-¡Onee-chan!-una pequeña niña castaña de unos 7 años corría hacía su hermana quien la miraba desinteresada.
-¿Que quieres ahora?-pregunta cortante la peli salmón.
-Vamos a jugar Onee-chan-la castaña le regala una sonrisa que irradiaba felicidad, molestando así a su hermana.
-Déjame, ¿Qué no ves que no quiero jugar contigo?-pregunta la peli salmón con el ceño fruncido.
-Onegai~-pide con un puchero la castaña, enojando más a la peli salmón quien de una cachetada la tira al piso.
-¿¡NO ENTIENDES QUE NO ES NO!?-grita la peli salmón mientras veía a la más pequeña llorar en silenció.
-O-Onee-chan-dice ella con lágrimas en sus ojos.
-¡TU NO ERES MI HERMANA!-grita la peli salmón para luego patearla y dejar inconsciente a la más pequeña.
Tiempo más tarde la niña aún yacía inconsciente en la plaza, una hermosa mujer rubia pasaba por allí y al ver a la niña tirada en el suelo no dudo en ir a verla, al llegar hacía ella noto que estaba inconsciente por lo que la cargo y se la llevo a su casa, para curarla y sanarla ya que noto que su mejilla estaba de un color violeta, no tardo en llegar a su casa, al entrar aviso que llego y rápidamente se fue al living donde dejo a la pequeña sobre un sillón, muchas pisadas de oyeron para luego dejar ver a ocho niños bajando por las escaleras, todos parecían tener diferentes edades, al bajar fueron saludar a su madre pero se llevaron la enorme sorpresa de ver a una niña inconsciente acostada sobre los sillones.
-Oka-san, ¿Quién es ella?-pregunto un rubio de ojos celestes mientras de acomodaba los lentes.
-¿Es nuestra nueva hermana?-pregunto un peli naranja y detrás de el se podía apreciar a dos chicos, parecían gemelos pero sus colores de ojos y cabellos eran distintos.
-No, la encontré inconsciente en la plaza-explica ella mientras miraba preocupada a la niña-Ukyo, hazme el favor de traerme el botiquín de emergencias-el rubio asiente para ir rápidamente a la cocina y traer en sus manos lo pedido-Gracias hijo-agradece la rubia para luego fijar su vista en la menor.
-¿Quien le hizo eso?-pregunta un peli blanco señalando la mejilla de la menor la cual estaba violeta.
-No lo sé, debió ser alguien que la desprecia-dice ella con tristeza en su mirar, en estos instantes estaba curando la mejilla de la menor y al terminar la dejo recostada sobre el sofá, todos los niños se acercaron para apreciar más a la niña que trajo su madre.
-¿Nos la podemos quedar?-pregunta inocentemente uno de ellos, exactamente un albino de ojos café, parecía ser el mas pequeño de todos.
-Quisiera pero no, su madre debe de estar buscándola-dice ella, la niña comienza a removerse incomoda sobre el sofá para luego abrir sus ojos y sentarse en el sillón, viendo a los niños y a la señora quien le sonreía.
-¿Como te encuentras pequeña?-pregunta dulcemente la mujer.
-Etto... creó que bien-dice tímidamente la castaña, los niños la veían con curiosidad ya que nunca habían tenido una hermana y no eran muy buenos para socializar con niñas.
-¿Como te llamas?-pregunta un castaño acercándose a ella, parecía ser el mayor de los ocho.
-H-Himeko-dice nerviosa la niña.
-Un gusto, soy Masaomi-se presenta el castaño con una sonrisa, la niña lo ve curiosa para luego sonreírle, haciendo sonrojar al contrario.
-Himeko-chan, yo me llamo Miwa-se presenta la rubia-Quisiera preguntarte, ¿Quién fue la persona que te hizo eso?-pregunto señalando su mejilla.
-Etto...Ha sido mi Onee-chan, se ha molestado por pedirle que jugara conmigo y me ha golpeado-dice con tristeza la castaña-Me ha dicho que no soy su hermana-lágrimas se aproximaban por sus ojos, asustando a los niños.
-N-No llores-un albino de ojos violeta se le acerca con timidez-Una niña tan linda como tu no debe manchar su bello rostro con lágrimas-dice con un pequeño sonrojo, la niña al oír ello también se sonroja.
