La voz era tranquila. Sonaba nerviosa e insegura.
Definitivamente hermosa.
Jungkook se levantó ansiosamente abriendo la puerta.
Taehyung levantó su mirada encontrándose con la mirada del azabache. Los labios de Jungkook se entreabrieron dispuesto a articular cualquiera palabra saliente de su boca.
Quienes fueron rápidamente interrumpidos por la ágil mano del castaño en su nuca jalando chocando ambos labiales entre sí.
Sería un maravilloso día.