- ¿Has pensado en convocar de nuevo a la Orden y que busquen a Harry, Albus?
Preguntó Arthur Weasley, mirando al anciano mago que había estado desgastado a lo largo de los años por la preocupación y el miedo. Arthur todavía no estaba acostumbrado a verlo así; era bastante desconcertante, si era honesto.
El viejo mago había estado buscando a Harry solo durante un año y medio antes de que Arthur se enterara y se ofreció a sí mismo para la búsqueda.
Harry Potter no había aparecido en Hogwarts, y Albus no había podido encontrar a su familia, pero no era la familia que buscaba, sino el propio Harry.
- La Orden fue creada para tratar con Voldemort, Arthur, no estoy seguro de que nadie se impresionaría si fueran llamados para algo como esto.
Dijo Albus, sonriendo tristemente, tomando una taza de café. Eran las seis de la mañana; habían estado buscando toda la noche, sin suerte, pero eso no era nada nuevo para Albus.
Lamentablemente, en ninguna parte encontró alguna buena pista. Los muggles eran criaturas raras y groseras; había llamado a varios lugares para preguntar por los Dursleys, pero las puertas acababan de ser golpeadas en su rostro.
- Con otros ayudando a la búsqueda, podríamos encontrarlo, podríamos tener mejor suerte.
Sugirió Arthur. La Orden podría no ser grande en números, pero tampoco eran pequeñas. Podía pensar en algunas otras personas que podrían estar dispuestas a ayudar, que no eran miembros de la Orden.
Había estado en ella durante la última guerra, junto con los hermanos de Molly que, Merlin quiera descansaran sus almas, habían muerto.
- Eso es cierto
Admitió Albus. Nunca había pensado en usarlos, pero Arthur hizo que sonara como algo bueno. No era como si fueran obligados a ayudar a buscar, tenían la opción de ayudarlo o no. Después de todos los años de fracaso, francamente haría cualquier cosa.
- Vale la pena intentarlo.
Dijo Arthur, asintiendo con la cabeza.
- Hoy es el decimoquinto cumpleaños de Harry.
Dijo Albus, pensando.
31 de julio, cuando el séptimo mes muere, La vida no había sido fácil para el niño desde que nació. ¿Donde estaba él? ¿Por qué no pudieron encontrarlo o algún registro de él? Incluso los aurores habían dejado de buscar después de tres meses en la búsqueda; La especulación era que Harry estaba estudiando en el extranjero. Sabía que ese no podía ser el caso, había advertido a Petunia sobre la importancia de Harry en Privet Drive.
- ¿Le has preguntado a Severus si sabe algo?
Preguntó Arthur, bebiendo el café con deleite. Tenía frío, así que el café era perfecto para él ahora mismo. Sabía cuán grande debe ser ahora Harry; tenía un hijo de la misma edad que él, Ron, y ellos habrían estado tomando clases juntos en Hogwarts, si hubiera asistido.
- ¿Severus? No estoy seguro de poder tolerar su actitud de "te lo dije".
Suspiró Albus. Severus le había advertido que no debían poner a Harry con Petunia. Al igual que Minerva, llegó a esa conclusión, pero él había sentido que los barrios de sangre eran demasiado importantes para escucharlos. Algo que había lamentado durante los dos primeros meses que empezaron a buscar a Harry, entre las reuniones de Wizengamot y, por supuesto, con Hogwarts.
- Puede que tenga más éxito que Caridad.
Le dijo Arturo, para ser una profesora de Estudios Muggles, no tiene mucho éxito. Ella no sabe casi nada sobre el mundo Muggle, igual que él. Sin embargo, ella estaba constantemente diciendo que los magos y Muggles deben abrazarse el uno al otro. Aunque estaba de acuerdo, no debía venir de una bruja que no tenía idea del mundo muggle más allá de los libros que había leído.
- Tal vez
Murmuró Albus, frotándose las sienes con cansancio. Sólo deseaba profundamente que Harry se encontrará bien donde estuviera, que estuviera vivo y feliz. Sin embargo, no podía evitar la horrible sensación que había estado constantemente con él, desde que Harry tenía once años y nunca llego a Hogwarts. Ninguna carta se había podido dirigir a él, lo cual nunca había ocurrido antes en todos sus años como maestro, y luego director en Hogwarts. Las cosas habían cambiado mucho; ¿Cuando Arthur Weasley se convirtió en un confidente cercano? Por lo general, era Minerva, pero sinceramente no quería que le lanzaran en la cara que esto era culpa suya, se sentía lo suficientemente culpable por haber dejado a Harry con sus parientes muggles.
- Debería llegar a casa.