-Te presento a los demás Himeko-chan, ellos son mis hijos, el mayor es Masaomi-el castaño le regala un sonrisa-el segundo, Ukyo-esté la saluda moviendo su mano de un lado a otro-el tercero, Kaname-esté solamente le sonríe para luego sentarse cerca de ella-el cuarto, Hikaru-esté tímidamente se acerca a ella y le sonríe-el quinto, Tsubaki-con una enorme sonrisa se acerca a la castaña y se sienta a su lado-el sexto, Azusa-esté repite el acto del segundo-el séptimo, Natsume-esté la miraba seriamente para luego sonreírle a medias-y el ultimo, Louis-esté le sonríe dulcemente haciendo sonrojar a la castaña.
-U-Un gusto-dice tímidamente pero luego se sorprende al sentir como la abrazan por los hombros acercándola a alguien, está gira su cabeza viendo como Tsubaki le sonríe.
-Himeko-chan ¿Quieres jugar?-pregunta el albino con una sonrisa, la pequeña lo mira curiosa para luego asentir con felicidad-Vamos Hime-chan-esté se la lleva al patio de la residencia, siendo seguidos por los demás niños.
Mientras los niños jugaban la mujer buscaba información sobre la niña, solamente consiguiendo su nombre completo y del con quien vivía.
-Uff-suelta un suspiro rendida la niña, dejándose caer al césped de espaldas, estaba totalmente agotada.
-¿Sucede algo Hime-chan?-pregunta Louis.
-No nada, solamente me he cansado-dice la niña mientras comienza a girar de un lado a otro aún recostada sobre el césped-Jeje-ríe la pequeña.
-¡Himeko-chan! ¡Es hora de irnos!-grita la mujer, capturando la atención de todos-¡Tu madre debe estar preocupada!-vuelve a gritar y la niña se acerca, seguido de sus nuevos amigos.
-¿No se puede quedar un rato más?-pregunta triste, Tsubaki.
-Debe volver con su madre, debe de estar muy preocupada niños-dice la mujer mientras miraba la escena que montaban sus hijos.
-Lo siento Tsubaki-kun pero debo irme, Miwa-san tiene razón, debo volver-dice la castaña con una sonrisa triste.
-¿Volverás?-pregunta Masaomi.
-Claro, y volveremos a jugar todos juntos-dice feliz la niña, todos sonreían por que tenían el presentimiento de que eso sería así.
-Are?-dice confundida la niña al ser abrazada por sus amigos, luego de ello la castaña se despide siendo acompañada por la mujer hasta su casa.
-Muchas gracias por traerme Miwa-san-agradece la pequeña, se despide de la mayor para luego entrar rápidamente a su casa, sin ser vista por su hermana mayor y por su madre.
Todos los días la pequeña se escapaba de casa para poder ir a jugar con sus amigos quienes la recibían a gusto al igual que su madre, podría decirse que ellos ya la consideraban parte de su familia, cuando volvía a su casa solamente su madre era quien le preguntaba a donde iba y ella mentía para no tener problemas con su madre y su hermana.
Pero como la felicidad no dura para siempre, un día su madre la descubrió cuando ella escapaba para ir a jugar con sus amigos, la encerró durante días y no la alimentaba, su hermana era la única que entraba solamente para insultarla y golpearla dejándola más débil de lo que ya estaba, un día, ya cansada de los constantes abusos de su hermana y la mala alimentación que tenia gracias a su madre, ella decide escapar, guardo algo de ropa y juguetes en un bolso para luego escapar por la ventana de su cuarto, la cual nunca fue cerrada por su madre, ella corría sin parar por las calles, era de noche por lo que no había mucha gente, ella corrió hasta llegar a un enorme edificio, toco el timbre para luego ser atendida por una mujer quien la hizo entrar inmediato al ver el estado de la pequeña.
-¿Que sucedió pequeña?-pregunta preocupada la mujer mientras le daba algo de comer.
-Mi madre me descubrió cuando escapaba de casa para venir a jugar y me encerró durante días, no me alimentaba y mi hermana me insultaba, también me golpeaba-dice ella con tristeza en su mirar, no podía llorar, estuvo varios días llorando por lo que ahora no podía ni siquiera soltar una lágrima.
