Sonreí al leer el mensaje que Tania y Alex me habían mandado deseándome una linda navidad y año nuevo. Ambas me preguntaron si había hecho alguna locura que permanecería secreto entre nosotras, lo cual no hice y no haré. Aunque eso me hizo recordar, debo comportarme como una princesita.
-Aca están tus pastillas, no pierdas tu receta para la próxima, y baja los pies de la mesa – dijo Christine dándome un pote de mala gana y empujando mis pies al piso. Wren miró el pomo que estaba en mi mano asi que lo escondi a mi lado. Mi tía me miró mal, y me hizo una señal de que vaya a la mesa.
¿Saben que? Que se vaya a la mierda.
Le dediqué una sonrisa falsa y me levante del sillón. Ella pensó que iría hacia el comedor, pero me fui para el lado contrario. Eso ganó otro reproche. Rodé los ojos y seguí caminando.
-Solo voy a ir a tomar mis pastillas – dije caminando a la terraza – Y un poco de aire – dije en voz baja saliendo de ahí. Caminé hasta el borde de la piscina y me senté como indio en este. Quería regresar al internado, quien lo diría. Si se, eso involucra estudiar, levantarme temprano todos los días y tener que usar uniforme, pero prefería eso a esto. Ahí no estaba vigilada por un adulto todo el día, como un bebe. Sé que cosas tengo que hacer y mejorar, pero soy una adolescente no muy mentalmente estable y tengo mis días. Esos días los quiero poder pasar expresándome libremente, no siendo callada y reprochada.
Miré el pomo que estaba solo a un metro de mí. ¿Quería tomarlo? Debía, era hora de almuerzo, pero, esta semana que no las he tomado ha ido bien. Tyler y yo hemos paseado por la ciudad con sus amigos, hemos ido a bares y restaurantes, también a lugares para explorar en el campo. Ha sido bueno.
Dubitativa cogí el pomo de mala manera y lo abrí, sacando una pastilla. La miré, y después de tomar aire, me la metí a la boca y me la pasé en seco. Tosí una vez y luego comencé a leer lo que decía en el potecito. Mis dedos comenzaron a golpear el potecito indecisos. Estoy feliz, todo está yendo bien, bonitas vacaciones, a parte de mi tía... y de Wren... y Sarah, y de los papás de Tyler.
...
Volví a abrir el contenedor de pastillas y saqué dos más. Sin pensarlo dos veces me las pasé, causando que la garganta me duela. Mis ojos se cerraron fuertemente. Como duele coño.
Un cuerpo sentándose a lado mío hizo que de un respingo. Me había asustado. Volteé y mi expresión no cambió para nada. Seguía teniendo una mascara de aburrimiento encima. Él en cambio, mostraba confusión y desinteres. No entendía entonces para qué había venido.
-Así que... el fin de semana te divertiste con Tyler- dijo sin mirarme haciendo que me indigne, aunque no lo iba a mostrar.
-A ti que te importa – dije sin mirarlo al igual que él hizo. Los dos estábamos mirando al horizonte, y a los caballos paseando y comiendo pasto.
-Quiero hablar contigo – dijo finalmente mirándome. Sentía su mirada en mi mejilla, así que lo miré por el rabillo del ojo.
-Habla- dije sin más.
Pasó sus manos por su rostro frustrado – Pon de tu parte – dijo fijando su mirada a otro lado.
-No tengo nada que decir, me traicionaste – dije sintiendo pena muy dentro mío, pero no deje que se notara - ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Sabías todo lo que ha hecho – dije finalmente mirándolo. Nuestras miradas se conectaron, sus ojos me decían cosas pero sus palabras otras. Su mano cogió el pomo de pastillas en un segundo, aprovechándose de mi distracción - ¡¿Qué te pasa?! Devuelvemelo – dije parándome al igual que él.
El pomo se veía chico en sus manos, que lo protegían para que no se lo pueda quitar. Paré de intentar quitárselo y dejé que lo viera. Después de que lo haya analizado, me miró con un pequeño rastro de tristeza en su rostro.
-Dime que pasó Ella – me dijo mostrándome el pote como si no lo hubiera visto nunca. Estaba molesta, triste, y ansiosa.
-No, ¿para que se lo digas a todo el mundo, a Sarah? – dije escupiendo las palabras. Quería jalarle su preciado pelo y dejarlo calvo.
-¡No haría eso! Tú eres la que le dice todo a Tyler, ¿no? Son mejores amigos, ¡son la pareja perfecta! ¿Acaso hay algo nuevo y tan importante en tu vida patética que no me puedas decir?- dijo clavándome instantáneamente una daga en el pecho. A esto me refería cuando les decía que lo único que ganas acercándote a la gente es que te hieran con palabras, incluso sin darse cuenta.
