A pasos lentos, pero agigantados.
-Ya casi todos se han ido-habla Viktor, acercándose al profesor.
Yuuri observa a sus chicos, solamente faltan Mila y Phichit, además del pequeño rubio.
Una semana sin Otabek a pasado y por supuesto que no es lo mismo. Observar la banca vacía solo hace que todos recuerden que él ya no estará ahí, pero no pueden sacarla, los niños no lo han permitido, desean con todas sus fuerzas que regrese.
-No ha sido un día muy bueno -susurra en respuesta.
-Se que debí decírtelo antes, pero hay algo que tengo que hablar contigo -la voz de Viktor se escucha seria, así que Yuuri levanta la vista y lo observa curioso, no es común ver a Viktor de esa manera.
-¿De qué se trata? -.
-De tu pequeña conversación con la madre de Otabek -el rostro de Viktor forma una mueca y desvía la mirada.
Yuuri lo entiende, sabe a lo que se refiere, pero no cree estar listo.
-Papi, ¿ya le pediste a Yuuri-sensei que venga a casa con nosotros? -pregunta el pequeño rubio.
Phichit y Mila se despiden del profesor y salen del salón.
-Yurio, no creo poder ir hoy a tu casa, tengo mucho trabajo que hacer -revuelve los cabellos del menor y se agacha para besar su mejilla, el niño también lo hace y luego toma la mano de su padre.
-Supongo que será otro día -el tono de voz del peli gris es de preocupación.
-Ya veremos -es lo único que contesta, antes de retirarse de ahí.
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-¿Hiciste enojar a Sensei? -pregunta el pequeño a su padre, ya de camino a casa.
-No está enojado, es solo que a veces es difícil decir las cosas -susurra Viktor, concentrado en la carretera.
-El también está triste -.
-Lo sé pequeño, por eso quiero hablar con él -.
-Espero que puedas hacerlo papi, no nos gusta ver a Yuuri así-.
Viktor suspira y golpea el volante debido a la frustración, quiere ayudar a Yuuri. Él quiere a Yuuri.
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Las once marca el reloj cuando Viktor decide que es hora de dejar el trabajo, se encamina a la habitación de su hijo y lo observa dormir, decide no molestarlo así que cierra la puerta para poder ir a descasar.
Está tomando una ducha cuando el tono de llamada del celular lo hace salir de ella. Reconoce ese tono, es personalizado, ha esperado esa llamada desde hace mucho.
-Yuuri -es lo primero que dice al contestar.
-Espero no molestar -la dulce y avergonzada voz del maestro se hace escuchar.
-Por supuesto que no, ¿en que puedo ayudarte? -.
-Se que es tarde y que tal vez te disponías a descansar, además de que Yurio ya está durmiendo y no puedes dejarlo solo... -la voz de Yuuri se escuchaba agitada.
-Yuuri, si lo que quieres es que vaya a tu casa, déjame decirte que lo haré con gusto, mis padres cuidarán de Yurio -la voz de Viktor logra tranquilizar al Japonés.
-Gracias-.
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Toca la puerta del apartamento y se dice a si mismo que debe ser paciente. Ya ha dado un gran paso, Yuuri lo ha llamado porque lo necesita, o eso quiero creer Viktor.
Se escuchan ruidos del otro lado de la puerta y cuando menos se lo espera Yuuri lo está abrazando. Viktor lo toma en brazos y acaricia su cabello, Yuuri solo se deja hacer y se quedan ahí, en el marco de la puerta, disfrutando del cálido abrazo.
Pasado unos minutos el japonés se separa de él, ingresa a la casa y Viktor le sigue de cerca después de cerrar la puerta, se queda en la pequeña sala mientras que el azabache se pierde por otra habitación.
Viktor sabe que el profesor necesita tiempo y espacio para poder tranquilizarse, sabe que esto será difícil, así que solamente debe tener paciencia.
Al poco tiempo, el olor a café recién hecho se hace presente en la estancia, Yuuri aparece con dos tazas en la mano y toma asiento, justo al lado de Viktor, le ofrece el café en silencio para luego tomar el suyo.
Viktor observa cada movimiento de ese pequeño ser que le atrae con locura, pues su nerviosismo se hace presente cada vez más, y entonces toma la decisión de sostener su mano. Yuuri da un pequeño brinco ante el gesto, pero no hace ademán de querer soltarlo, por primera vez en la noche, el peli negro observa al de ojos azules.
-Lo que has escuchado el día en que Otabek se fue, es verdad -habla por primera vez, Viktor le acaricia la mano en gesto tranquilizador y decide no interrumpir hasta que lo considere oportuno.
-Mis padres eran las personas más amables, sinceras, amorosas y solidarias que he conocido en mis años de vida, eran siempre tan apasionados en ayudar al prójimo que un día de esos ya no volvieron a casa -las lágrimas se empezaban a formar en los ojos del azabache y su voz era entrecortada.
