gorro de lana, teléfono y más importante, las llaves de su motocicleta. 

"¡Camilaaaa!" Gritó mi madre desde la cocina, el aroma a jarabe de arce haciendo rugir a mi estómago. 

"Debes irte, vendrá a buscarme si no bajo." Largó una corta risa divertida, abriendo la ventana. ¿¡Es que no comprendía la seriedad del asunto!? "Lo digo en serio, Lauren, va a-"

"No. No me iré hasta que no me des un beso de buenos días." Chillando impaciente, le di un vistazo a la puerta para asegurarme de que verdaderamente estuviese trabada. Santo cielo, mi madre iba a matarme, primero a mí, y luego a ella por haberme convencido de que todo esto sería una buena idea.

"Bien." 

Acabemos con esto.

Rezando por que eso fuese suficientemente bueno para ella, planté un breve beso sobre su boca. 

¿Qué tal si no lo es..? 

¡Entonces tendrá que irse inconforme, porque no le daré otro! 

"Hecho, deseo otorgado. ¡Ahora vete, te cortará la garganta si nos encuentra!"

"Eso fue una broma, ¿cierto?" Oí los pasos subiendo las escaleras y comencé a entrar en pánico, imaginando el peor de los finales, en que mi madre se entera de nuestro secreto y me prohíbe ver a Lauren por el resto de mi vida. O bueno, el resto de mi adolescencia. 

"¡Claro que no lo fue!-"

"¡Mija, ya es hora de ir a la escuela!" 

"Oh dios, tienes que irte, ya, ya, ya," La empujé, pegando golpecitos en su brazo. "rápido, mi padre podría pasar con la patrulla y verte y-y matarte s-si sabe que-" Insistí, al borde del ataque de ansiedad, hasta que un par de labios tomaron los míos con una firmeza incomparable, callándome. Sostuvo mis brazos de manera tal que mis forcejeos fueron inútiles, y un escalofrío recorrió mi sistema entero mientras su lengua se enlazaba con la mía, le daba vueltas lentas, la acariciaba con delicadeza al mismo tiempo en que mis hombros se relajaban y mi cuerpo cedía, entregándose al beso. Finalmente sus manos viajaron a mi cintura y otros tres pequeños besos fueron posados sobre mis labios previo a que se alejase y me sonriera encantadoramente. 

"Iré a casa por mi auto y pasaré por ti en media hora." Fue lo último que dijo, y después se lanzó por la ventana. La vi correr adentrándose en el bosque hasta desaparecer, dejándome ahí, parada por poco, con piernas de gelatina, labios separados, y un corazón latiendo de algún modo en paz, sospechaba que gracias a su beso. 

Hubo unos toques en mi puerta a los que ni siquiera les di importancia, todavía debía ponerme unos pantalones y calzarme. 

"¿Camilita? ¿Te sientes enferma, mijita?" Preguntó preocupada. 

"No mami, y-ya... Ya salgo." Respondí, eligiendo un par de jeans simples y mis Converse celestes. Dos minutos más tarde, al fin fui capaz de encajar mis temblorosos pies en las zapatillas y de volver a pararme. Apliqué el mínimo necesario de maquillaje en mi cara y puse un broche en forma de moño en la parte trasera de mi cabello, dos mechones cayendo uno a cada lado de mi rostro.

Me miré al espejo, retocando detalles. "Lista." Murmuré. 

Hmm, no lo creo...

Caminando hacia la puerta, pude ver de espaldas mi cuerpo completo. Ya veía por qué Dinah y Troye siempre me lo remarcaban tanto, en verdad tenía el trasero de un tamaño considerable. 

¿Las parejas en serio iban tocándose el trasero por la vida? No lo sabía, el único novio que había tenido en Miami no fue más que un patán queriendo darle celos a su ex, por lo cual, jamás hizo más que besarme ocasionalmente y tomarme de la mano. 

Al menos le funcionó.

Suspiré y me mordí el labio.

Probablemente no era tan raro que esa persona te tocase el trasero... Y en tal caso, Lauren era mi novia ahora, no se había sentido incómodo o mal. Tal vez, no me molestaría que volviera a hacerlo.

-

Guardé mis textos de literatura en mi casillero y los intercambié por los de biología. Cerrando la puerta de metal, recargué mi frente contra la misma y gimoteé. De todos los días del año, ¿por qué justo hoy tenían que faltar a clases Dinah, Troye y Mani? ¿Acaso se habían puesto de acuerdo? ¿Quizás era un complot para dejarme pudrir de aburrimiento? Ally por supuesto prefirió quedarse con Troy en su práctica de baloncesto, cosa que entendía perfectamente, pero no me eximía de sentirme tan sola como un cactus en medio del desierto. 