-¡Si, mi vida es patética! ¡Perdon por molestrate con ella por mas de 10 años! ¡Solo fue una estúpida repetición del pasado! – le grite acercándome a él. Si esta casa fuera pequeña, todo el mundo nos estaría escuchando, pero agradesco que ese no sea el caso.
-¿Qué? ¿La antigua Ella regresó? – dijo burlándose. Eso hizo que pare de caminar hacia él amenazante y me quede parada viendo el piso.
-¡Sí! Eso pasó, ¡la estúpida y patética Ella la anoréxica y maldita deprimente con pensamientos suicidas regresó! – dije explotando en su cara – Y no, no he estado diviertiendome con Tyler todo este tiempo como crees, él me ayuda y tu, tú ándate al infierno – dije arrebatándole mis pastillas de su mano en el momento que se había quedado estático.
No podía creer que le había dicho eso. Había perdido el control, mis manos estaban temblando, toda yo lo estaba. Estaba entrando en un ataque de ansiedad. No escuchaba nada de lo que pasaba alrededor, y mis pies caminaban solos y pesados hacia el segundo piso. El sonido que hacían miz zapatillas al subir los escalones se escuchaban lejos, al igual que la voz confundida de Tyler, que acababa de regresar de recoger unos regalos.
Entré a mi cuarto y cerré la puerta con llave. Miré alrededor y todo me daba vueltas, estaba borroso. No.
Rebusqué entre mi neceser y no encontré nada. Me estaba comenzando a desesperar más, y eso era malo.
Salí del cuarto y me metí al baño que estaba en frente. De manera torpe abrí el neceser de Christine y encontré su rasuradora. La cogi y abrí, sacando la cuchilla nueva que recién había puesto.
Me miré en el espejo, viendo a una persona completamente diferente a la Ella que había vivido estos últimos meses felices y calmados. Esta no me reflejaba nada mas que tristeza. Mi mano temblaba sobre mi muñeca. Haciendo esto no haces nada mas que retroceder, no lo hagas.
Hice un corte justo donde esta la parte mas gruesa de mi muñequera en forma vertical. No muy profundo, pero no muy leve. Me senté encima del wáter cerrado, con mi brazo en el lavamanos. ¿Qué había echo? Mi respiración comenzó a calmarse y pude sentir cómo el aire me entraba a los pulmones. Sentir el dolor y ardor del corte hacía que me sintiera aliviada.
Me limpié la muñena poniéndome tres curitas cortadas en fila, para que sobresalgan de la muñequera. Limpié todo y me vi en el espejo. Mis mejillas estaban rosadas, mi pelo estaba lacio y mis pestañas necesitaban rímel. Me puse rímel, me peiné de todas maneras y me volví a mirar en el espejo. Algo dentro mio hizo que me ría.
Ya me estaba volviendo loca. Malditas pastillas. El alivio que tenía se había multiplicado por 1000. Sonreí antes de salir.
Bajé las escaleras encontrándome con un Tyler molesto y la espalda de los Señores Collins.
TYLER POV'S
Entré a la casa con bolsas de regalos en los brazos. No podía esperar por al fin repartirlos y acabar con esta obligación. No era divertido tratar de adivinar que le gustaría a los amigos de mi papá, o peor, qué darle a Wren. Ese chico solo ha causado problemas.
Djeé los regalos en árbol, escuchando las risas de los adultos y la de Sarah. Estaban ya acomodados en el comedor, esperando a Ella y ... Wren. ¿Dónde estarán esos dos? Eso no es nada bueno.
Caminé hacía la sala, siendo sorprendido por una cabellera rubia corriendo hacia las escaleras. Detrás de ella, salió un Wren caminando como si nada hubiera pasado al comedor. ¿Qué hizo este imbécil? Se me está yendo la paciencia que tenía de no tirarle un puñete.
Iba a voltear a seguir a Ella cuando mi papá me llamó por mi nombre entero. Paré sobre mi sitio, y voltee a verlo lentamente, cansado de sus reproches, y de sus exigencias para ser su hijo perfecto.
-Tengo que hablar seriamente contigo – me dijo al tiempo que mi mamá se paraba a lado de él. Los dos me miraban expectantes, asi que los miré de misma manera para que sigan hablando.
-¿Qué pasa? ¿Es sobre los regalos? Ya los recogí, están en la sala – dije apuntando hacia donde estaba la sala donde estaba el árbol con los regalos. Sobre eso, al fin había llegado el día de navidad.
-No es sobre eso – dijo mi mamá mirando a mi papá para que hable él. Mi mirada viajaba de uno al otro. No se que estaban esperando para hablar.