La mujer se sorprendió, ¿como era posible que hubiera tanta maldad en el mundo? no podía creer todo lo que su familia le había hecho, la dejo quedarse en un cuarto libre que tenían y cuando la pequeña se durmió, ella hizo algunas llamadas.
Al día siguiente la pequeña despertó, se cambio y salió del cuarto para bajar al comedor, encontrándose con todos sus amigos despiertos y Miwa cocinando.
-¿Hime-chan?-pregunta Ukyo sorprendido.
-Ohayou-saluda ella con tristeza, preocupando a sus amigos.
-¿Qué haces aquí? ¿Sucedió algo?-pregunto Natsume con preocupación.
-Luego hablaremos de eso niños, ahora hay que comer-dice Miwa para luego ir sirviendo comida en los platos, la niña se acerca y se sienta entre medio de Tsubaki y Azusa, quienes le sonríen alegres.
Al terminar de comer, todos se van a jugar a excepción de Miwa quienes esperaba impacientemente a unas personas, al llegar estas, ella llama a la más pequeña quien de a poco comenzaba a recuperar su color de piel y dejaba de estar tan delgada.
-¿Sucede algo Miwa-san?-pregunta inocentemente la pequeña sentada al lado de ella.
-Te quiero presentar a algunas personas, ¿esta bien?-la pequeña asiente mirando a un hombre y a una mujer que se encontraban sentados en los otros sillones-Ellos vienen para ayudarte-dice Miwa.
-Un gusto en conocerte Himeko-chan, yo soy la doctora Elizabeth y él es el señor Zack-dice la mujer sonriéndole a la pequeña para quitarle el miedo-Como dijo la señorita Miwa, venimos a ayudarte-la pequeña asiente.
-¿Podrías decirnos que fue lo que sucedió para que escaparas de casa?-pregunta Zack, quien anotaba todo lo que decía la pequeña.
-Etto... Yo me escapaba de casa para venir a jugar con mis amigos, un día mi madre me descubrió y me encerró en mi cuarto por días sin dejarme salir ni alimentar me-ellos asienten para darle la señal de que prosiga-Mi hermana era la única que entraba al cuarto solamente para insultarme y golpearme-sigue diciendo la pequeña con tristeza, cabía decir que aún se notaban los moretones en el frágil cuerpo de la castaña-Cansada de que me hicieran eso decidí irme de aquel lugar, escape de noche para que ellas no me vieran y me vine aquí, donde la señorita Miwa-san me alimento y me dejo quedarme al igual que sus hijos-finaliza la pequeña con algo de felicidad por lo último.
-Mm... ya veo-dice Elizabeth-¿Tu quieres volver con ellas?-pregunta y la pequeña niega con la cabeza.
-¿Te gustaría vivir con la señorita Miwa?-pregunta Zack quien anoto todo lo dicho por la pequeña.
-Sí, la señorita Miwa me trata bien, sus hijos igual, me gustaría muchísimo vivir con ellos-dice feliz la niña, haciendo sonreír a la nombrada.
-Con gusto te aceptaremos en nuestra familia Hime-chan-la mayor le sonríe.
-Elizabeth, diles que tienen mi permiso de entrar a su casa y llevársela-la mujer asiente para luego salir del lugar y hacer algunas llamadas-¿Usted la adoptara Miwa-san?-pregunta Zack, quien es el juez a cargo del caso de Himeko.
-Hai, como ha podido ver este es un lugar adecuado para que ella viva aquí-dice ella.
-Luego hablare con Elizabeth y haremos los papeles para que la custodia de ella sea suya-al parecer él y Elizabeth eran pareja, pero eso no era lo único, Elizabeth era la abogada de la familia Asahina.
-Muchas gracias por venir-agradece Miwa, despidiéndose de el juez y su abogada, la pequeña también se despide feliz de que ahora su nueva madre sería Miwa.
-¡Hime-chan!-rápidamente sus nuevos hermanos se tiran sobre ella, abrazándola-¿Es verdad que ahora eres nuestra hermana?-preguntan felices los niños.
-Hai, ahora somos hermanos-dice contenta la pequeña.
Todos los niños festejaban, realmente la querían a su lado, los días pasaban y por fin llegaron las papeles de adopción que confirmaban que ahora era una Asahina, su nombre ahora era Asahina Himeko, siendo la única hija de la familia Asahina.