Ingresando a la cafetería, tomé una bandeja y me puse en fila, aguardando por mi turno. 

"¡Camila, pequeña!" 

Oh no, no otra vez. 

Me escondí detrás de un muchacho alto para que la simpática mujer no me viese, pero para mi poca suerte, una de las ayudantes de cocina agitó su mano en mi dirección, delatándome. "Oh, vamos, no te escondas de mí, sabes que sólo hago mi trabajo." 

"L-lo sé Edna, es que... Todos me miran feo cuando ven que tengo trato 'especial'." Dándole la bandeja, hice comillas con los dedos. 

"Y lo tienes por ser amiga de mi querida Lolo, cualquier amigo suyo es amigo mío también. Esta es mi cocina y yo mando. No tiene que importarte lo que los demás digan, serás miserable toda tu vida si le prestas atención a esas tonterías." Sirvió un muslo de pollo empanizado y una porción de papas con queso en mi plato. Percibí la mirada de todos en la fila, juzgándome, y quise largarme corriendo de allí. "¿Naranja, manzana o una botella de agua?" Mordí mi labio, nerviosa. 

"Uh, n-naranja." Asintió agregando una caja de jugo y una bandeja plástica con tres galletas de chocolate. Escuché algunos murmullos provenientes de las mesas cercanas, mis manos sudando.

"Aquí tienes, linda. Oh, oh, ¿quieres aderezos?" Negué furiosamente y le agradecí con una forzada sonrisa, dirigiéndome a toda máquina hacia la mesa más excluida del comedor. No quería ser la nueva primicia del instituto, pero al parecer ya lo era. Mataría a la ojiverde en cuanto la viera. 

Ella no tiene la culpa.

Bufé, sentándome. Claro que no tenía la culpa, los únicos culpables de mis nervios eran los que me ojeaban como si estuviese en la portada de una revista. Yo no era a quien querían, esa era Lauren, pero por el momento no tenían a nadie más cercano para fastidiar. 

Estaba a punto de meterme un trozo de pollo a la boca cuando una voz conocida llamó mi nombre y un puñado de chicas se sentó a mi alrededor. 

"Karla." Pronunció recostando su barbilla en sus dedos entrelazados y sonrió falsamente.

"Uhm, Kendall." Devolví incómoda. Sus súbditas examinándome de punta a punta. 

"Oye, no tienes que sentirte intimidada, no vengo a amenazarte ni nada por el estilo." 

Oh, no, tu novio es el que se encarga del trabajo sucio.

Asentí sin mirarla, regresando a mi almuerzo. La oí gruñir amargamente e imaginé sus ojos rodando en mi cabeza. Aguanté la risa.

"Entonces, cuéntame, ¿qué tal tú y Lauren?" Predecible, ahora era yo la que rodaba los ojos. Había algo llamado 'vida propia', pero aparentemente, las individuas encerrándome en un círculo y atosigándome, no conocían aquello.

"Bien, supongo." Me encogí de hombros, revolviendo las papas con queso. Si lo que buscaba era sacar información, había venido al lugar equivocado.

"Sé que puedes mejor que eso, ¿se han besado ya?" Persistió, codeando mi brazo. Mi mente chispeó, trayendo de vuelta la escena de nuestro último, maravilloso beso. 

"Y-yo..." 

"Perfecto, tomaré eso como un sí. ¿Tuvieron sexo?" Mis ojos se expandieron diez veces su tamaño. ¿Cómo se atrevía a preguntar eso en una maldita cafetería? ¡Había otras doscientas personas rodeándonos!

Jodida descarada.

"No... N-no voy a responder esa pregunta." Negué, preparándome para ponerme de pie y salir como un petardo de ahí. Podría almorzar tranquila en cualquier otro sitio.

"Oh dios, ¡sí lo hicieron, te acostaste con Lauren Jauregui! No eres tan santa como te creí." Rió palmeando mi hombro, actuando como si fuésemos amigas de toda la vida. "Dime, ¿cómo se sintió? ¿Fue buena contigo? He oído que puede ser algo ruda al marcharse." Su séquito estalló en carcajadas, captando la atención de los que pasaban caminando con sus bandejas. 

"Fóllala y bótala, así le llaman." Dijo a mi derecha una rubia oxigenada. Una castaña frente a mí le chocó los cinco y aplaudió su ingenioso comentario.

"Ya, en serio, dime que por lo menos te llamó un taxi y no te dejó volver sola a casa." No tenía idea de cómo ni por qué, pero si lo que querían era verme desmoronándome, lo habían conseguido. Mis ojos se aguaron inevitablemente.