Dijo Arturo, mirando la hora. El podría conseguir dos horas de sueño antes de que tuviera que ir a trabajar.
- Dile hola a Molly de mi parte.
Dijo Albus.
Lamentablemente, dormir era algo del pasado para él, pasó más horas durmiendo en esta silla de las que logró pasar en su cama. La culpa lo estaba comiendo por dentro. Sus cansados ojos azules observaron cómo Arthur desapareció en la Red Floo.
- ¿Dónde estás, Harry?.
Se preguntó Albus en voz baja, apoyándose contra su silla.
- ¿Dónde puedes estar?
Su mente no podía dejar de desviarse hacia el drama que se había desarrollado a lo largo de los años, comenzando con todo el problema de la piedra filosofa. Voldemort había estado viviendo en la parte trasera de su recién contratado profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Quirninus Quirrell no había podido superar el espejo que se habían puesto para proteger a la piedra, y en su furia Voldemort había dejado al mago; el choque de la separación lo había matado. La cara del mago malvado había sido impresa en la parte posterior de la cabeza de Quirninus, regalando exactamente lo que pasó sin necesidad de la autopsia para averiguarlo.
La piedra había sido devuelta a su dueño, segura e ilesa; Nicolás estaba muy contento por eso. Pero eso debería haber sido durante el primer año de Harry en Hogwarts.
El siguiente año no fue mejor. Afortunadamente, Ginny Weasley se había recuperado de un libro muy peligroso en su primer año y se lo había dado a sus padres, rogando que no dejaran que la llevaran a Azkaban.
La chica tonta había estado en correspondencia con Voldemort durante meses; el diario había sido rápidamente destruido antes de que pudiera suceder algo. Conociendo a Voldemort como lo hizo, sabía que sólo habría sido cuestión de tiempo antes de que el Señor Oscuro hubiera cometido alguna atrocidad u otra cosa.
Tenía curiosidad por cómo había terminado ese objeto allí; sólo había unas cuantas opciones y todos le hicieron apretar los dientes con furia. ¿Cómo se atreven los mortífagos a plantar semejante objeto en una niña de once años?
Justo antes de lo que habría sido el tercer año de Harry, Sirius Black había salido de Azkaban, iniciando una masiva caza de hombre para él.
Luego fue visto en Hogwarts, lo cual por supuesto Albus comprendió ahora. Black había visto a Peter Pettigrew en la portada de los periódicos, con los Weasley. Al final, durante un partido de Quidditch, Sirius Black se había transformado de un perro a su forma humana frente a todos los ojos de estudiantes y maestros, con una rata en la mano, parecía loco. Antes de que alguien pudiera aturdir al mago fugitivo y aprehenderlo, había robado una varita y lo había usado para revertir a Peter Pettigrew a la forma humana.
Había sido demasiado público para que el Ministerio tratara de negarlo; unas semanas más tarde fue oficialmente un hombre libre y exonerado de sus crímenes. Albus había visto cómo el mago se desmoronaba cuando le informaron que Harry estaba desaparecido.
Harry habría disfrutado del cuarto año de estudio. Los diferentes estudiantes, el torneo; había sido exactamente lo que los estudiantes necesitaban. Alastor había tenido la amabilidad de salir de la jubilación y enseñar a los estudiantes Defensa durante un año. También quería que su amigo tuviera más seguridad, ya que la marca de Severus se había oscurecido un poco. Viktor Krum había ganado para Durmstrang, en lo que había sido una competencia muy estrecha en todas las tareas. No sabía lo que iba a hacer para encontrar un profesor de Defensa este año; afortunadamente ahora tenía todo el verano para preocuparse por eso.
Mirando a su escritorio, respirando hondo, de vez en cuando se sorprendió con la idea de que Harry había pasado a la próxima gran aventura. Odiaba pensarlo, pero como hombre inteligente, sabía que era una posibilidad.
Mientras que era posible permanecer fuera del radar, alguien tan poderoso como Harry... él debería haber sido encontrado para este tiempo. Los carteles estaban en todas partes, los nacidos muggles, los meztisos, y los sengrepura todos sabían sobre él; seguramente alguien lo ha visto ya.
Ya era hora de preguntarle a Severus. A decir verdad, tenía la sensación de que Severus estaba esperando a que le preguntara; siempre tenía una cierta mirada en sus ojos.
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En la noche un poco más tarde.
- Ah, Severus, entra.
Dijo Albus, antes de que Severus pudiera llamar a la puerta. Tenía una pequeña sonrisa secreta en la cara; sabía que irritaba a Severus cuando lo hacía. No estaba seguro de por qué, ya que Severus sabía cómo lo hacía;probablemente lo había hecho desde la primera vez que ocurrió.