-Vemos que estas muy cerca de Ella- dijo mi papá dándome mala espina a donde todo esto iba – Tienes que alejarte de ella, terminar lo que tienen – dijo cruzándose de brazos, poniéndose tenso – No es una buena influencia – dijo haciendo que me moleste y no quiera escuchar nada más de las huevadas que tenían que decir – Esa chica es una mala elección, no quiero que te juntes con ese tipo de gente- finalizó, haciendo que quiera empujarlo y decirle que se calle, que no sabía de que hablaba.
-Estás loco- dije riendo de mala gana. No pensaba por nada del mundo terminar todo, especialmente a lo lejos que habíamos llegado. No es una mala influencia, ellos lo son, Ella es una buena persona, con un fuerte carácter y gran corazón.
-No es una broma – dijo molestándose, logrando que mi mama le ponga la mano en su hombro para que acabe con la conversación. Lo miré sin poder creer lo que me estaba diciendo. Sabía que era una monstruo, pero no que llegaría a tanto.
-Consideralo como una – dije prepara para irme cuando la cabellera rubia bajó las escaleras en paso lento y con una sonrisa en el rostro. Esto hizo que me olvidara de toda la mierda que me había dicho mi padre y le devuelva la sonrisa. Felizmente nada había pasado – Vamos, no querrán perderse el almuerzo navideño – dije sonriéndoles y caminando hacia Ella - ¿Todo bien? – dije rodeando sus hombros con mi brazo.
-Sip – dijo sonriéndome tiernamente. Si solo supiera que acaba de pasar, estaría destruida. Todos en esta casa tienen algo en contra de ella, no se lo merece.
ELLA POV'S
El almuerzo pasó rápidamente, todos riendo y comiendo. Excepto yo, que me la pasé hablando con Tyler que estaba a mi lado y un poco con los Señores Smith. Mi humor había mejorado gracias a las pastillas, pero aún así no quería ni ver a Wren. Una vez se me escapó, y lo ví coqueteando con Sarah. Después de lo que acababa de pasar estaba así de feliz, traicionándome otra vez.
-Hora de abrir los regalos – dijo Carol levantándose de la mesa cuando ya se habían retirado los platos con la ayuda de todos. Nos encaminamos a la sala y comenzamos a abrir regalos. Todos tenían tres, por parte de los adultos.
Nada mejor que cremas faciales y corporales de parte de los Collins, medias peludas para el invierno (me encantaron) de los Smiths y un collar de parte de mi tía que tenía un circulo pequeño y medio plano de oro. Agradecí por todo y mientras que los adultos charlaban, los "enamorados" se besuqueaban, salí a los sillones de afuera a sentarme.
Solo faltan 6 dias y regreso al internado, nada más aguanta 6 días mas sin hacer otra estupidez como esta y estaras bien, pensé viendo mi muñeca. Me arrepentía de haberlo hecho, fui débil y la cagué. No se me puede escapar otra vez, especialmente con Wren, aunque no lo quiera, es un punto débil en mi.
-¿Lista para abrir tu regalo? – dijo Tyler llamando la atención de mi mirada de mi muñeca a su rostro. Estaba sonriente como siempre y peinado. Sus ojos brillaban de emoción como un niño pequeño y se sentó a lado mío. Me entregó una bolsita que tenía copos de nieve y un venado con la lengua afuera y los ojos virolos, causando que ría.
-No tenías que – dije mirando la bolsa.
-Ah ah, nada, ábrelo – dijo girando un poco sobre su sitio para verme. Abrí la bolsita y saqué el papel crepé, revelando una cajita color guinda y de gamusa. Se veía tan elegante.
Abrí la cajita dejando al descubierto una pulsera de plata con varios dijes. Había una galleta de chocochips, que me recorbada a cuando nos conocimos, haciendo que ría. Un tulipán, que hizo que se me calienten las mejillas al acordarme de la cita que tuvimos después de que leyó "Bajo la misma estrella". Despues había un corazón, que se sobre entiende, y finalmente un libro. Eso no lo entendí.
Vió que estaba confundida por el ultimo y rió- Eso es de mi parte – dijo haciendo que lo mire con una sonrisa confusa – Cuando te conocí me pareciste un libro cerrado, que no quería que nadie se entere de su historia, ni que se una. Y ahí me prometi ser parte de tu historia, asi que eso significa – dijo haciendo que mi corazoncito se emocione. No se si eran las pastillas, pero algo se estrujó en mi pecho. Me arrodillé sobre el sillón y le di un gran abrazo, agarrándolo de sorpresa.
-Gracias, me encanta – dije en su oído. Sus manos me rodearon firme por la cintura, haciendo que me sienta segura – No tengo nada para ti, perdón me siento la peor- dije sincera mirándolo a los ojos.
-Ya me diste mi regalo – dijo sonriendo pervertidamente alzando y bajando sus cejas. Que pervertido. Eso se ganó un rodar de ojos y un pequeño puñete. Amo a este chico.
* * *