"Pobre de ti, Lauren debe de haber sido tu primera vez, ¿verdad?"

"Por favor..." Pedí, intentando quitármelas de encima. 

"¡Ow! No, cariño, no llores," Hizo un puchero. "no vale la pena deprimirse por ello. Te aseguro que encontrarás a alguien mucho mejo-" Las lágrimas estaban por caer cuando un profundo gruñido resonó a mis espaldas. Temí girarme y ver a la misma Lauren que me había salvado de ser violada en el cementerio, de más de dos metros, con unos colmillos enormes y pelaje negro cubriendo cada centímetro de su cuerpo. Al hacerlo, el alivio me llenó. Era Lauren, la misma Lauren de todos los días, la que me besaba y abrazaba para mantenerme tibia por las noches. La diferencia, era el singular brillo dorado en sus irises. 

"Jenner." Arrugó la nariz por un milisegundo, luciendo aterradoramente atractiva. 

"Ah, Laur, n-no te había visto ahí." Se obligó a sí misma a sonreír. "Camila y yo estábamos charlando," ¿Ahora sí recordaba mi nombre? "¿o no?" Pisó mi pie bajo la mesa y gemí, limpiando mi rostro con el dorso de mi mano. 

"S-sí." Fue todo lo que alcancé a decir, hundiéndome en mi lugar y evadiendo hacer contacto visual. 

"¿Ves? No tienes por qué ponerte así, nadie está atacando a nadie aquí." Esperé escuchar una respuesta, pero en cambio, recibí el sonido de una pesada exhalada. 

"Camila." No pude reunir el coraje para alzar la vista, mis manos temblaban sobre mi regazo. Kendall tragó saliva y se aclaró la garganta. "No te quiero cerca, ni de ella, ni de mí ¿me oyes?" La morena jadeó. 

"¡P-pero yo no-"

"No les debo ninguna maldita explicación, pero ya que parece que no nos dejarán en paz hasta que hable, se los diré." ¿Qué era lo que iba a decir? Mi labio inferior se agitó, asustado, expectante. "Camila no se acostó conmigo y yo no me he acostado con nadie, ni lo haré." Aclaró fulminando a Kendall con la mirada. "Nosotras... Estamos saliendo." Levanté la cabeza y la miré con ojos bien abiertos. La cafetería había acallado, impactada.

"Ay Laur, ¿tú en una relación seria? ¡Ja!" Gesticuló con la mano, descreída. 

"Me dan igual tus dramas, sólo dejen de meterse en mis asuntos, no les incumben." Guardando las galletas y el jugo en mi mochila, una fuerte pero cuidadosa mano tomó mi brazo y jaló levemente, ayudando a que me pusiera de pie. "¿Te encuentras bien?" Cuestionó intranquila, acariciando mi piel con su pulgar. Sacudí afirmativamente con mi cabeza y sonreí a su protector gesto.

"¿Pretenden que nos creamos esa farsa? Le huyes a cualquiera que demuestre interés romántico en ti, ¿por qué Cabello sería la excepción a la regla?" Puso los ojos en blanco, sus compañeras del equipo de porristas secundándola, cruzándose de brazos. Lauren soltó una risa, agarrando mi mano y entrelazando nuestros dedos. 

"¿Quieres que te diga por qué, Jenner?" La sonrisa no se le iba, lo cual debe de haberle dado desconfianza a la sub-capitana. 

"Díselo a todos, te escuchamos." Cambió el apoyo de su peso a su otra pierna, marcando un ritmo con la suela de sus zapatillas contra el piso de baldosa. 

"Ella no necesita quitarse la ropa para ponerme dura la polla." 

Sí, definitivamente este no era un buen día para que los chismosos de mis amigos faltaran a clases. 

El ambiente se colmó de risas histéricas y Lauren aprovechó la distracción para tirar de mi mano. "Tú vienes conmigo." Me guiñó un ojo y sonrió, sacándome del lugar a prisa. 

Me llevó hacia el estacionamiento y subimos a su coche, los copos de nieve pegándose a las ventanillas, el vaho formándose en el aire al respirar. Veinte minutos en la carretera y mi curiosidad pudo más.

"¿I-iremos de tus tíos?" La señal de la ruta estaba tapada por la manta blanca de escarcha. Ya no estaba segura de en dónde nos encontrábamos.