Snape era ingenioso cuando se trataba de encontrar información.
- ¿Qué puedo hacer por ti, Albus?
Preguntó Severus, sentándose e ignorando la gota de limón que el Director le ofrecía con un estremecimiento de los labio. Odiaba esas cosas infernales y Albus lo sabía demasiado bien.
- Necesito tu ayuda para encontrar a Harry.
Admitió Albus. Él era el mago más poderoso vivo, y necesitaba ayuda para encontrar a un mago menor de edad; sí, la vida tenía una manera de asegurarse de que no pensara que era el mejor.
Severus sonrió burlonamente.
- Me preguntaba si alguna vez pedirías. ¿Pensaste que sería tan descuidado en mi voto de mantener a Harry seguro? Lo he estado buscando. He descubierto dónde están los Dursleys, y voy a visitarlos para ver si tienen alguna idea de dónde está. Es muy dudoso que lo sepan, pero es una pista que quiero seguir. Cada ángulo debe ser investigado a fondo.
- ¿Dónde están?
Exclamó Albus sorprendido.¿Cómo era que Severus estaba más cerca de averiguar algo que él?
- En la cárcel.
Dijo severamente.
El corazón de Albus se hundió profundamente en su pecho.
- ¿Sabes por qué?
- Lo estaré averiguando mañana durante la hora de visita que he programado.
Respondió Severus. Los muggles pensaban que era el "Detective Smith" y que estaba cuestionando a los Dursley en otro caso en el que estaban implicados. La base de datos estaba llena de Smith, así que sabía que habría menos posibilidades de que se le negara el acceso. También estaba el problema de que Petunia sabía su apellido, así que no quería usarlo. Él quería que ella estuviera completamente inconsciente cuando él visitó; agarrados con la guardia baja eran más propensos a decir cosas que no tenían intención de hacer. No importaba; si llegara a necesitarlo o confirmar algo, usaría Veritaserum para asegurar su cooperación.
- ¿A cuál estas visitando?
Preguntó Albus, consciente de que era poco probable que marido y mujer estuvieran en la misma prisión.
- Petunia Dursley.
Reveló Severus, haciendo muecas de disgusto. No la había visto en años, y se volvió el estómago para ver a la perra de rostro amargo que de alguna manera estaba relacionada con Lily. Merlín sólo sabe cómo, las dos chicas eran tan diferentes que era asombroso ver.
- Severus, ¿Por qué no me informaste de esto?
Preguntó Albus en voz baja. No sabía si estaba herido de que Severus lo había mantenido fuera del circuito o aliviado de que después de tanto tiempo, finalmente apareció una pista sólida.
- Albus, no quería despertar tus esperanzas. Me he mantenido en silencio un par de veces por que las pistas no llevaban a ningún lado, y francamente es una buena cosa que hice. Sé lo desesperado que estás de traerlo aquí; Sólo te diré si lo encuentro.
- Muy bien
Concedió Albus. El mismo pensó que se había acercado a algo en mas de una ocasión, pero se había convertido en una gran decepción, así que tal vez Severus tenía razón.
- Duerme Albus, lo necesitas.
Le exigió Severus, el viejo parecía que podía caerse en cualquier momento. Las bolsas bajo sus ojos eran extremadamente prominentes; el peso que había perdido a lo largo de los años era alarmante, y eso era incluso con las pociones que había estado dándole en su bebida cada mañana.
- Te haré saber cómo va. No le digas a Black o Lupin, realmente no puedo lidiar con ese par.
- ¿Cuándo has podido alguna vez?
Le dijo Albus, sus labios temblando un poco. Saber que Severus estaba ayudando le había aliviado mucho el peso que llevaba consigo. Debería haberle preguntado antes, pero entonces ya había estado buscando, ¿no?
- Me conoces bien.
Dijo Severus sarcásticamente no podía soportar a Black o Lupin por completo; algunas cosas no podían ser arregladas no importa la edad que tengas.
Severus se puso de pie, sacudiendo la cabeza con cansancio; normalmente se marchaba unas horas después del toque de queda o de patrullar los pasillos, pero decidió no hacerlo esta noche. Tenía una ventaja, y se concentraría en eso. Se estaba acercando a la puerta cuando Albus volvió a hablar.
- Gracias, Severus, lo aprecio mucho.
Confesó Dumbledore, sonando amargado, aliviado, cansado y exasperado de una sola vez.
Severus no respondió, simplemente abrió la puerta y bajó las escaleras. Por una vez, no lanzó los ojos al dramatismo de Albus. Había estado buscando durante casi cuatro años también; no había nada dramático en esta situación, y estaba desgastando a todos.