-Recuerdo que esa noche me despertaron los ruidos que hacían por la casa, mis padres y mi hermana estaban despiertos, la vecina iba a dar a luz y no había nadie que le ayudara así que habló a mis padre por ayuda -Yuuri secó con las mangas de su pijama las lágrimas que empezaba a derramar, Viktor lo acercó a su cuerpo y lo abrazó.
-Mi madre se despidió de mi con un beso en la frente y un abrazo, mi padre me revolvió el cabello y le dijo a mi hermana que me cuidara, Mari les prometió que lo haría. Regresé a mi cuarto a dormir y no desperté hasta que escuché los llantos de mi hermana -para este momento a Yuuri le costaba hablar y buscaba refugio entre los brazos de Viktor, quien besó su frente con inmensa dulzura.
Se quedaron un rato en silencio, el peli negro trataba de controlar su llanto y Viktor solamente podía decirle palabras dulces en forma de consuelo.
-Mis padres tuvieron un accidente automovilístico, un chofer de trailer iba demasiado cansado para manejar y se impactó contra el coche de mi padre, el chofer no frenó ante el semáforo -continuó su relato -Fue muy difícil después de eso, mi madre murió al instante, mi padre en medio de una operación de urgencia, Yuni-san también falleció pero pudieron salvar al pequeño Tsunayoshi, mi hermana lo adoptó cuando tuvo edad y una pareja para hacerlo -dicho eso se separó de Viktor y salió de ahí.
Viktor lo siguió ante lo que parecía ser el baño, Yuuri solo necesitaba refrescarse.
-¿Cómo fueron las cosas luego de ello? -preguntó el peli gris.
-Mi hermana dejó de estudiar y se hizo con el negocio familiar, no fue muy difícil pues ya teníamos un prestigio, recibimos apoyo de familiares y amigos, mi hermana me cuidó bien, pero no fue lo mismo luego de la pérdida de mis padres. Me sentía como una carga para mi hermana, pues ella era una mujer tan amigable, feliz y servicial, para luego pasar a alguien que debía cuidar a un adolescente, que debía trabajar para tener una buena vida y su círculo social disminuyó debido a eso. Mi hermana siempre me dice que lo hizo por nosotros, solo nos teníamos el uno al otro y no podía permitir que nos separaran -salió del baño y Viktor lo tomó en brazos, Yuuri le agradeció el estar ahí. Volvieron a la sala para tomar asiento.
-Ella es una gran mujer, eres su hermano claro que no iba a permitir que te llevaran lejos de ella. Ella tomó sus decisiones y la llevaron lejos, tu saliste adelante, terminaste una carrera y ahora haces lo que te gusta. Tu hermana ahora tiene una familia. No puedo decirte que puedo entender el dolor de perder a tus padres, pero puedo decirte que se lo difícil que es para alguien salir de ese momento, con mi pequeño Yuratchka me costó mucho trabajo, pero ahora es feliz, claro que hay veces que recuerda a sus padres, que sabe que ellos no pueden estar aquí, pero sabe que me tiene a mi y que yo no pienso dejarlo mientras que la vida me lo permita -Viktor besa la mejilla del japonés, quien se sonroja por el acto.
-Yurio es afortunado en tenerte -susurra el peli negro, bajando la mirada.
-Yuuri, quiero que sepas que me tienes a mi -tomó el mentón del menor e hizo que lo mirara a los ojos -Eres una persona increíble, eres alguien que a pesar de todo lo que ha vivido se levanta día a día y le ofrece una sonrisa a todo aquel que lo necesita. Eras alguien tan dulce y amoroso con los niños, ellos te adoran. Yo te adoro. Eres especial, eres tan valiente y lleno de convicción sueños y metas, que quiero poder ser yo quien las comparta contigo y quiero hacerte feliz. Quiero ser tu sostén en los momentos difíciles y que recurras a mi cuando lo necesites, así como ahora -Viktor besó la frente del japonés, luego sus mejillas y luego la nariz.
Yuuri se sentía tan conmovido por las palabras de Viktor. Ese hombre había venido para cambiar su pacífica vida, llenándola de sentimientos y felicidad en tan poco tiempo, mostrandole que aún existen personas llenas de amor para dar, que le ha hecho saber que ese hombre busca proteger a aquellos a quienes ama, una muestra de ello es el pequeño Yurio.
Pero a la vez, esto es tan abrumador, no está acostumbrado a todo ello, que llega como una gran tormenta que hace volver loco a su corazón y no sabe como actuar, así que solamente se abraza a Viktor, tratando de hacerle ver que confía en él, en sus palabras. Que también desea estar con él, pero a la vez pidiendo tiempo, para acostumbrarse a esto que siente, a esto tan grande que no sabe nombrar.
Y Viktor lo entiende, sabe que Yuuri es así y eso lo cautiva, porque sabe que cuando Yuuri abra su corazón para él, será tan abrumador, cálido y se llenará de plenitud y felicidad que habrá merecido la pena llevarle el ritmo a Yuuri. Porque Yuuri va a pasos lentos, pero agigantados.
Gracias a todos por la espera. Espero que les haya gustado este capítulo, contando un poco más sobre la vida de Yuuri.
Sin nada que agregar, me despido de ustedes. ByeBye. 💖