"No, simplemente nos estamos alejando del instituto y la ciudad." Percibiendo mi desorientación, presionó un botón en el panel de su camioneta y la pantalla enseñó un mapa del camino a seguir. "Mi familia tiene cientos de propiedades aquí en Campbellville y algunas en Rockwood, conozco el camino." Explicó en calma, apaciguando mis dudas. Poco después, se estaba aparcando frente a un portón de madera y vallas semejantes a las que rodeaban el terreno de su cabaña.

Se estiró al asiento de atrás y tomó una bata doblada. "Llegamos, ponte tu abrigo, te congelarás si no lo haces." Me regaló una sonrisa y bajó a abrir mi puerta. 

"¿Qué hay aquí exactamente?" Escaneé mis alrededores. Árboles, árboles y más árboles. Ah, y también nieve. 

"No es el lugar lo que vengo a mostrarte." Traspasamos el portón, introduciéndonos en aquel blanquecino bosque. "Sino a mí. Mi otra forma, quiero que la conozcas e interactúes con ella, así sabrás qué hacer si llegase a transformarme en futuras ocasiones." 

"¿Y para eso condujiste media hora?" Fruncí el ceño, arreglando las mangas de mi chaquetón color crema.

"No quería que nadie interrumpiera." Tiene sentido. "Ahora, voy a transformarme, ¿sí? Pero no será como aquella vez en el cementerio, esa era una primera forma, más apta para cazar ciertos animales. Esta forma es mucho menos horripilante, luce igual a un lobo común, sólo que de mayor tamaño." Si hubiera sido otro diciéndolo, hubiera pensado 'Ah, un lobo gigante, sí. Para nada horripilante.' Pero se trataba de Lauren, y me enternecía que quisiera presentarme a su forma lobuna. "Estaré desnuda cuando regrese a mi forma humana, para eso es la bata que dejé en mi asiento." Me extendió sus llaves acompañadas del mando a distancia y acepté ambos objetos, metiéndolos en mi bolsillo. "Antes que nada... No tengas miedo, no te haré daño." Dijo, y tomó mis mejillas, besándome dulcemente, para luego dar cinco pasos hacia atrás. 

Lauren gruñó y el oscuro pelaje brotó de sus poros. Sus uñas alargándose y encorvándose mientras sus manos iban creciendo. Observé todo tratando de mantenerme neutra, pero la verdad, es que era increíble, de otro mundo, uno de fantasías. 

Sus pies se extendieron, destrozando sus zapatos, y su espalda se agrandó, haciendo añicos su ropa. Diablos, me gustaba cómo le quedaba esa camisa. Los músculos en sus piernas se abultaron hasta despedazar sus jeans y su cuerpo cayó hacia adelante en cuatro patas. Atónita, vi cómo olfateó la nieve por unos segundos y se sentó como esperando órdenes. 

¿Siquiera podía hablar estando así?

"¿P-puedes ha-hablar?" Ladeé el rostro, escéptica. Sus orejas se agitaron y di un saltito cuando un sonido familiar salió de su garganta. Incrédula, largué una risita. "¿Acabas de ladrar?" Mordisqueé mi labio. Lauren caminó hacia mi posición, y con su hocico tocó mi mano. "Y tienes la nariz húmeda como un perro. ¿Estás segura de que no eres uno?" Girando una de sus orejas, se quejó con un gruñido y reí, ya sabía que ese era su modo de rodar los ojos. "Muy bien, buena chica," Tapé mi boca para que no me viera carcajeándome. "dame la pata." Agachando la cabeza, bramó en un tono más grave y supe que debía parar de burlarme si no quería que me revelara sus dientes. "Lo siento, lo siento." Alcé mi mano. "Quiero a-acariciarte, ¿puedo?" La loba inclinó el hocico, ofreciéndose. Pasé tímidamente mi palma desde su cabeza hasta el final de su lomo, su pelo terso me recordaba al de un osito de peluche. 

Lauren era mi propia lobita de peluche.

Al rascar un punto específico, cercano a su pata trasera, ésta se alborotó dando pataditas. Sonreí pícara. "Tienes un punto dulce, ¿huh?-" Alejé mi mano bruscamente cuando de la nada ella se sacudió, quitándose la nieve de encima. "Rayos, me asustaste." Siseé y juré ver una sonrisa en su rostro, las arrugas en sus ojos la inculpaban de aquello. Continué acariciándola otro rato, observándola, detallando en su ameno ademán. Estaba más que en control de su forma salvaje. 

Los copos adhiriéndose a mis manos me hicieron tiritar, a lo que Lauren miró y suspiró. Enseguida, se echó en el suelo. 

"¿Qué haces?" Pregunté levantando una ceja. La pelinegra agitó su cabeza hacia atrás una, dos y tres veces, señalando su lomo. "¿Qué?-Oh no, no. No te montaré, no eres un caballo." Mordió la manga de mi abrigo y dio un tironcito, atrayéndome a sí. "Lauren, no, lo digo en serio n-" Un profundo gruñido retumbó fuera de su boca. "¡Está bien, está bien, ya va!" Satisfecha, volvió a acostarse y esperó a que me sentara en su lomo y abrazara su cuello para comenzar la caminata de vuelta al auto. "Ay diosito, por favor, ve despacio." Imploré, sujetándome con fuerza. No era un caballo, pero sí medía aproximadamente lo mismo que uno.

Le tomó menos de cinco minutos hallar el portón. En cuanto estuvimos junto al vehículo ella se recostó y bajé como una bala, mi cuerpo vibrando más por el miedo a caerme de su lomo que por el frío. Sentí sus orbes sobre mí por un lapso prolongado de tiempo y carraspeé. 

"¿Uhm?" Se arrimó al coche y puso una pata en el parachoques delantero. "Oh... ¡O-oh, claro!" Corrí hacia el otro lado y apreté el botón del mando, destrabando las puertas. "Aquí tienes tu ba..." Un ligero aullido se oyó y la siguiente cosa que vi fue cómo Lauren regresaba a su estado humano, aún de rodillas en el suelo. Me cubrí los ojos con una mano y con la otra le di la bata, pispeando disimuladamente por un diminuto agujero. 

Es de mala educación espiar, Camilita.

"Entraré a ponerme ropa." Anunció la ojiverde, yendo hacia el lado del piloto. Mientras tanto, me ocupé de dibujar corazones en la nieve con un dedo. El motor se encendió y Lauren abrió mi puerta, invitándome a subir. 

"¿Te gustó mi versión peluda?" Dio una vuelta en U, dirigiéndose al centro del pueblo.

"Uh, sí, es... Suavecita y grande, muy grande." Sonrió de lado, humedeciéndose los labios.

"Respondiendo a tus preguntas, no puedo hablar, pero sí puedo emitir ladridos, gruñir y aullar. No, no soy un perro, y sí, tengo un punto dulce. Todos los lobos lo tenemos." 

"¿Equivaldría a la parte de su cuerpo en que la persona tiene cosquillas?" Supuse, planeando utilizar a mi provecho la valiosa información. Ya no perdería en cada guerra de cosquillas.

"Sí y no." Mi esperanzada sonrisa calló, desconcertada. "A veces no son cosquillas lo que produce, todo depende del lobo en cuestión." Un momento, entonces... ¿Adónde la había tocado? 

"¿D-dónde..?" 

"¿De verdad quieres saberlo?" Bastó asentir, para que una de sus manos soltara el volante y agarrase la mía. Tragué en seco mientras la arrastraba hacia donde sospeché; su entrepierna. Apreté mis párpados, incapaz de ver. Mi mano fue situada en el lugar, y Lauren murmuró un enronquecido "Aquí".

Oh, madre santa.

La erección bajo sus pantalones rozaba la punta de mis dedos, los cuales como reflejo, apretujaron su muslo. 

¿En qué me había metido?

-

Nota: ¡¡¡100k!!! Muchas gracias a todxs por sus votos y comentarios, siempre me animan a sonreír un poco más y a seguir haciendo lo que amo a pesar de las adversidades. 

PD1: Primeros tanteos y apretones, la forma lobuna de Lauren dándose a conocer... La relación va escalando ;)

PD2: CAMILA VIENE AL LOLLAPALOOZA ARG 2018 ME MUERO ASDASDASDASD YA ESTOY YENDO A COMPRAR LA ENTRADA

Si les gustó, por favor voten, comenten, compartan, síganme, pásense por mis otras obras (que pronto voy a actualizar), y tengan un bellísimo día/noche *heart emoji*

Continue Reading

You'll Also Like

278K 25K 73
La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia. Especialmente por su madre, quien cr...
142K 8.5K 32
𝐒┊𝐒 𝐂 𝐑 𝐄 𝐀 𝐌★ 𝐋 𝐀 𝐑 𝐀 no entendía el por que le temian tanto a su compañero de universidad 𝐓 𝐎 𝐌, el tenía actitudes raras pero no lo...
53.9K 1.6K 71
Gabriela Rodríguez (Gabi) tenía todo lo que cualquiera deseaba, era una joven con un futuro prometedor en el mundo del modelaje, era una chica amable...
82.2K 7.1K 39
- 𝑉𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑡𝑎𝑛 𝑚𝑎𝑙𝑜 - 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑠𝑢 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜 - 𝐻𝑒 𝑜𝑖́𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑠...